El viaje de trabajo se alargó más de lo debido. El crudo invierno había traído varias consecuencias para la feliz pareja Asahina-Isaka, que ya vivía en un mismo piso y tenía planes de hacer pública su relación.
Isaka Ryuichiro tenía programado un viaje, pero después de una muy feliz Navidad cogió una gripe que lo mantuvo más de una semana en cama sin apenas poderse mover.
Era una lástima perder el viaje, debían firmar un contrato con un autor revelación procedente de Fukuoka y eso, a la larga, les aseguraría muchos beneficios...
-No se preocupe. Iré yo en su lugar.
-Asahina... ¿Estás seguro?
-Ryuichiro-sama se está recuperando de una gripe bastante fuerte, no creo que sea conveniente para él un viaje tan largo. Sería una pena cancelarlo, y al trabajar juntos creo que podría solucionar sus asuntos...
-Eso es verdad, tiene razón. Pues de acuerdo, Asahina...
-Amor... ¿Vas a estar bien aquí solo?
-Sí, vete... Vas a ayudarme a hacer dinero (aún más) y eso basta para que me recupere antes.
-Bueno... Serán sólo tres días. No tendrás tiempo de echarme de menos.
-¡Cállate!
Y Asahina Kaoru se fue hasta Fukuoka sin tenerlo claro del todo... Ya que su amado Ryuichiro-sama apenas podía cuidar de sí mismo, pero el trabajo debía hacerse y las obligaciones cumplirse.
En principio el viaje sería de tres días, lo suficiente para reuniones, y posiblemente firmar el contrato, pero el tiempo les jugó una mala pasada.
El frío, el viento y la nieve paralizaron el transporte público justamente el día en que Kaoru iba a volver a casa. Se quedaría en Fukuoka por lo menos dos días más, hasta que los trenes volvieran a circular en sus horarios acostumbrados.
-Ryuichiro-sama... Voy a retrasarme. Este tiempo... ¿Estás mejor?
-Me siento mejor, pero aquí también hace mucho frío...
-Está bien, te dejé suficientes provisiones en la nevera, no sé cuando volveré... Pero espero que sea pronto.
-Vaaale. Pero no tardes... O iré a buscarte.
-Me siento tentado a esperarte...
Y Ryuichiro estaba aburrido. No podía salir de casa, Kaoru no estaba, y estaba harto de ver programas estúpidos en la televisión. Lo que de verdad le apetecía era estar con Kaoru... Desde que había cogido la gripe éste último lo había tenido en abstinencia, aunque Ryu casi ni podía levantarse de la cama. En resumen, que hacía ya algunas semanas que no se tocaban, y Ryuichiro estaba muy deseoso.
Tan deseoso... Que incluso estaba dispuesto a hacer una locura. Pese a su fama y a todo lo que decían de él, Isaka Ryuichiro tenía una mente muy pura e inocente en ciertos asuntos... Y nunca se le había ocurrido hacer según qué cosas. Pero, después de la cena de parejas con Kisa Shouta, el pequeño gran editor de Emerald, y su novio Yukina Kou el hombre brillante, la amistad entre Kisa e Isaka se consolidó hasta llegar a lo siguiente...
-¿Dónde diablos estamos? -El jefazo y el editor, ambos vestidos con sudaderas, vaqueros y zapatillas deportivas, parecían dos adolescentes con ganas de experimentar más que dos hombres ya entrados en la treintena con buenos trabajos. Isaka levantó la mirada y vio el nombre del local:
SEX SHOP "LA PERLA"
-Vámonos de aquí rápido o te juro que nunca más vuelves a pisar una editorial.
-Espere, espere un momento Isaka-san, entre conmigo. ¡Le juro que no se arrepentirá!
Isaka y Kisa pronto comprendieron que habían encontrado un compañero ideal en el otro. Ambos tenían el mismo sentido del humor, leían los mismos mangas, gustos musicales similares, y lo más importante... Una notable atracción por los hombres guapos. Ryuichiro acabó entrando en el local a regañadientes, pero poco a poco la curiosidad empezó a ganarlo.
-Usted sabe, Isaka-san, que trabajan demasiadas horas y a veces no tienen tiempo ni para dormir... A mí me pasa lo mismo. Y aunque ahora tengo a mi hombre brillante, cuando estaba solo y harto de los hombres, compré este juguetito -señaló un vibrador anal que era de lo más discreto que había por allí- y yo solo me hacía el trabajo. Además, y no se lo tome a mal... La abstinencia a la que lo somete Asahina-san es bien sabida por toda la plantilla... -A Ryuichiro le faltó tiempo para taparle la boca al más bajito.
-¡Vale, lo compro! Pero ya puedes ir pensando en lo que me vas a dar a cambio, o si no te va a ir muy mal...
Shouta y Ryuichiro salieron de aquella tienda, uno de los dos con el bolsillo lleno, pero sintiéndose como si llevase una bomba de relojería. ¿Qué haría Asahina si lo descubriese? Mejor no pensar en eso.
Y en aquel momento a Ryuichiro le aparecieron los dos lados de su conciencia. El ángel, a la derecha, diciéndole que no lo hiciese, que era sucio, y que Kaoru no tardaría en llegar. Y el demonio que no pasaba nada, que nunca gente utilizaba esa clase de juguetes y que Kaoru nunca lo sabría...
Ryuichiro atajó el problema y se acostó en la cama, desnudo por la parte de abajo. Después de cubrirse con las mantas, empezó a tocarse un poco los pezones por debajo de la camiseta, imaginando que era Kaoru quien lo hacía. Enseguida sintió la reacción en su parte baja: estaba duro.
Envolvió su miembro con la mano derecha moviéndola suavemente arriba y abajo, de vez en cuando deslizando sus dedos por la punta húmeda. Tenía los ojos cerrados, y en su imaginación era Kaoru quien estaba haciendo esto.
-Kaoru... -Se le escapó un gemido, pero se sentía tan bien aquello... Continuó con sus movimientos unos minutos más, y cuando decidió que no tenía suficiente, empezó a humedecer un par de dedos de la mano que tenía libre e insertarlos lentamente en su interior mientras se armaba de valor para hacer lo siguiente.
Sacó el pequeño vibrador y ajustó su velocidad. Poco a poco se lo introdujo mientras imaginaba que era el miembro de Kaoru...
-Ngh... Kaoru... Es muy grande... -Ryu sentía un placer culpable al tocar se de aquella forma gimiendo el nombre de su amante, que a saber cuándo volvería de su viaje. Siguió metiendo y sacando el objeto de su interior y una de esas veces se le escapó un gemido bastante audible.
-¡Kaoru! Ah...
-Yo pensando que me esperabas y me encuentro... Con esto.
Eso es exactamente lo que diría Kaoru si me viera ahora... Ryuichiro abrió los ojos y casi se cayó de la cama al ver quién había llegado y lo había pillado en plena faena.
-¡K-kaoru!
-Vaya, vaya. Te lo estás pasando muy bien, ¿no? -Ryu había dejado lo que estaba haciendo y, muy sonrojado, había vuelto a cerrar los ojos. Había actuado mal, ¿qué haría Kaoru? Tal vez le extendiera el período de abstinencia por tiempo indefinido...
Yo y mis ansias. Ha sido una estupidez...
-Mírame. -El tono de Kaoru era normal, Ryu se decidió a abrir los ojos y lo que vio lo sorprendió del todo, ¡se estaba quitando la ropa! -Ahora destápate y déjame verte... Más vale que obedezcas.
Ryu, poco a poco, se liberó de las mantas que cubrían sus piernas y Kaoru vio que, efectivamente, estaba muy excitado. Su miembro aún seguía erecto y se podía deducir que su entrada seguía dilatada... En tres segundos, Kaoru estaba junto a él en la cama.
-Ponte a cuatro patas. -Le dio un pequeño azote mientras hablaba.
-¿Q-qué vas a hacer?
-¿No es obvio? -Kaoru Le dio otro pequeño azote. -Castigarte... Porque te has portado mal... -Sujetó su miembro mientras pasaba los dedos por la punta, notándola húmeda. -Y parece que te gusta, ¿no?
-Y-yo te echaba de menos y... La abstinencia...
-Y por eso usaste el juguetito que compraste aquella vez con Kisa. -Otro azote.
-¿C-cómo lo sabes?
-No eres el único que hizo buenos amigos en aquella cena de parejas. ¿Sabes? Yo también he hablado bastante con Yukina Kou... -Otro azote- Ellos son una pareja innovadora en el aspecto sexual y es normal que utilicen juguetito de esa clase, pero yo -Se introdujo en Ryu arrancándole un sonoro gemido. -Quiero ser el único que esté dentro de ti. -Empezó a embestir fuertemente. -Nada de plásticos.
-T-tienes razón... ¡Ngh! Nada de plásticos...
La temperatura había aumentado varios grados en la habitación. Ambos hombres estaban cubiertos de sudor y próximos al orgasmo. Kaoru estaba atendiendo el miembro de Ryu al ritmo de sus embestidas y poco me faltaba para explotar.
-Kaoru... Yo voy a terminar ya... -Ryu lo avisó, pero sólo sirvió para que Kaoru lo masturbase más rápido aún. Ryu acabó manchando las sábanas y la mano de Kaoru, que necesitó un par de embestidas más para liberarse en su interior.
Mucho más tarde, se oyó una voz suave, como un pensamiento expresado en voz alta.
-Desde luego, esto es mejor que el plástico.
FIN