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Sora por Tsunekosawada

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Suspiro pesadamente mientras veía de reojo la otra fila de documentos que tenía que leer, firmar, rechaza, etc. El solo quería acabar e ir con su pequeño cielo para arroparla, además de que no la había visto en todo el día y estaba algo preocupado, pero seguro ella estaba bien, sino ya le hubieran informado.

- Tsunayoshi – la puerta de su oficina se abrió y él sonrió con alegría al ver a su esposo, dejo lo que tenía que leer a un lado y se levantó para ir a besar al azabache.

- Kyoya… llegas antes, de nuevo

- ¿Te molesta? – hablo mientras sonreía como solo le podría sonreír a sus dos cielos, su esposo y su pequeña hija

- En absoluto – comenzó a aflojar la corbata de este – me alegra que llegues antes… siempre

- Me demore porque compre algunas cosas para Sora

- Como siempre – suspiro – Kyoya, creo que ella ya tiene muchas cosas…

- Si, pero esto es especial, ella me lo había pedido… Por cierto, ¿Dónde está?

- Debe estar en su habitación

- No está, cuando llegue fui directo ahí y está vacía

- Con sus primos, tíos o con Reborn, vamos a buscarla se alegrara al ver que volviste – sonrió y lo tomo de la mano para salir del lugar e ir por su hija.

Si, definitivamente ambos meterían si dijeran que no estaban preocupados, ya habían buscado por toda la mansión y la castaña no aparecía, había llamado a todos los guardianes, menos a Lambo porque había salido con Reborn a una cena o algo así, pero eso no importaba todos estaban buscando al pequeño cielo, a la princesa de Vongola.

Todos estaban reunidos en la sala de juntas tratando de buscar una explicación lógica para la desaparición de la niña.

- Juudaime, Sora-sama no está en ninguna parte.

- Quizá salió con Reborn – hablo Yamamoto tratando de mantener tranquilo a su amigo.

- No sé, no creo el me habría avisado… a este paso creo que tendremos que llamar a Varia para que nos ayuden a encontrarla, ella no pudo haber desaparecido así.

- Es verdad, no hay ningún rastro de que alguien haya entrado.

- Nadie ha visto a Sora-chan desde la mañana Boss

- Es mi culpa… no le he prestado atención suficiente la deje sola…

- No es tu culpa Tsunayoshi – la nube hablo – estos herbívoros son unos inútiles y no pueden cuidar adecuadamente de ella…

- ¿Qué demonios pasa aquí? ¿Por qué hay tanto alboroto en la casa? – el azabache de patillas entro al lugar con el ceño fruncido – no puedo salir con mi esposo una noche porque regreso y la mansión es un desastre.

- Reborn, no es momento… Sora desapareció – hablo en castaño al borde del llanto.

- ¿Qué? En verdad Eres un Dame – suspiro – pero ¿Todos? ¿No se habían dado cuenta que mi nieta no estaba en la casa?

- ¿Tu lo sabias?

- Claro que si Dame- Tsuna.

- ¿Dónde está? – Hibari frunció el ceño, estaba molesto por no ver a su hija en ningún lugar.

- En Namimori, en el pasado específicamente.

- ¡¿Qué?! – sí, definitivamente todos estaban sorprendidos.

- bola de idiotas… Sora está en el pasado, no puedo creer que lo olvidaran, la conocieron el en pasado…

- Es verdad – recordó sus años de escuela – Pero aun así, ella no debería estar ahí, creo que debiste informarme de lo que querías hacer.

- Yo no tengo que informarte de nada, si Sora no iba entonces no iba a existir y lo sabes.

- ¡igual se lo peligroso que es! – Golpeo la mesa – iremos por ella…

- No, sabes que no puedes ir, ella tiene una misión y solo ella puede cumplirla…

- Sabes perfectamente lo que paso cuando ella estuvo en el pasado… lo sabes y aun así la mandaste…

- Es mi nieta Tsuna además ustedes están ahí así que ella estará bien.

- Espero que tengas razón – suspiro y salió de la sala siendo seguido por su esposo.

¿Cómo había olvidado la fecha? Con tantas cosas… ni siquiera noto que la niña no estaba, ¿Qué clase de madre era?

- Tranquilo… ella estará bien, después de todo es nuestra hija y estamos ahí con ella – le sonrió y lo abrazo, el igual estaba preocupado pero eso no ayudaría a calmar a su cielo.

En el jardín de la mansión había alguien de la servidumbre de la casa con un teléfono, era un infiltrado de otra familia, había escuchado todo desde afuera de la sala de reuniones y ahora estaba informando el paradero de la hija del cielo y la nube, si la capturaban en el pasado Vongola seria suyo.

Mientras tanto en el pasado los días pasaba y el azabache y los castaños habían empezado a seguir una rutina volvían juntos de la escuela, cenaban, Tsuna bañaba a Sola y la arropaba después lavaba los platos y en ocasiones Hibari le ayudaba con las cosas que no entendía de su tarea, después dormían y algunos días desayunaban los tres e iban a la escuela, otras no.

Ese día en especial era uno de aquellos pocos en los que iban acompañados del azabache y por petición de la castaña los tres iban tomados de la mano.

- Tsunayoshi, hoy regresaras solo con la mino omnívora

- ¿Por qué? - pregunto algo triste el castaño

- Tengo una junta con todos los del comité…

- ¡podemos esperarte! Yo y Tsuna podemos esperar en tu oficina…

- Sora, Hibari-san no sabe a qué hora pueda terminar su reunión- sonrió – pero iremos a la casa de Yamamoto para cenar sushi.

- Mejor a que quemes la casa con la niña dentro

- ¡Que cruel Hibari-san! – Suspiro resignado – y también llevaremos para usted…

- Oigan… Mañana es fin de semana… ¿podemos ir al parque?

- A Hibari-san no le gustan las multitudes…

- llévala, ve con tu manada yo no tengo tiempo para esas cosas…

- Es que en mi casa… no salgo – murmuro con tristeza – siempre estoy en casa o puedo salir de ella y mis padres están demasiado ocupados… así que quiero salir con ustedes dos…

- Esta bien, ya se – sonrió – en la mañana iremos al parque con los demás y en la tarde saldremos con Hibari-san a cenar los tres

- como quieras, me adelanto, ya llegaron tus amigos molestosos

- Esta bien, nos vemos en un rato Hibari-san

Al azabache asintió y les revolvió el cabello a ambos, él ya sabía la verdad pero seguiría fingiendo que no para ver cuánto tiempo la pequeña podía seguir escondiendo el secreto.

- Buenos días Tsuna – salido Yamamoto – y buenos días Sora

- Juudaime, Sora-sama buen día

- Buenos días chicos

- Veo que tú y Hibari comienzan a llevarse bastante bien

- Si, tienes razón Yamamoto, ahora que he convivido con el veo que es una buena persona… además es muy bueno con los niños y cocinando –sonrió – es bueno conocer una parte de él que nadie conocía.

- ¡Algo que solo Tsuna conoce! Y además, es muy guapo cuando duerme, ¿Verdad Tsuna? – La niña sonrió y Tsuna se sonrojo levemente – cuando se duerme en el sofá porque está cansado Tsuna me dice que no haga ruido y lo cubre con una sábana.

- Sora…

- Estoy segura de que Tsuna se enamora de él…

- Sora-sama es imposible que el décimo se enamore de alguien como ese idiota.

- No peleen, andando – se detuvo un momento y miro a su alrededor sentía que alguien los vigilaba.

- ¿Ocurre algo Tsuna?

- No, andando – sonrió y cargo a la castaña – se nos hará tarde, oh por cierto Yamamoto – hablo mientras caminaba – Sora y yo iremos a cenar hoy al restaurante de tu padre.

- Bien, me parece perfecto.

- Si y nos quedaremos ahí hasta que Hibari-san termine su reunión…

- Vaya… no creí que tú y el pudieran hacerse tan cercanos Tsuna.

- Es por Sora, ella lo admira mucho- sonrió mientras caminaba.

Al llegar a la escuela fue con la niña a ver al azabache entrando sin tocar la puerta y como de costumbre la niña iba corriendo a abrazar al chico como si no lo hubiera visto en mucho tiempo.

- ¿Ocurre algo Tsunayoshi? – miro al chico que seguía parado en la puerta.

- Creo que alguien nos siguió después de que usted se fue… me preocupa que estén detrás de Sora, me quedare con Yamamoto y Gokudera en la tarde hasta que usted se desocupe.

- Entiendo, iré por ustedes apenas termine – sentencio.

- Gracias, y de nuevo – le sonrió con dulzura.

- Deja las disculpas, son cosas de herbívoros y ambos sabemos que tú no lo eres aunque finjas ser uno.

- Bien – sonrió – me voy entonces, tengo un --examen – se despidió con la mano.

Sonrió y salió del lugar, mientras el dejo a la niña en el piso para que pudiera jugara a gusto mientras el terminaba de leer algunos papeles.

Tsuna salió del lugar e iba a su salón bastante alegre, en esos días él y Hibari se había vuelto algo cercanos, no podría decir que tanto como con los demás pero le alegraba que la nube aceptara estar con él y ahora sabía que no era tan temible como pensaba, iba distraído que no se dio cuenta que había alguien detrás de él, solo sintió un golpe que lo dejo inconsciente.

- Así que este chico es cercano a Hibari – sonrió una de la personas que estaban siguiendo al castaño.

- Eso parece, se les ha visto juntos últimamente – pateo a Tsuna que estaba tirado en el suelo – cárgalo, con el vamos a darle una lección a ese bastardo por haberse metido con nuestra escuela.

Sora estaba sentada en el piso y dibujaba felizmente bajo la mirada del azabache, sin embargo de repente la niña se levantó con una notable preocupación en el rostro.

- Sora, ¿Qué ocurre? – cuestiono el mayor.

- Ma… Tsuna… tengo un mal presentimiento – solo una vez se había sentido así y fue el día que su padre regreso herido de una misión al parecer alguien le disparo y aunque no fue grabe eso no quitaba el hecho de lo angustiada que se sintió, sin embargo ahora no sabía si era alguno de sus padres en el futuro o su madre.

- Entiendo – tomo su celular y llamo a Kusakabe quien no tardó en llegar – quédate con la niña, cuida de ella hasta que yo vuelva, si algo le ocurre en mi ausencia te morderé hasta la muerte – frunció el ceño y salió del lugar.

Al primer lugar al que se le ocurrió ir fue al salón del castaño, después de todo este le había dicho que tenía un examen, además así podría comprobar que el chico estaba ahí y se encontraba bien, sin embargo contrario a lo esperado el castaño no estaba ahí.

- ¿Dónde está Sawada Tsunayoshi? – la pregunta era más para los amigos del castaño que para el profesor.

- Sa… Sawada no llego – se apresuró a responder el profesor

- ¿Tsuna no está contigo? – Yamamoto interrumpió

-Se supone que él está contigo – el de cabellos plateados frunció el ceño

- Si el boss no está aquí ni con él, ¿Dónde está? – hablo una preocupada Chrome

El azabache solo chasqueo la lengua molesto y se fue sin decir nada, sabía que esa bola de herbívoros saldrían y armarían un alboroto por buscar al castaño y solo por esa vez lo dejaría pasar, ya que si quería encontrar al chico quisiera o no los amigos de Tsunayoshi eran los más adecuados para ello, sin embargo el buscaría por su lado solo.

Tsuna despertó con un horrible dolor de cabeza, estaba amarrado en una silla y al parecer estaba en la bodega de la escuela, suspiro pesadamente Reborn lo mataría si estuviera ahí, bajo la guardia por un momento y lo habían secuestrado genial, gracias a dios el ex-arcobaleno no estaba en Japón – según él, por qué Reborn lo seguía vigilando a escondidas, cuando “volviera” le daría un castigo a su dame-alumno – bueno estar amarrado a una silla no era tan malo, no malo fue cuando Reborn lo encadeno y lo tiro a una pecera gigante, según el para mejorar su resistencia y habilidades.

- Despertaste – murmuro una de las personas que estaban ahí

- ¿Qué quieren de mí? –Los miro con desinterés –no van a conseguir nada

- ¿No? – El sujeto comenzó a reír y tomo con fuerza del cabello a Tsuna – eso crees, sin embargo cuando consigamos lo que queremos vamos a divertirnos un poco contigo.

El castaño rodó los ojos y sonrió con algo de indiferencia para luego escupir le en la cara al chico rubio, este frunció el ceño molesto y golpeo a Tsuna en el rostro haciendo que la nariz del chico sangrara – de nuevo nada comparado a los maltratos, digo entrenamientos de Reborn – el castaño aprovechaba que el rubio estaba concentrado en golpearlo mientras el trataba de desatar sus manos.

- Kobushi – hablo otro chico de cabello azabache – ya déjalo nos divertiremos con el después, ahora manda la foto a Hibari Kyoya.

- Ah~ ya veo – Tsuna sonrió – creen que van a atraer a Hibari-san solo por secuestrarme, lo siento pero están equivocados…

- Ya veremos, igual si no viene – el azabache se acercó al castaño y lo tomo del mentón con cuidado – nos divertiremos contigo…

Tsuna frunció de nuevo el ceño y miro cuantas personas había en el lugar, exactamente cinco, suspiro y soltó sus manos, definitivamente no quería ser una molestia para Hibari y mucho menos quería ser castigado por perturbar la paz del perfecto.

Hibari escucho su celular, lo saco y frunció el ceño al ver la foto del castaño golpeado, definitivamente tendría que morder hasta la muerta a los que osaron tocar a la futura madre de su tierna futura mini omnívora, guardo el aparato y se encamino al lugar que reconoció por la fotografía.

Se habían sorprendido cuando el castaño se soltó, y se habían sorprendido cuando el mismo les dedico una mirada que los aterrorizo y estaban aún más sorprendidos de que alguien que se veía tan débil como ese chico se había logrado deshacer de cuatro de sus secuestradores en unos cuantos movimientos, trono sus dedos y sonrió solo faltaba uno, pero su intuición le aleto, cuando quiso mirar detrás de él un sexto chico lo golpeo con la silla en la que lo habían tenido amarrado, de nuevo quedo inconsciente.

Hibari no tardó en llegar al lugar y al entrar le hirvió la sangre de ira, Tsunayoshi estaba tirado inconsciente mientras un tipo estaba sobre el tomándolo del mentón con una mano con el rostro muy cerca al del castaño y con la otra mano tenía una navaja cerca del cuello del este.

- ¿Ves? Te dije que vendría… Hibari, al fin llegar, tu pequeña zorra nos causó muchos problemas – el azabache sonrió al ver que el castaño les había dado pelea – No sonrías mucho, si te mueves le corto el cuello.

- Te morderé hasta la muerte

 

En un rápido movimiento golpeo al chico que estaba sobre el castaño y logro alejar de él, solo habían dos sujetos ya que el castaño se había encargado de los demás, así que no tuvo que esforzarse mucho y en unos cuantos golpes dejo inconscientes a los dos herbívoros que quedaban, después llamo a otro miembros del comité para que se encargaran del resto y el tomo al castaño en brazos y salió del lugar.


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