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No debo decir mentiras por Whitekaat

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Notas del capitulo:

Hola buenas, espero les esté gustando la historia. Saludos.

 

CAPÍTULO VI

 

 

“¡A desayunar!” un grito y el golpeteo de la puerta.

Su corazón se volvió a detener por el susto que le provocó la repentina voz al otro lado de la puerta, una voz que se le hacía algo familiar, pero que su mente no lograba identificar entre la resaca y la excitación; sí, porque podía sentir hasta en la última de sus células su piel erizada y sus ganas de morir.

El contacto entre ambos cuerpos se cortó y entre ello escuchó el bostezo y gruñidos del chico a su lado a medida que se distanciaba el uno del otro. Jioh por su parte prefirió usar su táctica preferida frente a todo lo desconocido y cualquier problema que se le presentara, hacerse el dormido y/o fingir demencia.

“Debo aprender a negarme a tus estupideces, dormí incómodo por tu culpa.” habló entre adormilado y gruñendo el sujeto a su costado, un sujeto con una voz que ya conocía, que sabía de sobra los matices graves que adquiría al despertar por las mañanas.

Su cabeza al fin logró hacer conexión a todas las pistas, el olor, la posición de la ventana, el color de las cortinas, la agradable cercanía y esa inconfundible voz sólo podían pertenecer a su mejor amigo.

“Sé que no estas dormido, porque no estás roncando”

“Yo no ronco” la ofensa valía más que mantener su teatro.

“Lo sé, buenos días, Ji”

Se lo podía imaginar, no necesitaba verlo para saber que en ese momento Phrae le sonreía altanero con sus ojos aún cerrados y hasta podría asegurar que hasta podía ver esa sonrisa burlona y triunfante punzarle la espalda.

“Buenos días, Fá” terminó por responder.

La habitación se volvió silenciosa, Jioh evitaba a toda costa girar su cuerpo, no aún, no cuando aún existían retazos en su cuerpo y mente de lo que acababa de experimentar; tomando en consideración que aquello había ocurrido con su amigo, y no sólo eso, había ocurrido con su mejor amigo de la infancia, hetero. El castaño comenzaba a creer que llevaba algún tipo de maldición que quizás estaba pagando en esta nueva vida.

“¿Por qué dormí acá?” se atrevió a preguntar.

Su plan del mutismo perpetuo no lo estaba ayudando y tal vez mantener su mente ocupada en las otras incógnitas que tenía al despertar lo ayudaría a desviar sus pensamientos de los indecorosos que tuvo hace tan sólo un par de minutos atrás.

“Porqué eres demasiado insistente y yo muy permisivo contigo” eso no había sido una respuesta muy clara pensó el castaño.

“No entiendo, me duele la cabeza, Fá. Sé más claro” le reclamó con algo de hastío.

“Venias bastante ebrio, antes de entrar a casa te agarraste de mi pidiendo que te dijera que habíamos conversado con Nik. Me negué, no me querías soltar así que entre contigo a casa a rastras, te desvestiste y usurpaste mi cama”

“¿Y bien…?” preguntó intrigado Jioh.

“Y bien ¿Qué?”

“¿De qué hablaron con Nik?”

“Una charla de chicos” respondió con su voz más seria.

“Já, que gracioso, dime” pidió con más exigencia al chico de cabellos castaños oscuros.

Su cuerpo se giró para encontrarse con su rostro, y para su alivio su corazón no palpitó, ni se volvió incómodo verlo.

Jioh se contuvo de dejar salir un sonoro suspiro de relajo.

“No empieces, sólo un conversación entre tu hermano y yo, ya todo está bien” una mano grande terminó tocando sus cabellos castaños cobrizos y sin previo aviso comenzó a remover sin gentileza su cabeza, trayendo consigo el dolor que creyó haber perdido.

“¡Idiota, mi cabeza!” se quejó llevando ambas manos hasta el lugar que causaba todo su martirio en ese momento.

“Perdón no pude evitarlo” rio el atacante, Jioh se preguntaba a veces como tenía por amigo a ese idiota.

“Te cambiaré de mejor amigo”

“Aah… sí ¿Quién?”

“Por Pete, es más agradable y menos idiota”

Su vista se unió a la de Phrae, se topó con esos ojos negros que pocas veces tenían un ceño fruncido para él pero que ahora sí podía notar.

“Espera… ¿De qué Pete hablas? ¿Pete de segundo de ingeniería el amigo del imbécil que se metió contigo el otro día?” Phrae no lucía contento, su rostro, su voz y esa pequeña tensión que se formó en su entrecejo dejaba ver a Jioh que su nuevo conocido no era alguien querido.

Sí, podía incomodarle la mirada que Phrae le dirigía en ese momento pero no estaba dispuesto a amedrentarse y bajar la vista.

“Sí, pero él no es como su amigo, conversamos anoche en la fiesta cuando salí, además las veces que me topaba con su grupo, me defendió”

“No me agrada” era raro, que a Phrae se quejara de alguno de sus conocidos era algo que no ocurría a menudo, pero este en particular le producía más molestia que los otros.

“A mí no me agradaba Rain, y no te dije nada; es más, te apoyé cuando hasta tía dijo que no deberías salir con ella” replicó

“Bien, haz lo que quieras”

“Eso haré”

La vista sería de color avellana se mantenía firme a la oscura, se miraban recelosos con molestia reprimida que trataban de no dejar salir, una mirada que se cortó cuando sonó el segundo llamado a desayunar.

//**//

No… bueno en realidad si, si estaba nervioso por mucho que quisiera negarlo, había repasado su atuendo de ese día más de tres veces para volver a ponerse lo mismo que había elegido en un principio, una sudadera de color lila, jeans de color azul claro y zapatillas blancas, algo sencillo pero que funcionaba bien al resaltar su color de cabello, ojos, y que era perfecto para el clima de ese día.

Aquella invitación, le había resultado sorpresiva, no forzosa e incluso Jioh hasta se podía imaginar que el chico planeo que fuese de esa manera; no esperó que la noche del sábado a una semana de haber entablado aquella pequeña conversación durante la fiesta de bienvenida de la universidad, no esperó un mensaje de Pete con la invitación a ver una película con la excusa de que uno que su amigo le había cancelado y no sabía con quien más ir.

Jioh sabía que quizás no era del todo cierto, que probablemente si haya tenido muchos otros amigos de los cuales podría elegir para que lo acompañara, pero había decidido no negarse a la posibilidad de conocer más a Pete estando ambos solos, por primera vez en su vida buscaba no hacerse ilusiones, porque el sólo mantenerlo de amigo ya era una idea bastante atractiva.

Apuró su paso aún un poco más recordando el hecho que ya iba con un leve retrasado y a pesar de que sabía que era algo demasiado habitual en él el tema de la impuntualidad, Pete no lo conocía tanto como para saberlo.

Jioh sabía que irían a ver una película, y es más, agradecía un poco que ese fuese el panorama, daba el tiempo necesario para acostumbrarse a la presencia de otro y evitarse los silencios incomodos; no sabía que película vería, el pelinegro se había negado a entregar información o cualquier pista, ese fin de semana existían seis funciones en cartelera y si tenía que ser sincero sólo una se le hacía medianamente interesante pero que fuese producida por Disney la situaba en la última opción de la lista de las posibilidades.

El castaño al llegar al segundo piso frente a la entrada del cine notó a su acompañante, su cabello igual de pulcro y liso, camisa de manga corta azul cobalto sobre una camiseta negra, pantalones holgados de color café que dejaban ver sus tobillos y zapatillas color crema, Jioh no lo pudo evitar y tuvo que intentar controlar su pecho mentalmente. Pete se veía guapo, incluso más guapo que la última vez que lo vio y que esa sonrisa ya estuviese dirigido a él cuando notó que iba llegando no le estaba ayudando a que pensara lo contrario.

“Hola, lamento llegar tarde” se disculpó al llegar.

“No te preocupes yo igual venía atrasado, acabo de llegar” respondió de vuelta.

“Linda combinación de colores Jioh, te queda lindo el lila”

Podía sentir su cara enrojecer un poco, si, si ya se encontraba nervioso al comenzar su charla ahora lo sentía un poco más, jamás le había causado tanta vergüenza recibir un cumplido de alguna persona.

“Me gusta tu ropa, te ves muy diferente a cuando andas por la universidad” habló el más bajo peinando un imaginario cabello tras su oreja como siempre lo hacía al sentirse nervioso.

“Debía esforzarme, no todos los día se tiene buena compañía”

“jajaja…basta ¿Me dirás ahora que película veremos?” entre su nerviosa risa Jioh buscó desviar la conversación para evitar que ese tono rojizo hiciese acto de presencia en sus mejillas.

“Antes que todo quiero excusarme diciendo que yo no lo elegí la película, que las entradas ya estaban compradas “

“¿Es documental francés independiente?”

“No, tampoco te invitaría a sentarte a recibir ese tipo de tortura” Jioh ensañó su sonrisa y dejó escapar su risa una vez más, Pete era agradable y con cada palabra que cruzaban más se convencía.

“¿Te molestan las películas de terror?”

“Es Anabelle” concluyó el castaño despejando sus dudas, el terror no era su fuerte, pero, pudo ser peor.

“Correcto” afirmó su acompañante.

… Jioh ya tenía palomitas de maíz en su regazo, una botella de jugo a su costado y a un guapo chico que lo había invitado gratis al cine, a su derecha, estaba siendo un buen día para él. La película había dado comienzo y la sala se había oscurecido por completo dejando sólo la iluminación tenue de la pantalla como única fuente de luz, estaba algo inquieto, no por la película, Jioh no se consideraba a sí mismo como alguien fácil de asustar, pero sí lo inquietaba pensar en la interesante química que había entre ambos, el chico de cabellos cobrizos se sentía a gusto alrededor de Pete, no era del todo incómodo, añadiendo además a la fórmula que el pelinegro no era tan serio como realmente se veía.

//**//

“Anda sólo dilo, está escrito en tu cara” exigió el pelinegro llevando una papa frita a su boca.

“Claro que no, mi cara no dice nada” le respondió haciéndose el desentendido.

“Entonces deberías decirle, noté tus expresiones durante la película” increpó una vez más.

“Si, está bien, fue mala” terminó por confesar.

“¿Muy mala?”

“Pésima, fue lenta en un comienzo, trataron de llevar la misma fórmula de las anteriores pero no resultó, pudieron perfectamente hacer toda la película en sólo media hora si se quitan esos momentos de suspenso que no pasa nada con música tenebrosa que duraban diez minutos.” terminó por responder.

“Vaya, quien diría que serías tan sanguinario con la pobre muñeca” rio el Pete frente a la lapidaria crítica y las expresiones serias de su acompañante.

“Pero por otra parte, la comida está buena, gracias por invitarme, Pete”

“No hay de qué”

La película había sido un total fracaso, ambos chicos lo sabían pero tenían el consuelo que la compañía del otro estaba resultando de lo más amena, Jioh tras dejar salir sus críticas a la película se sintió más relajado, la charla de cosas mundanas con el chico más alto eran divertidas, desde escucharlo hablar de los profesores de la universidad hasta cuando le contaba lo indeciso que había estado antes de invitarlo, Jioh respondía con sus comentarios añadiendo además también sus historias involucradas con la universidad, nombrando también a sus amigos y lo importante que eran en su vida y en cómo esa semana se había visto seguido por las miradas de sus compañeros por el tema de la pelea.

Jioh no culpaba a Pete por tratar de excusar a su amigo, después de todo él lo conocía más y podía entender algún trasfondo de sus acciones que él desconocía, pero argumentaba que tampoco podía entenderlo por verse atacado y envuelto en problemas de forma gratuita cuando él nunca los buscó.

A su conversación se le agregó un poco más de intimidad al preguntar por sus familias, como por ejemplo que Jioh se enterara que los padre de Pete estaban separados y él vivía con su padre y Dean, su hermano menor, que tenía una mascota, un lindo labrador llamado Bosco y que su última relación había terminado el año anterior y que no tenía muy buenos recuerdos de ella.

El castaño cobrizo para compensar aquella confianza que le fue entregado contó que él originalmente no era de ese país que habían llegado cuando él tenía apenas dos años, que por cuestiones de trabajo sus padre decidieron mudarse junto a él y su hermano mayor, un cambio de vida bastante abrupto, pero que él no podía recordar mucho ya que no tiene ningún recuerdo de antes de mudarse.

Pero Jioh detuvo su relato un momento al notar cierta silueta conocida, una silueta de cabellos castaños oscuros vistiendo aquella típica chaqueta ancha negra con líneas blancas en los brazos, agradecía que le estuviese dando la espalda y desde donde estaba no lo pudiese notar.

A Jioh no se le hacía curioso ver a Fá ahí, de hecho, recordaba haberle escuchado decir esa semana que tendría una reunión con alguien de su facultad el fin de semana, pero no se imaginó que podría tratarse de ella.

La chica lucía igual de bella que siempre, Alice llevaba sus cabellos negros atados en una cola de caballo ese día, lucía un vestido blanco, haciendo relucir aún más esa tímida sonrisa que tenía. Jioh entendió dos cosas en ese momento, una, que Fá le había mentido y dos, que trataba de ocultar su salida con Alice por alguna razón a su grupo de amigos, en ese momento prefería no hacerse algún tipo de idea de lo que estaba ocurriendo, no quería adelantarse a pensar que ella y su mejor amigo estaban entablando una relación más profunda que la amistad, o que ese estaba siendo el plan entre ambos, prefería no hacerlo considerando sobre todo el flechazo que sabía que tenía Tim por Alice.

Si eso era así Jioh estaba seguro de algo y es que no terminaría del todo bien y antes de que fuese notado por mejor amigo en compañía del chico que hace una semana había declarado que no le agradaba, huyó del lugar junto a Pete sin que este pudiera notar su impaciencia por salir de ahí.

Su salida dio por finalizada en la parada de taxis, con un agradecimiento por la invitación de parte del chico de ojos avellana, un abrazo de despedida, y una promesa por parte de Pete que le seguiría escribiendo por mensajes y que durante la semana lo fuese a visitar a su facultad, lo cual no muy convencido en la última parte terminó por aceptar.

 

//**//

 

“¿Dónde lo pondrás?” habló una voz grave empujando su cuerpo contra la cama.

“Basta” suplicó sintiendo un par de gotas caer por sus mejillas.

“Que tal aquí cerca de tu corazón para que no lo olvides” un dedo punzo sus costillas con fuerza trayendo consigo dolor del cual él se quejó entre lágrimas.

Sentía su pecho oprimido, sentía el dolor de aquel dedo empujando sus costillas, otra mano a un costado de su rostro, no sabía de qué le hablaba el otro hombre, pero sólo sabía que su cercanía dolía aún más que aquella opresión, un dolor interior, no físico, no mental, algo incluso más fuerte se atrevía a pensar.

Sus lágrimas seguían cayendo sin poder contenerlas, era doloroso, no quería estar ahí, no quería tener a ese sujeto tan cerca porque sólo la sensación de su aliento sobre su mejilla hería su piel como si le clavaran cientos de agujas, Jioh no podía ver quien era, sus acuosas pupilas no dejaban visualizar ni siquiera sus rasgos.

No lo quería cerca, porque lo lastimaba.

Abrió sus ojos de golpe e intentó mover su cuerpo lentamente para quitar de su cuerpo las últimas ataduras de aquella horrible pesadilla, el cielo aún era oscuro, no había luz en su habitación, sólo él sumido en esa horrible oscuridad y pánico que le dejó ese sueño, como odiaba sus sueños, como odiaba cuando sus miedos llegaban para atormentarlo.

Buscó su celular y vio que el reloj del aparato marcaba apenas las tres con veinte minutos.

 

Aún le quedaba mucho tiempo para dormir, una larga espera para volver a conciliar el sueño y desear que su pesadilla no volviera a hacer acto de presencia.

 


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