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Y TODO POR IDIOTA LO PERDÍ por Akiko Hayako

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       Voy caminando de la cafetería de costumbre a mi trabajo, tan solo de pensar en los pendientes que tengo ya quiero regresar a los brazos de Azul de donde desperté esa mañana.

        Por el camino recuerdo lo sucedido la noche anterior, no me había dado cuenta de que estaba sonriendo como boba hasta que me pude ver a mi misma. 

        La noche anterior Blue se quedó en mi casa a “ver películas” mis padres habían salido de viaje, y aunque ellos no me prohíben nada, por respeto jamás llevaba a ninguna de mis amantes a casa. A menos que ellos no estuvieran.

        Llego al trabajo y trato de concentrarme en los pendientes que tengo, pero en lugar de eso mi mente vuela lejos, a un sitio donde jamás llegué. Recuerdo ese pensamiento de fantasía y yo misma sueño. Me alejó de mi y de mi sitio de trabajo y me paro frente al ventanal desde donde se ve parte de los alrededores. Imagino una vida donde hago las cosas bien, donde inicio una relación formal con Azul y la amo cada día de mi vida sin límites, sin miedos, y ella me ama a mí con toda su ternura y esa dulzura que la caracterizan.

        El timbre de mi celular interrumpe mi maravillosa ensoñación.

        Contesto sin mirar el identificador, y una voz que conozco muy bien me responde.

-Hey, ¿Qué haces? –pregunta Perla.

-Trabajando ¿qué quieres? –respondo cortante, escucharla me revuelve el estómago, y no precisamente de mala manera.

-Oh quería saber si te apetecía comer conmigo. Podemos ir a la cafetería cerca de tu sitio, para que no te quite mucho tiempo –dice con una voz que ahora oigo como empalagosa. Ruedo los ojos en señal de fastidio, pero acepto. Típico de mí, engañándome respecto a mis sentimientos.

        A la hora de la comida me dirijo al sitio acordado y ella ya se encuentra allí. Me siento frente a ella en la mesa que ha escogido y trato de parecer fría pero sé que por dentro me comen los nervios por saber qué es lo que quiere.

-Luces bien –comenta ella a lo que yo solo le agradezco sin devolverle el cumplido. Tomo la carta aunque me sé el menú de memoria.

-Ya pedí para las dos –habla de nuevo. Dejo la carta a un lado y un poco irritada le pregunto:

-¿Qué es lo que necesitas, Perla? –sus ojos brillan al escuchar su nombre y trato de mantener la compostura.

-Solo quería verte, saber cómo estás, cómo te ha ido.

-Estoy bien, me va bien, tengo mucho trabajo y amigos geniales ¿Algo más? –En ese momento llega la orden, me ha pedido una hamburguesa de pollo que es mi comida favorita del lugar, y una soda francesa de frutos rojos. Me sorprende que recuerde ese tipo de cosas y que aun así haya tirado cuatro años por la borda.

-¿Te parece si comemos? –no respondo y me limito a pasar a la acción porque esa hamburguesa se mira deliciosa. Ella sonríe triunfante y entonces me doy cuenta de que me ha tendido una trampa, pero mi yo del pasado está tan concentrada en su comida que no se da cuenta.

        El ambiente se relaja un poco y comenzamos de hablar de cosas triviales, casi como en los viejos tiempos, y entonces veo entrar a Azul. Me reconoce de inmediato y se acerca detrás de mi a saludarme, me pongo nerviosa, aunque trato de disimularlo, pero se me da muy mal por lo visto.

-Azul, hola –saludo

-Hola, justo iba a ir a verte a tu trabajo, para dejarte algo de comer –comenta ella, alegre.

-No hace falta, ya la invité yo –responde Perla en mi lugar. Blue la mira como percantándose recién de mi acompañante.

-Perla, Azul; Azul, Perla. –las presento sin saber muy bien qué debería de hacer.

-¿Quieres sentarte con nosotras? –pregunta cortés mi ex novia.

-No hace falta –respondo rápidamente –Se te hará tarde para el trabajo –me dirijo a Blue hablando más despacio asustada de mi propia reacción.

-Ah si, claro, ya voy tarde, solo pasaré a comprar algo y me voy, disfruten su comida –dice ella un poco molesta, antes de irse sin más.

-¿Amiga tuya? –pregunta Perla con un tono que no me gusta nada, pero la que sí puede hablar parece no darse cuenta.

-Algo así –respondo simplemente en vez de ponerla en su lugar. Termino de comer rápido para huir de allí.

-Malva, me gustaría verte de nuevo –dice Perla al verme terminar de comer y antes de que pudiera levantarme.

-No creo que sea lo mejor, tienes tu vida hecha y yo hago lo propio –contesto con todo lo sucedido entre nosotras en mente. Ella no dice nada y lo tomo como una señal para marcharme. –Gracias por la invitación, pagaré yo, por favor, no me llames más. –Y a pesar de las palabras que digo y de mi actitud insensible, me duele todo por dentro, me siento nuevamente como cuando descubrí que me engañaba. Pero no miro atrás y regreso a mi trabajo.

↫   ⚢ ↬

 Estoy en casa trabajando pues me sentía indispuesta para salir, en realidad, no tenía ganas de salir y ver a más personas. El encuentro con Perla aún me tenía con el estómago revuelto. Ha pasado mucho tiempo y aún causa algo en mí, me hace molestarme tanto conmigo misma. Dicen que cada quién elije quién puede o no hacerle daño y me enoja que deje que alguien como Perla tenga aún ese poder.

        Alguien toca la puerta bruscamente. Voy a ver quién es.

-¡Ya voy! Zeus mio, pues ¿Cuánto debo de renta? –Abro la puerta y una chica castaña entra como si fuera su casa.

-Déjame quedarme unos días, mis padres me corrieron de la casa –dice un poco nerviosa, un poco exaltada.

-Pero ¿Qué pasó? –pregunto sorprendida cerrando la puerta y dirigiéndome a la sala.

-Que no les cayó en gracia que les dijera que soy lesbiana, se atrevieron a correrme ¿Puedes creerlo? –Se dejó caer en el sillón totalmente indignada.

-Aún no puedo creer que no se hayan dado cuenta, ¡si has tenido como mil novias!

-Es mi vida privada, ellos no necesitaban saber. –respondió desviando la mirada.

-¿Por qué se los dijiste entonces? –se levantó y se acercó a mí.

-Por ti –dijo mirándome directo a los ojos, me sentí intimidada pero también sentí un cosquilleo en el vientre –No quiero esconderte de nadie cuando seas mi novia.

-P…

-Ya sé –continuó antes de que dijera nada, puso sus manos en mis hombros –Sé que dijiste que no querías nada serio, pero no lo pude evitar, me estoy enamorando, no te pido nada, pero espero que algún día, tú te enamores de mí.

        No pude decir nada, su acercamiento me tenía paralizada, solo le mantuve la mirada, sus manos subieron a mi cuello, sus pulgares acariciaron mis mejillas y me besó.

-Mis padres salieron de viaje y regresarán el domingo, así que por lo mientras seremos solo tú y yo. –le digo cuando al fin nos separamos.

-Genial, solo será hasta que consiga un buen lugar, lo prometo. –le digo que no se preocupe y le ayudo a llevar sus cosas a mi habitación.

        Nos pasamos la noche abrazadas, besándonos y platicando, me contó sobre sus planes a futuro. Sus sueños y yo le platiqué los míos. Coincidimos en viajar alguna vez por el mundo, quizá un sueño trillado, pero le ilusionó la idea de que alguna vez viajaríamos juntas, yo no quise arruinar sus sueños. Siempre creí que lo nuestro acabaría en un momento u otro.

        Al día siguiente Azul salió muy temprano a buscar un departamento. Voy con ella. Sólo quiero estar con ella un poco más antes del fatídico día.

        Azul camina feliz, proyectando una seguridad que me impresiona. Pensé que quizás se sentiría mal por haber sido corrida de su casa, pero parece todo lo contrario, se ve libre.

        Mi bella mujercita se reúne con una agente de bienes raíces, le explica lo que busca, algo sencillo y económico pero bonito. Ella le dice que tiene justo lo que está buscando y le pide que la acompañe.

        Salgo detrás de ellas. Caminan un par de cuadras al sur y paran frente a un edificio de tres pisos. Entran y la agente se dirige al tercer piso, derecha, al fondo. Abre la puerta y nos encontramos un cuarto suficientemente amplio para una persona, hay un espacio vacío al entrar que se podría usar de sala, un pequeño baño y dos puertas que serían las habitaciones, entramos a una, tiene una cama sin colchón pegada a la pared y un librero al frente, al lado de este una gran ventana. Entra bastante luz.

-Me gusta –dice Azul.

-La zona es bastante tranquila también, los vecinos en este piso casi no están, de hecho este es el único departamento del piso, los demás son cuartos solamente, por lo general lo rentan personas que viajan constantemente. –menciona la agente de ventas.

-Y ¿cuál es el precio? –la parte importante de todo.

-2000 al mes, solo tendría que dar los dos primeros meses por adelantado o el primero con un aval –no estaba tan mal.

-Me lo quedo –responde de inmediato casi sin pensarlo.

 


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