Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sweet, sweet omega. por David_tank

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Hidan sintió el pánico y el asco, no deseaba nada de él, tenía asco y miedo y cerró fuerte los ojos ante lo asqueroso de todo, sus labios fueron cubiertos por la boca de Kizame y lloró de miedo, era húmedo, brusco y tan repulsivo, no quería pensar mas, no quería nada mas que en ese segundo morir.

Intentaba removerse para que no le tocara mas, rogaba porque le soltara, pero Kizame era el doble de fuerte y estando en su calor no había nada que pudiera hacer. Solo matener sus ojos cerrados y pensar que estaba en otro lugar, lejos, sin que nada de aquello pasara.

Un golpe fuerte le hizo gemir y removerse, cuando abrió los ojos, vio una sombra y Kizame tendido en el suelo, intentando incorporarse.

            –Bebé. –Murmuró Kakuzu y corrió a abrazarlo, acariciando su mejilla. –Estoy acá. –Dijo mientras buscaba la llave entre las cosas, liberando el pie del peliblanco. Le tomó entre sus brazos y subió al primero piso, dejando al menor en el sofá. –Espera acá, cerraré la puerta.

            –¡No! –Gritó Hidan, notando lo que había pasado, sosteniendo la muñeca del moreno.

            –Hidan, espera acá, volveré en un segundo. –Dijo de inmediato, besó su frente y se zafó, logrando ir hasta la puerta que daba al sótano y cerrando con la llave. Su celular comenzó a sonar y contesto.

            –¡Era él! Kakuzu, envié una patrulla a la casa, no tardarán en llegar. –Dijo Konan bastante acelerada.

            –Pide una ambulancia también, Hidan necesitará constatar heridas. –Gruñó sintiendo un nudo en su estomago.

            –¿Qué tan mal esta? –Preguntó con cuidado la mujer. –¿Estas allá?

            –No tan grave, pero si hubiese tardado un poco mas, no sé si sería lo mismo. –Tragó grueso. –Dejo lo de la ambulancia en tus manos. –Tras cortar la llama fue de regreso a la sala, se hincó frente a Hidan y le tomó el rostro, su labio estaba roto, su mejilla magullada y un ojo un poco morado. Habían mordidas en su cuerpo y moretones, provocando que la rabia del mayor incrementara.

            –Policía. –Gritó alguien desde la puerta de la entrada, dando fuertes golpes.

            –Voy. –Dijo de inmediato Kakuzu y se levantó, abriendo para los cuatro hombres que estaban fuera. –Acabo de llegar, soy el custodio de Hidan, golpee a Kizame en la cabeza, esta aun medio inconsciente en el sótano. Hidan esta en el sofá de la sala.

            –Tendrá que acompañarnos. –El mayor asintió mientras el resto de los hombres pasaban para ir a buscar a Kizame y en unos segundos llegó la ambulancia, comenzando a revisar a Hidan, él cual aún parecía ido de toda la situación.

            –Hidan–Dijo el moreno, acariciando la mejilla sana del menor. –Debo ir con los policías para los papeleos ¿De acuerdo? Te veré en el hospital. –Comentó y este apenas asintió, Hidan no era así, era mucho mas activo que ahora.

Kakuzu estaba en su propio mundo, no quiso ver a Kizame en la celda, puso la demanda, además de todo el papeleo por secuestro, lo único que faltaba era la constatación de lesiones y saber hasta dónde había llegado con el menor.

Fue al hospital tras todo aquello para buscar el informe del doctor y pasar a ver a Hidan, lo que no esperaba era el alboroto en el cuarto y que el informe no estuviese listo aún.

            –¿Qué esta pasando? –La pregunta resonó en el cuarto donde estaba Hidan en una cama, Konan apoyada en la pared y dos enfermeras con el doctor intentado tranquilizar a Hidan el cual se removía y no dejaba ser tocado por nadie.

            –Él no quiere ser tocado. –Dijo la mujer de pelo azul, mirando con fastidio al menor en la cama.

            –Hidan, necesitamos cuidarte y hacer el informe. –Pidió el doctor que parecía tener mas paciencia que la mujer.

            –No quiero que me toquen. –Gruñó cubriéndose mas con las sabanas.

            –Hidan ¿Te sentirías mas cómodo estando solo con el doctor? –Preguntó Konan y Hidan apenas negó con la cabeza. –¿Con el doctor y Kakuzu? –El menor dudo, pero asintió apenas con la cabeza, todos menos los nombrados salieron. 

            –Bien, comenzaré revisando las heridas y curando las de tu cada, luego iré bajando. –Dijo el hombre, pasando gel y vendando las heridas, limpiando algunas con cuidado. –Te sacaré una muestra de sangre ahora. –Tomó con cuidado el brazo y sacó una cantidad de sangre para los exámenes. –Hidan, esto es incomodo, pero debes tumbarte en la cama y separar tus piernas.

            –No. –Dijo de inmediato y se tapó mas, no quería que nadie le tocara o le viera ahí.

            –Es necesario. –Repitió y Hidan negó.

            –Él…Él solo metió sus dedos. –Dijo Hidan, mientras su rostro se enrojecía. –No hizo nada mas…–Admitió entre con rabia y vergüenza.

            –Aún así pudo hacer daño, ¿Duele? –Preguntó el doctor y Hidan negó. –Bien, lo dejaré ahora, puedes vestirte.

Hidan tomó de inmediato la ropa que Konan le había traido y se vistió, cubriendo bien su cuerpo.

            –Le haré el informe de inmediato. Permiso.

Kakuzu se sentó al lado de la camilla y se le quedó mirando unos segundos, Hidan parecía cansado.

            –Duerme. –Besó su frente mientras se levantaba.

            –No te vayas. –Pidió con voz ligeramente quebrada, haciendo que el mayor nuevamente se sentara, sería una noche larga.

Había pasado una semana, Hidan había estado en casa desde hace tres días, mucho mejor, por otro lado, Kizame estaría en prisión un largo tiempo, por secuestro de menor, abuso y maltrato y cuando saliera, tendría una orden de alejamiento para Kakuzu y Hidan.

Hidan reposaba en el sofá, desde que había llegado a la casa había descubierto lo hermoso que era netflix, había comido, bebido y existido ahí, apenas regresaba a su cuarto a dormir.

            –Apaga eso, Hidan, ya vete a dormir. –Ordenó Kakuzu, eran alrededor de las 11 de la noche y mañana debían ir a ver los exámenes de sangre y saber que supresores eran los mejores para Hidan, a pesar de que ya no estaba en calor, debían asegurarse para el siguiente mes y monitorias sus ciclos.

            –Pero aun no termino. –Dijo concentrado en la pantalla. –Y he tenido una maratón de terror, son mis favoritas, mucha sangre y gritos. –Murmuró concentrado en la pantalla. –Nunca había visto de estos…

            –Ajá y no dormirás, pausa eso, terminarás de verla mañana. –Kakuzu tomó el control y apagó el televisor, sacando una protesta del menor.

            –¡No seas aburrido! Vamos, eres un viejo amargado. –Abultó sus labios y Kakuzu rodó los ojos, apagó la luz y comenzó a caminar a su cuarto.   

            –¡Hey! ¡No! –Gritó el peliblanco corriendo por el pasillo hasta alcanzarlo. –Esta oscuro, no puedes dejarme solo.

            –Puedo, lo hice, vete a dormir, no lo repetiré. –Abrió la puerta del cuarto de Hidan y le empujó dentro, necesitaba dormir un poco, cuidar a Hidan era agotador, parecía que cada vez que él decía que sí, el mocoso solo por gracia decía que no.

Necesitaba descansar de él, dormir un poco, pero en cuanto se metió a la cama en ropa interior, la puerta fue golpeada un par de veces.

            –¿Qué quieres ahora?

            –Tengo miedo… ¿Puedo dormir contigo? Tu cama es grande…

El moreno rodó los ojos y no respondió de inmediato, en la mañana cuando le dijo que ver películas de terror no era buena idea Hidan pareció ignorarle por completo, pero ahora estaba en su puerta.

            –Bien, pasa. –Dijo luego de un rato, escuchó la puerta y en unos segundos Hidan ya estaba metido en la cama, ocupaba ropa interior y una camiseta que le había robado al mayor como pijama. –Te lo dije, mocoso.

            –Callate, no sabía que en la noche me daría miedo. –Gruñó apenas y se acercó mas, notando lo calido que era el contrario.

Por su lado, el mayor le atrajo contra su pecho y le abrazo.

            –Duermete. –Ordenó.

            –Mandon…–Dijo mientras frotaba su rostro al hombro, inhalando suavemente, olía bien, tan calido y tan bien…Si, ahora estaba mucho mejor.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).