Tu silueta provoca a mi imaginación
Tu cabello ligeramente desordenado
Tu cuerpo resalta aún más
Es tu camiseta blanca
JongHyun revisó el lente de la cámara y enfocó a SooYoung, tan solo para revisar que el zoom estuviera bien. Al corroborar que sí, dejó el aparato de lado y tomó su botella de agua. En lo que la abría y le daba un sorbo se puso a mirar a los modelos de esa sesión. La marca Taem había sacado una nueva colección de pantalones de mezclilla de colores, y lo habían contratado a él para que tomara las fotos para la publicidad. Fue JinKi, el jefe de publicidad de la empresa, quien lo sugirió para la sesión; también fue quién se encargó de escoger a los seis modelos y de sus contrataciones. Era bien sabido que le gustaba que las cosas marcharan como debían y por eso solía estar presente en las sesiones; sin embargo, se hallaba en esa por JongHyun. No lo había visto en algunas semanas, y pensó que ese momento le caería de maravilla para saludar.
JinKi se paró al lado de JongHyun, con las manos en los bolsillos de su pantalón de vestir, en lo que esperaban a que los modelos se colocaran frente a ellos para una foto grupal.
—¿Cómo lo llevas? —quiso saber el mayor, mirando a su amigo. El fotógrafo se hundió de hombros.
—Son bastante profesionales, no tengo quejas.
Lo eran, o al menos a sus ojos. No había escuchado a ninguno quejarse, o tener aires de diva. El fotógrafo había trabajado con gente así antes y habían sido un dolor de cabeza.
—No lo decía por eso. —JongHyun lo miró de reojo—. He visto cómo lo miras.
Entrecerró los ojos, esperando lucir indiferente.
—¿A quién?
—Al modelo rubio.
JongHyun se tensó enseguida, carraspeando y estirando el cuello.
—No sé de qué...
—Tranquilo, no es muy notorio —habló poniendo una mano en su hombro y dándole un suave apretón—, pero te conozco y sé interpretarte.
JongHyun lo miró con una expresión entre divertida e incrédula.
—¿Cómo te llamo ahora? ¿JinKi, el intérprete?
El mayor rio divertido, y se encogió de hombros, mirando de nuevo hacia los modelos. Ya estaban todos en sus lugares, charlando entre ellos y JongHyun procedió a indicarles cómo debían posar, sin ingresar al set. Les indicó cómo poner sus manos, las miradas que quería de ellos hacia la cámara y hasta le arregló el cabello a un par de las modelos.
Todos usaban una camiseta blanca, contrastando con el color del pantalón que vestían. Las mujeres llevaban colores fríos, mientras que los hombres llevaban colores vivos. El modelo rubio que le interesaba vestía uno rojo. Le quedaba ajustado, moldeando sus piernas, y JongHyun se preguntó cómo le quedarían en la parte de atrás. Cuando regresó al lado de JinKi, el mayor le sonreía sugerente y él sólo rodó los ojos.
—No vayas a empezar, hyung.
—¿Empezar con qué?
JongHyun lo miró.
—Tú sabes. —No añadió más y empezó con las fotos.
Era cierto cuando decía que todos eran profesionales, y que estaban hechos para la cámara, porque bastaba con que les diera una indicación y ellos la acataban de manera correcta, haciendo más llevadero el trabajo. Estaba satisfecho con cómo se desarrollaba la sesión, y tras unas fotos más, de cambio de poses y de miradas, llegó el turno de las fotos individuales.
Primero fueron las mujeres, cada una de ellas sonriendo y siendo coquetas. Fueron tomas rápidas, y quedó satisfecho con el resultado obtenido que las envió a cambiarse de ropa, o de color de pantalón. Mientras esperaba, sería el turno de los modelos. Fue rápido, tanto, que con unas cuantas fotos había terminado con dos modelos; era el turno del rubio.
JongHyun sintió la garganta seca cuando vio al hombre, con sus pantalones ajustados, pararse delante de la cortina azul índigo que había sido la escogida. Le dijo que se parara derecho, mirando a la cámara con seriedad, pero no frialdad. El hombre lo hizo. Luego, que posara casual y que sonriera, y JongHyun sintió cómo el corazón le latía más a prisa, agitando su respiración y poniendo en blanco su cerebro cuando vio su sonrisa. Le gustaba, sin duda, desde que lo había visto en la revista Elle Korea, y le gustó aún más cuando lo vio entrar en su estudio.
—Posa natural —pidió, como a todos, y supo que era su momento de aprovechar un poco. Otro beneficio de su trabajo.
Tomó una foto de cuerpo entero, viéndolo despeinar un poco su cabello, cómo su camiseta era justo de su talla y permitía ver su cuerpo, como esos pantalones marcaban a la perfección sus muslos, y casi se muerde el labio cuando el otro se dio la vuelta y fue capaz de ver su redondo trasero. Le pidió sonreír y sacó una de su rostro, curioso por la peculiaridad en su ceja, encantado con el rasgo felino que poseían sus ojos y deseoso por lo saludablemente rosas y suaves que se veían sus labios.
—¡Es todo! —gritó, indicándole a todo el staff que habían terminado.
Todos aplaudieron y se hicieron reverencias, agradeciéndose entre todos por el buen trabajo. Los modelos se apresuraron a sus camerinos, listos para cambiarse y salir a cumplir con sus agendas, pero hubo uno, cierto rubio, que se acercó a JinKi y lo saludó con familiaridad. JongHyun se sorprendió de ver lo cercanos que parecían que por un segundo se sintió celoso de lo bien que se llevaba el mayor con el modelo.
Prefirió enfocarse en guardar las fotos en su computadora, sentándose para poder verlas con más cuidado.
—Jong —escuchó cómo JinKi canturreaba y lo miró. Se acercaba junto con el modelo rubio y el fotógrafo no sabía dónde meterse.
—Hyung. —Se puso de pie y al verlos ya cerca hizo una reverencia hacia el rubio, y fue correspondido.
—Este es Kim KiBum. Bummie, este es Kim JongHyun.
—Un placer conocerlo, Kim JongHyun ssi. —Hizo otra reverencia—. He seguido su trabajo desde hace algunos meses y debo decir que me gusta mucho. —Le sonrió tan brillante y honesto, que el fotógrafo solo pudo asentir—. Trabajar con un usted ha supuesto para mí un gran placer y honor.
JinKi empezó a reír y dio un manotazo al brazo del modelo, quién le frunció el ceño.
—No tienes por qué ser tan formal con él. Es un amigo. ¡Ya sé! ¿Por qué no salimos por un par de copas esta noche? O por un café, cómo quieran. —Se encogió de hombros.
—Me parece buena idea —comentó el modelo, mirando al fotógrafo con una sonrisa brillante—. ¿Se nos unirá?
JongHyun le correspondió la sonrisa.
—Me uniré.
La sonrisa de dientes que KiBum le regaló fue suficiente para tenerlo en las nubes hasta la noche, cuando lo vio de nuevo, y se juró que esa sonrisa sería solo para él.