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No debo decir mentiras por Whitekaat

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Notas del capitulo:

Hola, les traje una actualización antes de las fiestas, si quieren ler algunos de mis otros trabajos originales aquí les dejo un link:

https://www.wattpad.com/user/JEllioot

Que tengan buenas fiestas.

 

CAPÍTULO IX

 

—Creo que así te ves mejor—

Parpadeó un par de veces ante la repentina frase del otro, sus ojos se mantuvieron quietos mirándolo, buscando entre sus acciones y las suposiciones de su mente sobre a qué en específico se refería. ¿Así como? Apreció en sus pensamientos ¿Callado? ¿Comiendo?, se preguntó de igual manera si era una especie de jugarreta para tratar de dejarlo confundido, y si esa era la opción, estaba claro que Pete lo había conseguido, porque por más que tratara de identificar porqué "así" se veía mejor no lo encontraba.

— Alegre, he notado que tu rostro y sobre todo tus ojos son muy expresivos, y como estás ahora, tranquilo alegre y disfrutando de la comida te ves mejor que hace un rato — el misterio había sido resuelto.

— Gracias, Pete. — Jioh se preguntó si eso era un cumplido o sólo una frase al aire de ánimo.

—¿Qué ocurrió?— 

—Nada importante, sólo una estupidez — buscó desviar el tema.

— Anda, dime. Prometo no decirle a nadie.— 

—Estoy molesto con mi mejor amigo. Me ordenó hacer algo que no quiero hacer, además al parecer le gusta una chica a la que le gusta a otro amigo y a veces siento que en su cabeza no hay espacio para nada más que no sea él.— Jioh lo último sintió que lo dijo casi como en un desahogo que llevaba tiempo con querer salir.

—No suena como un muy buen amigo, de hecho creo que es un completo imbécil — 

— No, no es así — hizo una pausa para buscar las palabras adecuadas para referirse a Fá sin teñirlas de la molestia que sentía por él en ese momento.

— Es un gran amigo siempre puedo contar con él, ni siquiera sabe que a nuestro otro amigo le gusta la misma chica, no quiero ser yo quien se lo diga.—

— Pero no quita de que sea algo egoísta, lo último no lo negaste, ¿Lo quieres? —Jioh se esforzó lo más que pudo para que esa cucharada de arroz que recién había llevado a su boca, no fuese esparcida en una explosión por la pregunta.

— Si, lo quiero. Hemos sido amigos desde que tengo memoria, pero en ocasiones me saca de quicio como ahora.—

— Tiene una personalidad bastante fuerte, y yo que yo tenga un carácter complicado a veces. No es una muy buena combinación —  El castaño escuchó la risa del otro como respuesta a su última frase contagiándole una sonrisa a él.

— Bien, dejemos de hablar del chico egoísta. ¿Tienes algo que hacer hoy en la tarde? —

— No, nada ¿Por qué preguntas? —

— Debo llevar a mi hermana pequeña al estreno de una película y quería invitarte a venir con nosotros?—  Otra invitación, de Pete. El castaño comenzaba a ver un aura luminosa cubriendo a su nuevo amigo como un salvador de los tiempos difíciles.

Jioh podía decir que estaba alegre que aquella consideración por él, comenzaba a alegrarle el día. Sabía que disfrutaba de la compañía de Pete, a ese punto el nerviosismo inicial que existía entre ellos ya sólo quedaba como recuerdo, una nueva sensación de camaradería se formaba entre ellos, una nueva sensación de complicidad entre ambos, Jioh no podía negarse, porque tampoco quería hacerlo.

— ¿No le molestará a tu hermanita que yo vaya con ustedes? —

—Claro que no, estoy seguro que le agradarás de inmediato — 

—Entonces sí, voy" — terminó por ceder, por entregarse a esa nueva amistad de cabellos negros y ojos amables.

— ¡Genial! —

Jioh se mantuvo estático ante aquel repentino contacto, no fue nada que lo pudiese alarmar, era apenas una hoja seca que fue removida de su cabello con una caricia, pero apenas aquello había logrado bajar su guardia y acelerar su corazón, eso estaba mal comentó para sí mismo, mal para él, y para su intención de no dejarse ilusionar antes de tiempo.

El tiempo de almuerzo avanzaba, pero él aún sentía una extraña sensación al estar sentado junto a Pete que le provocaba alegría y molestia, y no, no era con el pelinegro, era consigo mismo por su facilidad y rapidez de buscar señales donde quizás ni siquiera las habían.

Su rodillas tocándose por debajo de la mesa no eran una señal de algo más, sólo una muestra de la comodidad que había ante la presencia del otro dentro a su espacio personal, esos ojos mirándolo directamente por más de unos segundos tampoco eran otra señal que analizar, el compartir comida entre ellos sólo era para lograr una relación de amistad más íntima, sólo eso se repetía.

— No había querido mencionarlo antes, pero de verdad me gustan tus ojos y tus pestañas —

— ¿Por qué lo dices? —

— Tus ojos los veo café pero de repente más de cerca y bajo otra luz se ven más verdosos, se me hace muy lindo y resaltan aún más con el color negro de tus pestañas.— No, tampoco esa era una señal que tal vez Pete le estaba coqueteando. El castaño no quería aceptar que fuese una señal.

— Si... bueno uso máscara de pestañas para que se vean más grande no son así al natural.—  Replicó.

— Si lo había notado, pero se me hace muy lindo de todos modos —

Jioh no le desvió la mirada, es más, la mantuvo cada vez que los ojos marrones del mayor buscaban los suyos, le sonrió ante cada sonrisa, sentía sus ojos más presentes que nunca, cada parpadeo ahora contaba al ser el centro de atención por parte de Pete y por alguna razón no le molestaba, sus ojos mantenían el contacto, la saliva de un momento a otro se hizo más difícil de pasar, sentía que el rostro del pelinegro cada vez estaba más cercano al suyo, y como si hubiese olvidado donde estaba, como si no estuviese sentado en una mesita en el patio de la facultad dejó que su labios dieran apenas un topón con los del otro, antes de echarse hacia atrás en sorpresa por sus acciones.

El castaño cobrizo miró a su alrededor en una actitud paranoica sobre si alguien los estaba viendo, y para su suerte notó que nadie realmente estaba pendiente de ellos y realmente agradecía el individualismo profesado por los alumnos universitarios, agradecía de paso a la tecnología capaz de captar toda la atención de los usuarios de móviles en sus pantallas y no lo que ocurría a su alrededor.

—  Yo, emmh eso... fue —

— Es algo que quería hacer desde la fiesta de bienvenida — Su tono de voz había cambiado a sus oídos, se oía más rasposa, más baja como si aquellas palabras seductoras sólo debiesen ser escuchadas por él y nadie más.

— Nos vemos después de clases entonces, Jioh —

Y sin saber que responder ante aquel beso, ante esa confesión por parte de Pete, se quedó por unos segundos mudo y asintiendo con la cabeza mientras veía al chico mayor alejarse de la mesa con una sonrisa y con lo que a su mirar parecía ser una caminata triunfante.

Jioh necesitaba a Lisa, a Tim, necesitaba contarle a alguien. A todos, pero menos a Phrae.

 

//**//

 

El estudiante de publicidad había llegado finalmente a su casa, sus pies le dolían un poco, estaba cansado, necesitaba una ducha y dormir lo más pronto posible, ese día había sido agotador, pero no de una manera física, todo lo ocurrido con Pete lo mantenía inmerso en una nueva y extraña bruma de emociones donde buscaba a toda costa no perderse en ella.

Apenas había entrado a su habitación se lanzó a la cama y quitó sus zapatos, no le importó encender la luz, la fatiga era más grande que su necesidad de iluminación pero antes de hacer cualquier cosa debía hacer una llamada, una que le urgía desde la hora de almuerzo y que se había postergado hasta que por fin su agitado día se diese por concluido.

El castaño tomó su móvil y marcó a la única persona que tenía información sobre su nuevo amigo.

— Me besó. — Corto, preciso, bastante directo para empezar con esa llamada telefónica.

— ¡Te besó! ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? — respondió exaltada Lisa al otro lado del teléfono.

— Hoy almorcé con Pete después de dejarlos. Estábamos hablando cuando de repente me dijo que le gustaban mis ojos, nos acercamos y nos besamos, creo que nadie nos vio —

— Creo que ese chico ya me agrada, no perdió el tiempo y no le importó dónde estaba. —

— Sí y además me dijo que quería darme ese beso desde la fiesta de bienvenida —

— Jioh a ese chico le gustas — comentó con el mismo entusiasmo del principio.

— Quizás, no lo sé, no quiero darle más vueltas esta vez, y espera, aún hay más —

— ¿Más? —

— Si, fuimos a ver una película al cine, él y su hermana pequeña —

La pequeña Pam pensó el castaño, había sido una dulzura de diez años, una chica con el mismo color de cabello y ojos que su hermano mayor, su misma cara sonriente, un muy linda niña que estuvo a su lado y se alegró al ver al nuevo amigo de su hermano mayor, la pequeña pelinegra que compartió lo mucho que le había gustado la primera parte de la película y porque creía que la protagonista era su princesa favorita

— Nos divertimos, fue agradable, nos reímos, yo realmente creí que quizás lo del almuerzo no lo recordaría pero me vino a dejar a casa y antes de bajarme me volvió a besar — Jioh aún podía sentir los labios húmedos del otro sobre los suyos, la corriente eléctrica que erizó cada vello de su cuerpo, aquel beso un poco más intenso que ocurrió hace sólo unos momentos atrás se mantenía vivido.

— ¡Quiero fotos, de él ya! Me encanta. Jioh has caso a tus propios consejos no lo pienses demasiado y sólo deja que las cosas avancen por sí solas —

— Lo sé, lo sé, eso estoy tratando de hacer, gracias Lisa, te adoro —

La rubia muchas veces podía ser burlona, desapegada, algo distraída, directa al punto de ser llamada desubicada, pero cuando se trataba de amistad y temas de chicos sabía que siempre podía contar con ella, no era que con Tim o Phrae no pudiese hablar de esos temas, ninguno de los dos tenía problema con sus relaciones con chicos, pero Lisa era la mejor consejera en ello de todo su grupo, y era cosa de obviedad cuando estaba él con su enamoramiento de chicos héteros, Phrae con sus relaciones cortas y pasajeras, y Tim con su poca confianza de intentar algo con alguna chica.

— Oye Jioh — Pausó la rubia.

— ...nada mejor te lo diré cuando nos veamos —

 — No puedes decirme eso para después rematar la frase con un nada. Sabes lo ansioso que soy, si no puedo dormir será tu culpa. — Y dentro de su exageración el castaño no mentía, detestaba esas frases a medias que prometían terminarse otro día.

— No exageres, no es nada sólo quería preguntarte por tu pelea con Phrae pero debo seguir con esta maldita maqueta. —

— Está bien, mañana hablamos a la hora de almuerzo, cuídate. Gracias por todo, Lisa—

Y con un simple "de nada" la llamada fue cortada. Sus ojos se sentían cansados, necesitaba un baño y su cama lo antes posible.

El castaño vio su celular marcar las nueve de la noche, vio que no tenía ningún mensaje de su mejor amigo, no le gustaba estar peleado con Phrae, ya ni si quiera sentía algún tipo de molestia con él, ya todo había pasado, pero él no daría el paso para volver a hablar, no cuando el otro llevaba dos estupidez realizadas sin ninguna disculpa sincera de por medio.

Se levantó de la cama dejando su celular a un costado, restregó con sus manos el sueño que se había producido en sus ojos bajo la oscuridad de su habitación, necesitaba despejar su mente de todo lo malo para no manchar su día.

Al dirigirse a cerrar su ventana notó la luz prendida del cuarto de su amigo, pudo ver que la cortina aún estaba corrida dejando ver parte de la habitación de su amigo de la infancia, al estar ambas habitaciones en el segundo piso muy cercana a la otra alcanzaba a ver la puerta, el escritorio y parte de su armario.

Entre la oscuridad de su cuarto vio entrar a su mejor amigo a su habitación, con sólo una toalla anudada a su cintura, con su cuerpo humedecido con algunas gotas que reflejaban la luz, Jioh se sintió atrapado observando cada porción de piel que era expuesta, sus brazos, su cuello, hombros, pecho, más definido de lo que lo recordaba y cómo secaba su cabello con la pequeña toalla que llevaba sobre la cabeza. Estaba mal y lo sabía, estaba horriblemente mal quedarse fisgoneando en la oscuridad de su cuarto a su mejor amigo.

Pero por más que quisiera apartar la mirada no podía, sus plantas estaban fundidas al suelo, sus ojos encadenados al cuerpo del más alto y su corazón palpitante retumbando hasta en sus oídos. No pasó mucho tiempo para que la tolla que llevaba sobre su cabeza fuese tirada hacia a la cama y la otra en la cintura fuera desanudada dejando ver el cuerpo desnudo del castaño frente a él.

Jioh no pudo mantener más de dos segundos la vista antes de tirarse de rodillas al suelo buscando controlar las reacciones de su cuerpo, en su retina había quedado grabada aquella imagen que tenía su corazón hecho un desastre; Jioh se decía así mismo que no lo había hecho, que sus ojos no se habían desviado a la entrepierna de Phrae, que no había seguido con su mirada el camino de delgados vellos oscuros que partían desde su ombligo hasta culminar en su ingle de una manera más notoria pero no frondosa, se negaba aceptar que se había impresionado por Phrae, se negaba asociar aquello que colgaba entre sus piernas con lo que hace dos semanas más atrás había estado frotándose contra su cuerpo.

El chico fisgón no se atrevió a comprobar el estado de su propia intimidad porque tenía claro en el estado que se encontraba. Aún con sus sentimientos a flor de piel, con una nueva sensación de lujuria naciendo desde la boca de su estómago corrió hasta el baño, necesitaba una ducha, y tal vez fría, necesitaba dormir, y sobre todo necesitaba lavar sus ojos hasta con jabón si era necesario para quitar la imagen sensual de su mejor amigo de la infancia.

 

 

 


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