Todo comenzó un día de primavera.
Ziyi estaba caminando en busca de un regalo que le gustara para su hermana, era su cumpleaños y no había pensado en nada que darle; por lo que llevaba más de 3 horas buscando.
Soltó un gran suspiro y se decidió por entrar a una joyería como última opción, quizá habría algo que le gustara, un collar o un anillo tal vez. Pero lo que le llamó la atención no fue un anillo o alguna joya, sino un chico rubio que se encontraba allí y no se decidía por qué anillo comprar.
No sé si tendré para este... - Musitó en voz baja, pero Ziyi consiguió escucharlo.
Ante esta situación Ziyi dejó escapar una risa, llamando la atención del dependiente y del otro chico. Aquella escena le resultaba adorable.
Si tuvieses que elegir entre uno de los dos, sin importar el precio, ¿cuál escogerías? - Preguntó Ziyi, desconcertando al rubio.
Supongo que este... - Señaló el más caro, sonriendo con tristeza porque sabía que no tenía el dinero suficiente para comprarlo. Era un anillo con una luna de plata en él preciosa, mientras que el otro tenía pequeños diamantes alrededor.
¿Desea algo? - El dependiente mostró una gran sonrisa, mientras que el rubio seguía con sus dudas, ajeno al resto.
Sí, deme esos dos anillos. - Señaló los que tenía el joven en mano. - Pagaré por ambos.
Pero señor, el joven aún no...
No se preocupe por eso. - Interrumpió al dependiente sonriendo.
Ziyi pagó ambos anillos y miró al rubio, quien no daba crédito a lo que estaba pasando, y se encontraba rojo por el enfado.
P-Pero... ¡yo los vi primero! - Gritó, enfadado.
Sí, lo sé. - Ziyi se acercó más al rubio, hasta tenerlo en frente para tenderle la mano con uno de los anillos. - Es el que querías, ¿no?
El rubio no supo qué decir, no le salían las palabras pero no quería que le regalase nada nadie, y aun menos un desconocido.
Vamos, toma. - Ziyi tomó la mano del chico y depositó el regalo en ella. - Espero que lo uses y no te arrepientas luego del que escogiste.
Tras sonreír nuevamente, se despidió de ambos saliendo del lugar. No sabía por qué había hecho eso exactamente, no conocía de nada al chico pero algo dentro de él le decía que lo hiciera y estaba feliz por haberlo hecho.
¡Espera! - Ziyi escuchó el grito y dejó de andar, giró sobre sus pies encontrándose con un rubio corriendo hacia él. - Gracias... Antes no podía decir nada porque no me lo esperaba pero, en cuanto tenga el dinero te lo daré.
Ziyi no podía creerlo. ¿Acaso el chico era estúpido?
¿Quién dijo que tienes que darme nada? Simplemente acéptalo y ya. No es como si fuera gran cosa. - Negó con su cabeza.
¡Sí que lo es! - Levantó la voz, desconcertando un poco al otro. - Al menos déjame compensártelo de alguna forma... No sé, aunque sea déjame invitarte a algo, por favor...
Ziyi no pudo evitar sonreír, estaba dispuesto a aceptar su propuesta cuando su teléfono sonó. Era su padre, preguntando cuándo iba a aparecer por casa para celebrar el cumpleaños de su hermana. Se excusó como pudo con la idea de comprarle un regalo, diciendo que llegaría en un momento.
Tengo que irme, pero no me parece una mala idea. Me llamo Ziyi. - Sonrió esperando respuesta del contrario.
Xukun. - Le devolvió la sonrisa, despidiéndose con la mano del otro.
Ziyi se encontraba de camino a casa cuando se dio cuenta de algo muy importante. No se habían dado números ni direcciones. Entonces una duda surgió en su cabeza.
¿Cómo iba a devolverle aquel favor Xukun? ¿Volvería acaso a reencontrarse con el moreno?