Título: Matrimonio por obligación
Autora:Melanie Kenoby (Dama_Oscura_de_Piscis)
Pareja: Lord Voldemort ( Tom Riddle) / Harry Potter
Resumen: Harry ha caído en manos de su enemigo, con un destino peor que la muerte... y que puede convertirse en el mayor de los milagros.
Capitulo uno: Mío
Harry abrió los ojos, preguntándose que diablos pasaba. Al mirar a su alrededor se dio cuenta de que estaba en una mazmorra y fue entonces que lo recordó todo. Habían atacado Privet Drive, habían matado a su tía Petunia, al tío Vernon y a Dudley con un sencillo Avada. Y él se había enfrentado valiente pero inútilmente a Voldemort.
Pero en vez de matarlo, Voldemort se había limitado a dejarlo inconsciente y Harry se preguntaba que pretendía. Con Dumbledore muerto, sólo quedaba él, así que ¿Por qué no lo mataba de una vez? Sin él tendría el camino libre. ¿Qué planeaba ese psicópata que no lo había matado de una vez? Se pregunto Harry. Pero antes de que pudiera seguir cavilando en sus pensamientos, la puerta de la mazmorra donde estaba encerrado se abrió para dar paso a Lord Voldemort rejuvenecido y hermoso, como de unos veinte años y como se veía en la Cámara de los Secretos, junto Lucius Malfoy, Severus Snape, Grabe y Goyle.
-Llegó el circo- dijo Harry cínicamente -El psicópata de Tom Riddley, el payaso oxigenado de Lucius Malfoy, el traidor de traidores, Severus Snape y los gorilas con cerebro de mani de Grabe y Goyle padres- Se burló Harry. De más esta decir que la burla le costo un <i>Crucio</i> cortesía de el "Psicópata", pero Harry se aguantó y no gritó, claro esta que Voldemort no quitó la maldición hasta que obtuvo un grito de Harry.
-Más te vale que te comportes Potter o lo vas a pasar realmente mal- Le dijo Voldemort amenazadoramente.
-Y si no me da la gana de comportarme ¿Qué?- Lo retó Harry con un jadeo por el dolor que le había provocado el Crucio.-Déjate de estupideces y mátame de una vez Tom, por que nunca me uniré a ti, ni te ayudare en nada- Le aseguró Harry.
-Vaya, ya veo que estas tan chiflado como ese viejo loco de Dumbledore, Potter-Le dijo Voldemort acercándose a él y sosteniéndolo de la barbilla. Lo inspeccionó detenidamente y se deleitó en los hermosos ojos verdes que lo miraban con rabia, en la piel blanca y en el rostro hermoso con los rasgos delicados de un ángel -Pero para tu suerte me gustas, mocoso, eres hermoso y eso es lo que te mantiene vivo, mi deseo por ti ¿Te asombra Potter?-Le preguntó Voldemort con una risa despectiva al ver su cara.-No tendría por que. Apuesto que no soy el primero que alaba tu belleza. Pero no te preocupes, Potter, en cuanto me haya saciado de ti y de tu delicioso cuerpo cumpliré tu deseo y te mataré. ¿O quien sabe? Tal vez te ofrezca de ramera a mis mortífagos- Se burló Voldemort, arrancándole un beso brusco. Harry se soltó de un fuerte empujan y escupió el suelo, limpiándose los labios con furia.
-¡Eres un enfermo Riddley! Pero primero se helará el Hades, antes de permitir que tú me toques. ¡¿Te quedo claro?! ¡Antes muerto que tuyo!- Le reto Harry furioso.
Voldemort rió macabramente.
-Eso es lo más que me gusta de ti, Potter, tu espíritu indómito. Será un placer doblegarte y someterte, te lo juro- le dijo Voldemort al ojiverde y girándose hacia Grabe y Goyle, les ordenó- Llevadlo a mis aposentos y que los elfos lo arreglen.
Harry se resistió como fiera, pero al final Goyle lo puso sobre sus hombros como un saco de patatas y salio de allí con él y con Grabe.
-¡Suéltame, gorila!- Le gritó Harry, dándole golpes en la espalda, mientras subían las escaleras del vestíbulo.
Los dos gorilas lo ignoraron y lo arrojaron en una gran habitación decorado en plata y verde esmeralda, muy elegante y muy Slytering. Los gorilas lo dejaron encerrado allí y un par de minutos después aparecieron tres elfos domésticos. Como Harry no se quería dejar arreglar, los elfos usaran su magia para inmovilizarlo y meterlo a bañar. Luego lo vistieron con magia y lo perfumaron. Una vez terminaron desaparecieron, desmovilizando a un muy furioso y cabreado Harry Potter. A Harry casi le dieron ganas de quitarse a tirones la elegante y costosa túnica negra con adornos en plata, pero no llevaba nada debajo de la túnica y los elfos se habían llevado sus otras ropas y no tenia nada más. Maldiciendo su mala suerte, trato de buscar una salida del cuarto, pero al salir al balconcito vio que una barrera mágica le impedía el paso, más allá de la baranda y además estaba en un tercer piso.
-Mierda- Maldijo Harry, mirando hacia atrás tratando de encontrar otra salida, pero en ese momento, la puerta se abrió para dar paso a Lord Voldemort.
Harry retrocedió y se apresuro a cerrar las puertas del bacón, encerrándose en el balconcito. Voldemort lo miro con burla y se dirigió a la puerta, pero cuando la intento abrir, Harry las agarró por el lado de afuera con tanta fuerza, como si de eso dependiera su vida, sin permitirle abrirlas. Eso divirtió a Voldemort, quien se limito a murmurar unas palabras y las puertas se abrieron con un golpe seco, haciendo que Harry fuera a dar con su trasero al suelo. Pero Harry se arrastró hacia atrás, alejándose lo más posible del Lord, quien en dos zancadas lo alcanzó e inclinándose lo cogió en brazos y se lo echo a la espalda como a un saco.
-¡Suéltame!- Le ordenó Harry pataleando y pegándole con los puños en la espalda.
Desde la posición en que se encontraba Voldemort tenia una excelente panorámica del trasero de Harry y lo noto respingoso y jugoso, extendiendo aún más su deseo por el joven. Voldemort soltó al chico en la cama y Harry gateo en esta intentando liberarse del Lord, pero Tom, lo tomo de un tobillo y lo arrastró hacia él. Sin ninguna gentileza lo puso en cuatro y se desamarró el pantalón, dejando libre un miembro ancho y grande. Con una mano le alzó la túnica a Harry hasta las caderas, dejándolo expuesto, mientras con la otra lo sostenía por la cintura obligándolo a permanecer con las nalgas alzadas.
-¡No suéltame!- Le gritó Harry intentando escapar, al sentir unos dedos intentando introducirse en su retaguardia, pero por más que quiso, no pudo escapar del primer dedo intruso de Voldemort que lo penetró, sin ninguna delicadeza.
De no haber estado esa habitación insonorizada, su grito de dolor se abría oído hasta en el último rincón de la casa. Voldemort dejo escapar un gemido de placer, al percatarse de la virginidad que acababa de profanar, no se esperaba que el niño dorado de la comunidad mágica fuera virgen. Excitado se olvido de prepararlo más y posicionado su miembro lo penetró de una sola embestida. Esta vez sí que Harry gritó de dolor sin poder contener sus lágrimas, mientras Voldemort gritaba de placer, inclinándose sobre él, besando y mordisqueando su cuello, mientras empezaba un ritmo rápido de mete y saca.
Harry sollozaba y temblaba sin control por el dolor y la humillación. Se sentía sucio, se quería morir. Y aunque la sangre lo había lubricado, después de las primeras dos embestidas, el dolor seguía siendo horrible.
-¡Ya no, por favor, ya no más! ¡Para!- Le rogó Harry, ahogado en su propio llanto.
Pero Voldemort lo ignoró y con un último grito se desahogó en su interior. El semen ardió en el herido ano de Harry y fue tan abundante que se escurrió por sus muslos, mezclado con la sangre que salía de su retaguardia. Voldemort salió de su interior satisfecho y Harry cayó desmayado en la cama como un peso muerto, sollozando por el dolor. Voldemort lo viró hasta dejarlo boca arriba y mordisqueo su pecho y sus pezones.
-Definitivamente exquisito Potter. Te lo enseñaré todo sobre el sexo, será una delicia tenerte como amante- Se rió el Lord, lamiendo sus lágrimas.
Harry movió la cabeza intentando escapar de su contacto.
-Mátame... por lo que más quieras hazlo- Le rogó Harry sollozando, humillado, asqueado, dolorido y destrozado.
Voldemort rió y lo besó.
-Ni lo sueñes, Potter, ahora eres mío, mi amante ¿Te quedo claro? Eres mío y nada ni nadie lo puede impedir ese viejo loco de Dumbledore, esta muerto y no te podrá salvar. Así que acostúmbrate, por que tu lugar de ahora en adelante, esta aquí, en mi cama, complaciéndome en el lecho.
Le dijo Voldemort, volviendo a atacar su boca. Y acariciando con sus manos el menudo cuerpo de Harry, el cual con un sollozo, intentó escapar infructuosamente, recibiendo como recompensa otra bofetada y otra dura sesión de sexo.
Continuará...