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ESQUIZOFRENIA por juda

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Se pasó el resto del día sonriendo como estúpido. Lo notaba pero no podía hacer nada al respecto, se sentía volando.

Cuando se encontró con Ale en la escuela y éste le contó que El Esqui seguía desaparecido, fingió sorpresa y no sintió ni un ápice de culpa. Su interior gritaba YO SI SÉ DONDE ESTUVO, DURMIÓ CONMIGO Y ME LO COGÍ DOS PUTAS VECES.

Estaba feliz y no se iba a negar a esa felicidad.

-Es lunes ya -le dijo Ale sentándose a su lado en el pupitre.

-Y mañana es martes -contestó Franchesco sonriente.

-¿No me vas a contar a donde mierda te fuiste el viernes ni con quien?

Ellos no tenían secretos y ya había previsto que ese interrogatorio sucedería así que se inventó una historia, la tenía planificada mentalmente, todos los detalles memorizados. El nombre de la mina sería Nancy.

Así que a Ale le contó del encuentro con Nancy, le dijo que habían terminado cogiendo a escondidas en su casa y que su madre se había dado cuenta. Le mostró orgulloso el chupón que tenía en el cuello y que ya comenzaba a desaparecer pero que era la marca de esa mujer  en su cuerpo.

El rubio se rió divertido, su amigo estaba entusiasmado, le hizo burla diciéndole que esa Nancy le había pegado fuerte y él, en lugar de desmentirlo, fue contundente "Siento que es lo mejor que me ha pasado en toda la vida!"

-Eh hombre! vete con calma, acabas de conocerla! -le gritó Ale, pero Franchesco seguía sonriéndole a la nada mientras miraba algún punto en el espacio del curso.

-Te juro, amigo, que siento como si la conociera desde que soy un crío y había estado esperando todo este tiempo para que sucediera lo que está sucediendo.

***

Las clases de Franchesco finalizaban a las 9 de la noche.

Salieron abrazados del hombro con Ale y mientras se dirigían a tomar una cerveza, recibió un mensaje.

"Si lo abrazas así me voy a poner celoso"

Giró en redondo buscándolo.

Ale también hizo lo mismo pero sin saber qué era lo que buscaban.

-¿Qué pasa?

-Nada, es ella, me está escribiendo, pero no sé donde está. Ve al bar, ya voy yo.

-Eh!!! que esa tía no se ponga en calidad de posesiva porque ésta siempre fue nuestra hora de cerveza!

-Ok, ok, no te dejaré! Vete al bar, ya voy yo!!! -le exigió y cuando lo vio doblar en la esquina, volvió a girar buscándolo.

"Regresa a la escuela"

Leyó el mensaje y regresó los pocos metros que habían hecho, él estaba ahí, a un costado del portón, apoyado en una pared.

Era un adonis, el cabello rojo estaba sujeto en una bandana y lo esperaba con una sonrisa que le achinaba los ojos y le producía dos profundos hoyuelos a los costados del rostro. Apenas llegó, Seba lo tomó de la mano y se metieron en una zona oscura.

-Ya te dejaré libre para que vayas con él, solo quería darte tu beso de las buenas noches -susurró el pelirrojo mientras lo tomaba por el cuello y la cintura para asegurar su cercanía, y le pasaba la lengua por los labios y el lóbulo de la oreja.

-No es necesario que me vaya, tu hermano puede vivir sin mi -jadeó liviano, entregado a las lamidas de Sebastian.

-Escuché lo que te decía y tiene razón, este es tiempo de ustedes, ya encontraremos el nuestro.

Franchesco se separó y lo miró a los ojos.

-No estarás celoso de tu hermano, ¿verdad?

-No, amor. Digo simplemente que no quiero asfixiarte, ya encontraremos el tiempo para esto y nos iremos acomodando.

Franchesco había dejado de escuchar luego de la palabra "amor". Seba le había dicho "amor", se aferró a la cintura del pelirrojo y pegó su cadera a la de él, frotando las dos pijas.

-Duerme conmigo, vamos a coger toda la noche!

-No, Franchesco, vamos despacio. Yo regresaré a mi casa y nos veremos otro día.

-No, otro día no, quiero ahora -se quejó haciendo un puchero.

El pelinegro lo había empujado a una zona mucho más oscura, llena de árboles, ya había metido la mano por el pantalón de Seba y estaba masturbando al pelirrojo.

Seba sacó su pija del pantalón para que pudiera manosearla a gusto e hizo lo mismo con la polla de su pelinegro y mientras se besaban con violencia, se masturbaron mutuamente. Estaban llegando al clímax, pero ahora era Seba quien quería más, le bajó el pantalón y comenzó a dilatarlo con apuro, con ansias. Franchesco respiraba agitado, se escupió la mano y se la pasó por la polla de Seba mientras giraba y levantaba el culo para que su Adonis pelirrojo hiciera con él lo que le viniera en gana. Lo penetró abrazándolo con fuerza, acoplando su cadera a la del pelinegro, los dos jadeaban con fuerza, Seba le tapó la boca y él mismo mordió la espalda del crío para que no fueran escuchados, hizo cinco estocadas y acabó en sus entrañas. Franchesco lo escuchó gruñir y eyaculó en la mano de Seba.

Mientras salía de su interior y dejaba que su niño se limpiara con un pañuelo, él se dedicó a lamerse la mano y disfrutar el sabor de Franchesco.

***

-Demoraste -se quejó Ale -y encima te apareces con cara de que te la acabas de coger, decime que no hicieron un rapidito en plena calle.

-No sé que hicimos Ale, ya te dije que es lo mejor que me pasó en la vida, todo lo que hago con ella es perfecto y hermoso.

El rubio miró la cara de estupidización que cargaba su amigo y supo que Franchesco se estaba enamorando, lo que ignoraba es que su pelinegro amigo ya se había enamorado hacía mucho y que ahora solo estaba haciendo su sueño realidad.

***

Durante la semana repitieron la rutina de verse unos minutos después de la escuela de Franchesco, el pelinegro se quejaba que quería más tiempo para estar juntos, pero era imposible, Seba trabajaba todo el día. Ambos decidieron que los fines de semanas serían "sus días de recompensa".

Ale no se quejó cuando Franchesco comenzó a desaparecer al salir de la escuela, iba al bar y lo esperaba mientras se escribía con su pálido amor.

Ante los ojos de todo el mundo, Cesar era un antipático engreído, pero él sabía que sólo tenía problemas para socializar, Ale sabía que Cesar era el hombre más tierno y dulce que su existencia había tenido el placer de conocer.

Día por medio quedaba a dormir en la casa de su pálido amante y a su madre le mentía que estaba en lo de Franchesco.

-Son buenos tiempos -le dijo una noche a Franchesco -estamos pasando por buenos tiempos, vos tienes a tu Nancy y yo a mi Cesar. Creo que nos merecíamos encontrarlos.

Y Franchesco no pudo estar más de acuerdo.

Se merecían encontrarlos.

El viernes al mediodía Ale le preguntó si saldrían a bailar esa noche.

-No sé, vos no hiciste planes con Cesar?

-No! Los viernes solemos salir los dos, tenía miedo de que te enojaras si armaba planes con él. Podríamos salir los cuatro, pregúntale a tu Nancy si quiere salir con nosotros.

-No creo que quiera ir, de todas maneras no me enojaré si sales con Cesar, nos vemos todos los días Ale!!! Tampoco es como que te andaría llorando por ahí!

-Ok! pero después cuando no puedas más de tanto extrañarme, no te quejes -le dijo mientras le pegaba en la cabeza.

Iban hacia un negocio a comprar pan, estaban por almorzar juntos cuando Ale pegó el gritó:

-ESQUI!!!

Franchesco se sobresaltó y lo buscó con la mirada. Iba caminando por la vereda del frente con Tomás.

Ale cruzó corriendo la calle. El pelinegro vio perfectamente cuando Seba deslizó la mirada hacia él y le sonrió levemente, era apenas una pequeña mueca, pero lo suficientemente evidente para que lo notara, ya comenzaba a conocer sus gestos. También le sonrió, con el corazón palpitándole en la garganta.

-Ale -saludó Seba a su hermano cuando llegó hasta él. -Hola Franchesco -le dijo cuando él también se acercó.

-Hola Sebastian -le respondió tímidamente el pelinegro.

-¿Cuando mierda piensas regresar a casa? Mi vieja me tiene las pelotas llenas diciéndome que te obligue a volver.

-¿Para que quieres que vuelva? -preguntó Tomás haciendo un paso hacia el frente y protegiendo con su cuerpo a Seba -para que el borracho que vive con ustedes lo golpee de nuevo? Seba no puede estresarse tanto y vos lo sabes.

-No estoy hablando con vos, bro! -espetó Ale.

Seba tomó del brazo a Tomás y se lo acarició levemente para que se calmara. 

A Franchesco le había comenzado a latir una vena en el cuello y se había puesto rojo de bronca.

-Ya hablé con mamá, Ale, la última vez dejó muy en claro quien le interesaba.

-Ya sabes como es ella. Está necesitando plata, acercate, dejale algo y visitala al menos.

-No voy a dejar dinero para que le dé de comer a esa mierda. Ya pasaré por la casa a verla.

Ale se arrepintió de estar obligando a que dejara dinero, pero sabía que era eso lo que ella quería: tenía que mantener el vicio de su hombre y el sueldo de él no alcanzaba para alcohol y comida.

-Todo bien, Esqui -le dijo intentando hacer las pases, miró a Tomás y le sonrió.

-¿No salen ustedes a bailar? Alguna noche podríamos salir todos, yo estoy viéndome con alguien, te lo podría presentar, Esqui. Franchesco también está de novio. Podríamos armar algo! -sugirió entusiasmado, Seba había sonreído ante la noticia de que su hermano tenía una relación. -¿Qué opinas Franchesco? Dile a Nancy que podríamos salir todos!!

-Nancy? -preguntó Seba sin disimulo.

-Si, es la novia de Franchesco!


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