Eran las 2 de la tarde, en verdad no tenía muchos ánimos de ir a encontrarse con sus “amigos” pero se lo había prometido a Karla y era muy tarde para retractarse.
Se levantó pesadamente, se había acostado a las 10 de la mañana después de trasnochar desde las 11 de la noche del día sábado con desconocidos por el Internet en un Chat-room, del cual no recordaba el tema, pero en fin.
Nícolas Wood, un chico aparentemente normal, de 18 años que llevaba con pesadez a causa de........alto, cabello negro brillante y un tanto largo, solo hasta sus hombros, en las últimas semanas había tenido varios cambios, como aquel en su forma de vestir, siempre había vestido de negro y rara vez de otro color, solo por obligación, cuando estudiaba en el colegio y para su desgracia el uniforme era en su mayoría blanco, otro de sus cambios era el de haber tomado la resolución de pintar varios mechones de su cabello de un rojo intenso, esto junto al estilo de vestir y comportarse, había logrado que todos sus amigos le dijeran cuando lo vieron por primera vez que apenas si le reconocían.
-En verdad, no sé por qué lo hice, solo quería un cambio, solo eso, ja, ja, ja- Es lo que había contestado cada vez que alguien le preguntaba el por qué de ese cambio tan radical.
Pero en el fondo parecía seguir siendo la misma persona, la misma persona que detestaba muy en el fondo, la misma persona débil que siempre terminaba perdiendo en asuntos del corazón, la misma persona que no merecía la compasión de nadie, la misma persona que en el pasado..........no vale la pena recordar, eso está en el pasado y jamás volverá, no volverá a molestarme, no más.
Se lavó la cara con ruda insistencia, y trató de olvidar, de todos modos eso ya era cosa del pasado, y tenía cosas más importantes de qué ocuparse, como por ejemplo aquel, su “dulce tormento” como había apodado a su ex novio, Rick Chang, un jovencito de 17 años, pero muy conflictivo, la verdad en estos últimos días se había comportado muy raro, por lo general se dedicaba a ignorar su existencia, pero desde que volvió a reunirse con “su” grupo era diferente, talvez por el cambio en su apariencia, o talvez por........
Terminó de vestirse, blanco, todo de pies a cabeza, ahora sin saber porque le gustaba mucho vestir de blanco, zapatos, pantalón, camisa, accesorios, todo de blanco una que otra vez llevaba camisa de otro color pero eran con toques blancos, al principio se sintió extraño, le parecía que no era él al verse al espejo, sin embargo eso era lo que en el fondo quería, no deseaba seguir siendo el mismo de antes, no quería volver a cometer los mismo errores de su vida pasada, no quería volver a lastimar a nadie más, aunque sabía que no era su culpa, o eso le había dicho esa persona, en el fondo debía ser su culpa, por ser como era, por actuar de esa manera que no era correcta, moralmente reprochable......
Logró salir de su casa con un optimismo ínfimo, la verdad la tarde le parecía muerta, el día, las personas, los árboles, todo le parecía muerto, se sentía que iba a un ritmo diferente del resto de las personas, y al llegar a la entrada del parque sintió un agudo dolor en el pecho, al mismo tiempo que un escalofrío recorría su espina y sencillamente entendió que ese día no debió salir de su casa, pero era muy tarde para cambiar el destino, sus amigos ya le habían visto y lo saludaban a lo lejos.
La tarde continuó tranquila, en verdad se había estado divirtiendo, hasta que él apareció, Rick interrumpió la amena conversación e ignorando a todos los presentes se dirigió únicamente a Nícolas...
-Necesitamos hablar- le dijo un poco apenado por tener que decirlo en frente de tanta gente.
-No tenemos nada de qué hablar- Dijo Nícolas negándose a acompañarle a cualquier lado.
-No hagas esto más difícil de lo que ya es, por favor acompáñame- Le pidió con tono más amable Rick extendiéndole una mano para ayudarle a ponerse en pie.
-Dije que no- Nícolas golpeo con fuerza imperceptible la mano que se extendía en frente suyo.
-Por favor Nícolas, es muy difícil para mí estar aquí...-
-Si es tan difícil, puedes irte, porque no pienso ir contigo a ningún lado- Le interrumpió Nícolas, parándose para alejarse de él, en verdad no le gustaban los espectáculos y por la forma en que todos habían comenzado a verlos de reojo guardando silencio y dejando sus asuntos de lado, sabía que pronto se convertiría en uno, si es que ya no lo era.
-Por favor Nícolas, detente, lo que te tengo que decir es muy importante, y si no me acompañas me obligarás a que te lo diga en frente de todos, y se lo mucho que odias los escándalos- Terminó por decir Rick mientras sujetaba a Nícolas por el hombro impidiéndole continuar su camino. Nícolas volteó para verlo con incredulidad y se topó con esos ojos castaños claros que siempre lo habían hecho flaquear en todas sus decisiones y un leve rubor tiñó su cara para terminar por aceptar aquella propuesta que de seguro sabía como terminaría.
Pero antes de que pudiera contestar afirmativamente, un certero puñetazo que impacto con violencia e increíble velocidad contra el rostro de un distraído Rick, lo derribó enviándole a volar lejos de un muy sorprendido Nícolas, que no atinaba a saber que había pasado, solo se escuchó el golpe de Rick contra el suelo y su quejido, luego otro grito, pero no por parte de Rick o de Nícolas, sino de...
-No te atrevas a ponerle una mano en sima a Nícolas, desgraciado-
Era un hombre probablemente de unos 30 años, era bastante corpulento, pero tampoco en exceso, lo suficiente como para poder encargarse de al menos 3 tipos como Rick, las chicas comenzaron a gritar y el pánico se expandió, el más afectado parecía ser Nícolas, sencillamente no podía creer lo que sus ojos veían, ahí, dándole una paliza monumental estaba él, él.
-Fa...Fausto- Atinó a decir después de unos segundos que le parecieron eternos, en efecto era Fausto aunque hubieran pasado 5 años, era el mismo, seguía siendo el mismo salvaje y bruto que en aquel entonces, sin pensárselo más se dirigió al sitio para tomar por el brazo a Fausto, tratando así de impedir que continuara golpeando a Rick, pero fue en vano, consiguió a cambio que lo arrojaran sin mucho esfuerzo que digamos contra una pared y quedar ahí prácticamente inconsciente.
Otros de los chicos trataron de hacer lo mismo, como eran más fuertes que Nícolas lograron que se quitara de encima de Rick, pero también salieron mal parados, y cuando iba a continuar con aquella brutalidad contra Rick, escuchó una voz, muy débil, pero que obviamente reconoció al instante.
-Fausto...detente...por favor...ya no más...- Era la voz de Nícolas, quien aun tirado en el piso contra la pared de cemento reforzado, le pedía que ya no golpeara a Rick, quien desde hace tiempo había perdido el conocimiento y ahora solo estaba allí tirado en el piso con la cara llena de sangre.
-¿Cómo me pides que me detenga?, este tipo te estaba tocando- le dijo mientras se acercaba peligrosamente a Nícolas quien era incapaz de moverse a cualquier lugar sin importar cuanto lo desease, si había algo que Nícolas quería como nada en el mundo en ese momento era poder moverse, poder correr, poder alejarse de ese sitio, de esa persona, quería marcharse tan lejos como fuera posible, porque al parecer no importaba cuanto tratara de olvidar, él siempre lo iba a encontrar e iba a convertir su vida en un infierno las veces que fueran necesarias.
-Nícolas, mira lo que ese sujeto me hizo hacerte- Le dijo el hombre con cara de bondadoso y apenado, tocando levemente la costilla derecha de Nícolas, a lo que este soltó un quejido, aparentemente con el golpe se había roto algo.
-Lo vez, por tratar de proteger a este sujeto que quería lastimarte me obligaste a que te hiciera daño, yo se que no fue tu intención, lo que pasa es que tu eres muy buena persona y por eso no te gusta la violencia, te prometo que dejaré de golpearlo, pero ahora volvamos a casa, sabes me preocupé por ti estos 5 años que no estuviste, pero al fin te encontré y ahora ya no volverás a escaparte de mi- Le dijo con una sonrisa que lejos de ser tranquilizadora llegaba a ser macabra y solo reflejaba lo que Nícolas sabía perfectamente, Fausto estaba .......
Sin contemplaciones por el estado delicado de Nícolas, Fausto lo tomó por la cintura y se lo lanzó al hombro, impactando fuertemente y apropósito con la costilla dañada de Nico, volvió a ver una vez más a Rick solo para asegurarse de que no se levantaría para molestar nuevamente a su Nícolas, y comenzó a caminar esquivando los cuerpos golpeados de los demás amigos de Rick y con paso firme rumbo a la salida del parque sin importarle si quiera las miradas de las amigas de los chicos que solo pudieron contemplar el espectáculo sin atreverse a hacer algo al respecto.
Nícolas ya no aguantaba, más que el dolor que le producía la presión en su costilla derecha, era la humillación de que Fausto lo hubiera encontrado y de no poder hacer nada para impedir que se lo llevase nuevamente con él, como la última vez, fue entonces cuando se dio cuenta de que no había cambiado nada, en esos 5 años lo único que hizo fue huir de sí mismo pero nada más, nada cambio, seguía siendo el mismo niñito miedoso que tanto odiaba y del que todos podían burlarse, lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas, de impotencia, por no poder dejar de ser ese que tanto odiaba, de ser ese que siempre necesitaba que alguien más intercediera por él, precisamente eso, había provocado lo que estaba viviendo ahora, si desde un principio hubiera tenido el valor de enfrentarse a Fausto, “él” no hubiera tenido que terminar así......por él se había prometido cambiar, por él, quien había dado todo de sí para darle una nueva oportunidad, que ahora se estaba hiendo por la borda.......no, eso no podía ser, él había sufrido más que nadie, no iba a permitir que todo su esfuerzo y su sacrificio se desperdiciaran así, por él iba a ser diferente aunque la vida se le fuera en intentarlo, él lo valía, claro que valía el sacrificio, él su verdadero am...........
Empezó a moverse desesperadamente, a patear y a sacudirse, omitiendo el dolor que esto le provocaba, solo quería soltarse y salir corriendo de ese lugar.
-Nícolas, cariño, quédate quieto, vas a provocar que esa herida empeore- le dijo el moreno de ojos verdes con una voz dulcemente hipócrita, mientras lo levantaba para estrellarlo con fuerza contra su hombro logrando así que Nícolas dejara de moverse, sin embargo este solo empezó a dar golpes con los puños cerrados gritando para que lo baje.
-Nícolas, corazón cállate, o tendré que hacer algo que no te va a gustar- Advirtió Fausto mientras bajaba a Nícolas de su hombro para apoyarlo contra un muro y comenzar a cachetearlo para que así dejara de gritar, como no funcionaba optó por dejarlo inconsciente con un certero golpe en la boca del estómago.
Nicolás sintió que las pocas fuerzas que le habían permitido mantenerse en pie y consciente le abandonaban rápidamente, sentía como su visión se oscurecía y como lentamente se dejaba deslizar por la pared hasta quedar tendido en el suelo sujetándose el sitio del golpe, solo podía parpadear y por momentos veía las escenas como en cámara lenta, veía a Fausto tronándose los nudillos y acercándose con cara de satisfacción por lo que acababa de lograr, volvió a cerrar los ojos sin ganas ya de querer abrirlos, pero escuchó un golpe y un quejido, un estruendo de algo, un cuerpo cayendo pesado al piso junto a él y se obligó a cerciorarse de que era lo que había sucedido.
Tardó mucho en abrir los ojos pero cuando lo hizo se encontró a si mismo recostado bajo la sombra de un árbol, seguía en el parque, parpadeó una vez más, la luz le lastimaba los ojos, volvió a fijarse, esta vez con un poco más de precisión, logró distinguir a algunos de sus amigos que lo miraban angustiados, con las caras hinchadas por los golpes y algunos ensangrentados, pero no de gravedad, Rick no estaba por ningún lado, al menos no había alcanzado a distinguirle.
-¿Estás bien?- Preguntó una voz que pareció por el tono, haberse dado cuenta de lo entupido de la pregunta que acababa de hacer.
-................- ¿De quién era esa voz? Nícolas no había atinado a reconocerla, pero no era de Rick ni de ninguno de sus amigos, sin embargo le pareció familiar, a pesar del hecho de nunca haberla oído.
-Lo siento, es obvio que no estás bien- Volvió a decir la voz, esta vez Nícolas la escuchó con mayor claridad, lentamente sus sentidos volvían, esa voz...no podía ser...era imposible...pero de seguro no podía ser nadie más...súbitamente abrió los ojos y se encontró con aquel rostro preocupado y que trataba de transmitir calma con una sonrisa bastante falsa.
-Esteban.....- Logró decir con mucho esfuerzo, ya que este simple acto le recordó lo adolorido que estaba.
-Veo que estás mejor de lo que pensé, no te preocupes ahora que estoy aquí, ya nada va a pasarte, lo prometo- Le dijo el joven de cabellos castaños claros y hermosos pero tristes ojos verdes como esmeraldas.
-Esteban...yo...- Se detuvo, no sabía si hablar o callar y dejar pasar la oportunidad, no quería estropear el momento, sin embargo el joven pareció adivinar lo que Nícolas quería decir.
-Está bien si lo haces solo esta vez Nícolas- Asintió el joven con una dulce sonrisa.
Al escuchar esas palabras Nícolas se lanzó al cuello de Esteban y comenzó a llorar amargamente, mientras que el otro correspondía el abrazo tratando de no lastimar a Nícolas.
-Lo siento, yo sé que prometí cambiar, sé que....-
-Shhhhh...no digas nada, no es tu culpa, solo calla Nícolas-
Continuará.........