Los tremendos gritos y por supuesto el gran golpe contra aquel mueble habían llamado su atención.
Hacen más de dos semanas que no veía al rubio idiota pasear por los alrededores de la nave, al principio lo tomó con calma, pues lo había atribuido a que el chico quería darle el debido espacio después de haber rescatado a su hijo, pero al pasar la semana comenzó a preocuparse.
El tiempo que había perdido con Little cato jamás se recuperaría, pero lo compensaría de alguna forma, pero la lejanía casi fatal de Gary lo desconcertaba, ¿acaso no eran amigos?, ¿Por qué se alejaba de él tan rápido como lo veía venir? Ni tiempo le daba de hablar.
-Gary- no gritó, más bien fue un pensamiento que salió fugaz de sus labios.
Ahí estaba, por fin.
El zafiro se encontraba discutiendo con KVN cerca del comedor.
-¡Dame las jodidas pastillas!- salto para tratar de alcanzarlo, pero fue inútil. No tenía el ánimo ni la fuerza para hacerlo- Escucha KVN no estoy de humor para tus estupideces el día de hoy. Mi cabeza duele y quiero dormir un rato, ¿podrías dármelas de una vez?-
-¡oh vamos Gary! Has estado de amargado casi todo el mes, divirtámonos- hablo con picaría mientras se recargaba en el hombro del contrario.
En un escenario diferente el rubio hubiera soltado tremendo golpe sobre el robot, sentía asco con solo tenerlo cerca y ahora que lo estaba tocando sentía…
Placer.
Su cuerpo entero se estremeció ante el nuevo, pesado y dulce aire, que se hizo presente en la habitación, su cara se enrojeció por respirar tal fragancia.
Tapo su boca y nariz con su mano y se posó sobre el costado de la pared, de repente su cuerpo estaba demasiado pesado para sostenerse.
-¡GARY!-
Avocato corrió lo más rápido que pudo hacia el chico, tomándolo de la cintura antes de que callera al suelo.
-¿estás bien?-
Su cuerpo tembló, el contacto con el suave pelaje del Ventrexiano lo hizo estremecer.
Estuvo a punto de soltar con gemido.
-si- trato de no mirar directamente al hombre gato, temía que si lo hacía no podría controlar el segundo gemido que estaba por salir. Las manos suaves y esponjosas del contrario acariciaban su cara con lentitud buscando alguna señal, algo que le indicara el bienestar del rubio.
-estas ardiendo y casi te desmayas, yo no le llamaría a eso “estar bien”- se molestó un poco. Era más que evidente que el chico se encontraba mal y aun asi tenía el descaro de mentirle.
-para eso son las pastillas- se removió un poco, tratando de alejar al contario sin ser tan evidente.
El calor que el cuerpo ajeno emitía lo hacía sentir raro.
Avocato pensó un poco, no le creía ni una mierda, pero tampoco creía que el menor le diría la verdad asi como asi. Algo raro le había estado pasando a Gary en los últimos días y el zafiro no diría nada, al menos no por el momento.
Movió sus orejas de un lado a otro, en señal de frustración.
¿Por qué el rubio actuaba asi tan de repente?
-¿Gary estas bien?- KVN se acercó un poco, manteniendo una distancia prudente al ver la cara de poco amigos que le dedicaba el anterior mencionado.
-vete a la mierda KVN- por un momento el robot juro que los ojos del rubio se oscurecieron y un aura negra emano de él, casi como el mismo diablo. Eso lo hizo temblar un poco.
-será mejor que te lleve a tu habitación-
Gary se exalto. No, no, no, por nada del mundo dejaría entrar a Avocato a su “habitación”.
-es-está bien no tienes que, pue-puedo hacerlo so-solo-
Su mirada se ensombreció. No recordaba haber hecho algo para que el zafiro se alejara tan descaradamente de él.
-¡Estas jodiendo!, ¿Qué demonios te pasa?-miro molesto al rubio.
Tan concentrado estaba sintiéndose enojado que apenas noto cuando el chico logro quitar sus brazos de encima suyo y sentarse en el suelo.
“Mierda”
Sentía como su sangre se acumulaba en el lugar menos preferible de todo su cuerpo.
Su piel se calentó a una temperatura inimaginable. Se hacía cada vez más y más difícil respirar y la fragancia pesada y dulce se había intensificado con la llegada de Avocato a la sala.
Su reciente erección comenzaba a ser demasiado para él, la calentura de todo su cuerpo le exigía desnudarse ahí mismo, complacerse ahí mismo. Apretó fuerte sus piernas intentando ocultarla.
El Ventrexiano seguía sumergido en sus pensamientos, asi que no se dio cuenta de lo que pasaba a su alrededor. En cambio las miradas de KVN y Gary chocaron.
El robot no era muy listo, pero había convivido lo suficiente con el rubio idiota para saber algunas cosas. Y sabía que el rubio no estaba para nada cómodo con la situación.
-ayúdame H.U.E- susurro KVN.
El contrario agradeció por primera vez a KNV de una forma silenciosa.
-¡Avocato!- la voz robótica saco de sus pensamientos al nombrado.
-¿H.U.E?-
-Te pido amablemente que te apartes de Gary, él está indispuesto en estos momentos-
-¿por qué?- el pelaje del gato se erizo.
La voz artificial lo medito unos segundos. Mentir no estaba en su programación, pero los años que había convivido con el zafiro lo habían hecho conocedor de ese tema en especial y más cuando el chico se ponía insoportable.
-Gary contrajo una enfermedad cuando bajaron a rescatar a Little cato, asi que te pido que te apartes de él para evitar la propagación del virus-
-¡eso es mentira!- volvió a tomar al chico entre sus brazos, esta vez de una manera brusca y lo pego a su pecho con insistencia- ya me hubiera contagiado-
“pues la supuesta enfermedad me la pegaste tú, gato idiota”- pensó con amargura el rubio. Reprimir tantos gemidos le estaba constando.
-la enfermedad tarda en dar sus primeros brotes, cuando Gary comience a gemir de dolor será la señal perfecta de que el virus ha brotado- su voz se escuchó tranquila- es mortal para un espécimen como tú, Avocato, si no te aparatas de él; Little cato no volverá a saber de ti en un tiempo-
-¿me estas amenazando?-
-te estoy advirtiendo, pondré a Gary en cuarentena, al menos hasta que la enfermedad desaparezca, enviare a los robots para que lleven a Gary a su habitación-
-no- el ambiente se tensó. Algo dentro de él se removía con intensidad.
El simple hecho de que apartaran a Gary de él le incomodaba demasiado. Sujeto aún más fuerte al contrario y sin saberlo paso una de sus manos por el trasero del chico.
-¡AH!-la acción de su amigo lo llevo al límite. Mientras soltaba ese gemido su cara se escondió en el pecho del gato, sus manos apretaban la camisa del mismo y traba de no moverse demasiado.
Por primera vez en toda su existencia, KVN y H.U.E sintieron el terror en sus mecanismos. A pesar de lo anterior mencionado, ese “grito” sonó demasiado sexual para uno de dolor.
Le costaba normalizar su respiración.
Se había corrido, se vino por el solo roce de las manos de Avocato sobre su trasero, ¿asi o más gay?