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ESQUIZOFRENIA por juda

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-Prometiste escribirme y ya pasaron varios días.

-Lo que pasa es que cuando nos vimos... yo en realidad estaba solo, pero después... -Seba jugaba nervioso con una servilleta.

-Tommy me lo contó -le dijo sonriente y Sebastián levantó los ojos para observarlo. -Tranquilo, quería conversar contigo, pero si no hacía esto no ibas a ceder. Sólo quiero ser tu amigo, me hubiese gustado llegar en otro momento y ser algo más, pero si no puedo alcanzar hasta esa instancia, al menos me gustaría tener tu amistad. No se encuentra muy a menudo gente como vos, me gustó sentarme a tomar un café y hablar de literatura, o de películas, no lo disfrutaste tu?

El pelirrojo afirmó con el rostro sonriente. La mesera se acercó, Seba aun no había visto bien el menú y Nicolás le recomendó que pidieran un par de sandwiches vegetarianos. El pelirrojo aceptó de inmediato, tenían gustos similares, supuso que si le gustaban al mayor, también le gustarían a él... y no se equivocó. Miró el bar con detenimiento mientras pensaba que debería regresar con su pelinegro y mostrarle lo bien que sabía la comida sin carne.

-¿Crees que podamos ser amigos?

-Si, por supuesto que si -respondió seguro y Nicolas suspiró cuando vio los hoyuelos.

-Te traje algo -le dijo mientras levantaba un maletín y sacaba un paquete rectangular.

-Y esto?

-Me fui a comprar un par de libros y me encontré con Barker. Hablamos la última vez de la diferencia entre king y Clive Barker así que los compré para ti.

Seba rompió el papel que los envolvía y miró los libro.

Era IT de Stephen King y Cabal de Barker.

Lo observó. Nicolás sonreía con el rostro entero, estaba casi luminoso.

-Gracias!!! -murmuró llevando los libros al pecho.

-El sábado hay un ciclo de películas, proyectarán una italiana que tiene una importante carga dramática y pone de manifiesto la lucha de la sociedad por preservar los estándares utópicos de moralidad arrastrando a hombres y mujeres homosexuales a una línea de marginalidad. Es una película muy controversial, seguro que te gusta, se espera que despierte un debate fuerte.

-¿Puedo llevar a mi pareja? -preguntó con los ojos inmensamente abiertos, con tanta ilusión como desilusión sintió su amigo.

-Puedes llevarlo, yo iré con un grupo de amigos, podríamos encontrarnos todos en ese bar.

-OK, veré si puedo ir!!! -Seba se estaba preguntando internamente si Franchesco había visto a Nicolás esa noche, el muchacho alto no había bajado del vehículo en ningún momento cuando regresaron a la casa y asumió que no lo conocía (desconocía que Franchesco había estado escondido desde que Nicolás pasó a buscarlo). Realmente quería ir a ver esa película y aun más, compartir el momento con su pelinegro.

Esa misma noche le preguntaría.

No tomó la pastilla que le tocaba tomar a la noche, decidió que la tomaría recién cuando estuviera de regreso en su casa.

Pasó a buscar a su pelinegro a la escuela, se escondió en el mismo sitio que siempre y lo vio salir con Ale, sonrió cuando el muchacho lo buscó con la mirada disimuladamente y lo encontró entre los arbustos.

Cuando Franchesco llegó a la esquina le dijo a su rubio amigo que se fuera con Cesar que él tenía que ver a alguien.

-Por tu cara veo que te reconciliaste.

El pelinegro sonrió.

-Al final no te engañaba?

Negó feliz.

-Ok, ve, luego hablamos.

-¿Hablar?

-Si, quiero que El Esqui conozca a Cesar y saldremos el viernes, ¿te unes?

-¿Los cuatro?

-Si!

-¿El Esqui ya aceptó?

-Sip.

Franchesco volvió a sonreír mientras regresaba a la escuela.

-Anotame, yo también voy.

Antes de entrar miró hacia la esquina para comprobar que el rubio no lo hubiese seguido, estaba en eso cuando una mano salió de en medio de los arbustos y lo hizo entrar de un tirón.

Franchesco largó una carcajada cuando sintió como Seba se prendía de su cuello y comenzaba a morderlo entero mientras lo abrazaba con tanta fuerza que sentía perder el aire.

Su pelirrojo estaba con todos los sentidos despiertos y eso lo llenaba de placer (por supuesto que ignoraba que para que eso pasara no había tomado su pastilla).

-¿Me extrañaste? -le preguntó apoyándole la pija durísima en la cadera de su pelinegro y Franchesco bajó la mano para tocarlo porque así era como quería sentirlo siempre.

Escucharon cuando los últimos profesores salían del establecimiento y se metieron aun más en la oscuridad de los arbustos, riéndose los dos.

La escuela tenía una infraestructura deteriorada y el lateral derecho estaba prácticamente lleno de monte, Franchesco lo arrastró hacia ese lugar y Seba lo siguió de buena gana.

El pelinegro se apoyó de cara a una pared y levantó el culo, mirando por sobre el hombro a su pelirrojo. Lo vio cuando Sebastián lo miraba pasándose la lengua por los labios.

Le bajó de un tirón el pantalón, se escupió la mano y comenzó a dilatarlo mientras se sacaba la pija dura y se la escupía. No tardó demasiado en penetrarlo, de una sola estocada le metió la mitad de la polla, Franchesco pegó un grito y Sebastián le tapó la boca mientras le respiraba en la nuca y detenía la penetración.

Estuvieron en esa posición unos cuantos segundos hasta que el pelirrojo comenzó a sacar y meter lentamente la polla, sin llegar a introducirla entera.

Escucharon más voces y al conserje. Por entre los arbustos lo miraron, aparentemente el hombre había escuchado algo porque escudriñaba la oscuridad. Se acercó despacio hacia los arbustos y se paró a prestar atención.

Seba tenía penetrado a Franchesco a unos dos metros de distancia, oculto por la vegetación. Aun tenía la mano en la boca del pelinegro, en ningún momento le sacó la pija del culo, el conserje seguía atento a si escuchaba algo. Seba sacó la polla y lo volvió a ensartar con fuerza, Franchesco comenzó a morderle los dedos mientras intentaba pegar más el culo a la cadera de su pelirrojo.

Seba comenzó a bombear rápido.

-¿Qué pasa? -dijo un profesor acercándose al conserje.

-Escuché ruidos.

Los dos hombres intentaron penetrar con los ojos la oscuridad.

Franchesco los observaba por ratos, cuando lograba focalizar la mirada, cuando no tenía los ojos en blanco.

Seba los miraba fijo, sin dejar de bombear el culo de su pelinegro.

-Debe haber algún animal escondido por ahí.

-O ratas.

Ambos hombres se volvieron a la entrada mientras conversaban sobre otras cosas, cerraron el portón con candado y se fueron.

Seba pegó una última estocada y sintió el esfinter de Franchesco cerrarse con fuerza en torno a su pija llevándolo a perder el control y acabar profusamente en su interior, el pelinegro hizo lo mismo en su propia mano, mientras terminaba de masturbarse.

***

Saltaron el muro y corrieron mientras se reían.

-Me hacía falta eso!!! -jadeó el menor y Seba lo besó satisfecho.

-Me tengo que ir bebé -le acaró mientras le acariciaba el rostro.

Franchesco hizo un puchero.

-Cuando vamos a decir sobre lo nuestro?

-Todavía no, es muy pronto. No sabemos cuanto va a durar esto, sería una boludez si hablamos y se termina al día siguiente.

Franchesco se alejó dos pasos y lo miró de arriba a abajo.

-¿Piensas dejarme?

Seba largó una carcajada.

-No!!! Pero a Ale no le va a caer bien que me esté cogiendo a su amiguito. Y quiero estar más seguro. A una semana de comenzar me dejaste, no puedo saber que va a pasar hasta el próximo fin de semana.

Ya te he dicho que dejes de decir que te dejé!

-Pero lo hiciste!!!

-Si sigues diciendo eso es porque no me perdonaste. Me equivoqué. Actué sin pensar.

-Por eso te pido que no lo digamos todavía, no sé si sos de los que actúan sin pensar todas las semanas!!

Franchesco cruzó los brazos sobre su pecho, hizo un puchero y bajó el rostro. Seba volvió a largar otra carcajada.

-Bebé, creo que sería conveniente esperar un poco, así la relación prospera sin presiones. Ahora me tengo que ir!

-¿Qué tanto tienes que hacer que debes dejarme tan rápido?

No le diría que debía tomar las pastillas, que ya había dejado pasar muchos horas, que si las tomaba a la hora que debía hacerlo no iba a poder mantenerse despierto y mucho menos lo iba a coger como el niño quería.

-Estoy cansado bebé, quiero ducharme y dormir.

***

Entró a su casa en puntas de pie, sacó las pastillas de su mochila, acomodó los libros que Bogum le había regalado bajo el brazo y fue a la cocina por agua para tomar la medicación.

La puerta se abrió y entró el hombre que vivía con su madre.

Seba lo miró de reojo, tragó las pastillas, enjuagó el vaso y estaba por guardarlo cuando sintió el tirón de los libros. Giró asustado para mirarlo.

-¿En vez de darle plata a tu madre para la comida te compras libros?

-Me los regalaron. -respondió quitándoselos de las manos, lo apartó con el brazo para poder pasar, pero antes de salir el hombre lo tomó por la cadera y le apoyó la pija semierecta que se había sacado por arriba del pantalón corto que llevaba.

-Andas vendiendo el culo y como forma de pago te dan libros? No estás haciando buenos tratos, con este culito que tienes yo exigiría buena plata.

Seba había notado que el tipo siempre lo miraba de manera libidinosa e intentó atribuirlo a sus estados de paranoia cuando estaba sin medicación. Pero ahí estaba, no se había equivocado.

Giró y lo empujó con todas sus fuerzas, el hombre cayó de culo, el pelirrojo se acercó a él y levantó la pierna. El otro llevó las rodillas al cuerpo para protegerse, pero la patada no llegó.

Sebastián había bajado el pie y lo miraba con asco, lo escupió.

-Me tocas de nuevo un pelo y te mato, te juro que te mato.


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