Necesito un lugar para descansar cómodo
A veces JongHyun sentía que no sabía qué estaba haciendo con su vida. Mientras sus demás amigos estaban estudiando, algunos trabajando y estudiando a la vez, él solo iba a su trabajo, día tras día, tan solo para tener dinero para no morir de hambre y tener un techo sobre la cabeza. No tenía una meta establecida, algo por lo cual levantarse cada mañana y luchar un día más.
Él tenía a alguien.
Lee JinKi era el nombre del hombre del que se había enamorado, la razón por la cual se despertaba todos los días para enfrentar un nuevo día, el motivo por el que luchaba.
Se habían mudado juntos desde hacía algunos meses, y las cosas iban bien, no les faltaba nada, mucho menos amor. Sin embargo, a veces JongHyun se sentía una carga porque no hacía nada productivo con su vida.
El mayor estaba estudiando y trabajando, y a veces llegaba tan cansado que solo se lanzaba a su cama y no se despertaba hasta el amanecer, cuando terminaba sus deberes y salía hacia la universidad. JongHyun se sentía orgulloso de él porque lo veía progresar, desear ser algo en la vida más que solo llegar con las justas a fin de mes, tal como lo hacía él.
Y es que, a veces, le costaba trabajo pensar en el futuro, pensar en algo que hacer con su vida, para no ser solo una carga, para no andar por la vida sin rumbo fijo.
A veces le costaba simplemente salir de la cama, ¿cómo podría, entonces, ser algo más?
En días como esos, al llegar del trabajo se recostaba en el suelo de la sala, con las luces apagadas, con tan solo una vela aromática encendida; se embargaba del olor de la vela, y se quedaba ahí, o mirando el techo, o solo con los ojos cerrados y la mente en blanco. Se sentía inútil, aunque todo en el trabajo lo hubiera hecho bien; se sentía inservible, como si a nadie le hiciera falta. Le gustaba pensar que era invisible, y que nadie lo encontraría nunca, y eso estaba bien.
Sin embargo, después de un par de horas de sentirse vacío, llegaba JinKi y se acercaba a él, sonriendo, pretendiendo que todo estaba bien cuando, en realidad, le dolía ver a la persona que amaba en ese estado. Dejaba todo de lado, incluso su cansancio y se recostaba en la alfombra. No decía nada, solo se quedaba ahí, tomaba la mano del otro y la entrelazaba.
Esperaba paciente, a que el otro se calmara y reprimiera sus ganas de llorar porque sabía que no le gustaba que lo viera así. Y cuando lo escuchaba respirar normal, y mirar al techo, se recostaba en su pecho, con su oído justo en su corazón.
—Es muy cómodo descansar aquí —decía, y luego cerraba sus ojos, sintiendo como el menor lo rodeaba con sus brazos y le susurraba un "gracias" para después dejarle un beso en la coronilla.
JinKi asentía, y apretaba su agarre en la cintura del menor. Al día siguiente despertarían con dolor en la espalda, JongHyun más que JinKi, pero si con eso lograba calmar el dolor en el pecho del menor, cualquier otro dolor valía la pena.