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Verdades Ocultas por La_Oscura_Reina_Angel

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Notas del fanfic:

Bueno espero que disfruten este fic que es la segunda parte del fic titulado mi Hermanastro y que tiene una tercera parte la pasion de ella ^^

Notas del capitulo: bueno esta es la segunda parte de mi hermanastro aqui volviendola a subir ^^

Prologo
 
 
Jakiel Kiromoto era un adolescente sumamente hermoso. Tenia 16 años, los cabellos rubios, que le llegaban asta la mitad de la espalda y los ojos azul cielo.
 
Había sido un niño muy feliz con una madre maravillosa, Pero Zakura Kiromoto murió cuando el tenia solo 6 años y su padre Tetksuni Kiromoto, jamás le había prestado la mas mínima atención y Jakiel lo agradecía, su padre y el nunca habían congeniado.
 
Pero cuando cumplió los 13 años y descubrieron que era un chico fértil, su padre lo envió a un internado en lo mas recóndito de Japón para chicos como el.
 
Hay Estudio sus materias normales de clase y también tomo clases, de postura y comportamiento. En fin entrenado para ser un buen esposo y consorte.
 
Pasaba las vacaciones en el internado, todo con tal de estar lejos de su casa y el único contacto que mantenía era para con la persona que mas amaba en el mundo y a veces aunque se sintiera culpable temía que amaba mas a esa persona que a su propia y difunta madre. Su padrino David de Montes.
 
Su padrino David y el no sé veían mucho, pero su dulce y querido padrino nunca perdía contacto con el, siempre estaban intercambiando cartas y David siempre lo estaba colmando de mimos y regales y bastante seguido lo iba a ver al internado.
 
Ese año su dulce padrino David había convencido a su padre para que lo dejara pasar las vacaciones en la mansión Montes. No entusiasmaba mucho a Jakiel estar cerca de Eddiel Montes, sentía una extraña repulsión y antagonia asía el guapo hombre de cabellos negros y ojos grises, pero era capas de calárselo con tal de estar junto a su padrino quien era prácticamente como... como una madre para el. Cosa no tan inverosímil pues era David un chico fértil por lo cual seria mas correcto decir que era como un pa'para el.
 
Además podría ver a William. William era el hijo de su padrino y el señor Montes y Jakiel no lo veía desde que había ingresado a los trece años al internado. William siempre lo había tratado bien de niño, no eran amigos, pero si conocidos. Siempre lo protegía de los chicos mas grandes y le regalaba dulces. Jakiel se preguntaba como estaría William y si habría cambiado.
 
Jakiel era un chico dulce, pero con carácter, obediente pero con sueños y metas propias. Solo esperaba que su padrino lo pudiera salvar de que su padre lo casara en cuanto saliera del internado y tronchara así sus sueños.
 
***
 
William, bajo de la limosina en la entrada de su casa. Los sirvientes se apresuraron a bajar su equipaje y demás cosas, mientras el se dirigía a la entrada de la casa. Tenia 18 años y acaba de terminar el instintito y volvía a casa para pasar las vacaciones antes de comenzar la universidad.
 
Era William la copia física de su padre Eddiel, tenia el cabello Negro asta los hombros, los ojos grises como el aserró y rasgo a rasgo eran los de Eddiel, solo había algo en lo que no se paresia a su padre y era aquello en lo que se paresia a su pa', su sonrisa. Aunque raramente su pa'sonreía, pero cuando lo asía era esta la sonrisa mas hermosa, franca y dulce de la tierra.
 
Vio en la entrada de la mansión a la persona que sin duda mas amaba en el planeta tierra. Un hombre menudo de figura esbelta y deseable, ojos azul eléctrico, piel blanca y tersa, cabellos rubios asta la cintura atados en una eterna trenza que llevaba siempre. Tenia 35 años pero nadie que lo viera a primera vista creería que ese ángel pasaba de la veintena, solo sus ojos melancólicos y tristes demostraban la vejes de la cándida alma.
 
El rubio ángel sonrió al ver al alto muchacho, que lo estrecho en sus brazos levantándolo del suelo.
 
-Pa'.
 
Sonrió William dando vueltas con el en el aire.
 
-Will suéltame.
 
Dijo el hombre con una suave risa en su hermosa voz. Y cuan hermosa era la sonrisa de su pa', era una pena que por culpa de su padre, casi nunca su pa' sonriera. Desde que tenia unos de razón, asía los 4 años que era lo mas atrás que recordaba con su propia mente, recordaba que rara vez su pa'sonreía genuinamente, solo lo hacia con el y con su ahijado.
 
-Que alegría verte.
 
Dijo William besando sonoramente las tersas y perfectas mejillas de su pa'. David Delacirt señor de Montes, beso la frente inclinada de su hijo quien ya era mucho mas alto que el.
 
-Tienes muchas cosas que contarme William.
 
-Lo se pa'solo me lavare un poco que estoy molido por el viaje y nos reunimos para merendar juntos.
 
Le propuso William, aun abrasando a su pa'. David asintió y acompaño a su hijo asta su habitación antes de retirarse a ordenar que hicieran una merienda para el y su hijo y que le avisaran a Eddiel de la llegada de su hijo.
 
***
 
Después de merendar con William, viendo su cansancio David mando a su hijo a descansar. Pero el no entro se sentó en un banquito del jardín bajo un árbol de flores de Sakura con un suspiro. Su hijo estaba tan grande ya. No solo su hijo William, si no también su hijo Jakiel, un hijo que lo llamaba padrino y del que nunca oiría la palabra pa'.
 
Cuanto le dolía eso a David, pero asía muchos años que se había resignado a su suerte, le bastaba con saber que Jakiel estaba bien  y con que William a pesar de ser de carácter fuerte y voluntarioso fuera un buen muchacho y no el monstruo que era su padre.
 
Eddiel su esposo, su eterno tormento y calvario. Con los años David había aprendido a vivir con el que era su esposo, lo había obedecido y había sido el esposo perfecto, pero el recuerdo de Gary del padre verdadero de Jakiel, del hombre al que el realmente amo y que Eddiel mato cruelmente ante sus ojos nunca lo había dejado ser feliz y nunca le había permitido perdonar a aquel de quien llevaba el apellido y al que llamaba marido.
 
Eddiel  con los años había controlado sus celos, aunque siempre tenia bien vigilado a su esposo a quien los años solo lo hacían ver mas hermoso, como un verdadero ángel. Pero seguía siendo un sádico, obsesionado con el, por que eso era lo que Eddiel sentía por David una obsesión enferma, eso no era  amor por mucho que Eddiel dijera que lo amaba y eso David lo tenia muy claro.
 
No quería ni recordar todo lo que había tenido que hacer para convencer a Eddiel de que dejara que Jakiel pasara el verano con el. Eddiel aborrecía al adolescente quien a medida que había crecido había ido adquiriendo los ojos azul claro de Gary y muchas de las facciones como la nariz y la boca de este, aunque muchos rasgos como el cabellos, la forma de los ojos, las manos y otras cosas eran una copia de las de David.
 
Pero al final Eddiel había cedió y lo había complacido. Pues si algo había aprendido David con los años además de resignarse a su vida y a su situación era como usar la enfermiza obsesión de Eddiel a su favor.
 
David aunque sonara mezquino y malvado agradecía con todas sus fuerzas el accidente que había dejado estéril a Eddiel, pues a pesar de amar a William con todo su corazón, no hubiese soportado tener otro hijo de su demonio personal.
 
Él había aprendido amar a William gracias a Gary que lo había sacado de la depresión post parto, pero sin Gary no habría nadie que lo sacara de la depresión y el no quería sentirse mal por odiar a un hijo salido de sus entrañas.
 
Las conocidas ya pisadas de Eddiel lo alertaron. Al virar su rostro lo vio caminar asía el.
 
Eddiel era muy guapo tenia el cabello negro asta las orejas, los ojos grises, la piel clara aunque no tan pálida como la de David y un cuerpo fuerte y alto sin un gramo de grasa a sus 41 años no le dolía nada. Pero así de guapo como era por fuera así de podrido estaba por dentro y eso David lo sabia a la perfección.
 
Eddiel llego asta su lado y David se levanto sumisamente mirando al suelo.
 
-¿Cómo estas David?
 
Le pregunto Eddiel suavemente. David levanto la mirada mirándolo aunque en realidad no lo miraba solo fingía hacerlo los años le habían enseñado.
 
-Bien mi señor.
 
Respondió con voz sumisa y suave. Eddiel lo tomo de la cintura y lo beso con pasión.
 
-Nuestro hijo a llegado a casa.
 
-Así es Eddiel, esta descansando.
 
Dijo David en el mismo tono de voz que complacía a Eddiel, pues le demostraba que el había triunfado y que David era suyo, solo suyo algo que le complacía recordar cada día.
 
***
 
 
Shiyuki Shikura el líder de la mafia, el mas grande Yakusa del Japón, un hombre alto, blanco, de cabellos negros largos y intrigantes ojos verdes no muy comunes en un japonés pero si en los Shikura, miro intrigado la foto que por casualidad había encontrado entre las cosas que su hermana Anzu había dejado tiradas en su despacho.
 
Era su hermana fotógrafa aficionada y le gustaba fotografiar las cosas bonitas que veía, pero eso era lo mas hermoso que los ojos de Shiyuki Shikura el imponente, Yakusa japonés de 40 años había visto alguna vez.
 
-Kurama-Llamo a su mano derecha, un hombre típico japonés de cabellos y ojos oscuros.
 
-¿Si mi señor?
 
Pregunto con respeto pero confianza el hombre que no pasaba de la treintena, pero que había nacido y crecido en el mundo de la mafia japonesa, pues habían sido sus padres servidores de los Shikura, igual que sus abuelos y la mayoría de sus antepasados por asía mas de 400 años.
 
-Kurama, ¿sabes quien es este ángel?
 
Kurama miro la fotografía y asintió.
 
-David Montes, es el esposo de Eddiel Montes, el ingles con el que tiene negocios señor, rara vez se ve a su el señor David en publico es un hombre fértil y tiene un hijo de 18 años. Y ay puede ver por que Eddiel lo oculta con tanto afán es un ángel sumamente hermoso ese rubio ingles.
 
Dijo Kurama un hombre que todo lo sabia y lo que no lo averiguaba con una rapidez asombrosa.
 
-¿Solo un hijo? ¿Por qué no tiene mas si es fértil?
 
-Un accidente dejo estéril al señor Montes. ¿Algo mas mi señor?
 
-Si Kurama, envía una invitación para la próxima fiesta en la mansión a Eddiel Montes y su ángel.
 
-¿Qué fiesta? No hay ninguna planeada.
 
-La fiesta que planearas Kurama quiero conocer a David de Montes al precio que sea.
 
Dijo Shiyuki tranquilamente a su asistente el cual asintió resignado.
 
Continuara....

 


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