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Chocolat Doré por Solecitoyanass

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Notas del capitulo:

Un capítulo muy corto...

Sophia se encontraba sentada sobre el escritorio, Draco odiaba que hiciera eso pero lamentablemente la chica no oía razones y la podía haber regañado ya muchas veces antes, pero ella jamás entendía, estaba en su  naturaleza de bruja errante.


—Entonces —reafirmó ella—, este sexy hombre te ha gustado desde el colegio y por diez años no supiste nada de él y ahora apareció en la tienda para devolverte tu súper mansión. Lo cual provoca en ti orgasmo tras orgasmo de sólo pensarlo... ¿Estoy en lo correcto?


—Lo de los orgasmos está en discusión —contestó el rubio.


La chica soltó tremenda carcajada pero se abstuvo de hacer más comentarios.


—No te burles, esto es serio, se supone que ya no me gustaba, ni siquiera había pensado en él en todo este tiempo.


—Bueno, el dicho muggle dice que "Donde hubo fuego, cenizas quedan", pero a ti no te quedaron cenizas, en ti sigue ardiendo —se bajó del escritorio—, pero te comprendo Draquito, ese hombre está que arde —Draco rodó los ojos—. En mi opinión lo que debes hacer es secuestrarlo y amarrarlo fuertemente a la cama. ¡Viólalo!, esa es la solución —guiñó un ojo.


—¿Ya te han dicho que estás totalmente loca?


—Me lo dices todos los días, cariño —aseguró entre carcajadas—, pero aun así sigo siendo tu amiga, ¿Cierto? 


Con esa chica no se podía, tal vez ese sentido del humor y sus alocadas ideas eran lo que habían derribado las barreras que Draco siempre ponía al conocer a alguien nuevo.


—Además —recordó—, Qué parte de: "Está comprometido ", no entendiste.


—Ay Draquis, eso es lo de menos —en boca de Sophia todo sonaba tan sencillo—, ¡Róbatelo!


Si, definitivamente Sophia Warren estaba loca.


Draco había encontrado a Sophi, en un estado deplorable, no había querido hacerlo pero la consciencia le gritó que la ayudara, la llevó a su casa y su madre curó sus heridas además de alimentarla. Descubrieron que la chica era bruja, poco después, cuando recuperó la voz, ella misma les platicó que había huido de su padrastro, un hombre ebrio que cada que estaba molesto la golpeaba (a ella y a su madre), ella provenía de América, por lo que no estaba al tanto de todo lo que había ocurrido durante la guerra, no tenía idea de quién rayos era Harry Potter y mucho menos las personas que la habían acogido.


Poco tardó para acoplarse muy bien a la familia, ganándose el cariño de Narcissa y la empatía de Draco. Así fue como se quedó a vivir con ellos, como un miembro más de la familia y así fue también que Draco llegó a quererla como si fuera su hermana.


—Dices muchas sandeces —Sophia hizo un puchero.


—Qué tal si lo invitamos al pub donde trabajo y lo emborrachamos, cuando quiera ir al baño, lo sigues y lo asaltas. Seguro que cae —afirmó se manera muy ¿Seria?—, porque tú tienes tu encanto.


Draco entrecerró los ojos, obviamente no iba a hacer eso pero...  tal vez si calara un poco al héroe, si llegaba a tener un poco de suerte, resultaría que a Harry Potter le gustan los hombres.


***


Tal como habían acordado, Harry llegó a casa de Draco Malfoy a la hora en punto, sabía de sobra que los Slytherin se caracterizaban por su fuerte apego a la puntualidad y que si llegabas a retrasarte debías atenerte a soportar toda la ira que emanarían hasta por las orejas.


En cuanto llegó Draco lo apresuró, siempre lo hacía, parecía que lo odiaba tanto que no quería ni verlo en pintura.


En cuanto todo estuvo arreglado, y la transferencia de la propiedad estuvo concretada, Harry se despidió, prefería hacerlo antes de que Draco lo expulsara, o eso pretendía, pero una chica de cabello negro que aparentemente vivía con el rubio, lo detuvo.


Ella lo invitó al pub donde todas las noches cantaba, para que viera su show, ante la mirada reprobatoria de Draco se negó, pero la chica no dejaba de insistir y no lo quería dejar ir por lo que terminó por aceptar.


Así es como terminó una noche con Draco Malfoy ebrio hasta los pies y balbuceando incoherencias. Cuando Harry le informó a la chica, ella se desafanó argumentando que tenía una cita importante con un chico, dejando a Harry solo en el lugar.  


No quedándole de otra, lo llevó a su casa casi a rastras. Y esa noche Harry comprendió algo: ¡Esa chica era de temer!


Buscó entre las ropas de Draco, sonrojándose al sentir el calor del cuerpo del rubio. Cuando al fin las encontró en el elegante abrigo, quedó bastante aliviado. Lo dejó recostado sobre un sofá, mientras se dirigía a buscar su habitación. En cuanto la encontró, volvió por el rubio y de nuevo lo cargó hasta dejarlo sobre su cama.


Draco para ese momento ya dormía, parecía un verdadero Ángel y Harry no pudo evitar acercarse a él y besarle.


Al instante se arrepintió y no porque no le hubiera gustado, si no porque se sintió un verdadero abusador. Draco estaba indefenso y él se había aprovechado de eso.


Quiso ver un rato más a aquel rubio que tantas veces le hacía suspirar de anhelo. Lo miró por tanto tiempo que no se dio cuenta en qué momento se quedó dormido.


Draco despertó con un tremendo dolor de cabeza, se lamentó al recordar que en casa no tenía pociones que le pudiera ayudar con la resaca. Se levantó lentamente para ir al baño, de pronto sintió algo a su lado, tanteó con la mano y abrió grande los ojos al darse cuenta de que se trataba de un cuerpo.


Giró inmediatamente, provocando un fuerte mareo que lo obligó a correr hasta el baño. Cuando regresó se quedó en shock al ver que Harry Potter dormía sobre su cama.


¿Qué carajos había pasado la noche anterior?, ¡Maldito el momento en que decidió tomar una copa porque ahora no recordaba nada!


"Cálmate Draco", se dijo, "Debe haber una buena explicación para esto". Entró en pánico cuando vio que Harry comenzaba a moverse señal de que había despertado.


"Tenemos la ropa puesta", pensó, "Eso quiere decir que no pasó nada de lo que podamos arrepentirnos", suspiró un poco aliviado y en seguida vio los orbes verdes que ya lo miraban con atención.


—¿Qué hora es? —fue lo primero qué dijo el moreno.


—Eeh... creo que... —miró a su alrededor buscando el reloj—, son las diez de la mañana.


—No hemos dormido tanto —afirmó, Draco volteó a verlo y ya estaba poniéndose de pie.


Cuando Draco lo miró mejor, pudo ver el sonrojo en sus mejillas y sonrió para sus adentros. Tal vez el plan podía funcionar.


Se dirigieron a la cocina, donde el rubio preparó el café y unas cuantas tostadas. Ambos desayunaron en silencio, pero de vez en cuando se miraban y cuando ambas miradas se cruzaban, giraban la cabeza inmediatamente. Para ese momento ya ambos sabían que ahí había algo más acumulado y no sólo los años de enemistad.


Harry por fin se despidió, deseándole suerte en su regreso al Londres mágico. Esa era la despedida definitiva -al menos eso quería hacerle creer a su lastimado corazón-, pero para Draco las cosas no eran tan simples y con toda la determinación de un Malfoy se acercó a Harry de manera felina y le besó.


Al principio el  moreno había intentado resistirse, pero seamos honestos, quién en sus cabales podría resistirse a un beso de ese hermoso rubio... la respuesta es sencilla... ¡Nadie!


Y correspondiendo el beso, se olvidó completamente de su charla con Hermione, lo único que quería en ese momento era amar y ser amado. Ya vería en el futuro como afrontar las consecuencias de sus actos.


Tuvieron que separarse para tomar aire y Draco aprovechó para dejar las cosas muy en claro:


—Me has besado Potter —siseó con su clásico arrastrar de palabras—, ahora tienes que hacerte responsable.


¿Qué?, bueno, Harry quedó anonadado, no tenía idea de que Malfoy reaccionaría de esa manera y mucho menos esperaba que le acusara de esa por eso cuando el rubio era quién había iniciado todo. Antes de hablar, lo pensó bien, no debía reclamar nada si no quería que le viniera un torbellino.


—De acuerdo —aceptó sin más, Draco frunció el ceño e hizo una mueca de disgusto.


—¿Qué harás con la asquerosa muggle? —el rubio a esas alturas de la vida ya no tenía prejuicios contra los muggles pero el hecho de saber que esa idiota estaba con su hombre, obviamente lo sacaba de sus cabales.


—No hables así —pidió el Gryffindor—, por favor, además... ya he terminado con eso.


Draco sonrió de manera triunfal, eso era perfecto, agradeció a Sophia, en dónde quiera que se encontrara ahora, por darle ideas tan alocadas y se dio gracias a sí mismo por escucharla y a partir de eso crear las propias.


—Entonces está bien —confirmó deslizándose hasta ponerse de rodillas.


Abrió la cremallera del pantalón de Harry, antes de comenzar la labor, lo miró de manera ladina. Harry se estremeció con ese simple acto y comenzó a jadear en cuanto sintió la tibia boca devorar su miembro ya bastante despierto.


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