Tus ojos fríos se clavan en mi corazón
Desgarrándolo profundamente desde el centro
JongHyun no sabía por qué continuaba al lado de JinKi. Tal vez, se halló a sí mismo admitiendo, era masoquista.
Desde que lo conoció, el mayor había sido frío, no solo con él sino con todo el mundo. Respondía cortante, no sonreía, era algo brusco al tratar, pero, sobre todo, tenía esa mirada intensa y malvada, como si quisiera asesinarte.
Se enamoró del mayor, a pesar de todo eso.
Fue su único amigo en todos los años que estuvo en el instituto, y JongHyun siempre intentó conquistarlo: desde llevarle flores hasta darle notas con fragmentos de poemas que creía que le gustarían a JinKi. Todos fueron recibidos con una expresión impertérrita, como si tenerlos no le importara en lo más mínimo. JongHyun creyó que sería solo al inicio, mientras se ganaba su confianza. La cuestión era que JinKi nunca cambió de expresión, y JongHyun nunca se ganó nada de JinKi.
Él sabía que debía alejarse del mayor porque lo único que conseguía era lastimarse. Y lo había intentado. Había puesto de parte para alejarse del alto, continuar con su vida y ver nuevos horizontes. Decir que no pudo era quedarse corto, porque JongHyun sentía que moría.
El mayor era su enfermedad, pero también la cura.
Durante una semana entera no le habló, ni por mensajes instantáneos ni en el instituto, y JongHyun podía sentir cómo la respiración le faltaba, como la ansiedad de sentir que algo le faltaba lo carcomía por dentro, no dejándolo dormir a veces.
Durante una semana entera se alejó de él, no fue a su casa ni pasó a su lado en los descansos, lo dejó solo en la cafetería, ni se ofreció a ser su compañero para el trabajo en grupo que esa semana el profesor de Literatura les puso. Le huía incluso en los pasillos y JongHyun no podía negar el esfuerzo que tenía que hacer para que su cuerpo obedeciera y no fuera al lado del mayor, quien se veía como siempre, sin molestarle no tenerlo a su lado.
Durante una semana entera JongHyun había hecho su mejor esfuerzo para no pensar en el mayor, fracasando porque todo se lo recordaba.
¿Cómo podría, entonces, dejarlo de lado? Si se quedaba cerca, era tratando con frialdad y su corazón era lastimado, aun si el otro no lo hiciera a propósito, pero si se alejaba sufría las consecuencias de no tener a la persona que amaba a su lado.
¿Por qué amar era doloroso y difícil?
Sin embargo, lo que más le dolía, era que el otro no le correspondía, estaba seguro de eso. De ser así, hubiera cambiado al menos un poco su actitud, hubiera dejado de tratarlo como a un ser humano más para tratarlo como la persona importante en su vida que quería ser. Y no tenía la menor idea de cómo conseguirlo cuando ya había intentado todo y nada le funcionaba.
¿Qué era lo que debía hacer? Que alguien, por favor, le dijera porque él no tenía la más remota idea.
Suspiró derrotado, en lo que se sentaba al lado del mayor, en la mesa de la cafetería. Ni siquiera se molestó en saludar porque el otro estaba leyendo un libro y sabía que no le prestaría atención. Hasta un montón de hojas eran más importantes que él.
Pero el conseguiría la atención de JinKi, o dejaba de llamarse Kim JongHyun.