Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Chocolat Doré por Solecitoyanass

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! Ya vine a actualizar esta pequeña historia...

Cuando Hermione Granger se enteró de la relación entre Harry y Malfoy, pegó el grito en el cielo, se suponía que Harry no vería a ese chico rubio, mas que para entregarle la propiedad y después de eso se olvidaría de él por completo, sin embargo, ocurrió de todo, menos los planeado.


—¿Ahora qué piensas hacer? —preguntó molesta.


Harry se encogió los hombros y respondió: — ¿Vivir? —, eso a Hermione no le terminó de agradar, pero aceptó la relación por el bien de su amigo, y por su propio bien, pues estaba realmente preocupada por el moreno.


Ron no lo tomó mucho mejor que ella, de hecho pasó días sin dirigirle la palabra, pero al final terminó cediendo, quería mucho a su amigo como para echar todo por la borda, sólo por un capricho.


En el caso de Draco, no le fue mejor, Blaise no estaba muy seguro de que aquello era una buena idea, sentía que su amigo podía resultar lastimado y aunque se lo advirtió, Draco expresó que no desistiría. Para estás alturas de la vida, Blaise ya había aclarado sus sentimientos por el rubio y se dio cuenta que no sentía mas que un cariño fraternal que le obligaban a ser muy protector, eso era todo. En cambio, su interés se dirigió a una chica de cabello azabache, parlanchina y alegre.


Draco se sorprendió al saber que ya llevaban algunos meses saliendo. Todas las veces que la chica desaparecía y Draco no sabía dónde se encontraba, pues bueno, estaba con Blaise. Al rubio le agradó saber que sus dos amigos estaban juntos, realmente eso también le permitió dejar a Sophi en el mundo muggle sin el pendiente de que algo malo le ocurriera.


***


Draco se encontraba en medio del salón principal de Malfoy Manor. Los elfos domésticos iban y venían limpiando y organizando para que todo quedara tal y como deseaba su amo.


Harry pensó que de esa manera, Draco se veía hermoso, iluminado por la tenue luz de la mañana, lo admiró de cuerpo completo y sonrió ante el recuerdo de la piel pálida pegada a la suya, las largas piernas abrazando su torso y ese bello cabello pegándose a su frente por culpa del sudor.


Tanto tiempo anhelando ese cuerpo bajo el suyo,  y ahora que lo tenía, para amarlo hasta el cansancio, le dolía pensar que no sería para siempre. Porque la vida misma siempre se encargaba de recordarle que no merecía la felicidad. Muchas veces pensó en que estaba pagando por los pecados de sus ancestros. ¡Quién sabe!, ya no valía mucho pensar en eso ahora, no tenía sentido, no podía hacer nada al respecto.


Sintió un golpe en su brazo y despertó de su ensimismamiento, sonrió al ver el rostro de la persona por la que cada mañana despertaba sólo por el deseo infinito de estar con ella.


—¿En qué tanto piensas, Potter? —preguntó el heredero de los Malfoy.


—Nada en particular —respondió con un ligero rubor de las mejillas.


—Eres un pervertido —exclamó haciéndose el ofendido.


—Sólo cuando pienso en ti —afirmó sellando sus palabras con un tierno beso. Draco correspondió, quería quedarse así para lo que restaba de la vida pero el aire que ya le faltaba a sus pulmones, le exigió que se apartara.


—Estaba preguntando —reprochó el rubio—, ¿Crees que a mi madre le guste el cambio?


—Estoy seguro de que le encantará.


—Entonces estoy satisfecho —tomó la mano de Harry y lo arrastró al exterior—, el jardín debe quedar perfecto, a ella siempre le gustó su jardín. Quiero que cuando llegue se sienta cómoda pero principalmente quiero que esté feliz.


—Contigo a su lado, seguro que lo será —aseguró Harry. Dejándose llevar por Draco, caminaron por lo que ahora era un jardín en reparación.


Afortunadamente para Draco, los elfos de la familia habían decidido quedarse, así, para cuando el rubio volvió a casa, inmediatamente todos se pusieron a su servicio.


—Harry, Harry —canturreó—, eres un cursi.


—¿Y eso te disgusta? —preguntó con un tono provocativo.


—De hecho me fascina —aseguró guiñándole un ojo—, más te vale no ser así con el resto de las personas, porque te juro que te muelo a crucios.


Harry soltó una carcajada, le encantaba esa faceta malvada en Draco. Pensaba que sólo él podía decir las cosas de manera tan agresiva pero que en el fondo tuvieran un motivo cariñoso.


En cuanto Draco tomó posesión de la mansión inmediatamente comenzó con la remodelación del lugar, no tenía ganas de pasearse por la mansión y ver cada día los mismos muebles, los mismos decorados, el mismo ambiente que le recordaran que alguna vez vivió en el mismo techo el mago más despiadado de todos los tiempos. No quería que su madre regresara al lugar donde alguna vez sufrió de tortura y vio morir a una infinidad de personas. 


El rubio quería regresar de manera triunfal al mundo que alguna vez le dio la espalda, y para eso decidió abrir una tienda de chocolate en el mundo mágico. El plan era comenzar a vender sus deliciosas creaciones sin que la población supiera quien era el dueño, de ese modo haría crecer su fortuna a costa de los que una vez le repudiaron. Para cuando se enteraran de a quien pertenecía la chocolatería, no les quedaría más que lamentarse. 


Por otro lado, le pidió a Harry que mantuvieran en secreto su relación. No quería afectar a la reputación del moreno y tampoco quería hacer uso del escándalo que pudiera despertar el suceso, para recuperar su fortuna. Al principio el moreno se había negado, pero después de mucho argumentar, por fin aceptó. Los únicos que estaban al tanto de aquella relación, eran los del trío dorado, Blaise y Sophi, su amiga incondicional.


Ella se había quedado a cargo de la tienda en el mundo muggle, Draco se la había encomendado porque confiaba ampliamente en sus capacidades, además estaba seguro que de ser posible, ella cuidaría de la tienda con su vida misma.


***


En cuanto la nueva tienda fue abierta, el éxito se vio al instante, la gente amaba esos chocolates, y tal como lo había predicho, los magos y brujas comenzaron a preguntar por el creador de aquellas maravillas. También, tal como lo había predispuesto, no se reveló la identidad del chocolatero.


Entre toda aquella magnificencia, también existía la conmoción que despertó la reaparición de Draco Malfoy. Hubo muchos rumores sobre la forma en que obtuvo la mansión, se preguntaban dónde había estado todos esos años, si había estado oculto trabajando con un grupo secreto de mortífagos, que si andaba en negocios turbios y así estaba recuperando poco a poco la fortuna de los Malfoy.


Muchas especulaciones, pero todas muy alejadas de la realidad. Eso no impidió que en cuanto Draco pisó terreno mágico la gente comenzara a dirigirle insultos, malos tratos, discriminación y atentados. Muchas veces Harry le ofreció acompañarlo a los lugares (en plan de amigos), pero Draco se negó rotundamente, decía que algún día tendrían que olvidar lo que su apellido representaba y entonces, ese día, se sentiría orgulloso de su propia determinación.


También aprovechó para hablar con la nueva directora de Hogwarts. Terminar sus estudios era algo que había deseado desde que abandonara el mundo mágico y ahora, que tenía la posibilidad de hacerlo, no desaprovecharía la oportunidad. Afortunadamente la directora McGonagall le recibió encantada y le dio muchas facilidades para presentar sus EXTASIS.


Draco jamás lo aceptaría en voz alta pero agradecía infinitamente a Harry por haberle brindado la oportunidad de recuperar la vida que ya creía pérdida.


—¡En qué piensas! —exclamó Harry saliendo de la ducha.


—En nada especial —mintió—, ¿Vamos a desayunar? —preguntó para cambiar de tema.


Harry asintió; — Solo espera a que me vista —pidió mientras se ponía los pantalones.


Draco se acercó a él y lo tomó de la cintura.


—Opino que sin ropa te ves mucho mejor —dijo mordiéndose el labio inferior. A Harry le encantaba que hiciera eso, pensaba que era un gesto demasiado sexy.


—Y a mí me encanta que pienses eso —gimió al sentir las mordidas que el rubio impregnaba en su cuello, quitó las manos de su cintura y las sujetó con firmeza—, pero... recuerda que hoy tengo un juicio y no puedo llegar tarde.


Draco rezongó pero le permitió que terminara de vestirse.


—¿Vendrás por la noche?


—Tal vez —explicó—, todo depende de como avance el caso.


—Bueno, de todos modos te estaré esperando —informó besando a Harry.


Los besos de Harry le encantaban, a parte de hacerle sentir amado, le hacían sentir que todo estaría bien, a pesar de que muy en el fondo de su ser, sabía que lo que el tenía con Harry, no duraría para siempre.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).