Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mio, solo mio por Akashi_Male

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Dije que este fic no tendría mas de dos capitulos, pero tendrá un poco más, ya que hay varios factores que agregaré. 

Espero les guste :3

Dos semanas han pasado, y todo sigue igual. Te mantienes en esa posición de enojo, me evitas a toda costa y no me diriges la palabra. No nos has prohibido estar en los entrenamientos, el que la Winter Cup este a la vuelta de la esquina te ha impedido hacerlo.

Mi cabeza sigue dando vueltas respecto a lo que dijeron los otros. ¿Yo te gusto? ¿Eso es siquiera posible? Jamás se me hubiera pasado por la cabeza que albergaras esos sentimientos, después de todo, nunca pareciste tener interés en alguien de forma romántica.

¡Un minuto! ¡¿Qué estoy pensando?! Es obvio que solo son alucinaciones de esos tres. El que me mires tan insistentemente no significa nada, solo me analizas y buscas mi punto débil.

 

―Pueden salir―. Me sobresalto al escuchar la voz de profesor, el cual agarra su maletín y sale del salón. ¿En qué momento sonó el timbre para marcar la finalización de clases?

 

No puede ser, me perdí toda la clase perdido en mis pensamientos. ¿Qué demonios me pasa? Tengo que dejar de pensar en esas cosas, ya no importa. Después de todo, ya no me diriges ni una mirada.

Reo me contó que trató de hablar contigo, explicarte que fue un malentendido, pero no quisiste escucharlo. ¿Enserio? ¿Así te comportas con la persona que se supone es tu mejor amigo? Entendería que fuera conmigo, ¿pero con él? ¡Me sacas de quicio!

 

―¿Mayu-chan?― Mibuchi aparece frente a mi pupitre, mirándome preocupado―. ¿Todo bien?― Me estiró levemente, cansa mucho estar sentado tanto tiempo en una misma posición en esas sillas tan incomodas.

―Si, sólo tengo sueño―. Mentira. No quiero preocuparlo más, sé que para él es difícil la situación entre nosotros y tú.

―No te creo, pero fingiré que si―. Sonríe como solo él sabe hacerlo―. ¿Vamos a comprar algo para comer? Después podemos ir al jardín, hay un lugar muy tranquilo para que podamos almorzar.

―Vale―. Me levanto, colgándome el morral en el hombro.

 

•―•―•―•―•―•

 

La cafetería está llena, los alumnos se empujan unos contra otros para llegar a comprar el sándwich super especial que venden por hoy. ¿Cuál es el punto de salir cojeando y todo golpeado solo por eso? Nunca lo entenderé.

 

―¡Hey, chicos!― Hayama se acerca a nosotros con una sonrisa, tiene una bolsa en su mano―. ¿Qué hacen?― Levanto los hombros, aburrido.

―Esperamos poder pasar por la avalancha humana para poder comprar nuestro almuerzo―. Responde Reo, Kotaro asiente, comprendiendo la situación.

 

Me cruzo de brazos y apoyo mi espalda contra la pared, odio la multitud de gente, me pone de los nervios.

Mi flequillo tapa mis ojos al agachar la cabeza, suelto un suspiro cansado. ¿Cuánto tiempo tardaremos con esto? Hayama y Reo siguen hablando entre ellos, pero su conversación no es de mi interés.

 

―Entonces quedamos así, mañana lo consultaremos con los demás―. Tu voz resuena justo en la puerta de entrada, la escucho perfectamente porque estamos relativamente cerca―. Nos vemos―. Miró de reojo, parece que hablas con uno de los alumnos que están contigo en el Consejo Estudiantil.  El chico asiente con una ligera sonrisa, sus mejillas están rojas, luego se marcha hacia una de las mesas.

 

Miras a tu alrededor, como si estuvieras buscando algo. Te muerdes el labio inferior al no encontrar eso que buscas, pareces fastidiado.

 

―¡Vamos, Mayu-chan!― Reo me agarra la mano de un momento a otro, asustándome ligeramente―. ¡Ya podremos comprar sin que nos aplasten!― Me lleva al mostrador, pasando sobre algunos pobres chicos que parecen cansados de la espera.

 

Finalmente tenemos los almuerzos en mano, yo solo compre un sándwich y un jugo de naranja. No suelo comer mucho, a pesar de practicar básquet. De pequeño, mi madre solía decir que tenia un estomago pequeño, y por esa razón me daba por satisfecho con poca comida.

Al ir hacia la salida, te veo en un rincón. Observas todo el lugar, hasta que tus ojos se detienen en nosotros. Frunces el entrecejo, estas molesto y no te preocupas por disimularlo.

 

―¿Mayuzumi?― Kotaro pone su mano sobre mi hombro, levantando una ceja―. ¿Todo bien?

―… Um―. Asiento, desviando mi atención. Si tienes algo que decir, o decirme, será mejor que lo hagas de frente y directo, en vez de estar escondiéndote y mirándonos de lejos.

 

•―•―•―•―•―•

 

El lugar que sugirió Reo de verdad es tranquilo. Esta cerca de las canchas de futbol, pero a esta hora no están practicando, así que es perfecto.

Hayama se disculpó por no poder acompañarnos, según él tenia que encontrarse con una chica que le pidió hablar a solas. ¿Una confesión? Quizás.

 

―¿Verdad que este lugar es relajante?― Asiento mientras como mi sándwich, debo admitir que esta delicioso―. Mayu-chan…―Su voz cambia de repente, haciendo que lo mire confuso.

―¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?― Suspira antes de negar con la cabeza―. ¿Entonces…?

―Viste como nos miraba Sei-chan ¿verdad?― Me sorprendo ante lo que dice, sus ojos transmiten tristeza. Solo puedo atinar a asentir lentamente―. Ese día en el entrenamiento te abracé de esa manera porque quería averiguar si mis sospechas eran ciertas, su reacción me lo confirmó, pero jamás pensé que lo tomaría tan mal, menos que nos echara del entrenamiento…

 

Ya algo intuía, aunque nunca pensé que Reo fuera capaz de algo así. Ya de por sí, eres una persona complicada, sin embargo, tampoco espere esa reacción. ¿Por qué te pusiste así? ¿De verdad te enojó tanto?

 

―Creo que… realmente le gustas a Sei-chan, pero es la clase de persona que no sabe como expresar sus sentimientos, después de todo ha tenido una vida dura y se ha cerrado por completo.

―¿Vida dura?

―Bueno, primero que nada, supongo que sabrás que es el heredero del Imperio Akashi. Muchos dicen que nacer en cuna de oro como él lo hizo, es tener la vida resuelta, pero es mas complicado que eso―. Mira hacia el cielo, luego respira hondo―. Desde niño ha sido educado para ser competente como próximo sucesor, su padre es extremadamente estricto, y nunca tuvo una infancia o adolescencia normal, siempre poniéndole metas exageradamente altas.

―¿Y su madre?― Alza lo hombros.

―Nunca me ha hablado de ella―. Suspira―. Lo de su prometida, ya lo sabía. Mis padres conocen a su familia, es heredera de las empresas Kamijou…― ¿Kamijou? ¿Las empresas de tecnología mundialmente conocidas?― Pero, no es un compromiso por amor, sino por poder.

―Eso quiere decir que…― Algo hace click en mi cabeza, entendiendo la situación―. Claro, si ellos se casan, sus empresas se fusionan… Y, por ende, ganan aun mas poder y dinero del que tienen.

―Exacto…― Sus ojos se vuelven cristalinos, parece que no acepta lo que pasa. Le duele, le duele ver a su mejor amigo en esa situación―. Siempre acatando las ordenes de su padre, incluso con quien debe casarse.

―No me imagino…― No puedo siquiera imaginarme lo que es vivir así, siempre presionado, ser perfecto en todo lo que haces, e incluso tener que casarte por cosas como poder y dinero. Que asco.

―Realmente no me extraña que Sei-chan sea así…― Cuando dice eso, algo me viene a la mente. Una duda que tengo hace días.

―Reo…― Me mira con intriga―. ¿Akashi siempre ha tenido los ojos así? ¿Heterocromáticos?

―Eh… Lo conocí cuando entró a Rakuzan, así que no lo sé―. Responde pensante―. ¿Por qué?

 

¿Debería hablarle sobre lo que vi ese día? ¿O sería incumbirme demasiado en su vida?

 

―Mayu-chan―. Pone su mano en mi hombro, una sonrisa surca su rostro―. Puedes contarme lo que sea, no saldrá de aquí.

 

Dudo un poco, pero realmente he comenzado en confiar en él. Hasta ahora me ha demostrado que es digno de mi confianza… Quizás, y solo quizás, lo estoy considerando mi amigo.

 

―¿Recuerdas lo que pasó en la azotea?― Asiente―. Antes de ponerse en ese plan violento, por un leve segundo, me pareció ver qu sus dos ojos eran rojos. Aunque, no sé si fue una mala pasada de mi mente, pero algo me dice que no.

―¿Los ojos de Sei-chan?― Abre los ojos con sorpresa, antes de taparse la boca. Lo miro confundido esa acción―. Una vez luego del entrenamiento, al cual no fuiste porque faltaste por enfermedad, cuando todos ya nos habíamos ido, Sei-chan se quedó solo para entrenar…

―¿Y?― No entiendo por qué me cuenta eso.

―Yo me olvidé mi sudadera, por lo que volví por ella…― Alzo los hombros, sigo sin entender―. Sei-chan estaba hablando solo.

―… ¿Qué? ¿Hablando solo?― Ladeo la cabeza―. Todos hemos hablado solos alguna vez, no es extraño―. Reo arranca un pedazo de pasto, parece estar nervioso.

―Lo sé, no es eso lo que llamo mi atención…

―¿Entonces?― Toma una gran bocanada de aire antes de soltarlo.

―Lo que me sorprendió fue lo que decía―. Enarco una ceja, ahora si estoy intrigado―. Decía cosas como ¨No dejaré que tomes mi lugar¨ o ¨Sé perfectamente lo que hago, soy absoluto¨, también ¨Yo no soy tan débil como tú, por eso yo estoy al mando¨.

 

Me quedo de piedra al escucharlo, no me lo esperaba. Vale, todos en algún momento de nuestras vidas hemos hablado con nosotros mismos, pero eso ya era extremadamente extraño.

No es normal ¿verdad?

 

―A partir de eso, comencé a pensar y llegue a una conclusión…― Lo observo, diciéndole con los ojos que siguiera―. Creo que el Sei-chan que conocemos no es el único…

―¿Cómo que no es el único?

―¿Cómo podría explicarlo?― Se queda en silencio unos segundos―. Siento que hay otra persona dentro de Sei-chan, lo más probable es que ese día estuviera hablando con ese otro Sei-chan…

―¡¿Trastorno de personalidad múltiple?!― Me sorprendo tanto que no puedo evitar alzar la voz, llamando la atención de los demás alumnos. Nos miran confundidos, yo solo me tapo la boca, mientras Reo trata de fingir que hablamos de algo totalmente trivial―. Lo siento…

―No te preocupes, mientras Sei-chan no lo haya oído, nadie entenderá de lo que estamos hablando―. Sonríe tranquilizadoramente―. Pero, si… Creo que eso es…

―No lo puedo creer…

―Si ese día viste ambos ojos rojos en Sei-chan, quizás… Solo quizás el otro Sei-chan apareció por unos segundos―. Me rasco la nuca, estoy demasiado sorprendido por lo que Reo dice―. No puedo asegurarlo, claramente, es solo una suposición.

―Esto me da escalofríos.

 

•―•―•―•―•―•

 

Es imposible, no importa cuantas veces lo intente, no puedo concentrarme. La conversación que tuve con Reo me sigue dando vueltas en la cabeza. Tú eres tú ¿verdad? No es posible que haya dos Akashi Seijuuro… ¿No es cierto?

Te miró en cuanto pienso eso, estas dando instrucciones a Nebuya mientras el entrenador habla con Reo. Tus ojos son de dos colores, uno rojo y el otro dorado. Definitivamente, tú eres tú…

Ladeo la cabeza, tengo que dejar de pensar en ti, en la conversación. ¡Ahora tengo que entrenar! ¡Vamos, vamos! ¡Concéntrate!

 

―¡Mayuzumi, atrápala!― Giró mi cabeza al escuchar a Kotaro, pero lo que siento es un pesado golpe seguido de un fuerte dolor punzante―. ¡MAYUZUMI!

―Agh…― Me sujeto la cara, un olor metálico invade mis fosas nasales.

―¡MAYU-CHAN!― Diviso a Reo corriendo hacia mí, al igual que el resto, incluido tú―. ¡¿Qué pasó?! ¡Kotaro!

―¡Lo siento! ¡Creí que la atraparía!― Se agachan a mi altura, Reo saca mis manos que se mantienen en mi rostro―. ¡Sangre, sangre!

―Demonios, ha sido un fuerte golpe…― Me tira la cabeza hacia atrás, mientras presiona su mano en mi nariz―. Hay que llevarlo al médico…

―Estoy bien…― Me siento extrañamente mareado―. Solo fue un golpe…

―Ustedes sigan entrenando, acompañare a Chihiro a buscar sus cosas―. Empujas a Reo para sacarlo de tu camino, luego les lanzas una mirada de advertencia―. Entrenador, le dejo el resto―. Asiente, es increíble la confianza que te tiene.

 

Me tomas de la cintura, ayudándome a levantarme. Eres realmente delicado al hacerlo, como si temieras que me rompiera en cualquier momento.

 

―Vamos―. Me guías a los vestuarios, sentándome en una de las bancas―. ¿Tienes algo más además de esto?― Me muestras mi mochila y el bolso de básquet, yo solo niego.

 

Te cuelgas ambas cosas sobre el hombro, luego agarras tus propias cosas mientras mandas un mensaje por el celular. ¿Con quién estarás hablando?

 

•―•―•―•―•―•

 

―¡Quédate quieto, Chihiro!― Cierro los ojos con fuerza al sentir tu mano apretando mi nariz.

―¡Me duele!― Pocas veces en la vida he llegado a quejarme de algo, y esta es una de ellas. Un balonazo directo a mi cara, y encima cortesía de la Bestia Relámpago, duele como los mil demonios.

―¡Tienes que mantener tu cabeza hacia atrás!― Pareces sofocado, cansado. ¿Por qué me ayudas? ¿No estabas enojado?

 

Una limusina se detiene frente a nosotros, y seguido un hombre aparece abriendo la puerta. ¿No será que…?

 

―Ya estoy aquí, Akashi-sama―. Hace una reverencia―. El medico informo que estará en la casa para cuando lleguemos―. Asientes serio, luego me agarras otra vez por la cintura, ayudándome a entrar al lujoso carro.

―¿A dónde vamos?― Pregunto confundido, tu te acomodas bien en el asiento antes de mirarme.

―A mi casa―. Respondes sin rodeos, yo solo abro la boca sorprendido.

―¿A tu casa? ¿Por qué debería ir yo a tu casa?― Inquiero frunciendo el entrecejo, tu solo levantas los hombros.

―Para que te vea un médico, obviamente―. Tus ojos me observan como si yo fuera un completo idiota―. El medico familiar te atenderá, no te preocupes.  

―¡Pero…!

―Es una orden, Chihiro―. Atino a responder, pero otra punzada de dolor me hace callar―. Ahora quédate en silencio, me duele la cabeza.

 

El ambiente se siente pesado, demasiado. Mi nariz no para de sangrar, ¿tan fuerte fue el golpe que me dio Hayama? ¡No por nada lo llaman La Bestia Relámpago!

Tu te mantienes serio, mirando por la ventana, la cual esta un poco abierta y el viento que entra hace que tu cabello baile lentamente. ¿Siempre has sido así de guapo?

¿Eh? ¡¿Qué demonios estoy pensando?! Primero Reo y ahora tú, ¿desde cuando me fijo en la belleza masculina? ¡Nunca, nunca!

Bueno… Tu cabello lacio y puntiagudo, es de un rojo que sobresalta tu belleza, tus ojos suelen dar miedo, pero van bien contigo… Tu complexión y baja estatura te dan un toque tierno… Y tus labios son tan…

 

―¡¿Qué estoy pensando?!― Tapo mi boca al darme cuenta que hable en voz alta, tú me miras confuso.

 

¡Basta, Mayuzumi! Joder, tengo que tranquilizarme…

 

―… ¿Qué?― Tienes los ojos un tanto abiertos, pareces sorprendido. Solo niego con la cabeza, antes desviar mi cara y hacer que mi flequillo tape mis ojos.

―¿Falta mucho para llegar?― Pregunto tratando de cambiar de tema, espero que no interrogues sobre lo que acabo de decir.

―No―. Vuelves tus ojos a la ventana, pero me percato que, de tanto en tanto, me miras. ¿Qué estará pasando por tu mente? ¿Qué estarás pensando?

 

Sinceramente, no me hace ninguna gracia ir a tu casa. Sabiendo la clase de familia de la que provienes, seguro es una mansión que ocupa gran terreno. Aunque, ese no es el problema…

No quiero estar a solas contigo, menos en un lugar donde no tendré la llave para salir, ya que estará en tus manos.

 

―Llegamos―. Tu voz resuena, haciendo que mire hacia afuera.

 

Una gran casa (mansión) es lo que contemplan mis ojos, el gran jardín delantero esta totalmente iluminado, como si nos diera la bienvenida.

 

―Por favor, Akashi-sama―. El chofer abre la puerta de la limusina, por lo que ambos bajamos casi de forma sincronizada―. Mayuzumi Chihiro-san ¿verdad?― El hombre me mira de arriba abajo, yo solo asiento―. Yo me ocuparé de sus pertenencias, puede entrar tranquilo.

―Vamos―. No me da tiempo a responder cuando ya me estas jalando hacia adentro de la casa―. Sigue sangrando ¿eh?― Me toco levemente la nariz, ya no es tan abundante como antes, pero algunas gotitas siguen cayendo.

 

En la entrada nos saludan la servidumbre, de forma muy correcta y respetuosa, en la sala nos espera un hombre alto, de piel tostada, cabello negro y largo, que tiene ojos verdes.

 

―Gracias por venir, Ijuuin-sensei―. El tipo sonríe antes de negar con la cabeza.

―No es nada―. Me posicionas frente a ti, dejándome muy cerca del médico―. Vaya…― Me hace sentarme en uno de lo sillones, luego analiza mi rostro y mi nariz―. ¿Cómo te lastimaste?

―Me dieron un balonazo―. Frunzo el entrecejo cuando me toca la cara, no me gusta nada el contacto físico, menos que me toqueteen.

―Gran balonazo…

 

•―•―•―•―•―•

 

Al final fue mas el susto que la realidad, por suerte no me rompió la nariz. El medico detuvo el sangrado y me puso una gasa, además de recetarme unos antiinflamatorios.

Ahora estamos tomando un café, me invitaste a tomar la merienda contigo, y aunque quise negarme, te pusiste de necio alegando que era lo menos que podía hacer luego de ayudarme y hacer que el medico familiar viniera a verme.

Ok, quizás tengas razón.

 

―…― El silencio es sepulcral, te mantienes serio, mirando la taza en tus manos. Siento como si quisieras decirme algo, pero solo te mantienes en esa posición. ¿Qué es lo que te esta molestando? ¿Por qué te niegas a hablarme? ¡Ya pasaron dos semanas, dime algo!― Chihiro…

―¿Mmh?― Alzas los ojos, fijándolos en los míos. Estas dubitativo, pensante. Definitivamente hay algo que quieres decirme.

―¿De verdad estas saliendo con Reo? ¿Esa es la novia que dijiste tener?― ¿Por qué? ¿Por qué suenas tan triste?

―Akashi…― Suspiro mientras ladeo la cabeza―. ¿Enserio crees que yo saldría con él? Es un hombre―. Frunces el ceño, parece que te molesto lo que dije.

―¿Y? ¿Qué importa que sea un hombre?― Estas tenso, aprietas la taza a tal punto que creo que la romperás en cualquier momento.

―No estoy saliendo con Reo, es solo…― ¿Qué es? ¿Un compañero de clases? ¿Un compañero de básquet? No… es…― Mi amigo.

 

Creo que ya es hora que lo empiece a llamar así, después de todo, se ha comportado conmigo como si fuera uno.

 

―¿Y por qué no aclaraste el malentendido?― Me muerdo el labio inferior, serás idiota.

―Porque ese día no diste tiempo a nada, y cuando él quiso explicártelo, no quisiste escucharlo―. Apoyas la taza sobre la mesita, ahora tus hombros parecen relajados.

―¿Entonces si tienes novia?― Niego con la cabeza.

―Claro que no, no me interesan las chicas―. Oh, demonios. ¿Qué acabo de soltar? ¡Pensará cosas extrañas!

 

Alzas la ceja, una pequeña sonrisa surca tu rostro. Pareciera que te burlas de mí, o que la situación te hace gracia.

 

―¿Así que no te interesan las chicas? ¿Y los chicos sí?― Me sonrojo, definitivamente tengo que pensar las cosas antes de decirlas.

―N-no, tampoco―. ¡¿Y ahora por qué tartamudeo?!―. Creo que mejor me voy, ya es tarde―. Antes de siquiera poder levantarme, te pones de pie y me agarras la mano. Tu mirada es extraña, no puedo adivinar que estás pensando.

―No huyas―. Tu voz sale demandante, pero no tanto como acostumbras―. Chihiro, yo-

 

Te aparto antes de que termines, parándome de mi asiento y mirándote con duda.

 

―¡No soy gay!― Exclamo agarrando mis cosas, tu expresión se deforma al escucharme―. No te hagas ideas equivocadas, jamás me han gustado los hombres, y…― ¿Y qué? ¿Qué más?

―Es una lástima…― Comienzas acercarte a mí, tomando mi rostro y tirándome para quedar a tu altura―. Porque a mi si―. Antes de poder procesar la información, siento tus labios pegarse a los míos.

 

El toque es cálido, siento maripositas en mi estómago. ¿Por qué me siento tan ansioso? ¿Qué es este sentimiento que me hace sentir tan bien?

Me tomas de la nuca con más fuerza, mordiéndome el labio. Por instinto, abro la boca para quejarme, pero aprovechas para introducir tu lengua en mi cavidad.

Al inicio es un poco torpe, sin embargo, encontramos la sincronización perfecta. Tu lengua, mi lengua, una batalla para ver quien gana. Mis ojos cerrados, este cosquilleo en mi estómago, sentir como si no existiera nada más a nuestro alrededor.

El beso se profundiza más, yo te agarro de la cintura, juntándote más a mí. Tú acaricias mi cabello, haciendo que sienta pequeñas descargas en todo mi cuerpo.

Nos separamos por falta de aire, estoy totalmente aturdido. ¿Qué acabo de hacer? ¡Soy un idiota!

 

―Chihiro…― Estas sonrojado, demasiado. Estoy seguro que estoy igual, o más.

―¿Por qué…?― No puedo completar la frase porque mi respiración esta agitada, tu sonríes como si la respuesta fuera obvia. Claramente me entendiste aun si no termine de hablar.

―Porque me gustas―. Intentas agarrarme la mano, pero la aparto antes de que lo logres―. ¿Chihiro?― No me toques, no me mires, no me hables. Por favor, no lo hagas.

―¡No juegues conmigo!― Aprieto mi mochila con fuerza, esto nunca debió pasar. Soy un completo idiota. ¿Cómo me deje llevar?― Tu tienes novia, una prometida ¿no es así? ¡No deberías estar haciendo cosas como esta!― Vale que es un matrimonio arreglado por sus padres, pero igualmente, no esta bien.

―¿Novia?― Te pones en pose pensante, como si no entendieras de que hablo―. Ah… ¿Te refieres a Kamijou Tami?

―¿A quien más si no?― Sueltas una risita, no entiendo cómo puedes reírte en este momento.

―No es mi novia, mi padre y sus padres arreglaron ese compromiso desde que tenia ocho años, pero nunca me interesó.

―¿Ah?― Me rasco la nuca, esto si es incómodo. Se nota que no terminas de entender lo grave que es lo que acabamos de hacer, no es normal ni moralmente correcto―. Igualmente, ese tema no es de mi incumbencia. Aunque fuera idea de sus padres, sigue siendo tu prometida, no puedes hacerle algo así.

―Claro que puedo, soy absoluto―. Ahí vas otra vez, realmente no te importan los sentimientos de los demás ni las repercusiones que pueden traer tus acciones―. La única persona que me gusta eres tú, esa chica se puede ir al demonio―. Ruedo los ojos con molestia.

―Que considerado―. Sonríes ante mi sarcasmo.

―Es cierto que ella está enamorada de mí, pero jamás me fijaría en alguien así―. Enarco una ceja―. Es una niña consentida, maleducada, caprichosa y no se detiene ante nada para conseguir lo que quiere, no le importa sobre quien tenga que pasar―. Suspiro, es como si te describieras a ti en algunos aspectos.

―Como sea, suerte con ella―. Me giro, comenzando a caminar hacia la salida―. Nos vemos, Akashi―. Nunca tendría que haber pasado esto, no puedo aceptarlo. ¿Me gustan los chicos? No. ¿Me gustan las chicas? Tampoco. ¿Me gustas tú? ¡Definitivamente no!

―Chihiro―. No me detengo, pero te escucho perfectamente―. Realmente estoy enamorado de ti, ¿podemos intentarlo al menos?

 

Cierro los ojos con frustración. ¿Qué se supone que debo responder a eso? Claramente tendría que decir ¨no¨, pero las palabras no salen de mi garganta.

 

•―•―•―•―•―•

 

Al final terminé yéndome sin contestar nada, y tu no has intentado forzarme. Esa clase de actuar es extraña en tu persona, sueles ponerte a ti sobre los demás, sueles tratar de sacar información como sea. ¿Eso significa que de verdad te gusto? ¿O solo quieres venir a joder mi tranquila existencia?

 

―Gracias―. Bajo del taxi luego de pagar, encontrándome con la entrada de mi casa.

 

Las luces están prendidas, no sé ni que hora es, aunque intuyo que es bastante tarde.

 

―¡Chihiro!― Mi madre se acerca a mi en cuanto entro, esta enojada―. ¡¿Dónde estabas?! ¡¿Tienes idea de la hora que es?!

―No, no sé―. Comienzo a caminar hacia las escaleras, y es cuando me doy cuenta de su atuendo―. ¿Vas a salir?

―Si, con Hiro-kun, no volveré a dormir… ¡No me cambies de tema!― Ruedo los ojos, ya estoy hastiado de esta situación―. ¡Vuelve aquí, jovencito!― Me despido con la mano.

―Buenas noches―. ¿Enserio? ¿Ni teniendo una gasa sobre mi cara puede darse cuenta de algo más que no sea lo superficial?

―¡Chihiro! ¡¿Quieres que te castigue?!― Es lo ultimo que escucho antes de cerrar la puerta de mi habitación.

 

Tiro mis cosas por algún lado, solo agarro mi celular y me acuesto en la cama. Tengo varios mensajes de Reo, preguntándome como estoy. Hayama también me mando varios disculpándose por el balonazo, y Nebuya solo quiere saber de algún restaurante por Kioto que sea exquisito y lo pueda llenar.

¿Por qué cree que yo voy a saber algo sobre eso? Que molesto.

 

 

Reo, ya estoy en casa. Todo esta bien, fue mas el susto que otra cosa.

Me iré a dormir, nos vemos mañana.

 

 

En ese momento me percató de un mensaje enviado por ti hace veinte minutos.

 

Akashi

Chihiro, no podemos dejar las cosas así, lo sabes. Quiero que sepas que no estoy jugando contigo, mis sentimientos son sinceros. Todo este tiempo he tratado de demostrártelos, pero me di cuenta que lo hice mal. Jamás tuve que ponerme violento, solo que me puse celoso al creer que tenias novia, porque creí que ya no tendría oportunidad contigo. Que idiota de mi parte ¿verdad? Realmente me gustas, demasiado.

Sobre Tami, enserio que esa chica me da igual, nunca consideré nuestro compromiso como algo real. Para mí, tu eres el único dueño de mi corazón. Suena cursi, pero es la verdad y ya no quiero ocultarlo. Sé que tu también sientes algo por mí, al responder al beso me di cuenta, pero tu te lo sigues negando. No quiero forzarte, ni forzar nada. Piénsalo ¿sí? Mañana nos vemos en la azotea durante el almuerzo, hay varias cosas que tengo que decirte. Buenas noches.

 

 

―¿Por qué haces esto? ¿No puedes simplemente olvidarlo?― Mi corazón late a mil por hora, mi estomago se retuerce.

 

¿Es posible que me gustes? ¿Es posible que todas tus miradas hasta ahora hayan sido porque te gusto y no para destruirme o analizarme? Quizás… ¿Estuve equivocado todo este tiempo?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).