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ASESINO por juda

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-ARIEL TE DIJE A LAS 6 DE LA TARDE! -gritó Marcos cuando el asesino ingresó a su oficina dos horas más tarde de la fijada -PRIMERO ABANDONAS LA INVESTIGACIÓN Y AHORA APARECES A LA HORA QUE SE TE CANTA EL CULO?! qué les pasa? no me digas que también te dio cagadera porque no me lo creeré!

-Cagadera?

-Andrés también faltó a la reunión!!!! lo llamé y me dijo que tenía una "indisposición estomacal"! Vamos! que me imagino que se estaba cagando. Pero por eso no puedes dejar de lado una reunión importante!!

Ariel no contestaba, de pronto recordó a Andrés, se había olvidado por completo del pobre hombre.

Estaba por sentarse cuando el mandamás se levantó de su sillón y se puso un abrigo.

-NO VAMOS A TENER LA REUNIÓN AQUÍ! YA ES TARDE! -le gritó con el rostro colorado y una vena poco sana latiéndole en el cuello.

Ariel se levantó obediente.

-Vamos a cualquier bar. ¿Conoces alguno que sea tranquilo?

-Si.

-Llama a Andrés y dile que nos encontramos ahí en unos minutos.

El mandamás parecía tener desesperación por salir.

Abrió la puerta y la cerró de nuevo.

Ariel había hecho el envión para seguirlo y lo chocó.

El hombre volteó y lo señaló con el dedo índice, casi tocándole la nariz.

-Fernando está afuera. No quiero que ni siquiera lo saludes, me has entendido?

Ariel sacó sus lentes oscuros del bolsillo interno de su traje, se los puso y levantó el pulgar.

Salieron los dos, Fernando estaba sentado sobre el escritorio de la secretaria y conversaba con ella.

Se alejaron sin mirar.

-Amor, ésta noche tengo cena con mis ex compañeros, llegaré tarde! -le gritó y Marcos volteó para mirarlo.

-Ésta noche?

-Sip.

Ariel no paró, siguió caminando, pulsó el botón del ascensor y lo esperó con las manos cruzadas hacia adelante y la vista al frente.

-Qué tan tarde llegarás?

-La cena es en una hora, tal vez llegue tipo 12 o 1. No me esperes despierto, amor.

Marcos miró al asesino que parecía concentrado en sus propias cosas y luego retornó la mirada a Fernando que se había puesto a conversar de nuevo con la secretaria.

-Ok -contestó el mandamás y a Ariel se le cruzó una leve sonrisa por el rostro.

***

-Ya encontraron a Esteban?

-Si. -respondió chupando el lóbulo de la oreja.

-Tiene un domicilio fijo?

-No.

-Cómo lo harán?

-Necesita subsistir, es una rata de alcantarilla. Ya no tiene a los hermanos que lo proveen de buena mercadería, ahora vende marihuana barata en las plazas.

-Eso no quita que sea peligroso.

-Yo también soy peligroso -respondió bajando por su pecho y prendiéndose de su pezón para mordisquearlo.

-¿Nunca pensaste en abandonar eso y dedicarte solo a vender indumentaria deportiva? -preguntó Fernando, algo agitado, con los ojos cerrados, concentrándose en lo que la lengua de Ariel estaba haciendo sobre él.

Ariel largó una risita grave mientras llevaba una mano de Fernando hacia su sexo para que lo masturbara.

-No creo que a tu marido le haga gracia que intentes convencerme de dejar el negocio.

-No me importa Marcos, ni Esteban, ni el mundo. Me importas tú. ¿Piensas dedicarte siempre a eso?

-No. -susurró apretando con los dientes la punta del pezón cuando sintió los dedos de Fernando dilatándolo. -Hasta ayer estaba pensando en tomarme un buen tiempo y viajar. Irme de aquí.

El castaño quedó con el dedo metido en la entrada de Ariel, inmóvil.

-Te irás? a donde querías irte?

-Quería ver el mundo, tengo dinero ahorrado.

El pelinegro sintió cuando el corazón de Fernando comenzó a latir con más fuerza.

-Pensabas irte solo?

-No -respondió con cuidado. 

-Dime que habías pensado en llevar a un sapo y no a Iván. -Fernando sacó el dedo de su interior y se apoyó en el antebrazo para mirarlo a los ojos.

Ariel estaba desconcertado de nuevo.

-Fer, me gustaría ir contigo pero estás casado e Iván es mi amigo!

-En cinco años puedo separarme!

-CINCO AÑOS? -gritó en una carcajada. Fernando seguía serio, observándolo. Ariel dejó de reír y le acomodó el cabello -Iván y yo sabemos que nuestro trabajo nos expone todos los días. Los sicarios no llegamos a viejos... sabes? por eso había pensado en que tal vez podía viajar con él. Antes de que la vida se nos acabe!

Fe arrugó el entrecejo y se le encogieron todas las tripas, de pronto se le pasó por la cabeza la escena de su asesino muerto y quiso morirse también.

El castaño elevó el labio inferior y arrugó la naricita, le tembló el mentón y Ariel le besó la primera lágrima.

-Fer, estábamos bien... ¿no podemos terminar bien la noche? en una hora más tengo que salir tras Esteban.

Fernando comprendió que sus momentos con Ariel siempre serían fugaces y que lo dejarían con sabor a ausencias, pero ya no podía hacer otra cosa que pertenecerle. Llegar y ver que su pelinegro ahora vivía solo lo había colmado de alegría, pero Iván no estaba descartado del todo, Ariel quería viajar con ese platinado, Ariel quería escapársele de las manos y él ya no podría seguir sin él.

Lo besó, lo besó con fuerza y se tiró sobre su cuerpo para seguir con el trabajo de dilatación, necesitaba estar dentro de ese hombre. Necesitaba comer, beber y follar su esencia. Iba a voltearlo para penetrarlo cuando una frase que había dicho Ariel le pegó de golpe.

-¿Cómo que saldrás en una hora detrás de Esteban?

Ariel estaba sobre la cama, boca abajo, con el culo levantado, esperando.

-Dale, Fer! -rogó.

-No! tienes que salir?

-Te dije que está vendiendo en plazas, tengo que salir a buscarlo.

-Y si tienes que salir a trabajar... ¿por qué estás por coger? no irás cansado???

-Pero viniste para eso!!! -le respondió volteando, mirándolo con los ojos inmensos y Fer tuvo ganas de llorar de nuevo.

-No soy un chiquillo malcriado!!! Puedo entender que no debes estar cansado si me lo explicas!!! -salió de encima de él y se acurrucó a su lado -no es necesario que cojamos las veces que estamos juntos!!!

Ariel no sabía qué responder, ciertamente tenía más miedo de Fer que de Esteban.

-¿Estás seguro? -preguntó aun sin saber si eso era una trampa.

-¿Coges cuando estás por salir a terminar un trabajo?

-No! ni siquiera ceno cosas pesadas!

-Ves??? me lo podrías explicar y yo lo entendería!!

Ariel sonrió, se acostó a su lado y lo puso en su pecho, acariciándole la pija, realizándole una paja dulce y tranquila.

-Irás con Iván? -preguntó suspirando, jugando con un dedo en el pecho del pelinegro, dándole pequeños pellizcos en los pezones.

-No, es una misión más que nada de reconocimiento. Quiero que Ivan se recupere al cien por ciento de su herida. Es pasar la noche en el auto mirando las plazas que frecuenta Esteban. Si tengo suerte y lo encuentro, intentaré terminar el trabajo, pero no creo que en la primera que salga tenga suerte.

-Oh! irás solito? -volvió a preguntar elevando la cabeza y besándole el mentón. Ariel lo masturbaba y lo acercaba a su orgasmo.

-No, iré con Andrés

Y a Fernando se le acabó la comprensión.

-CÓMO QUÉ IRAS CON ANDRÉS? -gritó elevándose y Ariel se atajó con el brazo.

-Tu marido me manda con él!!!

-No hace una semana cogías conmigo y ahora lo haces con él!! YA LO FOTOGRAFIASTE? YA LO PINTASTE? YA LE DIJISTE "IRIS MI MISI"?

Ariel tuvo ganas de reír pero se reprimió.

Fernando se levantó envenenado por los celos y abrió el closet. Buscó el libro y cuando lo encontró se fue hasta la última hoja usada y buscó. No estaba la fotografía de Andrés. Sólo la de un muchacho de cabello negro, que parecía muy alto y la fecha era del año anterior.

-DONDE TIENES LAS FOTOS DE ANDRÉS? A ÉL TAMBIÉN LO PUSISTE EN UN CUADERNO ESPECIAL?

Fernando se acercaba peligrosamente con el libro en la mano y Ariel lo miró: era un libro de casi 200 hojas, si le tiraba con eso por la cabeza se olvidaría hasta de como se hacía una paja.

-Fer, tranquilízate! -lo paró, extendiendo las manos y levantándose presuroso.

-DONDE ESTÁN LAS FOTOS DE ANDRÉS?

-No tengo nada con Andrés!

-NO ES LO QUE VI EN EL ESTACIONAMIENTO. TE LO ESTABAS COMIENDO. LO MARCASTE. NO HACÍA UNA SEMANA QUE ME HABÍAS FOTOGRAFIADO Y ME DECÍAS COSAS LINDAS, ME CAMBIASTE MUY RÁPIDO.

-Fer... estás casado, amor!! en teoría no tendrías que estar aquí y yo debería poder coger con quien quiera.

Ariel había corrido hasta el extremo contrario al que se encontraba el castaño con el libro peligroso en las manos.

Fernando atravesó la cama de un salto casi violando las leyes de gravedad y cayó frente a él, el pelinegro intentó salir corriendo por un costado pero el castaño fue más ligero y lo acorraló en una esquina.

-Eso qué significa? me estás echando???

-QUÉ? -preguntó Ariel con voz finita, encogido, mirando la vena que le latía a Fer en la frente. -yo nunca dije eso!

-¿Cómo es eso que vos podrías coger con quien quieras? ¿Me estás siendo infiel? ¿Quien es el otro? ¿Andrés? ¿Iván?

Ariel tragó duro.

-Amor, no quiero que te enojes... pero tú coges todos los días con tu esposo!!!

-Y NUNCA TE PUSISTE CELOSO!!! ESO QUE IMPLICA??? QUE NO TE IMPORTO! QUE NO ME AMAS! -chilló dando una trompada a la pared y cuando lo hizo Ariel se escapó por debajo de uno de los brazos del castaño que estaban apoyados en la pared, haciendo de barrera. -VEN! NO CORRAS, QUIERO SABER CON QUIEN ME ESTÁS SIENDO INFIEL!!!

-Amor, no te estoy engañando con nadie!

-ERES MÍO, ARIEL!!!

-Ok!!! -jadeó elevando las manos en señal de paz y Fer pareció calmarse un poco cuando respondió afirmativamente.

-Eres mío?

-Si bebé -respondió acercándose con cuidado, sin descuidar el libro que aun estaba en sus manos. 

Fer aflojó los hombros y elevó el labio inferior, abrió la mano y tiró el libro al piso. Caminó hacia él y se escondió en su cuello.

-Seguro que eres mío? -susurró y Ariel le acarició el cabello, le pasó la mano por la espalda, le dio besos pequeños por la piel que tocaba.

-Seguro que soy tuyo, bebé.

Y el timbre sonó.

Ariel tragó duro cuando Fer no salió de su cuello pero se puso tenso.

-¿Qué hora es, amor? -preguntó sin escaparse de su cuello y Ariel miró la hora en su reloj de pulsera.

-12.

-¿Quien te busca a las 12 de la noche, amor? -preguntó respirando agitado, sin salir de su cuello.

Ariel lo acarició.

-Andrés tenía que venir cerca de la una pero tal vez tiene alguna noticia de Esteban y vino temprano.

Fer no respondió, se escuchó un segundo timbre y el castaño se fue hacia la cama y se recostó en ella.

-Ve. Fíjate quien es -dijo el crío y Ariel se puso un pantalón deportivo y corrió a la puerta.

Era quien Ariel había predicho, Andrés se asustó un poco cuando lo vio semidesnudo.

-Te mandé mensaje -le advirtió sin pasar.

-No escuché la notificación, pero ya me visto, pensé que nos reuniríamos en una hora más.

-Lo vieron en una plaza. Si te parece podemos llamar a Iván.

-¿Qué hace afuera Andrés? Dile que entre! -vociferó Fer apoyado en la pared del salón y Ariel giró asustado.

Fernando estaba solo en bóxer.

Ariel volteó a ver a Andrés y Andrés los miró a ambos.

-Entra -rogó Ariel y Andrés dudó, dudó mucho.

-ENTRA -ordenó Fernando y Andrés obedeció.

-Ariel, ve a cambiarte, no me gusta que andes semidesnudo -ordenó nuevamente Fernando y Ariel corrió a la habitación. -Toma asiento, Andrés, quiero hablar contigo.

Andrés abrazó su maletín y se sentó.

-primero: Estoy con Ariel. Si Marcos se entera sabré que fuiste tú el del chisme y te buscaré, así que más te vale que ésto que acabas de ver, no se te escape ni por error. Ariel es el asesino, pero yo cuido a Ariel y te mataré si me alejan de él -Andrés asintió rápido, de reojo miró hacia el fondo. No sabía si temer más a Fer o a Ariel -y por último: estoy con Ariel. Le pones un dedo encima y te corto los huevos.

Santos psicóticos celosos, Batman!

Andrés volvió a asentir y vio cuando Ariel sacaba la cabeza por la puerta de la habitación y espiaba.

-Amor, no demores! -gritó Fernando y Ariel apareció trotando.

Fer se paró, le puso las manos en el pecho y lo hizo estrellar contra la pared, luego se aferró a él, no lo besó, más bien lo violentó con la lengua mientras con una mano le masajeaba groseramente la pija. Se separó de él, pasó a su cuello y lo chupo sin miramientos. Mientras lo hacía Ariel asustado desvió los ojos hacia Andrés y Andrés tragó duro.

-Ahora sí. Vayan y atrapen a Esteban -ordenó Fernando, y el asesino y su ayudante lograron escapar de la casa.


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