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Las compensaciones que recibimos en el camino de la vida por Destinova

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Notas del capitulo:

Sí, han pasado veinte mil años, a pesar de que dije que no tardaría tanto en actualizar ¬¬U. Esa era la intención, pero lo único que puedo decir al respecto, es que desearía poder transcribir y ordenar mis ideas con la misma facilidad con que las pienso DX. Los veo en las notas finales.

Nota: No he podido arreglar lo de los guiones que se cambiaron por signos de interrogación, ah que la tostada DX

‒De principio Hiashi parecía un poco molesto ‒Naruto hizo una pausa para tragar el fideo que tenía en la boca tras haberlo masticado, sin inmutarse mucho por estar junto a quien constantemente le reprochaba su mal hábito de hablar con la boca llena‒. Incluso estoy bastante seguro de que por un momento su expresión fue la misma que la de los ancianos cuando les hablo sobre mis intenciones de renovar el sistema ninja, esa que dice “sabía que no debíamos elegir como hokage a un mocoso idiota como tú” ‒hizo una expresión de severidad y emuló lo que a su parecer sonaba como la voz de un adulto molesto‒, pero luego le dije que no desconfiaba de su papel a la cabeza del clan, y que si me estaba inmiscuyendo en esos asuntos era porque también me conciernen como líder de la aldea, y que por supuesto también debo hacerlo por la memoria de Neji, ya que no he olvidado ni por un segundo la promesa que le hice ‒afirmó con gran convicción, y pausó el relato de nuevo para sorber otra porción de fideos‒, por fortuna eso ayudó a que relajara bastante su postura defensiva, incluso hasta terminamos compartiendo un vaso de sake, así que a fin de cuentas las cosas salieron bien dattebayo. 

‒Ya veo ‒Sasuke lo escuchaba con atención mientras comía de su propio tazón de ramen en el Ichiraku‒. Pero me pregunto si no es algo que deba preocuparte ‒decidió comentar tras un breve silencio reflexivo.

‒¿Qué cosa? ‒preguntó el rubio, un tanto ajeno a la línea de pensamientos del otro ninja.   

‒Eso de que al consejo y a algunos miembros importantes de la aldea no les agrada lo que estás haciendo y harás como hokage.

‒Nah, en lo absoluto ‒le respondió con total desenfado‒. Tienen que aceptarlo ya sea que les guste o no, después de todo fueron ellos mismos quienes me eligieron.

‒Lo sé, pero… ‒titubeó un poco antes de proseguir, y su rostro reflejó un poco de mortificación‒, aún así cabe la posibilidad de que puedan ponerse en tu contra por eso, es decir, tal vez no se imaginaron la clase de acciones que planeabas llevar a cabo, impulsado por ideologías que a su vez difieren bastante de lo tradicional ‒en realidad había más que eso; no era un pensamiento aleatorio ni nada parecido, de hecho lo había estado considerado desde mucho antes, y si bien era un tanto desagradable, no descartaba que tuviera al menos un grado de verdad, y ése era que Naruto había sido nombrado hokage no tanto por la benevolencia de retribuirlo a él por sus grandes hazañas y esfuerzos, menos por estar a la expectativa de que trajera algún cambio en su mandato al tratarse de alguien joven, sino más bien por la propia conveniencia de la aldea, ya que tener a uno de los shinobis más poderosos de todo el mundo ninja cuidándoles la espalda, quien a su vez era el jinchuriki del kyuubi, que también resultaba ser su tan preciada arma de antaño, era una oportunidad única como para dejarla pasar. Y con eso en mente no era muy difícil suponer que los ancianos retrógradas del consejo y quienes los apoyaban no estarían muy contentos con el chico interviniendo en su antigua manera de llevar la aldea y al país, que aunque dejaba mucho que desear, era parte del sistema con el que se comenzó todo lo que existe hoy en día, por lo que malamente estaba muy arraigada en ellos.

‒Pues qué pena por quienes no les parezca, porque no estoy en este puesto solo para firmar papeles, además también cuento con el apoyo y respaldo de la abuela Tsunade, Kakashi sensei y mis amigos con sus respectivos clanes, así que descuida, todo estará bien dattebayo, aunque, por otro lado… ‒su semblante se tornó considerablemente serio.

‒¿Qué? ‒Sasuke observó al rubio con alarma ante su repentino y radical cambio de humor, asumiendo que posiblemente tenía mucho que ver con el tema que discutían.

‒Pues, la cosa es que… ‒expuso a medias, con el entrecejo fruncido y la mirada baja, aumentando así la tensión en el ambiente.

‒¿Qué? habla de una vez ‒lo instó a continuar, reprimiendo incluso una maldición.

‒Verás, lo que sucede es que… me gusta que te preocupes por mí ‒dibujó una enorme sonrisa juguetona luego de la declaración, a lo que Sasuke bufó‒. Porque eso solo demuestra lo mucho que me quieres, dattebayo ‒dijo en tono meloso y lo jaló hacia su costado para abrazarlo por los hombros. 

‒Cierra la boca, perdedor ‒volteó la cabeza al lado contrario de su compañero con ligera molestia por haber caído en su tonto juego, y toda la escena provocó algunas risillas de Teuchi y Ayame al estar cerca de ahí.  

                                                                         

                                              ******

‒Naruto san ‒una entusiasta voz llamó al rubio cuando él y Sasuke se encontraban a las afueras de Ichiraku listos para partir de ahí, por lo que ambos voltearon. Se trataba de una de las amigas del ojiazul, Kiyome, o como la llamaba el Uchiha desde que la conoció en la fiesta de nombramiento, “la bruja pelirroja”. Aparentemente iba de paso luego de haber realizado algunas compras, ya que traía consigo una bolsa de papel con víveres, y su atuendo esta vez consistía en un vestido gris corto sin mangas, y llevaba su ondulado y voluminoso cabello suelto, el cual le llegaba a media espalda. A todas luces se apreciaba que era una de esas chicas que se enorgullecían de su belleza física y por ende la hacían resaltar en cada ocasión‒. Buenas noches, Sasuke san ‒se inclinó en una pequeña reverencia, que el aludido solo respondió con un vago tarareo de reconocimiento al estar al tanto de lo que había detrás de su falsa amabilidad.

‒Hola Kiyome. ¿Qué tal te va? ‒la saludó el ojiazul con una gran sonrisa.

‒Bueno, a decir verdad, he estado extrañando pasar tiempo contigo, ya que desde que te convertiste en hokage casi no nos hemos visto más allá de lo relacionado a las misiones que me asignas ‒suspiró con pesar.  

‒Eh sí, lamento eso, pero he estado bastante ajetreado, con eso de que aún estoy acostumbrándome a lo demandante de este puesto ‒se rascó la nuca y ahora sonrió en disculpa.

‒No te preocupes, lo entiendo ‒dijo con dulzura, no obstante, por un milisegundo sus ojos se posaron en el azabache, proyectando una especie de reproche implícito que hubiera pasado desapercibido para cualquiera, sin embargo no para Sasuke, antes de volver rápidamente a su actuación de chica buena‒, pero aquí lo más importante es el hecho de que Konoha no podría estar en mejores manos, con alguien tan maravilloso y especial como tú al mando ‒se acercó más al Uzumaki, para alzar su mano libre y ponerla sobre el hombro de éste.

‒Pues me alegra que pienses eso, sobre todo porque no todos opinan del mismo modo ‒comentó en alusión a lo que precisamente había estado hablando con Sasuke.

‒¿Qué? No entiendo cómo podría ser eso posible –acotó con indignación y genuino desconcierto.

‒Descuida, solo son cosas aburridas y sin importancia, además me estoy encargando de ello así que no hay por qué preocuparse dattebayo.

‒Bien, de todas formas ya sabes que siempre contarás con mi entera confianza y apoyo ‒le sonrió, sin apartar la mano de su hombro, dándole un apretón afectuoso–. Quiero decir, no hay nadie más que pueda evocar la sensación de que nos mantendrás a salvo sin importar qué, y bueno, yo en particular me siento de esa manera contigo  ̶ su mirada se desvió del rubio, como si tuviera un poco de pena, y rompió el contacto con él para jugar con un ondulado mechón de su cabello, acto seguido re direccionó sus orbes esmeraldas hacia el rostro del chico para esta vez observarlo con intensidad, gestos a los que Naruto solo respondió con una sonrisa amistosa y halagada.

Sasuke por su parte, evitó rodar los ojos ante el actuar de la irritante chica y sus tontos intentos de coqueteo, y luego un pensamiento bastante malicioso cruzó por su mente; sabía que por ahora no era una opción, pero: ¿qué diría ella si supiera de la verdadera naturaleza de la relación del flamante hokage con su amigo no grato para el resto de la aldea?

¿Si por ejemplo, supiera lo que acababa de pasar en su oficina?

Ahora lo que tuvo que reprimir fue una gran sonrisa triunfal y burlona.  

–En fin ‒proseguía ella‒, si puedes hacerte un poco de espacio, deberíamos vernos uno de estos días, en verdad nos la pasábamos tan bien juntos ‒su voz adquirió cierta nostalgia.

–Claro, haré lo que pueda –le respondió Naruto afablemente.

–Genial –expresó con tangible entusiasmo –nos vemos, hasta luego Sasuke san –volvió a hacer una reverencia ante el mencionado y se marchó.

‒Así que ustedes dos la pasaban muy bien juntos ‒habló el Uchiha apenas estuvieron solos de nuevo, y no era una pregunta, sino más bien una afirmación hosca.

‒Sí, así es –le respondió, ligeramente desconcertado por su repentino mal humor, sin embargo no le dio mucha importancia, permaneciendo en contraparte muy campante y relajado‒. Desde que nos conocemos ella ha sido increíble conmigo, y como es de personalidad muy similar a la mía, estoy bastante seguro de que por eso le agradé para ser su amigo cercano –terminó de explicarle sonriente a Sasuke, quien se limitó a observarlo con una ceja arqueada, un tanto escéptico ante lo completamente ajeno que Naruto parecía ser a las verdaderas intenciones de la bruja con él, lo cual en sí no era malo, y claro que no le interesaba sacarlo de su error en lo absoluto, de modo que no agregó nada más cuando ambos se dispusieron a emprender su camino hacia la casa del Uzumaki.

Durante el trayecto al mencionado destino, se encontraron con diversos aldeanos que saludaban entusiasmados al ojiazul, quien como era de esperarse les correspondía en el mismo estado de ánimo, y aunque a esas alturas Sasuke ya estaba más que acostumbrado a la escena, ahora mismo no pudo evitar reparar en el hecho de que seguía tratándose de las mismas personas que lo habían marginado y condenado a la horrible soledad cuando a fin de cuentas solo era un niño inocente, lo que en conjunto con sus anteriores cavilaciones contribuyó a alimentar sus fehacientes creencias de que Naruto era demasiado bueno para esa aldea. No olvidaba que él también había herido al chico antes, y por supuesto que eso le pesaría por siempre, sin embargo aquello no le impedía desear algunas veces simplemente llevarse al rubio lejos de ahí para nunca regresar, pero sabía muy bien que sería imposible, ya que Naruto era como un sol, y aún en contra de lo que tuviera por decir al respecto el lado más “oscuro” y egoísta de Sasuke, el sol no puede brillar para una sola persona. Pero justamente la luminosidad del hoy hokage era lo que lo hacía tener esperanza, sobre el futuro, la aldea, y en sí todo, a pesar de su obstinación por pensar mal y desconfiar de todo y de todos a su alrededor (aunque lo seguiría haciendo si fuese necesario para el bien de Naruto). Indudablemente ellos dos eran muy diferentes, pero quizá era eso los que los equilibraba y hacía que se complementaran tan bien.

 

                                                 *******

Ya muy entrada la noche, en el departamento de Naruto, más específicamente en su habitación, yacía olvidada y regada por el piso tanto su ropa como la de Sasuke, y sobre la cama, la mano nívea del Uchiha apretaba la sábana debajo de él, y su rostro se contraía ligeramente, ya que luego de una larga sesión de besos y caricias repartidas mutua y animosamente por los dos amantes, habían llegado a cierta parte de su encuentro que no bastaba llevar a cabo solo con ímpetu y deseo, tal y como habían descubierto algunos meses atrás. Precisamente era por estar en un terreno tan nuevo que la no muy agradable sensación actual no podía evitarse, pese a que las ya dos falanges con las que Naruto estaba abriéndose paso en su interior estaban siendo sumamente cuidadosas y gentiles. Sin lugar a dudas, estar en el extremo receptor de ese tipo de relación, con alguien sondeando una de sus partes corpóreas más privadas de esa manera, no solo tenía inconvenientes físicos, sino que también era un poco extraño y ciertamente vergonzoso, motivos por los cuales en definitiva no era algo que el azabache se hubiera imaginado dejándose hacer así como así, aunque a fin de cuentas, todo aquello era admisible porque era Naruto de quien se trataba, y él quería darle a ese rubio tonto todo de sí, sin importar las torpezas e inconvenientes que surgieran mientras seguían explorando lo que funcionaba y lo que no en sus contactos sexuales, además el Uzumaki había llegado al extremo de perder un brazo por él, así que en perspectiva aquello en realidad no era nada.

Naruto por su parte, ahora mismo estaba repartiendo besos por todo su cuello, nuca y espalda, zonas que también estaban recibiendo las atenciones de su mano libre con suaves caricias mientras le decía algunas palabras tranquilizantes, como parte del gran esfuerzo que estaba poniendo en mitigar las molestias en su compañero. No es que fuera a decirlo en voz alta ni nada, pero Sasuke realmente estaba comenzando a apreciar aquellos cuidados y mimos, a los que definitivamente podría acostumbrarse. Estaba distraído con esa línea de pensamientos cuando Naruto introdujo un tercer dedo lubricado en su región anal, acción que resintió de inmediato, por lo que se arqueó levemente y apretó más la sábana con el puño.

‒Ya casi… aguanta un poco más ‒le dijo el Uzumaki mientras se disponía a trabajar con sus tres dígitos en la estrecha zona, acción que le estaba provocando algo de ansia, ya que le hacía evocar la dulce sensación de estar ahí dentro, ni más ni menos que fusionado con Sasuke, sin embargo estaba perfectamente consciente de que tenía que esperar si quería que la experiencia también fuera buena para el azabache, sobre todo porque tenía muy presente que ése no había sido el caso para él anteriormente, sino más bien lo contrario, y eso lo hizo sentirse pésimo, no obstante, tales vivencias desastrosas que indudablemente deberían haber desalentado al Uchiha a intentar algo como eso de nuevo, no lo hicieron, así que aquí estaban una vez más. Eso de hecho también era un pensamiento muy estimulante; la confianza absoluta que Sasuke le tenía para confiarle un lado tan vulnerable de sí mismo.

Continuado con los pasos de la preparación, sus dedos empezaron a abrirse y cerrarse en las paredes internas del poseedor del sharingan, y el rubio se percató con un deje de impotencia de la forma en la que el cuerpo del chico se tensó, así como también pudo escuchar el siseo bajo que salió de sus labios. Esa parte tampoco estaba resultando ser su favorita en particular; si bien no era ninguna novedad que ellos habían llegado a comunicarse y entenderse por medio de golpes, y que literalmente casi se matan en su última pelea en la que por fin pudieron resolver todos sus asuntos, no significaba que le gustara infligirle dolor a Sasuke deliberadamente, menos en ese tipo de contacto íntimo que debería conllevar solo cosas buenas para ambos.

‒Ya es… suficiente ‒dijo tras un par de minutos el azabache, en un murmullo bajo pero firme.

‒¿Estás seguro? ‒su pregunta llevó un vestigio de preocupación, y sus dedos se quedaron quietos donde estaban.

‒Sí ‒reiteró de nuevo en voz baja y sin ningún ápice de movimiento.

‒De acuerdo ‒sacó con lentitud sus húmedos dígitos, causando un pequeño estremecimiento en el Uchiha.

‒Bien ‒Sasuke inhaló y exhaló profundo un par de veces, en parte para disipar los muy ligeros nervios que empezaban a asentarse en su estómago, y llevó su antebrazo, que había mantenido a un lado de su cabeza, hacia debajo de su barbilla, y cambió de estar tendido en el colchón boca abajo en su totalidad, a flexionar sus rodillas para que su cadera se levantara y le diera un mejor acceso a Naruto, quien no pudo reprimir un jadeo impregnado de total excitación, y se relamió por inercia los labios. El rubio deseó tanto poder ver el rostro de su amante en ese momento, pero en su lugar se apresuró a posicionarse detrás de él, también apoyándose sobre sus rodillas.

‒¿Seguro que estás listo? ‒pese a su propia urgencia por comenzar, un atisbo de duda volvió a invadirlo.

‒Ya te lo dije, tampoco hay necesidad de que me trates como si me fuera a romper o algo ‒le medio recriminó, pero sin estar enfadado realmente.

‒No lo hago –se defendió con una leve indignación que le hizo fruncir el ceño–, es solo que… 

–Sí, ya lo sé –lo interrumpió, ya que en efecto, Sasuke estaba consciente de que el chico quería ser sumamente cuidadoso para evitar los errores pasados por nada más que su propio bien, y vaya que estaba consciente de ello; perdió la cuenta de las veces en que Naruto se disculpó con él después de su muy accidentado primer encuentro de ese tipo, y ni hablar de los enormes ojos de cachorro pateado que adornaron su rostro durante días al pensar que lo había lastimado mucho, lo que prácticamente se repitió en su posterior intento de intimar de esa forma. Si el Uchiha era honesto, eso le pareció terriblemente lindo, sin embargo lo último que quería era alimentar inseguridades en el otro ninja‒. Solo hazlo dobe, estaré bien ‒su voz se volvió gentil, y a falta de otra opción de momento, usó uno de sus pies para alcanzar y acariciar suavemente una de las pantorrillas del rubio.

‒Bien, aquí voy entonces ‒con una gran sonrisa tirando de sus labios ante el un poco inesperado pero cálido aliento físico y verbal, accedió finalmente, siendo así que con mucho cuidado y lentitud procedió a empujarse centímetro a centímetro dentro de su amante, hasta que estuvo completamente envuelto por su estrechez y calor, y por ende soltó un gran gemido lleno de satisfacción. Ese preciso instante solo estaba reafirmando lo que ya había cruzado por su mente con bastante certeza una vez que experimentó aquella sensación por primera vez; estar unido de esa manera con alguien, más específicamente la persona que más amaba en este mundo, era una experiencia tan sublime como nunca imaginó que pudiera llegar a tener.  

El Uchiha por su parte, sintió como si el aire le hubiese sido arrancado de los pulmones momentáneamente, y apenas tuvo oportunidad de presionar con fuerza su boca contra su antebrazo para amortiguar el aparatoso jadeo que amenazó con escapar de su garganta.   

‒Sasuke… Sasuke… ‒Naruto estaba quieto, a sabiendas de que su pareja tenía que adaptarse a la intrusión, sin embargo durante ese lapso se dedicó a besarle la columna y la nuca, y a hacerle caricias circulares con las palmas en la cadera, mientras su nombre salía de sus labios como un mantra, en murmullos cargados de un anhelo y devoción tales como solo tenía para él, siendo perfectamente registrado por el portador del sharingan; toda esa oleada de sentimientos que Naruto le estaba expresando con la totalidad de su ser, le causaron un gran estremecimiento que erizó cada poro de su piel, recorriéndole desde la coronilla hasta las puntas de los dedos de sus pies, y ello también terminó por engendrarle cierta urgencia por comenzar la siguiente parte.   

‒Puedes empezar a moverte ‒le indicó, ocultando cualquier rastro de ansia en su voz, ya que restos de su orgullo todavía lo instaban a sonar en control de sí mismo.

‒¿Seguro? ‒logró reunir su cordura para preguntar una vez más, porque a pesar de todo, y de saber que estaba siendo muy reiterativo, quería seguir siendo cauteloso para cuidar de Sasuke tanto como fuera posible.

‒Sí, descuida, parece ser que hiciste muy bien el trabajo preliminar esta vez ‒giró la cabeza un poco hacia el rubio, para darle otro aliento con una pequeña sonrisa.

‒Es bueno escuchar eso ‒verbalizó su satisfacción por tal respuesta, y también le sonrió, luego se desvió e inclinó levemente al costado del azabache para poder tomar su rostro por la barbilla y besarlo en la sien, acto seguido se enderezó y salió parcialmente del cuerpo contrario, para luego volver a entrar de una estocada certera, con lo cual Sasuke soltó un jadeo estrangulado, y sus piernas temblaron un poco, amenazando con desestabilizarlo, no obstante Naruto lo mantuvo bien afianzado con ambas manos sobre sus caderas, y repitió el proceso de salir y entrar una vez más, luego otra, y a pesar de que comenzó como un vaivén lento y muy mesurado, era más  que suficiente para enviar al Uzumaki directo al séptimo cielo.

Para Sasuke por otro lado, la sensación de sus entrañas siendo llenadas y friccionadas seguía siendo un poco abrumadora, sin embargo, ahora podía afirmar con seguridad que también era buena. Pero no solo en lo referente al ámbito físico, sino que además había un factor importante, y ese era su mente haciendo la realización de que era con Naruto con quien estaba unido de esa forma. Indudablemente había algo extraordinario, casi fuera de este mundo, en aquello que no sabía explicar del todo.

Fue así como el húmedo choque de cuerpos fue haciéndose más y más constante a medida que el acto avanzaba, mismo que iba volviéndose más pasional y despreocupado. A esas instancias Sasuke no solo estaba sintiéndose bien a secas, sino que cada uno de sus nervios estaba recibiendo auténticas chispas de placer, lo que a su vez hizo que terminara de perder toda inhibición y pudor, ya que de su boca salían gemidos cada vez más fuertes y continuos, incentivo suficiente para Naruto, quien se mantuvo haciendo un esfuerzo extra para estar híper consciente de las reacciones de su compañero, y dado que además el cuerpo del azabache en esa ocasión en particular se sentía tal y como si hubiera sido hecho para encajar con el suyo, sin temor adquirió velocidad en los embates, pero como bien sabía, aquella magnificencia no podía durar por siempre, así que cuando estaba cerca de llegar al final envolvió fuertemente con sus brazos la cintura del Uchiha, atrayéndolo con más desespero hacia sí, hasta que sintió los músculos de su abdomen contraerse violentamente, seguido del resto de su cuerpo, para finalmente dejarse llevar por el torrente eléctrico que sacudió todo su ser, culminando con su liberación física dentro de Sasuke.

Naruto, exhausto pero satisfecho, y aún sintiendo las réplicas del orgasmo, se dejó caer flácido sobre el cuerpo de su amante, quien aún no había alcanzado su clímax, sin embargo no necesitó palabra alguna para que el ojiazul, después de tomarse algunos segundos en recomponerse un poco, se pusiera en marcha para remediarlo, para lo cual se deslizó cuidadosamente fuera de su ya muy resbaladiza cavidad, causando una peculiar sensación de vacío en el Uchiha.  

‒Descuida, ahora me encargo ‒le murmuró el rubio a su compañero con una empática sonrisa, y empujó suavemente el pálido cuerpo para que quedara boca arriba sobre la cama. Sasuke se dejó manipular sin rechistar, y enseguida sus desiguales orbes captaron al Uzumaki mientras se posicionaba delante de él, luego una de sus manos viajó a su endurecida y más que necesitada virilidad, donde se empezó a mover, tortuosamente lento, pero a su vez con cierta destreza.

Sasuke apretó fuertemente sus párpados al tiempo que su cuerpo se retorcía por el agonizante y creciente placer, para completo beneplácito de Naruto, que observaba atentamente cada gesto ahora que podía.

‒Sí… tan bueno… tan perfecto… y solo mío… mío…  â€’se inclinó para susurrarle al oído, y aprovechó para mordisquearle lascivamente el lóbulo de la oreja.

Y eso fue todo para Sasuke; de por sí no le faltaba mucho para finalizar, así que escuchar al ojiazul murmurando esas cosas de forma tan deseosa y posesiva solo fue la guinda en el pastel. Aún desconocía si el rubio lo hacía a propósito o no, pero de igual forma aquello lo encendía a niveles insospechados, aparente indicativo de una forma más en la que ellos dos se complementaban. Fue así como obtuvo su liberación, por segunda vez en el día, lo que en sí no era nuevo, sin embargo no habría forma de que se aburriera de obtener eso de Naruto.

Con la satisfacción extra brindada por aquellos pensamientos, el azabache permanecía de espaldas contra la cama, reposando y dejando que su respiración se nivelara, mientras que el Uzumaki se recostó junto a él, de costado, con el rostro apoyado en su brazo derecho, donde lo observó fijamente, ahora con tierno embelesamiento.

‒¿Qué es lo que haría sin ti? ‒le dijo cariñosamente luego de unos minutos de agradable silencio, estirando su otro brazo para acariciar los sudorosos mechones frontales de su cabello.

‒Tal vez reemplazarme con una de tus tantas admiradoras, ya que a fin de cuentas son algo que te sobra hoy en día ‒se le ocurrió comentar principalmente en tono de broma, aunque en realidad había una parte de él que pese a todo, en el fondo seguía sintiendo cierto malestar, ya que de algún modo era como si él le impidiera a Naruto tener una relación normal que no tuviera que mantenerse oculta, con alguna chica que a su vez le pudiera dar al rubio la familia que se merecía.

‒Ay por favor, lo dices como si tú no fueras popular con las chicas ‒decidió seguirle la corriente, por lo cual se levantó, quedando sentado en la cama‒, quiero decir, tal vez ya no aquí en Konoha, pero allá afuera, en los diversos lugares a los que viajas, estoy bastante seguro de que sigue habiendo muchísimas mujeres que se vuelven locas por ti apenas te ven. De hecho puedo imaginarlas perfectamente pensando cosas como “oh, ¿pero quién es ese chico tan atractivo?, quiero salir con él, quiero ser su novia, quiero casarme con él” ‒agudizó su voz para imitar el tono de ensoñación de una chica, al tiempo que juntó sus manos debajo de su barbilla y parpadeó repetidas veces, ante lo que Sasuke irremediablemente soltó una breve risa divertida‒. Pero no solo es cosa de suposiciones, por ejemplo, ahí está mi amiga Fuu de Shinju, la recuerdas ¿cierto? ‒Sasuke asintió‒, pues no solo le agradaste, sino que le pareciste muy lindo, e incluso me dijo que le gustaría conocerte mejor ‒concluyó con cierta reserva en su voz, algo que no sería desaprovechado por el Uchiha.  

 â€’Vaya vaya, casi suenas como si estuvieras celoso, dobe ‒ladeó la cabeza y le mostró una media sonrisa cargada de arrogancia.

‒Ese no es el tema aquí, bastardo ‒le recriminó luego de tomar una almohada y arrojársela en la cara, provocando que el azabache volviera a reír, ahora con maliciosa satisfacción‒. Pero sí, admito que no fue algo muy agradable de escuchar aquella vez que me lo dijo en la fiesta ‒agregó con una solemnidad y sinceridad que tomaron al portador del sharingan un tanto desprevenido, lo que mostró observando al rubio con intriga, instándolo a proseguir‒: Quiero decir, fue como un amargo recordatorio, ya sabes, de que cualquier chica podría tener una oportunidad contigo solo por el hecho de serlo, y aunque a esas alturas tu continuabas sin mostrar interés romántico en nadie, de todas maneras la posibilidad de que tarde o temprano encontraras a alguien especial estaba ahí, y por más que quisiera negarlo, era algo que me sentaba realmente muy mal.   

‒Sé perfectamente a lo que te refieres ‒dijo, haciendo una directa alusión a cómo se había sentido él después de la guerra‒. Y por eso mismo también sé que no es agradable en lo absoluto ‒esbozó una pequeña sonrisa, que fue correspondida por Naruto.

‒Definitivamente no ‒concordó‒. Sí que éramos unos pobres idiotas ¿no es así? ‒ambos rieron en acuerdo, y luego Naruto agregó‒: de hecho casi sentiría pena por nuestras pobres almas atormentadas del pasado, de no ser por este fantástico presente ‒se giró y se apoyó sobre sus manos y rodillas para quedar cara a cara con Sasuke, de modo que se rozaban la nariz‒. Y justamente por eso es que ya deberías grabarte en esa cabezota tuya que yo no podría pedir una vida mejor que esta que tengo contigo ‒levantó su índice derecho para presionarlo un par de veces en la frente contraria‒. Incluso si, no lo sé, de alguna forma existiera la posibilidad de que una especie de entidad divina me diera a elegir algo diferente, lo que fuera que yo quisiera, yo te elegiría a ti una y mil veces, siempre –concluyó y dejó que su mirada fija sobre el rostro del Uchiha confirmara sus palabras por un momento, antes de abandonar su actual posición–. Ahora ven acá, estoy verdaderamente rendido ‒se volvió a acostar y atrajo a Sasuke hacia su cuerpo para enredar en él los brazos y las piernas, de tal manera que no se sabía dónde empezaba uno y dónde terminaba el otro, forma predilecta en la que a Naruto le gustaba dormir cuando estaban juntos, y no era como si al azabache le molestara.

El portador del sharingan sonrió de forma genuina desde los brazos del otro ninja; quizá sus inseguridades y demás fantasmas no desaparecerían de un día para otro, sin embargo Naruto sabía muy bien como calmarlos una y otra vez, y eso era más que suficiente por ahora.

‒Yo también te elegiría a ti siempre ‒murmuró Sasuke, obteniendo un somnoliento beso en la parte superior de su cabeza por parte de su compañero.

 

 

                                              *******

‒Muy bien, entonces no se hable más del asunto ‒decía sonriente el hombre de mediana edad, al tiempo que dejaba la silla que había estado ocupando frente al escritorio del hokage.

‒Gracias por tener en consideración a nuestra aldea, señor Takada ‒el rubio también se levantó de su asiento‒. Será un gran honor hacer negocios con usted ‒agregó solemnemente.

‒Lo mismo digo, bueno, sin más que tratar por ahora, me retiro, nos vemos pronto ‒hizo una reverencia, seguida de una que también ofreció el ojiazul.

‒Contamos con ello, que tenga un gran día y un buen regreso a su país ‒se despidió con una sonrisa muy sobria.  

‒Gracias ‒el empresario procedió a retirarse junto con su guardaespaldas, a quien le comentó cuando estuvieron al otro lado de la puerta‒: Qué raro, no recordaba que el hokage fuera tan serio ‒se frotó la barbilla mientras pensaba‒. Bueno, tal vez estaba cansado o algo por el estilo ‒concluyó con un encogimiento de hombros mientras continuaban su camino.

Una vez que el señor Takada y su escolta se retiraron, “Naruto” puso su atención en la pila de papeles que estaban aguardando a que los firmara, por lo que resopló mientras volvía a su silla con bastante desgana.

‒El dobe tiene razón, este trabajo es fastidioso y aburrido ‒se quejó en voz alta al tiempo que se masajeaba el puente de la nariz, siendo escuchado por Shikamaru.

‒Y que lo digas ‒el Nara le respondió con su característico hastío‒. Pero alguien tiene que hacerlo.

Sasuke chasqueó la lengua y observó una vez más el montón de papeles, antes de decidir que mejor se tomaría un descanso para comer, acto seguido sacó su bento, mismo que le había preparado su pareja, el Naruto “original”.

Cuando lo abrió vio que tenía una nota.

“Para el mejor bastardo de todos, con mucho amor y agradecimiento. Pd: sin duda me viene muy bien el día libre, pero también me siento un poco solo en casa, así que iré a visitarte por la tarde, y quien sabe, quizá podríamos encontrar un momento para ayudarte a relajarte un poco (guiño guiño)”

Sasuke bajó los párpados y negó con la cabeza, al tiempo que esbozaba una gran sonrisa afectuosa, para luego tomar sus palillos y dar un primer bocado a la comida, que no era ni remotamente la mejor del mundo dadas las escasas habilidades culinarias de su atolondrado rubio, no obstante su solo esfuerzo era muy bienvenido.

Aquella escena no le pasó desapercibida a Shikamaru, quien inevitablemente también sonrió, y recordó algunos momentos en los que temió que las cosas entre esos dos no llegaran a buen puerto debido a las consabidas particularidades y vicisitudes de su situación, sin embargo se alegraba de haber tenido razón al considerar que todo terminaría bien a fin de cuentas. Recordaba muy bien el día en que Naruto le dijo en esa misma oficina que sus sentimientos eran correspondidos; estaba tan emocionado que lo abrazó, lo levantó y lo giró en el aire como si no pesara más que una simple pluma, incluso lo llenó de besos a pesar de sus airadas protestas, y se veía rebosante. En cuanto a Sasuke, no lo conocía tan bien ni solían interactuar demasiado, pero a pesar de eso podía afirmar sin temor a equivocarse que nunca se había visto tan feliz.

No cabía duda de que esos dos juntos eran algo grande.

 

Notas finales:

Kyaaa >//<, muero de la vergüenza. De por sí me da pena escribir "limones", ahora uno tan descaradamente autocomplaciente XP, espero que aún así no sea taaan soso. Por otro lado como dije antes, en general este fic era simple y tonto, sin embargo como también mencioné, tiene varios de mis headcanons más arraigados, para que si llegan a leer mis tonterías futuras y ven cosas similares, no es por falta de imaginación XD. Por cierto, como también comenté, no es necesario que hayan leìdo "Sì a ti", pero en la parte del oneshot donde Naruto le dice a Sasuke que se robó sus líneas, se refería a lo de este capítulo cuando están en Ichiraku jeje. 

Gracias por leer, espero que les haya gustado al menos un poco, nos vemos ;).

 

 


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