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***Como las Olas del Mar*** por Kikyome

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Notas del capitulo:

-Esto es…- Antes de que pudiera terminar de descifrar por qué se le hacía tan familiar el cuadro, alguien cubrió su rostro con una capucha y lo llevó dentro de una habitación oscura dónde lo besó de manera tan apasionada que parecía como si hubiese esperado toda una vida para hacerlo, aún cuando le quitó la capucha no podía reconocerlo, pero tampoco sentía peligro provenir de aquel hombre, su barba le picaba un poco y su cabello era algo largo, sus manos lo tocaban como si lo conocieran de antes y fue entonces cuando lo sintió morder de aquella manera su cuello, en aquel preciso lugar, y no pudo evitar decir su nombre.

-Esteban- Gimió casi implorando que en verdad fuera él...

 Capítulo 15:                      “Océano Pacífico”  

-¿Pero tiene que ser precisamente hoy?- Se quejó por enésima vez el hombre ante la insistencia de la morena, solamente ayer había salido de la “cárcel” y esperaba disfrutar de su libertad.

-Si tiene que ser hoy, porque es el último día de la exposición, tienes suerte de tenerme como amiga- Contestó la abogada mientras seguía tironeando del fornido brazo del mayor, en esos 2 años las cosas no habían cambiado mucho, él había crecido un par de centímetros y había estado haciendo ejercicio, hasta descubrir que había demasiados pervertidos en ese gimnasio, ya no quería tener ese tipo de problemas, ahora que por fin había terminado su “condena” quería tener un poco de tiempo para él, pero estaba claro que aquella mujer no se lo iba a facilitar.

 

Finalmente llegaron al museo, vio con intriga el letrero donde estaba el nombre de la exposición.

-¿“Kuro coeur”?- Leyó bastante extrañado.

-Sip, significa “Negro Corazón”. Informó la morena mientras entraban y observaban con atención el primer cuadro, bastante “llamativo”

-Es “Corazón Negro” mujer, y ya no estás en edad de venir a ver porno- Corrigió mientras ladeaba la cabeza para apreciar mejor la postura de aquellos dos. – ¡Santo cielo! ¿Son hombres?- Se alarmó levantando más de lo debido la voz llamando la atención de los presentes.

-Creí haberlo mencionado y no es prono, es arte, uy ¿eso se puede hacer?- preguntó refiriéndose a otro cuadro.

-Creo que no quiero comprobarlo- Concedió el mayor sin poder evitar recordarlo.

-Aja sí- Miró la morena de manera inquisidora a su acompañante.

-Mejor sigamos-

Así continuaron dando vueltas hasta entrar en un ala totalmente vacía, ahí parecía no haber nada más que un cuadro totalmente diferente a los demás, era una campiña que se le hizo bastante familiar.

-Esto…-

-Sorry tengo que hacer una llamada urgente, espérame aquí- La morena salió corriendo del salón y se aseguró de cerrar bien la puerta y hacer aquella llamada.

-Esto es…- Antes de que pudiera terminar de descifrar por qué se le hacía tan familiar el cuadro, alguien cubrió su rostro con una capucha y lo llevó dentro de una habitación oscura dónde lo besó de manera tan apasionada que parecía como si hubiese esperado toda una vida para hacerlo, aún cuando le quitó la capucha no podía reconocerlo, pero tampoco sentía peligro provenir de aquel hombre, su barba le picaba un poco y su cabello era algo largo, sus manos lo tocaban como si lo conocieran de antes y fue entonces cuando lo sintió morder de aquella manera su cuello, en aquel preciso lugar, y no pudo evitar decir su nombre.

-Esteban- Gimió casi implorando que en verdad fuera él y para su sorpresa el desconocido contestó contra su piel.

-Sí…Nico…- Aquella voz era inconfundible, se apartó bruscamente de aquel caliente cuerpo y palpó las paredes hasta dar con un interruptor y encender la luz, lo que le recibió fue una visión casi mágica, aquel hombre de larga cabellera castaña clara casi al punto de llegar a ser rubia sonreía como si se tratase de una broma, entonces los vio, aquel par de ojos esmeraldas que le contemplaban con devoción, le tomó un par de minutos hasta poder reconocerlo del todo y sentir como su corazón saltaba dentro de su pecho de manera ridículamente feliz y no pudo evitar arrojarse a los brazos del ahora famoso pintor.

-¿Qué haces aquí? ¿Cómo? ¿Por qué?- Preguntó rápidamente sin querer soltarlo.

-Tras el alboroto por la muerte de Fausto decidí que lo mejor era renunciar a la policía y seguir mi verdadero sueño, como le había prometido a mi madre, así que todo este tiempo me he dedicado a estudiar artes y ahora soy un pintor consumado, o eso es lo que dicen de mí, por eso decidí volver por la única cosa que no me dejaba ser completamente feliz- Sonrió nuevamente sintiéndose extrañamente seguro de lo que iba a hacer. -No podía seguir pintando sin mi inspiración, aquel hombre que ha desvelado mis noches durante los últimos 7 años…-Hizo una pausa para apreciar mejor el sorprendido rostro del moreno al pronunciar aquellas palabras.

-¿7 años? Eso significa que…-Nícolas tenía miedo de estar equivocado y que eso sólo fuera uno más de sus sueños.

-Significa que desde el principio te metiste bajo mi piel y te adueñaste de mí, pero tenía demasiado miedo de lo que dirían los demás, de lo que diría mi familia, pero más que nada tenía miedo de aquel nuevo sentimiento que no conocía y tenía miedo de estar volviéndome una mala persona y tardé todo este tiempo en darme cuenta de que lo incorrecto es vivir alejado de lo que uno en verdad ama y de lo que uno en verdad desea, por eso dejé la policía y por eso volví por ti- Se acercó y apagó de nuevo la luz, no quería verlo sino “amarlo” además de que no necesitaba de luz alguna para recorrer su cuerpo, estaba perfectamente dibujado en su mente desde el primer día. -Nícolas ¿Podrás perdonarme por ser un cobarde todo este tiempo?- Rogó mientras comenzaba a desvestir aquella piel que aún olía a inocencia.

-No parece que en realidad desees saber mi opinión- Corrigió el moreno dejándose hacer, cómo había soñado aquello desde hace tanto tiempo.

-Tu opinión me interesa y no sabes cuánto, por eso no puedo continuar hasta saber que me perdonas- Aunque dijera eso, sus manos no parecían querer detenerse y menos ahora que estaban acariciando aquel miembro palpitante.

-Ah, haré algo aún mejor- Dirigió una de sus manos a la nuca de Esteban y le atrajo desesperadamente a sus labios para robarle el aliento de manera apasionada y mientras que con su otra mano apretaba aquel cuerpo contra el suyo haciéndole notar su necesidad. –Te perdonaré sólo si me compensas por todos estos años de soledad Esteban- Un nuevo beso y terminó de deshacerse de sus ropas tirándolas de cualquier forma en aquel pequeño lugar, en verdad no era el más apropiado o el más romántico, pero eso no importaba, al menos no le importaba a él en ese instante.

-No me alcanzará la eternidad para compensar todo lo que hemos pasado, pero si me dejas, dedicaré cada día del resto de mi vida para intentarlo- Cada palabra parecía planeada, como si hubiera calculado qué y cómo decirlo, pero la verdad ni él mismo creía todo lo que se oía decir, aquellas cosas tan bochornosas acompañadas de esos movimientos, uno más lujurioso que el anterior, se sentía terriblemente apenado, sabía que así era, pero sencillamente no le importaba.

-Eres demasiado cursi Esteban- Le recriminó de manera melosa el moreno mientras chupaba el cuello y delineaba con su lengua la base del mismo.

-Tonto- Fue la única respuesta que quiso conceder mientras centraba su mente en recostar a aquel precioso joven sobre una alfombra de piel previamente preparada y acariciaba la parte interna del muslo dedicando cuidadosas carisias en el dorso mientras se extasiaba en observar aquel delicioso rubor recorrer el rostro de su Nico, era increíble como a pesar de los años él aun mantenía un aire de inocencia que cautivaba.

-Simplemente irresistible- Murmuró antes de someter con su boca a una de las tetillas del moreno haciéndole apretarse contra él al primer contacto. Continuó con aquel camino de besos hasta llegar a aquel miembro que yacía suplicante por un poco de atención y sin siquiera dudarlo un segundo lo tomó entre sus manos y comenzó a masajearlo, al principio con un poco de timidez por la inexperiencia en aquel oficio y luego con un poco más de seguridad alentado por los quejidos ahogados de su chico, era obvio que estaba tratando de ser discreto.

Necesitó aferrarse a esos brazos con más fuerza al sentirle cerca de su entrada, no pudo evitar querer abrir los ojos para poder admirarle y saber que no era un sueño, al hacerlo aquella visión de su amante esperando a por su permiso casi lo dejó embobado y apenas si asintió a colgarse de su cuello con total sumisión y susurrarle bajito al oído. –Si eres tú está bien…llevo años deseando sentirte así dentro de mí, no me hagas esperar, no seas cruel- Y le besó la mejilla delicadamente para quedarse ahí a espera de que el castaño se decidiera a moverse, quería que escuchara muy claro los sonidos que provocaba en él con cada embestida, tardó poco en encontrar un ritmo apropiado para ambos, era casi lento y amenazando siempre en desbocarse y volverse salvaje, pero nunca perdía el control, era sencillamente enloquecedor.

Cada vez más y más dentro, cada vez más y más profundo y cada vez más y más apasionado, hasta llegar al punto de obligarlo a estallar dentro de él, acto seguido Nícolas también se dejó guiar por el placer de la culminación y cayeron ambos pesadamente uno sobre el otro tratando de robarse todo el aire de la pequeña habitación.

-Prometo jamás alejarme nuevamente de ti, te amo- Susurró entrecortadamente mientras se negaba a salir de aquella deliciosa estrechez y acariciaba con total dulzura aquel sedoso cabello, en verdad no había cambiado, ahora se odiaba por haber esperado tanto para volver.

-Promete ser valiente y no dejarme ir y tendremos un trato corazón- Se burló Nico acariciando aquella espalda.

-Lo prometo, lo que quieras, lo prometo, con tal de no volver a tenerte lejos, no sé que poder sea este que como las olas del mar me hace volver a pensar en ti una y otra vez y cada vez con más intensidad, me hace quererte más allá de lo normal, pero tampoco quiero saberlo, sólo quiero continuar a tu lado sin importar lo que puedan decir los demás, me he tardado demasiado en darme cuenta lo que en verdad importa, estar a tu lado siempre de ahora en adelante…- Comenzó a besar de forma dulce el cuello del moreno rogándole por una nueva oportunidad de amar.

-…Esteban…otra vez…por favor…una vez más- Pidió con la voz cortada y sintiendo como su rostro ardía por pedir algo como eso.

-Cuantas veces quieras, ahora tengo la vida entera para amarte…Nícolas, siempre fuiste el único dueño de mis noches-

-Arigatou…- Se sumergió de nuevo en aquella embriagadora pasión que hubiese sido el comienzo de algo muy lindo si no fuera por aquel molesto sonido en la puerta.

-¿Puedo sugerirles la postura de la pintura 22?- Se atrevió a interrumpir aquella voz del otro lado de la puerta.

-¡Karla!- Se alteró Nico rompiendo totalmente el ambiente romántico y saliendo de la habitación sin importarle mucho estar apenas envuelto en aquella alfombra, mientras Esteban prefirió tardarse un poco y vestirse.

-Lo siento, pero es que ya pasaron más de 20 minutos y a mi Esteban sólo me contrató por ese periodo de tiempo- Sentenció la morena aparentando cubrirse los ojos para no ver más de lo debido.

-¿Disculpa?- Nícolas no pudo evitar enarcar una ceja notablemente intrigado. -¿Cómo que contrató?- Repitió ahora dirigiendo toda su atención al joven de ojos verdes que salía finalmente del cuarto oscuro aún arreglando sus ropas.

-No pensarás que es cosa del destino que te lo hayas encontrado después de 2 años de haber jurado y re-jurado que no querías volverlo a ver mi querido Nico- Agregó despreocupadamente la mujer sonriendo al ver la sorpresa dibujada en la cara de su amigo.

-Bueno pues no, pero…-

-Lo que pasa es que aunque yo quería volver no sabía si aún seguías enfadado conmigo, por eso en una de mis exposiciones cuando reconocí a Karla hablé con ella y así fue como fraguamos este plan- Se disculpó bastante sonrojado de tener que admitir como había sido todo en realidad.

-Cobarde- Escupió sin tacto Nícolas perdiendo su buen humor pero sin estar del todo de mal genio.

El castaño lo miró un poco apesadumbrado hasta sentir la mano de la mujer posarse en su hombro.

-Tranquilo, siempre coge un poco de mal humor después de una buena ración de sexo desenfrenado- Comentó con una adorable sonrisa hacia Esteban mientras de reojo observaba la reacción de sus palabras en el moreno. –Bueno, dejemos de perder el tiempo con palabrerías que se nos hace tarde-

-¿Tarde?- Exclamaron ambos hombres al no entender a qué iba aquello.

-Si, la boda de Luís y los muchachos es dentro de un par de horas, tiempo suficiente para llevar a arreglar a este jovencito desaliñado y a ti también Esteban- Rió ante la mala expresión de Nico.

-¿No era mañana?- Se detuvo a pensar el castaño mientras seguía siendo arrastrado por aquella loca amiga de su amor.

-Bueno, también eso lo arreglé yo, que puedo decir, tengo mucho tiempo libre- Logró finalmente subirlos a su carro y arrancó y en menos de dos horas ya los había convertido en un par de hombres demasiado interesantes con aquellos ternos, Nícolas se veía especialmente llamativo con aquel esmoquin, estaba además muy feliz de ser el padrino de Luís y de Damián y de Alejandro y de Joy, los cuatro habían decidido casarse el mismo día y habían decidido también que Nico fuera su padrino, el de todos.

De igual forma las chicas estuvieron contentas de nombrar a Karla como madrina de las 4 parejas.

-En realidad no sé cómo me convencieron- Terminaba de explicar Nico a un atento Esteban, estaban aprovechando y poniéndose al día de lo que había pasado en sus vidas durante esos años alejados.

-Eso es porque eres fácil querido- Aquella voz burlona la reconocería aun a 100 km de distancia, vio como Luís seguido de los 3 novios restantes entraban a la iglesia y se inmiscuían en su relación.

-Al menos conmigo ese milagro nunca se dio- Suspiró Karla recordando como había intentado hasta el cansancio conquistar a Nico aunque fuera de broma y a más de un par de besos robados no había llegado más lejos.

-No necesito esa clase de referencias, al menos no de ti- Se quejó molesto el moreno mientras los saludaba. –Todos se ven muy bien- Halagó despreocupadamente.

-Viste, viste, te dije que se iba a arrepentir de dejarnos casar- Se burló Alejandro escondiéndose detrás de Joy mientras que Damián sólo repetía sus votos.

-¡Cállate! Que en verdad no me explico cómo me convencieron- Volvió a lamentarse mientras pasaba una mano por el cabello y se sentaba junto al castaño quien parecía disfrutar de sobremanera la situación.

-Eso es porque eres fácil corazón- Concedió Dilan haciendo acto de presencia en el salón mientras luchaba por caminar sin tropezar con aquel vestido.

-Ja ja ja ja- Las risas no se tardaron en escucharse y un apenado Nico sólo podía contenerse de no cometer homicidio en masa.

-Mira que se nota que son el uno para el otro- Dijo sin poder borrar esa expresión avergonzada, aunque no fuera del todo cierto.

-Voy a comenzar a creérmelo- Se sumó a la broma Esteban para total horror de su chico.

-Oye, se supone que no se debe ver a la novia antes de la ceremonia- Corrigió Karla.

-Hay yo no creo en ese tipo de cosas, además en estos tiempos ¿Quién es supersticioso?- Quitó importancia la morena cuyo cabello había dejado crecer precisamente para ese día, acercándose a arreglar el corbatín de su novio.

-Bueno pero parece que sí hay un supersticioso en la sala después de todo- Indicó Joy a su amigo que se negaba a ver a la novia.

-Hay Alejandro no seas payaso, que ni siquiera soy tu novia- Se quejó exasperada al ver que sin importar por dónde se le acercara él se negaba a verla.

-Bueno, pero ¿Qué haces aquí? No se supone que deberías estar adentro terminando de arreglarte y haciéndonos esperar- Damián estaba harto de guardar silencio.

-Se supone y así sería si no fuera porque ustedes tienen secuestrada a nuestra madrina- Señaló a la morena que continuaba molestando a la nueva parejita de tórtolos.

-¿Nosotros? ¡Llévatela no más nadie te detiene!- Gritaron al unísono los presentes excepto el castaño obviamente.

-Imbésiles- Fue lo ultimo que escucharon de Karla mientras Dilan la arrastraba fuera del salón.

 

La boda fue hermosa, un poco larga pero muy original, la fiesta estuvo de lo más animada y después de los bailes de rigor y la comida iban quedando solamente los amigos más cercanos.

-Nícolas- Escuchó una voz que le llamaba.

-¡Rick!- Se sorprendió mucho de ver al joven, desde lo de Fausto había decidido ir a estudiar al extranjero y era la primera vez desde entonces que lo veía, aunque Karla siempre le hablaba de él no pensó que estuviera tan cambiado.

-Sólo quería decirte que espero que seas feliz, eso era lo que tenía que decirte aquel día en el parque y bueno, debido a las circunstancias nunca pude hacerlo- Se veía un tanto apenado y no se atrevía a ver directamente a los ojos al moreno.

-Gracias, estoy seguro de que ahora si podré lograrlo- Le dijo en un tono tranquilo mirando de reojo a Esteban quien seguía atrapado en la conversación de Karla.

-Ja, ¿mi hermana te sigue dando problemas? No te preocupes, traje algo del extranjero para ella- Señaló a un hombre de unos 30 años tal vez, muy bien parecido y demasiado serio para su gusto, el sujeto al ver la señal de Rick despegó su espalda de la pared y se acercó directamente a donde estaba la morena y la levantó de golpe tomándola en sus brazos para sorpresa de todos.

-¡Suéltame animal!- Karla no paraba de gritar, no era para nada gracioso y aunque los presentes trataron de intervenir fueron detenidos por un calmadísimo Rick que sólo sonreía.

-Karla- Llamó el sujeto con una voz ronca, a lo que la morena dejó de sacudirse para detenerse a ver a su agresor y lo que vio la dejó pálida.

-¿Steven?- Se admiró sin saber qué más decir.

-Ajap- Se adelantó a asegurar su hermano mientras se acercaba para recibir a su hermana. –Lo encontré mientras estudiaba en Alemania y lo traje para ti hermanita- Karla seguía como de piedra.

-Un momento, ¿Steven? ¿El Steven del que Karla no paraba de hablar nunca?- Preguntó intrigado Nícolas.

-¿Steven el de la secundaria?- Se sumó al asombro Luís.

-Hola, mucho gusto- Aquella voz ronca y aquella expresión tan pero tan seria intimidaba a los muchachos.

-¿Cómo es que Karla terminó enamorada de este sujeto? Es tan, tan…-Alejandro no encontraba palabras para definirlo.

-Tan no ella, definitivamente- Terminó la frase Scarlett.

-Hola Stev, tiempo sin verte- Saludó de manera formal Damián dejando fríos a todos.

-Hola- Fue toda la respuesta del sujeto.

-¡Hay! No puedo creer que hallas vuelto por mí- Karla había reaccionado finalmente y ahora estaba colgada del cuello del mastodonte aquel que parecía inerte y contrastaba demasiado con la personalidad desbordante de la morena. –Porque volviste por mi ¿verdad?- Preguntó un poco asustada.

-Si, todos estos años no pude olvidarme de ti y cuando me encontré con tu hermano recordé nuestra vida juntos y decidí volver para establecerme aquí a tu lado-  Dijo en tono neutral y sin un poco de pasión o emoción o nada, era estresante.

-¡Hay que lindo amor yo también te extrañé!- La escena era de lo más extraña, pero verla feliz en realidad conmovió a Nícolas y a los demás.

-Eso me recuerda, que olvidé decirte que debo volver mañana a la ciudad central- Esteban apartó un poco a Nico del grupo de muchachos para decir aquello.

-¡¿Qué?! Pero si acabas de llegar- Se quejó el moreno con un puchero adorable.

-La verdad esperaba que ahora que has terminado tu carrera pues tú…tú…-El rostro del castaño se inundó de un color carmín intenso y no pudo sostenerle la mirada al moreno.

-La verdad es que estoy cansado de vivir aquí, estuve pensando en mudarme a ciudad central pero no conozco a nadie ahí que me pueda dar asilo- Concedió Nico comprendiendo a la perfección las intensiones de Esteban, aún era demasiado tímido para algunas cosas, pero nada que unas cuantas semanas de práctica no pudiesen curar.

-Las puertas de mi casa siempre estarán abiertas- Se atrevió a pasarle un brazo por la cintura para apretarlo un poco más a su cuerpo, sintiendo que la cara la quemaba con aquel leve contacto. –Pero debo advertirte que sólo hay una cama y no permitiré que duermas en el sofá- Señaló un poco más tímido.

-Tampoco pensaba quedarme lejos de ti, al menos no ahora que te tengo de vuelta, no volveré a dejarte escapar Esteban Johns- Advirtió al momento de acercarse peligrosamente para chupar con apremio aquellos labios sin importarle los chiflidos y los comentarios inmaduros de sus amigos, nada más que tenerlo a su lado le importaba, por fin podía sentirse completo, por fin era feliz.

 Fin
Notas finales:

terminé por fín!!! TT_TT yokata!!!

Pero 100pre me pongo sentimetal al terminar una historia...TT_TT

Gracias a todos por haberme acompañado durante todo este tiempo, sorry por las continuas esperas -_-'

Ojalá nos volvamos a ver en algún otro de mis peqeuños relatos!

Arigatou y Bye bye


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