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Fugitivos II: ¿Una razón para vivir? por diidi1897

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Notas del capitulo:

Hola <3

 

En el capítulo anterior…

Tampoco podíamos ver bien el rostro de Dany porque, aparte de que se encontraba a varios metros del ventanal, su cabeza estaba vendada y la venda también abarcaba su ojo derecho. La muñeca izquierda se encontraba reposando dentro de otro recipiente de plástico; la herida se notaba apenas un poco al igual que las larvas y sus movimientos tan característicos.

La otra muñeca permanecía vendada y reposaba tranquilamente sobre una almohada blanca que había a su lado. Las férulas que tenía en sus dedos también se alcanzaban a ver

-Escucha, Sean…-aparté mi mirada de la habitación de Daniel y lo observé.

Lo encontré con sus ojos totalmente negros.

 

Narra James

-Sean-volví a llamarlo entre dientes, pero él continuó con su mirada al interior de la habitación. Coloqué mi mano sobre su hombro para intentar sacarlo del trance en el que parecía encontrarse, pero mi toque no hizo otra cosa más que empeorar la situación.

Las lámparas del pasillo empezaron a sufrir de una interferencia que provocaba el continuo tintineo de los focos. Las lámparas que había al final del pasillo no estaban siendo afectadas y tampoco el extremo contrario; solo la parte en donde ambos nos encontrábamos parecía ser la única afectada

-Sean, cálmate-volví a intentarlo al percatarme de que dos enfermeras giraban hacia el pasillo en donde estábamos.

Al principio del pasillo, ellas intercambiaron unas palabras que provocaron sus risas, pero continuaron con sus pasos cortos y apresurados. En cuanto llegaron a la parte en donde las lámparas se habían vuelto frenéticas, ellas observaron con curiosidad hacia el techo

-Informemos a mantenimiento para que vengan a revisarlas-dijo una de ellas sin despegar su mirada del techo

-No puede ser posible-mencionó la otra mientras acomodaba sus lentes-Primero el problema del sistema y ahora esto-negó varias veces-El hospital necesita un mantenimiento profundo y general-

-Andando-la más alta le apresuró y ambas continuaron con su camino, pero no sin antes darnos una mirada de reojo.

Por suerte, recordé el gafete de “Visita especial” que Iván nos había entregado momentos antes de que se fuera a una junta. Sonreí y se los enseñé a la distancia. Todo en ese hospital resultaba estar demasiado controlado.

Las enfermeras se alejaron y mi atención regresó a Sean

-¡Detente!-elevé apenas un poco más el volumen de mi voz y funcionó. Las lámparas dejaron de tintinear y cuando estuve a nada de suspirar de alivio, noté un movimiento a mi lado.

Si bien las lámparas habían regresado a la normalidad, ahora lo extraño se localizaba en el ventanal.

Del vidrio nacían unas ondas que provocaban movimientos similares al oleaje; parecía que el vidrio era una goma demasiado flexible al grado en que permitía movimientos ondulatorios demasiados bruscos.

Ya ni siquiera se parecía al vidrio inquebrantable de hace unos instantes

-Detente. Podrías lastimar a Daniel-le advertí cuando los movimientos se volvieron aún más frenéticos al grado en que un leve zumbido empezaba a emerger.

Sean estaba utilizando sus poderes para que el ventanal se “descompusiera” y perdiera su naturaleza dura y para nada flexible, pero que también resultaba ser delicado ante el contacto abrupto de algo macizo que podría romperlo en miles de pedazos.

El vidrio volvió a la normalidad en un parpadeo

-Yo pude haberle donado la piel que necesitaba-Sean me observó con esos ojos que parecían no tener fondo. Los rasgos de su rostro se habían vuelto más toscos

-Espera-di un paso atrás-Tranquilízate-

 -Te empeñaste en que nadie me dijera nada-una lámpara del pasillo explotó-Y lo permití-otra lámpara del pasillo, que se encontraba a cierta distancia de nosotros, también explotó-¿Con qué derecho te atreviste en tomar esa decisión?-habló entre dientes

-Era por tu bien-relamí mis labios. Sean estaba provocando que me estremeciera-Y el de todos en la fábrica-di otro paso atrás-No estaba en los planes que te enteraras de esta manera, Sean… -su sonrisa de lado provocó que dejara de hablar

-¿Planes?-su sonrisa se remarcó y ya no me sentí seguro en ese lugar-En tus planes-la palabra “planes” la pronunció con demasiada ironía-¿Cuándo pensabas decírmelo?-

-No iba a ser de esta manera-le aseguré-Sabía que no iban a permitirnos ver a Daniel porque Claudio me lo dijo y por eso te pedí que me acompañaras. No me esperaba que Iván nos tuviera preparadas esas fotografías y que nos permitiera ver a Dany-su mandíbula se tensó

-Debiste decírmelo. Pude haber dado todo lo que Daniel necesitaba-continuó hablando entre dientes a pesar de que sus facciones se relajaron un poco; incluso me pareció un gesto de desconsuelo

-No sabía que Daniel iba a necesitar de un injerto-sus facciones toscas regresaron en un santiamén

-Fuiste el primero en revisarlo. Lo sabías-las lámparas también regresaron a su tintineo

-¡Fue una suposición!-me exalté-Pero Maxim tomó una buena decisión y por eso ahora Daniel se encuentra mucho mejor-

-Hemm… ¿Disculpen?-retuve mi respiración al percatarme de que alguien más estaba escuchando nuestra discusión. Sean y yo intercambiamos miradas una última vez.

Él parpadeó y sus ojos regresaron a la normalidad en un instante, pero su rostro de disgusto no desapareció

-Hola-saludé a la persona que se encontraba detrás de Sean. Regresé uno de los pasos que había dado hacia atrás para prestarle atención al recién llegado.

Intenté recobrar la compostura

-Lamento interrumpirlos-su sonrisa fue más como una mueca de incomodidad

-No… no, disculpa el alboroto-yo también mostré una sonrisa extraña porque no me apetecía sonreír en esos momentos

-No se preocupen-la sonrisa del chico se agrandó-Me llamo Johann-extendió su mano hacia mí-Soy uno de los enfermeros que cuida de Daniel-al escuchar esas palabras, Sean por fin dejó de ignorar al muchacho y giró para verlo de frente.

La mirada de Johann se posó en Sean.

Al principio, su reacción fue de extrañeza, suponía porque Sean todavía tenía sus expresiones faciales demasiado rígidas, pero casi de inmediato la sonrisa regresó. Estimaba que Johann rondaba entre los 25 y 30 años; tenía ojeras y se veía agotado, pero su mirada parecía ser de alguien amable y alegre

-James-estreché su mano-Y él es Sean-me vi en la tarea de presentarlo porque al parecer Sean continuaba sin ningún interés especial en aquella conversación

-Mucho gusto-Johann volvió a sonreír, pero ellos no estrecharon manos. Me daba la impresión de que Sean se encontraba en su propio espacio; un espacio en el que ni Johann ni yo podíamos formar parte-Veo que ya platicaron con el doctor Iván-señaló hacia su propio estómago y entendí que se refería al gafete de “Visita especial”

-Sí-mencioné con diversión fingida mientras tomaba el gafete entre mis manos-Nos los entregó porque tuvo que irse a una junta-

-Claro, el doctor no podía dejarlos en este lugar como si nada. La zona de cuidados intensivos es muy exclusiva-su seriedad fue instantánea porque no le tomó mucho tiempo en regresar a su enorme sonrisa que provocó que sus ojos se entrecerraran-Solo familiares muy cercanos al paciente pueden ingresar ¿Ustedes qué son de Daniel?-nos observó a ambos

-Sus amigos-mencioné y Johann elevó ambas cejas

-Me alegro de que Daniel tenga tan buenos amigos-asintió varias veces-Primero los jóvenes que acompañaban a Maxim, después Claudio y ahora ustedes-elevó ambas cejas con sorpresa-Algunos familiares o amigos se toman su tiempo para realizar visitas porque… bueno, los cuidados intensivos son lentos y abrumadores-hizo una mueca

-Y después vendrán más a visitarlo-aseguré porque a mi mente vinieron Tom, Lucy y Heinz. Era seguro que iban a querer hacerlo.

Johann estuvo a punto de mencionar algo más, pero Sean lo dejó con la palabra en la boca

-¿Tú atendiste a Maxim?-Johann se vio ligeramente confundido por la interrupción y por la extraña pregunta

-Fui el encargado de preparar su dieta y de cambiar algunos vendajes-elevó ambos hombros-Otros compañeros realizaron el diagnóstico y el tratamiento completo-asintió varias veces-Como estoy más en el área de cuidados intensivos, por hora soy el encargado de monitorear a Daniel-

-¿Y cuál es su estado?-Sean preguntó y dio un paso hacia el enfermero.

Johann titubeó

-¿Acaso el doctor Iván no les explicó nada?-recobró su compostura al dar un paso atrás para recuperar su espacio personal

-Nos mostró imágenes del antes y después de sus heridas-Sean respondió-No nos dio detalles-lo vi entrecerrar los ojos.

Estuve a nada de decir que no era necesario saber más, pero me di cuenta de que para mí eso era pedir como una repetición porque yo estaba al tanto de todo lo que había pasado con Daniel. Maxim y Claudio me habían mantenido informado de todo, pero Sean sabía casi nada

-A veces le cuesta respirar, pero basta con que le retiremos un momento la manguera para que vuelva a su ritmo. Y por ahora, lo único que le hemos suministrado es suero porque carece de un examen interno para conocer el estado de sus órganos. En los análisis no encontramos ninguna anomalía y… bueno, las actividades diarias son monitoreo, cambio de equipo de asistencia y análisis de las heridas. No queda nada más que esperar a su lenta recuperación-primero me observó a mí y después a Sean-¿Alguna otra duda?-

-¿Podría explicarnos cómo se llevó a cabo el trámite de la donación?-decidí cambiar un poco el rumbo de la conversación porque la mirada que Sean le estaba dando al enfermero no me parecía para nada amigable. Incluso, me sorprendía el hecho de que el enfermero ya no se mostrara cohibido.

Tal vez por su profesión, las malas noticias a personas con gran poder adquisitivo era algo de todos los días; así que debía ser alguien con un carácter fuerte y que sabía sobrellevar cualquier dificultad

-Bueno, tengo entendido que Maxim se ofreció de inmediato, el trámite tiene un plazo de una semana entre todas las pruebas de compatibilidad que se llevan a cabo. Después de que el injerto de una muñeca no resultara, el doctor Iván anotó a Daniel en la mitad de la lista para que el tiempo de espera, de un nuevo donante, no fuera tan extenso. Como ustedes han de saberlo, el mundo de la donación es algo complejo y costoso-asentí

-Yo puedo donar piel a Daniel-Sean volvió a tomar la palabra

-Entonces también tendrá que someterse a varios exámenes de compatibilidad-Johann respondió de inmediato

-No hay ningún problema-Sean estuvo de acuerdo porque él sabía que iba a salir en positivo a todas las pruebas de compatibilidad.

No por nada Sean y Daniel siempre habían sido compañeros de pruebas en su laboratorio

-Pasaré el informe y mañana tendrá que venir temprano. No es necesario que se apresure-el enfermero observó a Sean como si se tratara de un amigo que consolaba a su mejor amigo-Las larvas tienen su propio ritmo y debemos acoplarnos a ellas. El caso de Daniel es delicado, pero por ahora su vida ya no cuelga de un hilo-su sonrisa normal regresó-Bueno, tengo que ir a firmar algunas cosas. Nos vemos. Que pasen buena noche-

-Fue un gusto. Muchas gracias-mencioné mientras ambos volvimos a estrecharnos las manos.

El enfermero dio media vuelta y lo vi alejarse por el pasillo

-¿En qué momento arreglaste las lámparas?-mencioné mientras mi mirada se centraba en las dos lámparas que momentos antes Sean había explotado

-Antes de que el enfermero llegara-respondió como si nada y volteé a verlo.

Lo encontré con su mirada en el interior de la habitación de Daniel y me pareció que iba a ser complicado alejarlo de ese lugar.

Suspiré y me decidí por tomar asiento en las sillas acojinadas que había en el pasillo porque todavía nos quedaba tiempo disponible de visita, pero las desveladas anteriores y del vuelo empezaban a tomar su reprimenda contra mis fuerzas.

Ambos nos quedamos así por bastante tiempo. Yo sentado para esperar que el tiempo transcurriera más de prisa y Sean con su mirada en Daniel

-Buenas noches-una enfermera se nos acercó-Les informo que el tiempo de visita ha concluido, pero les recuerdo que el servicio de cafetería estará disponible durante una hora más por tratarse de fin de semana-

-Gracias-ella sonrió y dio medio vuelta.

Froté mi rostro mientras volteaba a ver a Sean. Esa hora y media que todavía nos había quedado de visita, él la había pasado frente al ventanal

-Sean-lo llamé-Vámonos. Mañana regresaremos-le aseguré.

Él suspiró y por fin se alejó del ventanal.

Regresamos al hotel.

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-¿Quieres cenar algo? Todavía está disponible el restaurante y el servicio a la habitación-mencioné mientras veía que Sean se dirigía hacia el escritorio que había a un lado de la ventana de nuestra habitación del hotel

-No, gracias-murmuró al mismo tiempo en que tomaba su mochila negra del suelo y la colocaba sobre una silla. Sacó su laptop, una libreta de bolsillo y otras cosas más que fue colocando sobre el escritorio.

Suspiré. Era el momento de platicar con él porque parecía que nuestra conversación anterior todavía no quedaba zanjada. La semana apenas comenzaba y yo no iba a poder lidiar con su actitud si no resolvíamos esa tensión que ambos teníamos contra el otro

-Mira Sean… sé que esto no ha sido sencillo, pero quiero que lo entiendas-tomé asiento en la orilla de la cama-No te dije nada porque sé lo importante que Daniel es para ti-

-Y si lo sabes ¿Por qué no me dijiste nada?-volteó a verme-No le veo ni pies ni cabeza a tus decisiones. Simplemente debiste dejar que me encargara desde un principio. Ya te lo había dicho-

-Te conozco. Para mí no eres difícil de leer-afirmé-Me imagino que ya tienes una lista con los nombres de las personas que pronto vas a visitar, pero debes entender que no estamos para enfrentarnos a nada y a nadie. Piénsalo un poco Sean, ahora que ya has visto a Daniel, tienes que decidirte en qué vas a colocar tus esfuerzos. O en la recuperación de Dany o en tu venganza-

-No creas que voy a estallar de un momento a otro. No me conoces de la manera en que alardeas-

-Y dime ¿Cuál fue tu actitud de hoy?-me enderecé en cuanto vi que sacaba una cajetilla cerrada de la bolsa derecha de su chamarra-Si vas a fumar, hazlo afuera-señalé hacia el balcón que teníamos en la habitación.

Ya me encontraba demasiado enojado como para soportar el olor del cigarro.

Sean sacó un cigarro y se lo colocó en la boca mientras empezaba a caminar rumbo a la puerta corrediza que daba acceso al balcón

-Voy a bañarme-anuncié en voz alta mientras me hincaba frente a mi maleta y la abría para sacar mi pijama. No esperé algún comentario por parte de Sean y caminé rumbo al baño.

No conseguí arreglar nada, pero en cambio, la tensión entre los dos había incrementado.

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Con la toalla que el hotel nos proporcionaba, restregué mi cabello con fuerza para secarlo por completo. Ya necesitaba de un corte porque lo sentía un poco más largo de lo que me gustaba.

Vi hacia el escritorio de la habitación y me encontré con Sean utilizando su laptop. No percibí ningún olor a cigarro así que me tranquilicé un poco más

-¿Vas a bañarte?-le pregunté mientras continuaba frotando mi cabello

-Sí-fue lo único que respondió.

Cerró su laptop, frotó su rostro y lo vi entrar al baño sin mencionar nada más.

Suspiré y aventé la toalla a la silla que momentos antes Sean estaba utilizando. Me acerqué al escritorio y me vi tentado en abrir su computadora para saber un poco sobre lo que estaba trabajando, pero reprimí la curiosidad. Observé sus artefactos personales y me encontré con la cajetilla de cigarros que momentos antes había sacado de su bolsillo. La revisé y me encontré solo con 16 cigarros.

En el tiempo que pasé bañándome, Sean había fumado cuatro.

Negué levemente y la regresé a su lugar. Me acerqué a la puerta corrediza y me asomé al exterior. No encontré nada más que un muro así que me acomodé en la mitad de la que iba a ser mi cama durante toda esa semana y tomé mi celular.

Quería hablar con Lucy.

Quería escuchar su voz y que me escuchara para sacar un poco la tensión que tenía.

No lo pensé durante mucho tiempo y le marqué.

A los 3 tonos, ella me respondió

-¿Hola?-escuché su voz y mis hombros se relajaron al instante

-Hola-sonreí-¿Cómo estás?-me sentía demasiado feliz por estar hablando con Lucy

-Estoy bien-se carcajeó-No llevamos ni un día y ¿Ya nos extrañas?-suspiré

-Sí-le respondí a la brevedad-¿Qué haces?-haciendo esa pregunta, me sentí como todo un colegial

-Apenas estoy cenando-mencionó como si nada

-¿Por qué? ¿Los demás no te están ayudando? ¿Y Ben?-me senté en flor de loto para revisar la hora en mi reloj de pulsera y me di cuenta de que apenas eran las 10 de la noche en San Petersburgo.

No era tan tarde…

-No te preocupes. De hecho, justo ahora Ben está jugando con ellos en la sala-

-¿Jugando cómo?-interrogué porque lo único que podía imaginarme era a esas bestias lanzando a Ben por los aires de un lado a otro-Todavía es un bebé, no puede jugar-Lucy se carcajeó-No te rías, esto es serio-le reclamé

-Perdón, perdón-lo dijo, pero continuó riéndose-No están jugando de la manera en que te lo estés imaginando, he-volvió a reírse

-¿Entonces?-observé con enojo fingido hacia la televisión que se encontraba apagada y daba mi reflejo

-Están haciendo ese juego de cubrirse el rostro y decir ¿En dónde está el bebé? Ya van varias veces que escucho su risa-me decepcioné

-¿Y con eso Benedict se está entreteniendo?-pregunté con fingida desilusión-Creí que ya estaría viendo algunos documentales-Lucy se carcajeó con fuerza

-Tranquilo chico listo-me hizo burla-Apenas tiene un mes, primero será un niño normal y después ya podrás volverlo todo un genio-

-Eso espero-mascullé

-¿Y Sean?-preguntó después de que nos quedamos en silencio por un momento.

Suspiré

-Está bañándose-mencioné mientras empezaba a entretenerme con un hilo suelto que tenía el cubrecama

-Oh no-exclamó-¿Qué sucedió?-con sus palabras, incluso me la imaginé con su puño en la cintura

-Discutimos-dije como si nada

-¿Por qué?-ella me presionó

-Durante todo el viaje se mantuvo distraído, pero cuando llegamos al hospital, Iván nos enseñó algunas fotografías de las heridas de Daniel y…-empecé a redactarle todo lo que nos había sucedido.

-Quería arreglar las cosas aquí en el hotel, pero Sean fue cortante y no llegamos a nada-suspiré y me dejé caer de espaldas-No sé qué más hacer con él-

-No hagas nada-me respondió-Entiéndelo un poco, él no había visto nada de Dany y creo que esas imágenes fueron como si le arrojaran un balde de agua helada en pleno invierno-sonreí. Sus comparaciones siempre eran así de extremas-Ni siquiera quiero imaginármelas, pero supongo que fueron un duro golpe contra Sean-asentí a sus palabras

-Es extraño. Él es extraño. Dice que está tranquilo, pero no lo veo de esa manera. Me inquieta-

-Deja que haga lo que tenga que hacer. Si ya sabes que no le gusta que le digan qué hacer o que le den sermones sobre cómo es o debe ser, entonces no entiendo por qué sigues insistiendo, James. Ya son muchas las veces que te lo he dicho-suspiré.

Sí, Lucy siempre me lo decía. Ella era más de las personas que si no podían hacer algo a la primera o segunda y a veces a la tercera, lo dejaban de lado para pasar a lo siguiente, pero yo era un terco que le gustaba que las cosas salieran a su manera sí o sí. Hace tiempo había entendido del porqué no nos soportábamos al principio y ahora, entendía mucho menos del porqué y cómo es que continuábamos juntos.

¡Incluso ahora éramos padres! ¡Teníamos un hijo!

No me cabía ninguna duda de que los polos opuestos se atraían

-Lo sé, cariño-presioné el puente de mi nariz-Lo intento, de verdad que lo hago-suspiré

-Inténtalo con más empeño-mencionó con obviedad y sonreí

-Lo seguiré intentando-le aseguré

-Deja que descanse, ya no le menciones nada. No te desgastes con un necio que es igual a ti-me reí con ganas. Por eso estaba enamorado de ella, su sentido del humor era tan nefasto que me daba risa

-De acuerdo-

-Si siguen así, se quedarán atrapados en un bucle sin ningún posible final-

-Ya entendí-reafirmé

-Bien, tengo que darle de cenar a Ben. Llámame mañana ¿Si? Promételo-

-Lo prometo-

-Descansa, te amo-me estremecí con sus palabras

-Yo también te amo-intercambiamos más palabras de despedida hasta que finalmente colgamos.

Dejé mi celular sobre la mesita de noche y me acomodé entre los cobertores. Encendí la televisión para entretenerme en lo que Sean terminaba de bañarse.

Y cuando Sean por fin salió del baño, él no hizo ni dijo otra cosa más. Solo me preguntó si podía apagar las luces y cuando le respondí que sí, él lo hizo y se acomodó en su cama para dormir de espaldas a mí.

Me entretuve viendo la televisión a muy bajo volumen y después, por fin me quedé dormido.

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-No está-murmuré en cuanto vi la cama de Sean vacía.

Después de que me despertara, lo primero que hice fue ver la hora en mi celular. Había tenido un sueño profundo y por esa razón me desperté cerca de las 9 de la mañana. Seguramente Sean había madrugado como ya era su costumbre

-Tal vez fue al hospital-recordé su conversación con el enfermero Johann sobre los exámenes de compatibilidad-Sí, seguro-froté mi rostro y empecé a arreglarme porque yo también debía ir al hospital.

Momentos antes de que Iván se fuera a su junta el día anterior, me había dicho que quería reunirse conmigo al día siguiente, es decir hoy, para platicar algunos asuntos.

Había intentado no pensar tanto en ello y por lo que había pasado con Sean lo había conseguido, pero era momento de regresar a la realidad.

No quería pensar en esos “asuntos” que me había mencionado, aunque tenía una idea vaga de lo que íbamos a tratar porque no debía, tenía que platicar con Iván.

Era una conversación que le debía desde hace muchos años.

Mientras terminaba de arreglarme, observé hacia el escritorio que Sean había utilizado la noche anterior y no encontré ninguna de sus pertenencias, pero su maleta continuaba sobre el sofá que había en el rincón.

Salí de la habitación y me encaminé al estacionamiento con la esperanza de encontrarme con el automóvil. Podía ser que Sean lo había tomado, pero podía ser que no.

Me alegré cuando encontré el automóvil. El hospital estaba a unas cuantas cuadras que podría caminar sin ningún problema, pero prefería no desconcentrarme tanto de lo que tenía que hacer.

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-¿Por qué nos mostró esas fotografías? Fueron demasiado gráficas-fue lo primero que decidí recriminarle a Iván en cuanto tomé asiento en el mismo lugar que el día anterior

-¿Ni un buenos días primero?-respondió mientras colocaba sus anteojos sobre un libro que momentos antes se encontraba leyendo. Suspiré

-Buenos días-dije

-¿Y el otro muchacho? ¿Sean?-ignoró mi saludo

-Desperté y no lo encontré en la habitación. Creo que vino más temprano al hospital para realizar los trámites de donación-

-Esa historia me suena-frotó su barbilla-¿Por qué será? ¿Acaso se trata del famoso karma?-ambos nos observamos en silencio-No creas que se me ha olvidado-el gesto de broma que hace unos instantes tenía, desapareció en un santiamén

-Lo siento-murmuré

-¿Por qué duermen juntos?-volvió a ignorar mis palabras de disculpa

-Nos estamos quedando en un hotel-lo observé con obviedad

-Ah, claro. Por supuesto-asintió para sí mismo-Así que… ¿Quiere donarle piel a Daniel?-se recargó en el respaldo de su silla y entrelazó sus dedos a la altura de su estómago

-Espero que solo piense en eso-me relajé un poco más porque parecía que Iván no quería hablar sobre el pasado. Solo quería torturarme un poco con sus comentarios ¿No?

-¿Sean tiene poderes?-me preguntó

-Sí-elevé ambas cejas mientras observaba lo que había sobre su escritorio. Continuaba siendo alguien ordenado a pesar de que había muchas hojas sobre él-Ellos crecieron juntos en un laboratorio. Eran compañeros de pruebas-

-Para ser alguien cercano de esa manera, lo noté muy desinformado ¿No sabía nada sobre el estado actual de Daniel?-

-No-lo observé-Es por eso que las fotografías que nos enseñó estuvieron a un nivel demasiado elevado para él-Iván elevó ambos hombros

-Si eran así de cercanos, tarde o temprano iba a enterarse ¿Me equivoco?-

-Pero no tan abruptamente-refunfuñé

-Hubieras pedido que me detuviera-

-¡Lo intenté!-exclamé con desespero-Esas expresiones que te hacía no eran para otra cosa más que para eso-

-Conmigo tienes que ser más directo. Yo no soy ningún experto en el lenguaje facial-respondió con ironía

-Ya, entiendo-ambos guardamos silencio. Y me vi envuelto en un gran problema.

No sabía si sacar el tema del pasado o continuar como si nada porque era demasiado claro que Iván continuaba recordándolo y que no iba a desaprovechar ninguna oportunidad para echármelo en cara…no sabía cómo proceder…

-Los demás ¿También tienen poderes?-

-¿He? ¿A quiénes se refiere?-su pregunta me tomó desprevenido

-Me refiero a los que vinieron con Daniel y Maxim en el avión sanitario-hice memoria

-Ah… sí. Todos los que hemos venido a visitar a Daniel tenemos poderes. Vivimos juntos, en San Petersburgo-

-¿Juntos?-se inclinó hacia adelante-¿Tú y ellos? Creí que eras más de los que prefieren vivir por su cuenta. O al menos eso fue lo que me dijiste hace varios años-remató

-Lo hago porque es una buena estrategia-me acomodé sobre el asiento para mostrarme relajado-Estando de esa manera existen menos probabilidades de que nos capturen-

-¿Los demás también escaparon de un laboratorio?-

-Sí. Compartimos varias similitudes-lo dije como si nada, pero no lo era.

Con el tiempo, todos se habían convertido en personas importantes para mí

-¿Y también se fueron del lugar en donde les abrieron las puertas?-suspiré

-Escuche…-recargué uno de mis brazos sobre su escritorio-Lo siento ¿De acuerdo? Antes era muy joven y muy estúpido…-

-No te estoy pidiendo ni una disculpa y mucho menos una explicación-Iván me interrumpió-Al principio fue complicado porque Beth te extrañaba, pero lo ha superado. Y ahora, como veo que te encuentras bien, entonces supongo que tomaste una decisión acertada. Ya veré si se lo platico o no-

-Beth…-murmuré-¿Cómo está?-

-Bien-respondió forzadamente-Es alguien fuerte-volvió a frotarse la barbilla-Regresemos al tema principal-me quedé callado en espera de que continuara porque yo me había quedado sin palabras-¿Sabrás lo que Sean piensa donarle a Daniel?-tomó entre sus dedos un bolígrafo azul que había cerca de sus hojas

-No, no lo he platicado con él-me relajé un poco-Creo que está en el hospital, pero no me lo encontré cuando venía de camino-ni siquiera sabía con seguridad si Sean se encontraba en el hospital. Había intentado marcarle, pero su celular se encontraba apagado

-Seguramente está con el enfermero Johann-respondió mientras empezaba a hacer algunas anotaciones en un folder-Ayer me puso al corriente sobre lo que platicaron-dejó de escribir-¿Qué opinas tú sobre la decisión de Sean? Si eran compañeros de pruebas, su nivel de compatibilidad es alto ¿Verdad?-continuó escribiendo

-Bueno, supongo que será de gran ayuda. Podrá donarle sangre y piel sin ningún problema-si Maxim, en lugar de decirme que ya había donado y me hubiera pedido alguna solución, habría acudido a Sean sin dudarlo

-Será de gran ayuda-respondió y cerró el folder-Las heridas que la tortura dejan, aunque desaparezcan físicamente, nunca se marcharán-

No pude evitar enfocar mi atención en las cicatrices de su rostro.

Le di la razón, él sabía sobre ese tema mejor que nadie.

Notas finales:

Espero de todo corazón que tengan unas felices fiestas <3

Los quiero mucho.


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