Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No debo decir mentiras por Whitekaat

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero les guste el nuevo capítulo :).

 

CAPÍTULO IV

 

Daba las gracias por las actividades de ese día, daba las gracias porque al parecer ese corredor y baño no eran tan transcurridos, no necesitaba de más gente viéndolo sorprendido porque parecía una estúpida pintura abstracta de color rosa, no necesitaba nada de eso, no cuando sus ojos ardían demasiado para seguir conteniéndolo y no sabía si eran los químicos de la pintura o la vergüenza que había aparecido tras su episodio de ira.

Tras cerrar la puerta del cubículo se sentó sobre la tapa del sanitario y se encorvó hacia adelante mientras se abrazaba a sí mismo, con los ojos entreabiertos notó que su mirada se estaba nublando al igual que cuando abría los ojos bajo el mar, de seguro sus lágrimas ya estaban comenzando a salir y aquella acongojada sensación sobre su pecho y garganta era una afirmación.

Al mirar al piso notó que todo a su alrededor era de color rosa, sus brazos, parte de sus pantalones, sus zapatillas e incluso gotas del mismo color se habían caído al piso, tendría que limpiar ese desastre cuando saliera de ahí, al menos cuando consiguiera dejar de llorar, algo que no parecía que fuese a ser rápido.

Era bastante irónico si lo pensaba “ver todo de rosa” se lo solía asociar al amor y la felicidad, no a ese tipo de mierda por la que estaba pasando, sólo porque un idiota homofóbico se le había dado la gana de desquitarse con él por haber salido con su hermano, con el idiota de Nat, que se confundió, que al parecer estuvo con él al mismo tiempo que con otra chica, ya a ese punto debería estar cansado de llorar por amores y tipos estúpidos que se empeñaban ennegrecer su vida, bueno…enrosar su vida.

Odiaba los miércoles y esto le daba más razones a Jioh para hacerlo.

 

//**//

 

“Disculpa han visto algún chico con pintura encima” había descubierto que preguntar por un chico con pintura encima era la forma más fácil de buscar a Jioh cuando su descripción de como era su amigo no era tan acertada.

“no, lo siento”

“Está bien gracias, de todos modos.” esas habían sido sus dos frases durante esos últimos veinte minutos desde la llamada de Tim.

Subió al segundo piso de la facultad cuando consideró que ya había barrido por completo su búsqueda en el primer piso, había tratado de llamar a Jioh incontables veces, cada vez que el celular lo mandaba al buzón de mensajes cortaba para volver a llamar, Phrae no odiaba que no contestaran sus llamadas, pero vaya que lo estaba haciendo en ese momento, todo por culpa de algún imbécil que trató de meterse con su pequeño y buscapleitos amigo.

“¡Phrae! ¿Dónde vas?” su carrera fue detenida por una mano que alcanzó su brazo.

“Lo siento Finn no te ví, estoy buscando a un amigo” su compañero de clases estaba frente a él haciendo una mueca confusa.

“Ya veo, ¿No participaras en las actividades?”

“No, no lo sé, debo encontrar a mi amigo”

“Bueno… entonces nos vemos más tarde, adiós”

“Finn, espera, de casualidad… ¿Viste algún chico cubierto de pintura por aquí?”

“Oh sí, lo ví, el chico de rosa” Una pista, lo único que necesitaba pensó.

“¿Dónde?”

“Lo vi corriendo por los laboratorios de computación en el tercer piso”

“Gracias”

Phrae se despidió, no alcanzó a escuchar si su compañero de sección había dicho alguna otra frase, tenía una pista y era el tercer piso y los laboratorios de computación, el único lugar que podría considerar un escondite para Jioh (porque estaba seguro de Jioh se estaba escondiendo de todos en ese momento) eran los baños y tras dejar ingresar una gran bocanada de aire a sus pulmones comenzó a subir los escalones.

Cuando llegó hasta su destino planteado no escuchó nada, como si sólo él estuviese ahí pero a agacharse notó un par de pies y unas inconfundibles manchas de color rosa, su cuerpo se relajó en tan sólo un segundo, por fin podía respirar tranquilo y hasta incluso le habían dado ganas de estirar sus músculos para botar la tensión que había estado aguantando su cuerpo.

“Ji, ¿Estás ahí?” un golpeteo en la puerta y sus palabras habían acabado con el silencio del lugar.

“¿Fá?”

“Sí, soy yo”

“Estoy bien, quiero estar solo”

“No, déjame entrar”

“Fá, hablo enserio” la voz del castaño ahora se escuchaba molesta, pero a él no le importaba lo mucho que se molestara y reclamara, sólo estaba seguro que si él no habría esa puerta en menos de un minuto la echaría abajo.

“¡Yo también, abre la puerta, Ji!”

“Sólo vete Phrae” el tono de sus voces ya estaba algo más alto y que lo estuviese llamando Phrae era sólo un signo de lo molesto que estaba.

Pero él lo estaba mucho más.

El chico de cabello castaño obscuro entró al cubículo contiguo azotando la puerta mientras uno de sus pies se apoyaba en el sanitario y el otro en la pared. Phrae era lo bastante alto como para que cruzar de un cubículo a otro como si no fuese un problema, sólo bastó un impulso de sus brazos, impulsar su pierna hacia arriba, y empujar la otra contra la pared y en tan sólo cinco segundos ya estaba frente a esa masa rosa que se abrazaba así mismo.

“Te dije que te fueras”

“Y yo te dije que no lo haría”

Phrae se agachó y comenzó a acariciar la cabeza del otro con suaves movimientos al mismo tiempo que su mano iba adquiriendo un intenso color rosa que esperaba que se quitara fácilmente con agua.

“Vas a ensuciarte”

“No importa, mírame” Sus manos bajaron hasta los costados de la cara de Jioh obligándolo a encontrarse con sus iris negras.

Phrae alcanzó a ver los ojos de Jioh un tono más verde de lo habitual por lo rojo que estaban y sólo eso alcanzó antes de ser casi embestido cuando el otro chico apoyó su frente en su hombro y rodeo su cuello con sus manos, si ahí estaba el llanto que dejaba salir Jioh, esos lastimeros sonidos que estaba comenzando a odiar, porque su amigo no merecía eso, no merecía estar encerrado en un baño y cubierto de pintura.

“No te queda tan mal el color, sólo que no combina mucho con la camiseta… y tus zapatos… y tu cabello, bueno creo que se te pasó algo la mano”

“Idiota” La tristeza se había ido ahora sólo había risas en aquel solitario baño.

“¿Me dirás quien se metió contigo?”

“No, no lo creo, no quiero más problemas además sé defenderme solo” ahora Jioh su frente rozando el cuello de Phrae tiñendo todo a su paso y aspirando del perfume que emanaba desde su cuello.

“Sí lo sé, sabía que estarías bien… al menos físicamente”

“Gracias por buscarme”

“Soy el mejor mejor súper amigo de la infancia que podrías tener”

“Sí lo eres Fá”

“Oh ahora soy Fá, hace un momento me llamaste Phrae, Jioh” Jioh se separó de la reconfortante cercanía del más alto para mirarlo a los ojos, trayendo por un instante una disconformidad inconsciente por cortar el contacto por parte de Phrae.

“No me gusta que me digas Jioh, es raro”

“Lo sé, por eso lo dije. Ven, vamos a limpiarte un poco”

El baño seguía vacío para la suerte de ambos, Jioh finalmente pudo ver su imagen frente al espejo inspirando profundamente para calmarse cuando vio lo difícil que iba ser quitar todo ese rosa de su pelo, porque lo demás ya lo daba por perdido, de hecho estaba seguro que lo primero que haría al llegar a casa sería botar todo lo que llevaba puesto.

“Quítate lo de arriba para ayudarte a lavar tu cabello”

“No sabía que tenías ese interés en mí” rió.

“Date prisa o lo haré yo”

“Eres todo un abusador ¿no?”

Jioh arrojó su camiseta manchada al piso a donde pensaba que realmente pertenecía en ese momento y se acercó su cabeza hasta el lavamanos, cerró sus ojos, abrió la llave y sintió el primer toque del agua fría mojando sus cabellos. Comenzó a masajear cada porción de su cabeza buscando que todo ese color desapareciera con el agua, a sus manos se le unieron la de Phrae que con las manos húmedas comenzó a pasearse por sus orejas, cuello y hombros, erizando su piel por los hormigueos que le producía.

“Eso da cosquillas, Fá” comentó riendo y tensando su cuerpo.

Sólo se escuchaba el sonido del agua saliendo desde el grifo y des sus manos paseando por su cabeza y cuello, la tristeza que había sentido hace unos minutos atrás ya había desaparecido y hasta sentía que era sólo un mal recuerdo, ese era uno de los súper poderes que Jioh pensaba que tenía su mejor amigo, hacer toda situación horrible en un mero recuerdo sin importancia, estaba seguro que si no fuese por aquel chico que seguía haciendo cosquillas por los lugares por donde las yemas de sus dedos tocaban aún estaría encerrado llorando esperando tomar la fuerza de volver a su casa.

“Creo que ya estás listo por acá, déjame ver tu rostro” Jioh obedeció y ladeó su rostro hacía la derecha aún con los ojos cerradas para que fuese observado por el otro.

“Sólo queda un poco aquí” y tras eso sintió una mano húmeda frotar la zona cercana a sus labios.

“¿Ahora sí?”

“Si”

“Dame mi ro… ¿Qué estás haciendo?” Cuando Jioh abrió sus ojos se encontró Phrae quitándose la parte superior de sus prendas, no era que no lo hubiese visto antes, pero la imagen repentina lo había sorprendido.

“Darte mi camiseta, la tuya está demasiado sucia, yo me quedaré con el sweater”

Jioh en ese momento se sintió algo extraño al mirar a su amigo, había notado cambios en su cuerpo desde la última vez que lo vió, su espalda se veía más ancha, su pecho algo más marcado y parte de su abdomen mostraban señales de músculos.

“¿Has estado haciendo ejercicio?”

“Estuve entrenando un poco, quiero meterme al equipo de natación de la universidad ¿Por qué?”

“No, por nada, espera también tienes manchada la cara de rosa” el más bajo estiró su mano aún mojada y frotó el cuello y parte de la mandíbula donde el rosa que de seguro estuvo en sus cabellos manchó al otro durante su abrazo.

“Gracias por estar aquí, Fá”

“Sabes que siempre estaré ahí, deberíamos apurarnos los chicos deben estar preocupados”

Claro que lo estarían, claro que vendría una reprimenda por parte de Tim por pelearse con un alumno mayor y por salir huyendo, por no contestarle las llamadas, de sólo pensar en la enojada cara que tendría su amigo pelo negro su piel se erizaba y por otro lado estaba Lisa que de seguro no lo regañaría pero si buscaría saber todo lo que pasó, quien fue el otro tipo y él tendría que detenerla para no que fuera tras Phrae a contarle y entre los dos darle caza al idiota que se había atrevido a tirarle un tarro de pintura sobre la cabeza.

Y aun le quedaba una conversación que aunque intentara huir de Phrae sería capaz de hacer guardia afuera de su cuarto hasta que hablara, como le exasperaba el sólo hecho de pensar en lo protectores que eran sus amigos, pero no los culpaba, él haría lo mismo si alguno de ellos le pasara algo.

Un mejor grupo de amigos como eso serían imposible pedir.

“si”

“Por cierto, nos inscribí en la actividad de hoy, aún tenemos tiempo de participar.”

“¡Espera, qué!”

Phrae se giró para ver molesto a su amigo pero cuando vio esa sonrisa renovada en su rostro sabía que ya había perdido y no había mucho que debatir.

 

//**//

 

“Algún día nos opondremos a seguirte en tus locuras”

Su cuerpo pesaba al menos 3 kilos más de lo habitual, el calor del sol comenzaba a descender desde el horizonte, sus pies hacían un sonido extraño cada vez que pisaba y si miraba hacia atrás estaba seguro que podría ver las huellas de él y de su acompañante.

El camino ahora era se sentía incluso más largo porque estar completamente empapado de pies a cabeza y subirse a su bicicleta no le parecía una buena idea, sus nudillos estaban un poco más blancos que antes y de los cabellos que ocultaban su frente aún caían gotas de agua que se deslizaban hasta su barbilla.

Y aunque en un principio no quería participar para terminar todo mojado (tal como lo estaba en ese momento) debía admitir que había sido una actividad bastante divertida, tomando en consideración que después pudo vengarse de Jioh por inscribirlo sin permiso lanzándole más agua a pesar de que fuesen del mismo equipo y el cambiar el rostro lleno de lágrimas de Jioh por uno donde tenía que masajear sus mejillas por la risa era mil veces mejor.

“Gracias”

“Deja de decirlo, ya nos los dijiste muchas veces después de que termináramos llenos de agua”

“Lo sé, pero pasar esos momentos con ustedes arreglaron todo mi día, es más estoy seguro que si no hubiese sido por el incidente ninguno hubiese participado conmigo” La mano de su amigo que no afirmaba la bicicleta se posó sobre su cabeza, esa era quizás la tercera vez en ese día donde hacía lo mismo.

“Además… mira el lado positivo por ganar y participar nos entregaron entradas gratuitas para la fiesta de bienvenida de este sábado”

“Ji, me dirás ahora que pasó” un rostro serio, una brisa algo más fría y todo el ambiente jovial cambió.

“Fá, mejor…” intentó replicar

“No, ya esperé demasiado, incluso me abstuve de pedirle más información a Tim”

“Pero prométeme algo”

“Depende” comentó deteniendo su andar.

“Vamos, sólo promételo”

“Está bien lo que sea, sólo dímelo” Phrae terminó rindiéndose reanudando la marcha.

“El día de la asamblea me topé con un chico mayor, dijo que era hermano del imbécil de Nat y que al parecer lo corrompí por salir con un hombre, un chico llamado Pete que estaba con él detuvo la discusión ese día” Jioh pauso su relato, sin querer continuar.

“Y… hoy”

“Hoy me lo volví a topar, dijo al frente de todos que era gay, que soy algo así como un quitanovios y bueno me tiró la pintura rosa encima, luego yo me lancé sobre él y Tim me separo junto a otro chico. Eso en resumen” Jioh giró su rostro para ver el castaño y ahí lo vio, esa cara de rabia contenida y su entrecejo demasiado fruncido

“Sólo promete que no iras por ese chico, no quiero que una simple estupidez se agrande más de lo necesario” finalizó.

“Lo haré si prometes que si vuelve a pasarte algo así me lo dirás”

“Sé defenderme”

“Sí, lo sé, pero no siempre saldrás bien parado de todo” Otra vez la mano de Phrae se posó en su cabeza pero apenas la tocó bajó hasta el hombro del otro chico para atraerlo a su cuerpo.

“Oye, sigo siendo un chico”

“Sí pero un chico sin fuerza en los brazos para pelear, si dejo que alguien te haga algo tu madre, mi madre, mi abuela y yo mismo me enfadaría, así sólo prométemelo ¿Quieres?”

Sus ojos se encontraron, Jioh suspiró cuando vió la cara seria del más alto, esa que siempre ponía cuando adoptaba ese papel de hermano protector, guardián, la misma que hacía desde que eran pequeños.

“Lo prometo” terminó aceptando.

“Y yo también lo prometo.”

 

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).