Bad Guy
Por Katsumi Kurosawa
Capítulo 7
Vínculo
Even if you know that you don't own me,
I'll let you play the role
I'll be your animal
Bad Guy – Billie Eilish
—Capitán Rogers… —musitó la mujer mientras acomodaba un mechón de cabello rebelde tras su oreja. Entrar a la sala, junto a sus colegas, fue una experiencia distinta.
El lugar entero olía a petricor.
—Nunca había sentido… este aroma… Doctor Samson…—susurró a uno de sus colegas y estos se paralizaron en fascinación, mirando a quien se suponía era el Capitán América.
—Yo tampoco, en sesiones anteriores… no he sentido algo así. El Capitán Rogers huele a una variante peculiar de lavanda, la cual no se siente específicamente floral pero sí relajante, aunque robusta, ya que es un alfa… pero, esto… —el Doctor Broussard alzó la cabeza para percibir el aroma con más claridad.
—Oh… creo que ya entiendo que pasa… —susurró el Doctor Edmonds, mirando hacia el hombre rubio que se mantenía sentado en una posición rígida, con la cabeza gacha. No podían ver el rostro del Capitán Rogers en ese estado.
—Es… —la doctora Minerva le miró con cautela.
—Es la otra identidad… ¿Cómo lo había llamado Stark?
—Hydra… lo llamó Capitán Hydra…
Y los ojos penetrantes de aquel rubio se elevaron hacia sus acompañantes, mostrando una sonrisa torcida que era completamente chocante con el siempre amable rostro de Steven Grant Rogers.
—Por fin te has presentado… después de tantos años… —susurró la jefa del equipo, la doctora Minerva, mirando cara a cara al Capitán Hydra.
—Tony… —susurró aquel monstruo con una voz tan grave que envió escalofríos a cada terapeuta que observaba la interacción— ¿Dónde está Tony?
Los psiquiatras se miraron entre ellos. ¿Acaso el capitán sabía o sentía lo que estaba sucediendo?
—En su casa, en Malibú…
—MIENTES… —los ojos iracundos del hombre hicieron al resto de los terapeutas tiritar de miedo. El alfa se había levantado de su asiento y había caminado hacia los barrotes— Puedo sentirlo. Mi omega está en peligro… —susurró desesperado mirándose las manos— Puedo sentirlo desde el lazo que Tony ha forjado con Rogers…
El séquito de terapeutas estaba completamente desconcertado, tanto que ni siquiera podían tomar notas en sus cuadernos. Sus dedos estaban entumecidos alrededor de los bolígrafos.
—P… pero… —uno de los doctores articuló.
—Vas a decirme que sucedió con mi omega… —esos ojos demoniacos no eran una broma. Era un alfa prime… el resto de los terapeutas se sacudieron por el miedo.
……………………….
—Tony… mi amor…
La voz sonaba tan lejana en sus pensamientos. O al menos así lo sentía en el raro estupor que le había dejado lo que había sucedido.
Pero ¿Qué había sucedido?
Ni siquiera había notado que sus ojos estaban abiertos desde hacía un rato.
—Tony… —y la voz se acercó, haciendo que el omega enfocara la vista en aquellos hermosos ojos azules que le miraban con devoción— Oh… Tony…
—Steve… —abrió los ojos casi en su totalidad para sacar fuerzas de la absoluta nada y lanzarse a los brazos del alfa— ¡STEVE!
No podía creerlo. Él estaba ahí… ahí con él nuevamente… su maravilloso aroma tranquilizándolo como antes. Anthony volvía a tener 17 años…
Sus maravillosos cabellos rubios brillaban con la luz del día. Sus preciosos ojos azules tan profundos, le invitaban a perderse en el mar de amor desbordante de ellos. Esa sonrisa tan perfecta, diablos ese hombre era la perfección personificada.
Un sonoro beso vibró en su mejilla derecha, devolviéndole la sonrisa y no pudo estar más encantado. Más besos siguieron mientras él trataba de no llorar y reír al mismo tiempo.
Maldita sea, había extrañado tanto esa sensación de estar completamente a salvo. Miró a Steve como si se fuese a desvanecer en el aire mientras contenía un llanto traicionero.
—Te amo, Tony… —susurró el capitán con aquella sonrisa tranquila en aquel maravillosamente apuesto rostro. Dios, ¿Siempre había sido tan jodidamente apuesto?
—Te amo Steve… —sonrió dándole besos mariposa en los labios. Los brazos del capitán le estrecharon con más fuerzas.
Las pequeñas manos de Tony –pequeñas en comparación al enorme alfa que lo mantenía entre sus brazos- acariciaron el cabello rubio y suave de Steve, disfrutando de aquel maravilloso rastro de su shampoo en el aire. Oh… era como un sueño.
Steve era como un sueño.
—Espera…
Algo no estaba bien o al menos esa sensación cosquilleó en el interior de Stark. Un dolor desagradable se instaló en su pecho y fue creciendo hasta hacerle perder el aliento.
—Tony… —la voz de Rogers volvió a sonar muy lejos— Tony… ¿Dónde… estás?
¡No! ¡No se me acerquen…! ¡Devuélvanme a Steve! ¡DEVUÉLVANMELO!
— ¡Ahhhhh! —cerró los ojos tan fuerte mientras sus manos temblaban intentando contener la sensación de su pecho.
— ¡TONY!
Devuel… devuélvanmelo… él… dijo que me amaba… No me abandones… Steve… tú no…
Tony abrió los ojos con pesadez.
Su voz adolescente resonaba como un eco en su mente y el recuerdo de un inmenso dolor emocional, le trajo de nuevo a la conciencia. Ahora el dolor físico estaba haciendo cada poro de su piel sacudirse. Se retorció incómodo.
Algo molestaba en su nariz y al llevar la mano a la misma, descubrió un cable conectado. Entre el dolor ardor se arrancó aquel tubo y tosió ante la sensación desagradable.
Un hombre se afeitaba frente a un espejo roto. El omega le miró con cautela e intentó levantarse de inmediato.
—No haría eso si fuera tú… —susurró aquel hombre beta con acento fuerte, que indicaba que su lengua materna no era la misma que la de Tony.
—Qué… ¿Qué carajo…? —sus manos morenas fueron de inmediato hacia la fuente de dolor en su pecho. Un aroma entre aceite, ácido y sucio se coló por sus fosas nasales.Cables conectaban su pecho con un… ¿Qué rayos era eso…? Siguió los cables, tratando de ignorar el dolor que incorporarse provocaba— Una batería de…
—No se mueva señor Stark…
………….
—No puedo creer que hayamos aceptado semejante plan tan ridículo y descabellado… —el gigantesco hombre beta farfulló molesto a lo que Pepper Potts, quien tenía los ojos hinchados aun, sólo suspiró a modo de respuesta.
—No tenemos opción, Happy. Lo hemos intentado todo… —la pelirroja le miró cansada.
— ¿Pero enviar a ese loco a buscar a Tony? —los ojos de Harold “Happy” Hogan estaban casi desorbitados.
—Ese loco… es el Capitán América… —suspiró la pelirroja sosteniendo débilmente su taza de café.
—Ese no es el Capitán América y lo sabe, señorita Potts... —gruñó mientras paseaba como león enjaulado por la oficina de la mujer— Esto no habría pasado si yo hubiese estado con él…
—El ejército de los estados unidos estaba con él… —la mujer se levantó de su asiento y caminó hacia el amplio ventanal— El Capitán Rogers podrá encontrarlo… los terapeutas dicen que puede sentir a Tony a través de su vínculo.
—Oh, pobre hombre… debió sentirse como un carajo…
—Además… poco a poco Steve Rogers ha aislado al otro sujeto del suero del súper soldado… —los ojos claros de la mujer se posaron en el enorme hombre— Dependiendo de la eficacia de esta maniobra…
—Eso quiere decir… —el beta tomó asiento frente a Pepper, con la boca semiabierta. No podía creer lo que el tono de la pelirroja insinuaba.
—Es una misión suicida… incluso para Steve… o las dos personalidades mueren… o sólo una saldrá viva de esto.