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***Como las Olas del Mar*** por Kikyome

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Notas del capitulo:

A veces nos tomamos el título de "amigos" muy en serio......el pasado de Nícolas se sigue develando y ahora los amigos de Nico deberán afrontar las consecuencias de su "buena fe"

*****IMPORTANTE******

Hice una pequeña correción en el capitulo anterior y cambié una parte así que no vallan a pensar que se repite!!

Capítulo 4 “Marea Alta; Vuelve un Viejo Dolor”  

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-Mira Nícolas, él es mi hermano mayor Fausto, también es policía, pero el trabaja en la ciudad- presentó Esteban con una amplia sonrisa,  estaba seguro de que los dos se llevarían muy bien.

-Hola, mucho gusto- Saludó formalmente Fausto. Era un joven muy apuesto de unos 25 años, su cabello era corto y de color amarillo y sus ojos eran verdes como los de Esteban, sin embargo parecían brillar de una manera diferente.

-Mucho gusto señor, me llamo Nícolas Wood, es un honor conocerlo señor- Saludó Nícolas un poco intimidado por la figura imponente de Fausto, quien tenía apariencia de ser un hombre muy serio y de carácter fuerte.

-Vaya que seriedad, no es demasiado para venir de un pequeño de 13 años- Sonrió calidamente Fausto.

-Verás que Nícolas es mucho más que un chico de 13 años, es bastante maduro y no hay nadie que te pueda poner de buen humor tan rápido como él- Recomendó Esteban mientras palmeaba el hombro de Nícolas para hacerle sentir orgulloso.

-Bien, si eres tú quien lo dice Esteban, tendré que tomarte la palabra- Bromeó Fausto.

 

Desde ese día y durante las próximas semanas comenzaron a salir los 3 juntos, era un verdadero espectáculo ya que las chicas se derretían por los hermanos de ojos verdes y no había ni una sola que dejara de notar a Nícolas, sin embargo a este parecía molestarle que las mujeres le prestaran tanta atención, no solo a él, sino a Esteban y sin darse cuenta, empezó a molestarle que mirasen a Fausto también.

Aunque Fausto era en apariencia un muchacho correcto, los fines de semana solía llegar borracho y lleno de lápiz labial, Nícolas siempre se quedaba hasta tarde esperándole desde la ventana, pero nunca decía nada, sabía que sin importar a que hora llegara, Esteban siempre estaba en casa para abrirle la puerta y ayudarle en cualquier cosa, sin embargo un día fue diferente, Esteban tenía guardia nocturna y le dejó encargado a Nícolas que cuando llegara Fausto le arrojara la llave desde su ventana para que este pudiera entrar, Nícolas aceptó sin embargo cuando Fausto llegó el se escabulló y le abrió la puerta y le ayudó a llegar a su cuarto, sin saber que era realmente lo que estaba haciendo.

 

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Aquella frase le torturó más de lo que hubiese esperado, aunque deseaba ante todo mantener sus sentimientos fuera de esto, no podía olvidar que Fausto era su hermano mayor.

-¿Cómo podría olvidarte Fausto? Después de todo eres mi único hermano y mi deber es ayudarte a superar esta crisis, así que por favor hermano, déjalo en paz- Esteban sabía que con aquel discurso que seguramente Fausto ya se sabía de memoria no iba a lograr ninguna diferencia, pero la esperanza era lo último que se perdía ¿verdad?

-Ah sólo vienes para eso….si es así, entonces por favor vete que estoy esperando a alguien más- El rubio se volteó sobre la cama de aquella celda bastante lúgubre para darle la espalda a su hermanito menor, haber si así finalmente se iba y lo dejaba en paz.

-No digas tonterías, él no va a venir, después de la paliza que le propinaste a él y a su amigo, dudo que salga del hospital en un buen tiempo- Le recriminó Esteban perdiendo algo de la compostura que casi siempre le caracterizaba al recordar el estado en que había quedado aquel joven y el pobre de Nico.

-Con que está en un hospital, eso me facilitará la búsqueda, Gracias Esteban ahora por favor retírate- repitió de manera amable, él si no tenía por qué perder los estribos ya que tiempo era lo que le sobraba en especial si su niño no iba a poder escapar de la ciudad por estar recluido en un hospital, tal vez no había sido tan mala idea maltratarlo un poco, de todos modos cuando estuviesen juntos se las arreglaría para compensárselo de manera “apropiada”

-Hmp, Fausto necesitas ayuda, no te das cuenta de que estás enfermo- Dijo Esteban sacudiéndolo ligeramente por los hombros.

-Por favor hermano, más enfermo estás tú, que no admites después de tanto tiempo que estás enamorado de Nícolas, es malo reprimir los sentimientos ¿sabías?- Rió un poco al ver el sonrojo de su hermano ante aquella declaración. -O ¿acaso creíste que no lo había notado?- Preguntó desafiante.

-No sé de qué me hablas, Nícolas es para mí como mi hermano menor- Dijo apartando la vista y tratando de calmarse ante aquel pensamiento o mejor dicho ante aquel recuerdo que cruzó fugaz por su mente.

-Si claro, un hermano menor, sin embargo yo sé que él es el hombre de mi vida y nada ni nadie me hará cambiar de parecer, además Nícolas también me ama, o ¿no recuerdas nuestro romance hace 5 años?-

-Eso no fue un romance, te aprovechaste de la mente confundida de un niño, por amor de Dios, ¿Qué no lo entiendes?- Gritó exasperado Esteban al ver la expresión de tranquilidad que ponía su hermano al decir aquellas palabras-

-Es verdad, en ese tiempo estaba confundido, creía que estaba enamorado de los dos, pero ahora que ya es mayor de edad, las leyes no me impiden tomar su corazón.-

-Estas loco, hermano déjame ayudarte, por favor te lo ruego- Pidió una vez más Esteban.

-No necesito tu ayuda, pude conquistar a Nícolas una vez y de seguro puedo hacerlo de nuevo, sé que durante estos 5 años se ha olvidado de mi pero yo le refrescaré la memoria, aunque mi vida o la suya se vallan en el intento- Exclamó con un brillo de locura en sus ojos que iluminó con una trágica luz la apagada celda, antes de que Esteban pudiera seguir contestándole, el guardia golpeo con la macana las rejas de la celda indicándole así que su tiempo había pasado.

-Debo irme Fausto, pero te aseguro que la próxima vez que venga te pondré en un psiquiátrico- Y con esa final amenaza le dio la espalda para salir derrotado, no sin antes escuchar la risa frenética de su hermano retumbando entre las paredes de aquella sucia cárcel y gritando el nombre de Nícolas.

-¿Por qué hermano?- Era lo único que atinaba a repetirse interiormente Esteban mientras caminaba sin rumbo.

  

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-Buenas noches Fausto, ¿Estás bien?- Preguntó con semblante preocupado Nícolas mientras le abría la puerta a Fausto y le ayudaba para que pudiera entrar.

-Sip, hmp, hmp, me encuentro muy bien pequeño Nícolas, ¿Dónde está mi hermano?-

-Tiene el turno de la noche y no volverá hasta la mañana, me pidió que te abriera la puerta, es decir me dijo que te lanzara la llave desde la ventana, pero supuse que no podrías, así que decidí bajar y ayudarte en lo que pueda- Dijo mientras tomaba el abrigo de Fausto y colocaba uno de sus bien formados brazos sobre sus hombros para llevarlo hasta el baño.

-Mejor te das una ducha, así se te quita un poco el olor a alcohol y perfume- Dijo Nícolas sonrojándose un poco por lo molesto que le resultaba que Fausto anduviera por ahí con mujerzuelas, mientras podía pasar el tiempo con él, seguro no era tan lindo como aquellas mujeres pero sabía que tenía un encanto especial, Mike se lo había dicho.

 

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-¿Y qué pasó?- Preguntó abruptamente Karla mientras entraba al cuarto de Nícolas sin previo aviso.

-No sé de qué me hablas- Respondió inocentemente Nícolas tratando de ver a otro lado para que no se le notara la mentira.

-Aja si, a mi me vas a hacer tonta, confiesa, sé que entre ustedes hay algo intenso, se sentía en el aire, especialmente después de que hiciste aquella escenita en el parque al despertar y abrazarlo, rompiendo en llanto hasta que te desmayaste por el dolor, ¿recuerdas?, yo estuve ahí- Le dijo Karla con una sutileza fingida mientras se sentaba a su lado esperando a que confesara.

-No pasó nada, Esteban no ha cambiado, aún me ve como un niño- Respondió con tristeza.

-Ah ya veo, pero eso se arregla, lo único que tienes que hacer es demostrarle que no lo eres, mira en una copa de champagne viertes un gramo de....-

-¡No lo voy a drogar Karla! ¿de dónde sacas esas ideas?- Preguntó casi aterrorizado Nícolas.

-No es común en mi, pero me han dicho que funciona de maravilla- Sonrió inocentemente.

-Aja sí, como sea, claro que se lo voy a demostrar, pero primero debo asegurarme de que no se vaya de mi lado-

-A entonces tenemos un plan ¿Dónde entro yo?- Preguntó interesadísima la morena de larga cabellera azabache inclinándose de inmediato para escuchar atentamente el plan.

-Tú entras en la parte donde sales por esa puerta y no te involucras en mis asuntos, y te voy a pedir que cumplas a cabalidad tu parte.- Dijo seriamente, a sabiendas de lo metiche que era Karla aunque no lo hiciera de mala fe.

-No es justo, yo quiero ayudar, sabes que ninguno de los muchachos te ayudará con tanta paciencia, especialmente los chicos quienes son homo fóbicos- Protestó Karla casi al punto de iniciar un berrinche ahí mismo.

-Lo sé, pero no quiero que ninguno de ustedes se involucre, tengo miedo de que Fausto les vaya a hacer daño, ya viste lo que pasó hoy, ¿no querrás terminar así?-

-Ayer, mi querido Nícolas, ya es Lunes, son las 12 del día Lunes, has dormido como roca.- Rió un poco ante la cara de sorpresa de su amigo.

-Demonios, debo ir a la universidad- Dijo con dificultad al tratar de ponerse de pie y encontrarse con un intenso dolor que le recorría el cuerpo.

-Lamento decirte que el doctor dijo que no podrías moverte de esta cama al menos por un par de días- Volvió a reír. –Pero no te preocupes, yo avisé en la universidad que ambos íbamos a faltar.

-¿Y tú que accidente sufriste?- Preguntó un poco más tranquilo Nícolas.

-La perdida de mi hermano- Dijo la joven cerrando sus ojos castaños y bajando la cabeza de manera trágica.

-¡Queeeeeeee!- Nícolas dio un grito desesperado al escuchar esas palabras junto con la cara de dolor de Karla.

-Si, aparentemente eso fue lo que me entendió la secretaria de la universidad cuando me preguntó por la condición de mi hermano y yo le dije que ahora descansaba en paz, se echó a llorar y luego me dio su más sentido pésame-

-...........-

-No te quedes callado, yo no lo planee, se dio, no fue mi culpa-

-.............-

-Este bien, lo arreglaré cuando volvamos-

-...............-

-Mejor me voy, cuando te quedas callado me das miedo-

-........................estas loca-

-No tienes pruebas físicas que lo demuestren, así que pierdes el tiempo, adiós, vendré luego, bye- Se despidió lanzándole  un beso desde la puerta.

-De seguro se lo demostraré, no será igual que su hermano, yo sé, estoy seguro Mike me lo dijo, tengo un encanto especial, y puedo lograr que cualquier hombre se enamore de mí, y tú no serás la excepción Esteban, ya lo verás- dijo muy para sí.

-Ese es el espíritu Nícolas- Dijo Karla abriendo la puerta para reírse en su cara, mientras Nico se ponía rojo como un tomate.

-Ya lárgate- Le gritó mientras le lanzaba una almohada.

  

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-Nícolas ayúdame a quitarme la ropa por favor- Pidió una voz que aunque se escuchase vacilante por el nivel de alcohol, seguía siendo igual de encantadora.

-Este, no se si sea correcto que entre- Fue la respuesta del pequeño Nícolas ante aquella petición, aunque por dentro estuviera muriendo de deseos por entrar, no lo iba a hacer, Esteban de seguro lo reprobaría.

-Claro que está bien, los dos somos hombres, no hay nada de malo- respondió un poco más firme y casi en tono imperativo Fausto desde dentro del baño, antes de que pudiera entrar se escuchó un golpe seguido de un quejido.

A Nícolas no le “quedó” más que entrar. Al hacerlo se encontró con que Fausto había resbalado dentro de la tina, que era bastante amplia, y había caído en ella con todo y ropa, Nícolas se acercó alarmado para asegurarse de que se encontraba bien.

-Hola, viniste, ahora si, por favor ayúdame, quiero darme un baño, pero veo todo doble y no puedo alcanzar mis brazos- Dijo completamente borracho el mayor.

-Si, de acuerdo- Respondió avergonzado Nico, y comenzó a desabrochar su camisa, luego siguió por las medias, para detenerse nerviosamente en el zipper del pantalón, donde sus manos temblaron con antelación, antes de ser tomadas por unas más grandes para guiarlas a través del camino descendiente y liberarlas una vez seguras de que el pequeño no se detendría al llegar a la ropa interior.

-¿Por qué te avergüenzas? ¿Nunca te bañaste con tu padre?- Preguntó casi sin saber lo que decía Fausto.

-La verdad no lo recuerdo, recuerdo muy poco de mi padre, puesto que siempre estaba trabajando, y quien cuidaba de mí, era mi madre o Mike- Se tapó la boca al mencionar aquel nombre.

-¿Quién es Mike?- Preguntó intrigado Fausto mientras contemplaba la mirada perdida del joven.

-El era un hombre, amigo de mi papá, que cuidaba de mí, me recogía en la escuela, me hacía regalos y me enseñaba cosas, pero a mi mamá no le agradaba del todo, fue por eso que vinimos a vivir acá- Respondió dejando el cuerpo de Fausto completamente desnudo y volteándose para poder salir de ahí y “relajarse” de aquello.

-Espera no te marches- Pidió Fausto levantándose para tomar el brazo del pequeño pero al lograrlo se resbaló nuevamente en la bañera y esta vez rompió con su hombro la llave de la tina liberando toda el agua sin control, y por si fuera poco arrastró consigo al pequeño Nícolas.

-Lo siento Nícolas yo...no...- Se detuvo al sentir detenidamente el cuerpo empapado del pequeño sobre él, estaba excitado, debido a su cercanía pudo notar la excitación de Nícolas y no pudo evitar ver su cara con detenimiento, se fijó en su rubor, en sus ojos oscuros como la noche que reflejaban toda la vergüenza del mundo, todo en él, su expresión, sus movimientos, sus finos labios, todo en él era tan...tan... perfecto.

Sin saber por qué deseo tenerlo, sentirlo suyo, sentir que podía tomarlo y...quiso besarlo, probar esos labios, saber que ese sabor era solo para él, lentamente se acercó y lo besó, primero solo posó sus labios muy cerca de los de Nícolas, quien seguía sorprendido, pero después no le bastó eso y tuvo que explorar aquella boca con su lengua, e irrumpió sin permiso, aunque tampoco sin objeción y comenzó a robar el aliento del pequeño que solo sentía alcanzar el cielo con las manos ¿o el infierno?, no lo sabía, solo podía pensar en lo bien que se sentía esa lengua acariciando su boca y confundiendo su sabor con el de aquel joven tan guapo.

Sin darse cuenta cuando, ya tenía encerrado ese fino cuerpo entre sus brazos bien formados, que contrastaban debido a la diferencia de edades, por un momento pareció notar que lo que hacía estaba mal y se separó de aquel jovencito, Nícolas no supo hacer algo más que levantarse y salir de ahí, apenado por fuera, pero con el corazón lleno de emoción por dentro, lo sabía, era verdad lo que Mike le había dicho, tenía un encanto especial.

  

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-Yo no confío en ese tal Esteban- Dijo severamente Alejandro.

-Ni yo, ¿lo vieron cuando trató de mentir acerca del apellido de la bestia esa, para que no nos diéramos cuenta de que era su hermano?- Apoyó Dilan.

-De seguro  piensa que nos engañó- Rió sarcásticamente Fransua.

-¿Será que ese sujeto nos mintió acerca de cuando conoció a Nico?- Preguntó Scarlett.

-Obvio que nos mintió- Reprochó Joy.

-Ahora resta saber cual es la verdadera historia detrás de esto- Se hizo escuchar la voz de Elena.

-A mi parecer, debemos averiguar por nuestra cuenta, lo primero sería hablar con el monstruo, mientras esté tras las rejas- Sugirió en tono imponente Luis.

-¿Pues que hacemos todavía aquí?- Preguntó Damián.

-Vamos de una vez- Propuso Dilan, y los 8 se enrumbaron a la cárcel donde estaba Fausto Johns.

 

Continuará....

 

Notas finales:

Hi minna!!

Espero les haya gustado el capítulo!!! bueno comentarios o críticas ya saben!!!

Matta ne!


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