La planeación de la fiesta de Kuroko fue en una cafetería muy popular en el centro de la ciudad, ellos ocuparon un par de las mesas que estaban afuera a un costado de una calle muy concurrida por las tiendas y muchos otros restaurantes de la zona, algunos no estaban acostumbrados a ese ambiente pero de todos modos estaban disfrutando de la compañía de todos los demás y de la buena comida.
-…entonces ya tenemos el lugar- decía Momoi que junto a Ogiwara habían encontrado y reservado un restaurante con un bonito jardín donde celebrar la fiesta de Kuroko -ahora solo hay que decidir que vamos a servir, algún entretenimiento y esas cosas-
-¿no creen que es demasiado? Solo ese lugar se ve muy costoso- comentó Kuroko mirando las fotografías del restaurante.
-no te preocupes por eso, conozco a los propietarios y rebajaron el precio a solo una fracción- lo tranquilizó Ogiwara.
-¿de verdad?-
-sí, desde que regresamos a la ciudad y gracias a los negocios de mis padres hemos conocido a muchas personas, de hecho creo que también puedo encargarme del banquete yo solo-
-seguro que si- dijo entre dientes Kagami.
-¿va a haber pastel de cumpleaños verdad?- preguntó Murasakibara genuinamente preocupado por eso.
-claro que sí, y ya que cada uno invitarán a amigos de sus respectivos equipos pensaba en comprar uno grande de al menos cuatro niveles-
-Ogiwara-kun eso en serio sería demasiado- Kuroko insistió.
-déjalo trabajar Kuro-chin- pero Murasakibara no iba a dejar que lo desanimara de la idea de un postre tan grande.
-de acuerdo, te gradezco que hagas todo esto Ogiwara-kun-
-todos estamos ayudando- le respondió a Kuroko, no quiso quedarse con todo el crédito.
-entonces si me disculpan, regreso en un momento, Kagami-kun ¿te importaría cuidar de Nigou mientras vuelvo?-
-¿yo?- recriminó pero antes de darse cuenta Kuroko ya lo había puesto en su regazo y el pequeño perro estaba más que feliz de estar con él -¡no! ¡quieto!- lo sostuvo de modo que no saltara demasiado y acariciándolo logró que se quedara tranquilo.
-¿vas al sanitario? Yo te acompañaré Kuroko-chii, también quiero ir- con el mismo ímpetu que Nigou, Kise siguió a Kuroko hasta la parte trasera del restaurante, mientras en la mesa Ogiwara aprovechó la ausencia de Kuroko para hacer algunas sugerencias.
-yo tengo una idea, la fiesta está bien pero ¿qué tal si usamos algún tema en específico?-
-¿una fiesta temática?- dijo Midorima -no somos niños-
-sería divertido, y una sorpresa de algo que le guste a Tetsuya ¿qué sugieren?-
-esto va a sonar muy original pero… ¿basketball?- fue lo primero en la mente de Aomine.
-eso está bien pero ¿no sería muy obvio? Eso no sería una sorpresa, tratemos algo menos trillado-
-dijiste que fuera algo que le gustara ¿y qué mejor que el basketball? Así nos conoció a todos nosotros- dijo Kagami -además Kuroko me ha dicho que siempre quiso ver un partido de la NBA, incluso sugerí llevarlo conmigo a América a ver uno en persona pero nunca aceptó, dice que le teme al avión o que no sabría hablar con nadie allá y se perdería fácilmente, podríamos usar algo de eso en su fiesta-
-no sabía eso- Ogiwara pareció más interesado y a los demás también les pareció bien.
-me gusta la idea-
-el pastel podría tener los colores de algún equipo o algo así-
-excelente- comentaban todos, de repente el sonido de un gruñido hizo a Kagami voltear bruscamente hacia atrás desde su silla, cosa que los demás notaron, pero al mirar se dio cuenta que había sido solo una persona que arrastró su silla.
-¿te sucede algo?- le preguntó Ogiwara.
-n-no, no es nada- respondió aún nervioso -es solo que creí que era un ¡AAAH!- gritó de repente sintiendo algo rozar su pierna pero fue solamente el mantel de la mesa, aun así había hecho saltar a algunos del susto, incluso Midorima escupió un poco del té que bebía en ese momento, el solo hecho de tener a Nigou en sus brazos lo ponía muy nervioso.
-¿qué pasa?-
-jajajajaja cálmate Bakagami- se burló Aomine y después le explicó a Ogiwara -es qué tú no lo sabes pero Kagami le tiene fobia a los…- en ese instante un enorme perro pastor alemán comenzó a ladrar hacia ellos y a forcejear de la correa con que lo llevaba su amo tratando de llegar a Nigou, que aún en brazos de Kagami también ladraba y gruñía con valentía a diferencia de quien lo sostenía que en un segundo saltó de su silla hacia la mesa donde retrocedía sobre su espalda sin importarle tirar todo lo que había sobre ella, derramando las bebidas sobre los demás, rompiendo vasos y platos completamente asustado.
-¡tranquilo! ¡quieto!- le gritaba a su perro el otro sujeto poco a poco logrando apartarlo aunque para entonces ya todas las miradas estaban sobre ellos y especialmente sobre Kagami que seguía hecho un ovillo sobre la mesa abrazando a Nigou -lo lamento mucho- comenzó a alejarse.
-¡oye imbécil ten más cuidado!- le gritó al sujeto alguien desde otra mesa.
-¿se fueron? No puedo mirar- decía Kagami aun apretando los ojos.
-está bien puedes bajar- Aomine y Ogiwara se acercaron a ayudarlo, uno tomando a Nigou y el otro ofreciéndole su mano para que bajara de la mesa.
-todos miran- le dijo Aomine en voz baja y solo entonces Kagami miró alrededor donde todos en las otras mesas, incluso los de adentro de la cafetería y algunas personas de la calle lo observaban, algunos también asustados, otros a punto de reír además del ocasional que grababa toda la escena con su teléfono y también a Kuroko y Kise que recién regresaban a tiempo para presenciarlo todo.
-estoy bien- se avergonzó y volvió a tomar asiento ahora notando también que algunos de su mesa seguían limpiando su ropa por lo que les cayó encima durante el incidente -l-lo siento-
-está bien, yo me encargo de la cuenta- dijo Ogiwara ofreciéndole un pañuelo para que también se limpiara y de nuevo adelantándose a hacer algo amable.
-¡Kagami-kun!- luego llegó Kuroko a su lado para ayudarlo a limpiarse y una vez todo regresó a la normalidad y se aseguraron de que ni Nigou ni Kagami estuvieran heridos dieron por terminada la reunión.
-sus casas están en mi ruta, puedo pasar a dejarlos primero a ti Kuroko y después tú Kagami- dijo Ogiwara y por supuesto Kuroko estuvo de acuerdo, los demás prefirieron tomar el autobús o tenían hospedaje con amigos en la ciudad así que siguieron su camino mientras estos tres compartieron un auto.
-gracias por proteger a Nigou, Kagami-kun- iban en silencio y solo Kuroko trató de romper el hielo.
-no fue nada- respondió el pelirrojo aún algo avergonzado.
-fue muy valiente- agregó Ogiwara muy animoso -aún contra ese perro enorme- Kagami sonrió un poco hasta que Ogiwara aclaró de quién estaba hablando realmente -Nigou nunca dejó de gruñir, estaba dispuesto a enfrentársele aunque el otro perro era mucho más grande-
-sí, es un buen chico- Kuroko que era quien lo llevaba consigo sonrió y lo acarició mientras que en el asiento de atrás Kagami solo suspiró. Al llegar a casa de Kuroko, Kagami también bajó del auto, Ogiwara ya se había despedido así que les dio algo de privacidad esperando en el auto y solo entonces Kagami vio otra oportunidad para decirle a Kuroko lo que pensaba -¿seguro que estás bien?- se adelantó a decirle Kuroko al notarlo pensar demasiado y guardar silencio.
-¡sí!- respondió al verse sorprendido -lo siento, creo que hoy arruiné la planeación de tu fiesta-
-tranquilo, solo era la planeación… fui yo, no debí dejarte a Nigou en primer lugar, lo siento-
-no es nada, no digas eso-
-es solo que eres en quien más confío y no pensé en dejarlo con nadie más, de verdad no lo pensé- sonrió levantando en lo alto a Nigou que movía la cola feliz.
-Kuroko…- le gustó escuchar que era en quien más confiaba, de repente recordó todo lo que realmente sentía por él y dio un paso más cerca, levantando la mano y acercándola a su rostro pero antes de atreverse a tocarlo miró hacia atrás donde Ogiwara aún los esperaba y estaba observando, cosa que lo desanimó y en vez de tocar a Kuroko acarició a Nigou también.
-sí que es un buen chico-
-entonces te veré en unos días, supongo que todos estarán muy ocupados-
-hasta entonces- esperó a que Kuroko entrara a casa para luego él tomar un camino diferente, caminando a su propio hogar hasta que Ogiwara sonó el claxon de su auto para llamarlo.
-¿a dónde vas? Yo voy a llevarte-
-puedo llegar yo solo desde aquí-
-me queda de camino, vamos sube- Kagami lo dudó un poco pero al final aceptó, y ya en el auto también pensó que en vez de avergonzarse de que los estuviera mirando debió dejar que lo viera confesarse e incluso tal vez besar a Kuroko y que supiera que era suyo -ya no pudimos discutir lo que se servirá en la fiesta ¿tú qué quisieras comer?- Ogiwara interrumpió sus pensamientos.
-la verdad me da igual, sería feliz con solo hamburguesas, nada extravagante-
-puede haber una parrilla, que buena idea- lo felicitó pero no se dijo más hasta que llegaron al departamento de Kagami y allí se despidieron -hasta luego-
-si adiós… maldito- murmuró ya que Ogiwara se había ido. Había perdido otro día para confesar sus sentimientos y encima de todo había quedado en ridículo frente a los amigos más cercanos de Kuroko, se dio una ducha muy larga pensando en lo sucedido y en todo lo que debería evitar para no pasar por otra situación así, para empezar debía hablar con Kuroko, sentía que una vez aclaradas las cosas con él ya no se sentiría presionado y confundido, ni tampoco amenazado por Ogiwara ni por nadie más >>¿y si él no me quiere?<< de repente se le ocurrió que a pesar de todo Kuroko podría no sentir lo mismo por él ¿y si en verdad solo lo veía como su mejor amigo?, sacudió la cabeza salpicando agua y tratando de convencerse de que ese pensamiento era solo producto del estrés bajo el que estaba.
Pasó casi una semana hasta que llegó el día de la fiesta, Kagami se alistó mucho antes y planeó aparecerse en casa de Kuroko desde muy temprano, pasar tiempo con él antes de reunirse con los demás, llegar juntos a la fiesta y al final de esta confesarle todo lo que sentía, esta vez no fallaría; Preparó el regalo que había elegido para Kuroko y caminó hasta su casa donde tocó el timbre y esperó ansioso en la puerta donde poco después fue recibido por nada menos que Ogiwara.
-¿Kagami? ¿qué haces aquí? faltan horas para la fiesta- el más alto se quedó hecho piedra en la puerta, claro, ese sujeto se le había adelantado -pasa, Kuroko está dándole un baño a Nigou antes del evento-
-¿es Kagami?-
-hola Kagami-chii- pero no era el único, Momoi y Kise también ya estaban allí y lo saludaron uno tras otro -llegas temprano-
-lo sé, pero pensé que podría venir antes y ayudar con algo antes de irnos-
-realmente no hay nada que hacer, los demás deben estar terminando con la decoración y otros preparativos allá- le dijo Momoi quien elegía una camisa del armario de Kuroko para que este la usara después.
-ya veo- no pudo evitar sentirse decepcionado, ahora veía que no era broma cuando Momoi le dijo que tenía competencia, y verla a ella y a Kise aquí significaba que ya empezaban a dejar a un lado el acuerdo que tenían y empezaban a ver sus oportunidades con Kuroko otra vez.
-¿alguien puede traerme una toalla?- habló Kuroko desde el baño y de inmediato los otros tres se apresuraron a buscarla pero fue Kise quien la encontró primero y se la llevó cerrando la puerta del baño a su paso. Había llegado ahí con la esperanza de tener una oportunidad a solas con Kuroko pero se vio superado, incluso al momento de irse y como Ogiwara era quien conducía él se vio desplazado al asiento trasero junto a Momoi y Kise mientras que Kuroko iba adelante conversando muy a gusto con… él, y llegando a la fiesta la situación solo empeoró porque allí estaban todos los demás que de inmediato se abalanzaron sobre Kuroko también, hablándole y ocupando su tiempo y toda su atención.
-¡FELICIDADES!- aunque claro, era su cumpleaños después de todo, no podía culparlos por querer estar con él.
-¿qué rayos?- después Kagami se percató que la fiesta de hecho si había sido basada en el tema del basketball, el amplio pasillo hacia los jardines estaba decorado con posters de algunos equipos famosos, adentro había banderillas colgadas de lado a lado con los colores de los equipos en los que Kuroko había estado, una fuente de limonada y una de la bebida energética preferida de Kuroko, una escultura de hielo con la forma del clásico logo de un jugador saltando para anotar una canasta, en la mesa de postres el pastel era normal de seis pisos de altura y color azul pálido decorado con rosas de chocolate blanco y perlas comestibles del mismo color, pero también galletas y cupcakes decorados como balones de basketball, incluso las mesas habían sido puestas cerca del complejo deportivo donde había canchas de todo tipo de deportes, pero más próximo a, claro, una cancha de basketball, una exageración desde la perspectiva de Kagami, aunque también disfrutara tanto de ese deporte, Kuroko por su parte pareció sorprendido y muy feliz de todo lo que sus amigos habían hecho, pero aún más de que todos estuvieran ahí reunidos.
-muchas gracias a todos- estaban ya reunidos en una de las mesas mientras Kuroko abría los regalos que cada uno le habían llevado, la mesa estaba repleta pero uno en específico llamó su atención y fue el primero en tomar y supo de inmediato de quién era.
-¿eso es un obsequio? ¿quién lo envolvió, Nigou?- comentó Aomine y todos rieron pero Kuroko parecía encantado con él.
-es como si un tigre hubiera jugado con él… gracias Kagami-kun- le sonrió y el otro solo se apenó pero también estaba emocionado de que Kuroko lo eligiera y lo reconociera.
-no es nada- respondió. Su obsequio era de envoltura roja brillante con lunares dorados, era una caja pero la manera en que el papel había sido pegado la hacía lucir irregular, además tenía muchos moños y listones de diferentes colores por todas partes, el punto de una envoltura es ocultar lo que hay debajo y ser vistosa ¿no? Sin embargo lo que había adentro era perfecto y Kuroko no podía estar más feliz, eran tres cosas, un collage de fotografías de ambos y Nigou de sus momentos en Seirin, unas muñequeras con su número de jugados bordadas en ellas y hasta abajo como una sorpresa, una camiseta de los Bulls’ de Chicago autografiada y que él había ganado en un concurso allá en América, además de una réplica en miniatura para Nigou.
-Kagami-kun esto es fantástico, muchas gracias- incluso se levantó para abrazarlo y Kagami correspondió con gusto anhelando pronto poder estar a solas con él.
-¿es de verdad?- Aomine tomó la camiseta autografiada y la observó admirado y hasta con envidia -oye yo te regalé unos tenis oficiales ¿por qué no me diste esto a cambio?-
-ya cierra la boca- le dio un golpe en la nuca el capitán de Touo’ que también estaba con ellos, de hecho muchos de los integrantes de cada equipo actual de la GOM estaban allí también, incluso Alex a quién Himuro había avisado del evento. Kuroko siguió abriendo obsequios y cuando ya la mesa estaba vacía Ogiwara anunció algo.
-lamento mucho no haberte traído un obsequio grande como los demás, estuve tan ocupado con esta planeación-
-no te preocupes lo entiendo, me dijeron que tú conseguiste casi todo para este día, ese es el obsequio- le dijo Kuroko.
-si eso piensas, bueno- bromeó -eso y esto también- entonces le extendió un pequeño sobre de color blanco.
-¿una tarjeta de cumpleaños?- dijo Kuroko pero al sacar lo que veía dentro del sobre su expresión cambió primero a una de desconcierto y después a una leve sonrisa de sorpresa aunque dudando si sería verdad lo que veía -no puede ser Ogiwara-kun ¿de verdad?-
-¿qué es Tetsu-kun?- preguntó Momoi tan intrigada como los demás.
-son entradas para un partido oficial en Los Ángeles’- confesó agrandando su sonrisa y sin poder dejar de mirar esos boletos, la sorpresa y celebración de los demás no se hizo esperar pues también estaban emocionados, todos claro menos una persona.
-…¡¿es una maldita broma?!- dijo Kagami tan alto que todas las demás conversaciones cesaron -¿en América?-
-¡Taiga!- lo regañó Alex pero el otro ni siquiera la escuchó y siguió hablándole a Ogiwara.
-¡YO te dije de los juegos de la NBA! Te di toda esta idea, incluso tú dijiste que era trillado y que debíamos hacer otra cosa-
-Taiga cálmate- Himuro se había acercado desde el grupo del equipo de Yosen’ para intentar tranquilizarlo pero Kagami solo le apartó la mano.
-déjame… Kuroko ¿ahora si quieres ir a América? ¿cuántas veces te pedí ir conmigo y siempre tenías una excusa?- de nuevo era el centro de atención de una escena poco agradable pero no le importó, ni siquiera lo notaba pues estaba demasiado enfadado como para darse cuenta de que todos lo miraban, algunos entretenidos de verlo volverse loco mientras que otros, incluyendo a Kuroko, con algo de temor de que se pusiera violento contra su amigo -ah pero cuando ‘’este’’ aparece y te invita de inmediato lo aceptas-
-Kagami-kun…- murmuró Kuroko ahora comenzando a molestarse pero Kagami siguió sin dejarlo terminar.
-¡esta fiesta es ridícula! Una cosa es una fiesta temática y otra es esta exageración, como esa escultura estúpida y ese pastel enorme, Kuroko apenas come ¿y crees que va a querer una porción de eso?- luego empezó a gritarle de nuevo a Ogiwara -¿siquiera sabes cuál es su sabor favorito? ¡veamos si lo sabes, cortemos un pedazo!- se dio la vuelta y se dirigió al jardín, aquellos en su camino se apartaron de inmediato y así Kagami salió hacia las mesas pero en su paso encontrando algunas cosas y equipo del complejo deportivo, incluyendo un bate de baseball el cuál tomó -¿quieren algo americano? Les daré otro deporte americano ¡baseball!- dijo cuando llegó a la escultura de hielo y lo primero que hizo fue decapitarla con un golpe del bate’ pero no se detuvo allí, siguió golpeándola hasta hacerla añicos y luego seguir hacia las fuentes.
-genial, se volvió loco- dijo Takao observando la escena entretenido y comiendo una galleta aunque al instante recibió un golpe con el codo por parte de Midorima y uno en la cabeza por otro de su equipo.
-demonios…- murmuró Himuro de nuevo saliendo de entre la multitud que se habían levantado e ido a observar mejor, mientras su llamado hermano que ya iba contra la mesa de postres dispuesto a aplastar de un golpe la pieza central de merengue color azul, pero Kuroko se interpuso antes de que llegara y antes de que cualquiera notara que siguiera se le había adelantado a Himuro.
-¡ya basta! ¡¿qué demonios pasa contigo?!- le gritó su sombra sorprendiéndolo a él y a todos los demás de que fuera capaz de levantar la voz de esa manera.
-Kuroko…- solo entonces bajó los brazos pero no soltó el bate’.
-¿qué te sucede? ¡se supone que este sería un día de celebración y lo estás arruinando!-
-¿yo lo arruiné?- volvió a levantar la voz -todo estaba bien hasta que él apareció- señaló a Ogiwara y de inmediato todos los demás también dirigieron la mirada hacia él quién se puso tenso.
-¿de qué hablas? Ogiwara-kun no es el que actúa como un idiota, él solo ha ayudado en todo-
-ah claro él es tan perfecto ¿por qué no te… casas con él entonces?- fue su última respuesta antes de empezar a caminar hacia la salida y con un tono tan infantil ya sin idea de qué más alegar que de nuevo provocó una risa en algunos de los que observaban, se había rendido.
-¿qué? Ahora solo eres ridículo ¿a dónde vas? No hemos terminado de hablar- Kuroko lo siguió por el pasillo al igual que todos los demás que no querían perderse ni un instante de esa discusión -¡pues si vas a comportarte así no te molestes en volver a hablarme! ¡ni siquiera quiero verte!- le gritó y solo entonces Kagami se detuvo y volteó a mirarlo, en verdad lo había arruinado todo, ese día pensó que sería su oportunidad de declararse y desde entonces estar juntos, pero había terminado alejando a Kuroko hasta un punto en que no quería saber más de él, soltó el bate’ y siguió su camino mientras Kuroko permaneció mirando en su dirección y aún demasiado agitado por aquella pelea, Ogiwara trató de acercarse y tranquilizarlo.
-todo va a estar bien Kuroko- pero el otro le apartó la mano, estaba demasiado enfadado pero logró respirar y serenarse lo suficiente para voltear a ver a los demás
-…ya pueden sentarse- sugirió aunque aún con algo de ironía y los demás no dudaron en obedecer, salvo por Momoi que se atrevió a acercarse a él y tomarlo del brazo.
-¿quieres caminar un poco?- sugirió con tranquilidad y con ella Kuroko aceptó apartarse un rato para terminar de calmarse.
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-¡Kagami!-
-¡Taiga regresa!- mientras tanto Aomine y Himuro habían seguido a Kagami pero este al ver que lo seguían comenzó a correr para alejarse de ellos.
-¡déjenme en paz!-
-¡Taiga no puedes dejar las cosas así!-
-ya déjalo, no va a volver- dijo Aomine más pesimista y dándose la vuelta para regresar con los demás.
-¿qué demonios pasó?-