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Sora por Tsunekosawada

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Notas del capitulo:

Hola, ha pasado tiempo... Pero les dejo el siguiente capítulo, espero que les guste. 

 

 

Miro al castaño que tenía en brazos y suspiro, no podía regresar con el así, Sora lo vería y definitivamente se preocuparía sin razón, así que simplemente llamo a Kusakabe para ordenar le que llamara a los amigos de Tsunayoshi y les diera la orden de cuidar de la niña hasta que él y el castaño fueran por ella a casa del guardián de la lluvia, también informo que no asistiría a la reunión, por lo que tendrían que posponer la sino querían ser mordidos hasta la muerte. 

 

Suspiro y miro al castaño mientras lo depositaba con cuidado en la cama, busco un botiquín y se encargó de curar las heridas de su rostro, con cuidado acaricio el cabello del chico y acerco su rostro al contrario y deposito un leve beso en los labios del chico, era verdad que se había interesado en el desde el problema que ocurrió en Kokuyo Land con el herbívoro cabeza de piña, cuando vio que el castaño que siempre era insultado por los demás y tratado como un inútil tenía un potencial de carnívoro que escondía con una máscara de herbívoro, desde entonces la había estado observando y viendo como aumentaba su potencial. 

 

Sonrió y se sentó en la cama junto al castaño para poder verlo dormir, en verdad estaba sorprendido de que en el futuro él y Tsunayoshi pudieran ser una familia, bostezo y decidió acomodarse junto al menor para dormir. 

 

Tsuna tenía un terrible dolor de cabeza esos tipos lo agarraron con la guardia baja, Reborn iba a matarlo, suspiro levemente y abrió los ojos llevándose una gran sorpresa al ver a su guardián de la nube durmiendo en la misma cama que él, se sonrojo al notar la cercanía de sus rostros.

 

- Hibari-san – murmuro bajo para no despertar al azabache, después de todo, no quería ser mordido hasta la muerte por este.

 

Sonrió, Sora tenía razón, Hibari lucia realmente guapo cuando dormía tan tranquilamente, con cuidado acaricio el rostro del chico siendo precavido, le estaba demasiado agradecido al azabache, siempre estaba cuando lo necesitaban, aunque era su guardián mas fuerte no podía evitar estar preocupado por el, se mordió el labio al recordar la pesadilla que había tenido aquella vez antes de que Hibari se enfrentara al gola mosca por los anillos, sin embargo solo fue eso una pesadilla y el gano.

 

- Si empre llegas en el momento oportuno, ¿no, Hibari-san? Gracias... aunque a veces te sobre esfuerzas, deberías ser más cuidadoso... no quisiera que termines lastimándote– en esas semanas que había estado conviviendo con su guardia se sentía bastante cómodo junto a él, sin pensarlo dos veces acerco su rostro al de su guardián y le dio un beso, luego cubrió su rostro con sus manos ante la vergüenza, no podía creer que se atrevió a besar lo, suspiro y aparto la mirada un poco apenado, lo mejor era volver a dormir. 

 

Hibari sonrió, se había despertado desde que sintió al castaño moverse, sin embargo no abrió los ojos porque quería saber que haría el chico, definitivamente ahora que sabía que el castaño sentía lo mismo que el no permitiría que nadie más se le acercara.

 

De nuevo despertó, pero esta vez estaba solo, sintió algo de tristeza, pero no podía hacer nada, quizá Hibari había tenido que irse a su reunión después de todo, si, porque él les había dicho a sora y al que tenía una reunión.

 

- Ya era hora de que despertaras Sawada – el azabache entro a la habitación 

 

- Hibari-san – sonrió al verlo pero se sonrojo al recordar que lo había besado y aparto la mirada, seguro que si se enteraba de lo que le hizo mientras dormía seria mordido hasta la muerte – ah... lo siento, no quise causar problemas...

 

- Esta bien, da igual, cámbiate de ropa, aun hay que ir a buscar a la mini omnívora – tras decir eso salió de la habitación del castaño

 

- Sora – era verdad, había olvidado completamente a la niña, rápidamente se levantó y se cambió de ropa, al pasar junto al espejo vio que tenía algunas banditas en la cara y que habían curado sus heridas, quizá lo habían llevado a la enfermería de la escuela o algo, se encogió de hombros y no le dio importancia.

 

Bajo y vio al azabache que estaba sentado esperándolo, seguramente lo regañaría por hacerlo esperar o algo así.

 

- Andando, Sora dijo que no va a comer nada hasta que no nos vea.

 

- ¿Dónde está? – miro a su guardián y salió detrás de el 

 

- Con Yamamoto, les ordene hacerse cargo de ella hasta que tu estuvieras consiente, si te veía probablemente se pondría a llorar o algo.

 

- Ya veo – bajo la mirada con una sonrisa de tristeza – seguro que Sora y yo le estamos causando demasiados problemas...

 

- Jamás dije eso, la niña me agrada... tiene potencial podría ser una carnívora cuando crezca, ahora andando – El castaño asintió y comenzó a caminar junto a Hibari en silencio

 

Cuando llegaron al restaurante del padre de Yamamoto entraron y saludaron al adulto que les dejo pasar a la casa donde estaban los amigos del castaño que se levantaron para correr hasta el chico viéndolo con preocupación.

 

- ¡Juudaime! ¿Está bien? 

 

- Tsuna

 

- Sawada

 

- Hola chicos – sonrió algo apenado – lamento haberlos preocupado y tener que dejar a Sora con ustedes...

 

- No es ningún problema Juudaime, yo solo era suficiente para cuidar de Sora-sama

 

- ¿Dónde está?

 

- Fue con Chrome al baño, pero parece que ella ya sabía dónde estaba... 

 

- Quizá es su intuición – el castaño le restó importancia.

 

- Por cierto Hibari... - Yamamoto puso una mirada seria – tú, ¿Cómo sabias que Tsuna no había ido al salón?

 

- Seguramente fue tu culpa que se lo llevara maldito friki de las peleas, solo das problemas – Gokudera lo miraba con algo de odio.

 

- Sora me dijo – suspiro fastidiado y se fue a un rincón apartado de los demás.

 

- Calma, no es culpa de el – suspiro – en la mañana sentí que alguien nos seguía, pero no les dije nada porque no quería alertarlos, sin embargo baje la guardia...

 

- Pero eso no explica como Hibari sabía que te paso algo.

 

- Porque a él le informe... si esas personas iban por Sora él tenía que saberlo porque se iba a quedar con ella, sin embargo solo fueron unos tipos sin importancia... como siempre en la escuela ya saben cómo son los demás conmigo – sonrió tratando de calmar a sus amigos, no quería que le reclamaran nada al azabache – pero Hibari-san me encontró – se sonrojo al recordar que lo beso.

 

- ¡Tsuna! – la dulce voz de la niña hizo presencia en la habitación y la pequeña corrió hasta el castaño quien la recibió para abrazarla.

 

Todos se sonrojaron ante la tierna imagen, el castaño se veía como una protectora madre con Sora en brazos, eran realmente adorables; Hibari por su parte frunció el ceño al ver como los herbívoros amigos del castaño los miraban y comenzó a desprender un aura oscura.

 

- Hibari- san – el azabache miro al Cataño y se olvidó de su enojo – cenemos... 

 

- Bien – suspiro y se acercó para tomar a la niña en brazos – Tsunayoshi aún está herido, así que yo te cargare

 

La niña sonrió y asintió mientras se abrazaba al cuello de su futuro padre, los demás solo los miraban sorprendidos, esos tres parecían una linda y adorable, pero algo temible familia – temible solo por el azabache –

 

Después de que cenaron en el restaurante de sushi y Sora jugara un rato con Yamamoto y Chrome, el castaño se despidió de sus amigos y se marcharon del lugar, Sora se había quedado dormida por lo que era cargada por el azabache.

 

Desde lejos la pequeña familia era observada por dos grupos unos que los miraban siguiendo órdenes del arcobaleno del sol y otros para deshacerse de la niña.

 

- kufufu no entiendo porque accedí a que vinieras conmigo – murmuro sin dejar de ver a sus tres objetivos.

 

- Eso es porque me amas Muku-chan – el de cabello blanco traro de abrazarlo, pero la piña frunció el ceño y lo pateo lejos.

 

- Deja de joder – suspiro – me encargare de esto después, creo que aún es pronto – tras decir eso desapareció 

 

- Que cruel eres Muku-chan... 

 

Tsuna había olvidado completamente que le prometió a la castaña que irían al parque, es que incluso olvido decirles a sus amigos y no podían reclamarle nada, no era su culpa, pero la niña lo había levantado y ya estaba vestida esperando con ansias el momento de irse, no podía simplemente decirle que no, no quería ver a la pequeña triste, así que se vistió y ya estaba dispuesto a salir de la casa con la niña.

 

- ¿A dónde van? – Hibari los miro desde las escaleras.

 

- Llevare a Sora al parque, se lo prometí pero olvide avisar a los demás, así que iré solo con ella.

 

El azabache lo miro en silencio por unos momentos hasta que se acercó a ellos solo para revolverles el cabello y sonreír.

 

- Iré con ustedes... 

 

- ¡Sí! – la niña dio saltos de alegría – así estaremos seguros porque pa... Hibari nos cuida

 

- Pero, Hibari-san a usted no le gustan ese tipo de lugares – miraba sorprendido al azabache

 

- Solo por ustedes puedo hacer una pequeña excepción esta vez, iré a cambiarme

 

Tsuna se sonrojo por las palabras del azabache y negó levemente, seguro solo los acompañaba por Sora, después de todo parecía que se había encariñado con la pequeña castaña.

 

Desayunaron en un puesto del parque de diversiones y luego los castaños subieron a algunos juegos bajo la atenta mirada del azabache.

 

- Muku-chan, ¿no crees que ya deberías empezar? – murmuro mientras se metía un malvavisco a la boca.

 

- No me llames así – suspiro – kufufu la verdad no sé qué pretende el arcobaleno con esto, supongo que no quiere que Tsunayoshi consiga pareja...

 

- Pero ya te dije que esa niña es su hija en el futuro – sonrió – creo que más bien te utiliza para juntarlos, con algún método extraño de celos o algo así.

 

- Bueno, yo no soy cupido y esto es un arma de doble filo, pero como sea – sonrió mientras hacia lo que le habían pedido, era un guardián después de todo y tenía que cumplir su misión.

 

Tsuna sonrió y miro a donde se suponía debía estar el azabache, sin embargo se sorprendió al ver a este platicando ¿alegre? Con una chica rubia bastante linda, sintió un nudo en el estómago, ¿acaso esa chica conocía a Hibari de algún lugar? Ni siquiera a él le sonreía de esa forma aunque habían estado conviviendo, ya no quería seguir viendo eso, así que apenas bajaron del juego cargo a Sora y se fue rápidamente a otro.

 

- ¿Pasa algo Tsuna? – la niña lo miro sin entender.

 

- Nada – trato de sonreír y pagar para que la pequeña pudiera subir a otro de los juegos – Quizá... - bajo la mirada con tristeza – quizá se iba a ver con esa chica y por eso vino con nosotros... 

 

- ¿Qué te ocurre Tsunayoshi-kun? 

 

- ¿Mukuro? – El castaño se tensó al ver al chico con peinado de piña - ¿Qué haces aquí? 

 

- vaya... así no se trata a tus amigos – lo tomo del mentón y le sonrió 

 

- Deja de molestar – suspiro y se apartó – estoy ocupado...

 

- Si, ya lo note... es una linda niña la que estas cuidando, y veo que Alondra-kun también está en el parque...

 

- En una cita al parecer – frunció el ceño levemente – como sea... ¿Qué haces aquí? 

 

- El estúpido de los malvaviscos me trajo y escape, sin embargo me pareció verte, así que te busque hasta que te encontré...

 

- Tsuna – la castaña bajo de la atracción y regreso con el mayor – Piña...

 

- ¿Cómo me llamaste? – el de cabello índigo sonrió con ganas de matar a la niña

 

- Tsunayoshi – el azabache frunció el ceño al ver al herbívoro cabeza de piña cerca del castaño, por lo que decidió acercarse

 

- ¡Muku-chan! – grito para avisar apenas vio que Hibari estaba viendo y dispuesto a morder hasta la muerte a su amada piña 

 

- Ahí viene ese fastidioso – tomo de la mano al castaño y comenzó a correr fuera del parque al escuchar la molesta señal del albino

 

- ¡oye! – como pudo cargo a Sora para que no se le fuera a perder – Mukuro alto... Hibari-san...

 

- Me quedaría jugar con ave-kun pero si me quedo el idiota me va a encontrar... 

 

- Eso no es de mi incumbencia, déjame...

 

El albino sonrió, parecía que el plan iba la perfección, se notaba que el azabache estaba que ardía de furia, y era obvio que el castaño igual se sentía molesto por lo que creía haber visto que no era más que una de las ilusiones de su amado Mukuro.

 

- Tsunayoshi se fue con Muku-chan, ahora entiendo porque él no quiere corresponderme, seguro ellos están saliendo - después de decir eso se fue rápido sino se alejaba podría morir en manos del chico. 

 

Tsuna suspiro y regreso con la niña después de "ayudar" al chico piña a escapar, ¿Por qué nunca podía tener días normales? 

 

- Hibari va a estar molesto... 

 

- No me importa, no es mi culpa además Mukuro es un... ¿amigo? 

 

- Si tú no sabes, yo menos – la niña suspiro.

 

Pasaron el resto de la tarde buscando al azabache sin tener resultado, por lo que resignados decidieron regresar a la casa, donde para decepción de ambos el mayor no estaba, y aunque el castaño lo llamo varias veces no le contestaba, pero decidió no preocuparse, seguro el chico se había ido con su novia. 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, besos y espero sus lindos Rw. 


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