No estaba seguro de cómo habían ocurrido las cosas con exactitud. Recordaba su primeros días en la Academia y su ausencia de interés por hacer amigos. De hecho, recordaba que los odiaba a todos y ahora, era amigo de la gran mayoría de sus compañeros y ahí estaba, preparándose para la graduación.
Pronto sería un héroe profesional. Pronto comenzaría a trabajar en una agencia de héroes lejos de su padre y pronto, se mudaría con Izuku.
Era una vida soñada para él y estaba sorprendido de lo mucho que cambió su vida gracias a la amabilidad de Izuku.
Recordó el festival deportivo...
— ¡Es tu poder!, ¿no?— Era la primera vez que pensó en esa cualidad suya como eso, de él. Siempre que veía el fuego veía a su padre; se veía como el monstruo que había enloquecido a su madre por el trauma que representaba Endeavor pero Izuku lo vio como el poder de un héroe.
Lo hizo sentir cálido y después de eso, lo hizo sentir culpable por haberlo herido con aquel poder pero Izuku no parecía resentido con él; todo lo contrario, parecía intrigado y emocionado por la combinación de peculiaridades. Sus ojos brillaban mientras tomaba notas de aquel enfrentamiento una vez que estuvo en condiciones para escribir.
Fue cuando Todoroki supo que le interesaba Midoriya más que como un amigo.
¿Cómo cambió tanto por un chico? Sin duda alguna, el amor puede hacer que las personas hagan locuras por el ser amado.
Estaba un poco preocupado por cómo sería su vida ahora que decidió vivir con su novio.
"Su novio". Le parecía muy ominosa esa palabra. ¿Era correcto decir que Izuku era "su lo que sea"? ¿"Su novio"?, ¿"su pareja"?, ¿"su amante"? No era su propiedad, era Izuku simplemente o Midoriya como siempre lo llamaba.
Vestía la toga habitual de un graduado. Cuando llego a la ceremonia, lo primero que hizo fue buscar con la mirada a Midoriya. Todo se tornó negro de repente y casi pudo sentirse asustado, pero una risita murlona delató que no era más que una broma de su persona favorita.
— Déjame adivinar, ¿Midoriya?
— No...— Fingió la voz en un intento por sonar como Ochako.— No soy Midoriya.
— Pues si no eres Midoriya, debes ser una chica por por tus manos tan suaves y delicadas.— Se separaron pues Midoriya estaba ofendido.
— ¿¡Cómo que manos delicadas!?
— Bromeaba. Eres demasiado masculino...— Ahora sí que estaba bromeando.
— ¡Soy masculino!— El pecoso comenzó a decir un discurso de porqué él era el más masculino de la relación, obviando el hecho de que él era más llorón, se veía atraído por peluches entre otras cosas. Claro, tenía sus cualidades masculinas pero no lo admitiría.
Sí, su vida había cambiado demasiado gracias a él. Se preguntaba si sería tan feliz sin Izuku a su lado y se lo preguntó interrumpiendo su discurso, el cual jamás le prestó el más mínimo interés.
— ¿Crees que serías más feliz sin haberme conocido?— Izuku no parecía entender la pregunta y menos por qué la había hecho tan de repente.
— Pero, ¿Qué dices? Creo que convertirme en héroe no sería lo mismo si no estuvieras aquí.— Le sonrió y Todoroki le devolvió una sonrisa hermosa.— ¿Tú lo serías?
— Jamás.
Seguía mirándolo: Izuku tenía una expresión de la más hermosa de las flores, la voz más dulce que el canto de un pájaro, los ojos como una luna llena de abril y en sus palabras calor que contrastaba con la expresión fría de invierno del chico bicolor.
Le pidió un beso y esto hizo reír a Izuku pues no necesitaba pedírselo pues en el fondo, ambos querían los labios del otro.
Lo amaba con delirio y no había nada que deseara más que seguir siendo feliz con Izuku y por supuesto, hacerlo feliz como agradecimiento por mejorar su vida.