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ASESINO por juda

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-Entra a la casa, Fernando. Deja de dar espectáculos -sentenció Marcos; pero a Fernando las piernas no le funcionaban. Aun estaba colgado del cuello de Ariel y cuando le vio el rostro a su esposo, tuvo miedo de que sacase un arma y matase al amor de su vida delante de su propia nariz. Quiso entrar, quiso caminar pero las rodillas se le aflojaban. Ariel miró de reojo a Marcos y tomando a su niño adorado, lo cargó en sus brazos y lo hizo entrar.

Ariel lo miraba profundo mientras lo llevaba y su niño adorado no resistió más, le besó la boca, despacito, con los labios húmedos y temblando. Lo besó como su asesino le había enseñado a hacerlo.

Marcos Andrada caminaba detrás.

El pelinegro iba a entrar a la habitación cuando la voz del mandamás tronó:

-Déjalo en el pasillo, no es necesario que lo lleves a la cama y lo arropes también.

Ariel giró, con la mandíbula tensa y Fernando susurró.

-Escríbeme. Nos veremos mañana.

El pelinegro dejó a su castaño adorado en el piso, apoyado en la pared y salió. Lo siguió Marcos y una vez junto al automóvil de Andrés, ordenó que el cuerpo del muerto fuera lavado y entregado a su madre junto con una suma considerable de dinero para paliar el dolor de la pérdida.

Ariel e Iván estaban acostumbrados a ser solo ellos dos, pero trabajar esas últimas semanas con Andrés y ahora verlo muerto... era un poco ver en ese estado a su propio compañero.

Les pagaron y se retiraron.

Esa noche durmieron en la casa de Ariel, los dos juntos en el sofá, enredados, con el televisor prendido frente a ellos.

A la mañana siguiente Iván se despertó con el olor del café y la leche chocolatada.

-Deberíamos tomarnos unas vacaciones -le dijo el pelinegro mientras le ofrecía una taza con la infusión e Iván arrugó el entrecejo.

-¿Vacaciones?

-Un año tal vez. Quien sabe, podría ser más. Tengo bastante dinero ahorrado.

-¿¿Un año?? ¿Quieres retirarte?

Ariel rió. Rió triste. ¿Podría retirarse? ¿Qué más era él aparte de un perro rabioso? ¿Podía darse el lujo de retirarse e intentar vivir como una persona normal? No. Ya era tarde para él.

-No. Retirarme no. Pero sería bueno que nos alejáramos un tiempo. Irnos de viaje. Visitar el mundo. ¿Qué te parece? -preguntó ansioso mientras tomaba su chocolatada.

Iván lo miró confundido, pero el pelinegro tuvo esperanzas cuando la mirada se suavizó y se le vio un atisbo de sonrisa.

-Yo también tengo bastante dinero ahorrado. Podría ser por más de un año. ¡O medio año viviendo como reyes!

-Visitando Europa!

Iván dio un aplausito rápido.

-¿En serio lo dices?

-Si!

Y la sonrisa se le fue al platinado, arrugó profundamente el ceño.

-Dime que éstas vacaciones no son una trampa para escaparte con Fernando.

-No -respondió sincero (pero le iba a decir a su castaño del alma que se iba, y tenía la esperanza que el niño lo siguiera).

Iván dejó la taza en la mesita que tenían en frente y lo abrazó, lo abrazó fuerte y le besó la cabeza.

-Nos merecemos unas vacaciones y nos merecemos esas vacaciones juntos!!! ¿Viajaremos por nuestra cuenta o haremos esos tour que hace la gente rica? -preguntó con una sonrisa ancha y los ojitos pequeños, achinados en unas ranuras adorables. 

Ariel le acarició el rostro a su platinado precioso, lo amaba como se ama a un hermano, a un alma gemela.

-Decídelo tú!

-En serio???

-Si, lo dejo todo en tus manos!!!

-Siempre soñé con hacer un viaje largo en uno de esos barcotes grandes.

-Un crucero? -preguntó sonriendo rectangularmente e Iván aplaudió mientras saltaba sobre el sofá.

-Un crucero, si!!!!

-Me encantaría -rió cuando lo vio saltar de nuevo en el sofá.

-Ok, esta semana andaré por los agencias de turismo, elegiré la mejor. Pero me tienes que dar el monto de lo que tienes ahorrado, yo te daré el mío y así podré diagramar todo de acuerdo a eso.

-Te daré el número de mi cuenta bancaria, no necesito saber cuanto tienes tú. Ármalo. Quiero que nos vayamos lejos. -le aclaró y sonó su celular con una notificación. Lo sacó de su bolsillo y lo leyó:

"esta noche a las 12 en el hotel de siempre"

"ok" respondió y guardó el aparato.

A Iván se le había ido un poco la alegría.

-¿Qué le dirás? Anoche estaba mal. Debería aprender a controlarse o al menos disimular delante de Marcos.

-Ya una vez le dije que quería irme lejos contigo, viajar por el mundo. Supongo que ya debe imaginárselo. De todas maneras, está con su esposo.

Iván afirmó con el rostro y le acarició el cabello.

Su Ariel tenía la tristeza coagulada en el iris, y todo era por el crío que lo había llevado a enamorarse de él sin importarle que cuando se casara, el que más sufriría sería el asesino, encerrado en su soledad.

***

Fernando estaba tentado de ir al negocio de Ariel y encogerse en su pecho para dar gracias a la vida que su asesino aun estaba con él. Pero la noche anterior, cuando se acostó, cuando por fin el calmante que tomó lo tranquilizó, Marcos entró a su cuarto y desde la puerta le había dicho:

-fer, te estás portando mal, mereces un castigo.

El castaño se había quedado callado, asustado ante la amenaza. Tendría que haber dicho algo, pero ¿cómo podía ocultar lo que había dejado más que expuesto esa noche?

El castigo sería para él, eso decía el contrato pre nupcial. Lo castigaría quitándole algo que quisiera, algo tangible, material. No una persona... pero tuvo miedo que le hiciera daño a Ariel. 

Le mandó un mensaje a su asesino hermoso para que se encontraran esa noche, ahí le contaría sobre esa clausula de fidelidad y el consiguiente castigo. No quería meterlo en líos... pero dios! necesitaba estar con él!!! 

Ingresó a la academia a las 9 de la mañana, aun estaba algo adormilado y sentía los ojos abotagados por el estrés de la noche anterior. Le llamó la atención el silencio.

Dos profesoras de baile conversaban mientras tomaban café en la cocina.

-Hola! porqué tanto silencio? Hoy no hay clases?

-Fernando!!! Eso queríamos saber, ningún alumno se presentó!! No sabíamos si hablarte o no!! Teníamos miedo de que algo malo hubiese sucedido, estábamos intentado saber qué hacer!

-¿Ningún alumno?

-No!!!

-¿Tienen el número de alguno de sus clases?

-Si -asintieron ambas y una tercera profesora ingresó con el ceño fruncido ante el silencio de la academia.

-¿Qué pasa?

-No hay alumnos!

-¿Ninguno?

-¿Tienes el número de alguno de los tuyos? -le preguntó Fernando y ella asintió sacando su celular.

-Llamen a cualquiera de sus niños o niñas y pregunten qué paso! -les dijo preocupado y ellas asintieron.

Las tres mujeres se pasearon por el salón con los celulares en los oídos, hablando con los padres y los chicos, a Fernando el corazón le latía en los tímpanos. Marcos le había dicho que nunca se metería con sus alumnos, que no mataba gente inocente! El pelinegro se sentó sobre el escritorio porque las piernas le temblaban.

Una profesora cortó y se acercó a él.

-Anoche recibieron un mensaje en el celular de mi alumno diciendo que la academia estaría cerrada por desinfección!

Se acercó otra con las cejas elevadas.

-A mi alumno le dijeron lo mismo!

y la tercera, cerca de la puerta, evidentemente asustada, asintió con la cabeza.

-Al mío también. El mismo mensaje!

Una notificación entró en el celular de Fernando y lo leyó con las manos temblando.

"Primer castigo y espero que el último: Tienes 1 minuto para sacar a las profesoras. Estás a punto de ser castigado"

Aspiró una bocanada inmensa de aire.

-SALGAN! SALGAN DE AQUÍ, ALÉJENSE DE LA ACADEMIA! -gritó, y ellas entraron en pánico.

-Qué pasa?

-SALGAN DE LA ACADEMIA... HABÍA ALGUIEN MÁS AQUÍ?

-La señora de la limpieza, debe estar en el piso de arriba -chilló una de ellas mientras salía corriendo y Fernando corrió escaleras arriba. Gritando el nombre de la mujer. 

La encontró en uno de los baños de esa planta, limpiando. Era una mujer de casi 60 años, delgada y pequeña. Fernando la tomó en los brazos y bajó aterrorizado, la señora chillaba sin saber qué sucedía. El primer reventón lo empujó cuando faltaban unos 10 escalones y cayó con ella, rodando.

El segundo reventón lo hizo perder el equilibrio y se fue hacia un costado en el momento en que se disponía a levantarla nuevamente. La destrucción sucedía en el piso de arriba, las bombas estaban ahí!! Se puso de pie e iba nuevamente hacia ella cuando una tercera explosión provocó que se desprendiera un segmento del techo y aplastara a la mujer.

***

Eran las 12 de la mañana cuando ingresó a la empresa, la secretaria se asustó cuando lo vio llegar con un cabestrillo en el brazo.

-Niño! qué te pasó? -le preguntó levantándose de golpe y corrió a su encuentro. Fernando se paró delante de ella y no contestó. Le tembló el mentón y la muchacha lo abrazó -¿qué te pasó?

-Marcos hizo volar el segundo piso de la academia -susurró, sin fuerzas, apoyando la cabeza en su hombro -La señora de la limpieza murió, no pude ayudarla a salir.

-Cómo que hizo volar el segundo piso? -preguntó espantada mientras miraba hacia la oficina del mandamás y lo redirigía al baño para mojarle un poco la carita -¿qué pasó Fer?

-El contrato pre nupcial que firmé. Había una cláusula que hablaba de fidelidad y si no era fiel, él podía imponer castigos.

Ella mojó un trapo y se lo pasó por la frente, el cuello. Sacó un caramelo del bolsillo y se lo dio. Fer estaba pálido y temblaba.

-Fer! ¿cómo pudiste firmar algo así?

-Necesitaba el dinero, mi academia. No sirvo para manejar el negocio de mi padre. -gimió abrazándola.

-¿Por qué te castigó? ¿los descubrió?

Isabel era la secretaria de Marcos desde hacía 3 años y conoció a Fernando unos 5 meses atrás, pero en seguida se hicieron amigos. Fernando confiaba en Isabel.

-Anoche murió Andrés -le dijo y ella aspiró horrorizada -los vi llegar y pensé que era mi Ariel, me puse mal, pensé que era mi Ariel!!! -le explicó temblando y ella lo abrazó fuerte -Ariel me tuvo que socorrer, Marcos no es imbécil, se dio cuenta. Me imagino que sospecha que nos seguimos viendo.

-Te dije que te cuidaras!! qué harás ahora???

-Me saldré de esto, Isabel. No puedo con todo, necesito estar con Ariel.

-Fernando! -jadeó horrorizada -¿Marcos te dejará en libertad?

-Que se quede con mi parte del negocio, ya no la quiero, no la necesito. Si debo empezar de cero pidiendo limosnas en las esquinas, lo haré. Pero quiero irme con Ariel. Iré a hablar con él. Me voy Isabel. -le dijo serio, mirándola a los ojos y la muchacha lo abrazó de nuevo con fuerza.

-Ojalá puedas ser feliz, mi niño!

-Si algún día logro poner de nuevo mi academia, te vendré a buscar!

-Y yo te seguiré -le contestó la muchacha y le besó la frente.

Fernando asintió sintiéndose más valiente. 

Cuando ingresó al despacho de Marcos lo encontró sonriente, fumando un cigarrillo, mirando algo en su monitor.

-Amor! ven a darme un beso! Te estaba extrañando.

-Casi me matas. Murió una persona inocente.

-Ven bebé, salúdame como corresponde.

-Tenemos que hablar, Marcos Andrada.

-No lo haré hasta que vengas a darme un beso -le contestó serio y Fernando se acercó confundido. Cuando estuvo junto a él, él le mostró el monitor. Ahí estaba Isabel, lavando el trapito que había usado para mojarle el rostro. Fernando lo miró con los ojos inmensos, asustado.

-Puedo darte el divorcio y dejarte ir con solo el 15% de las ganancias, pero no te mereces ni eso. No te irás o ella pagará por traicionera y tu asesino también lo hará. Tendrás dos muertes más en tu consciencia. ¿Cual de las dos te dolerá más? -le preguntó sonriente y Fer retrocedió espantado, llevándose las manos a la cara, llorando fuerte, fuerte, fuerte.

***

Eran las 3 de la tarde y Ariel estaba acomodando su negocio cuando le llegó un mensaje.

"Amor, no podre verte esta noche. Hay una reunión de socios y tengo que estar"

"está bien, amor, nos vemos cuando puedas salir." le respondió y guardó el celular.

Intentó seguir acomodando las cosas pero ya no tenía ganas, se fue a un rincón y se sentó.

¿Fer sabía que necesitaba su cuerpo como al aire? Y no lo necesitaba cada vez que pudiese escaparse, lo necesitaba a toda hora!

Le temblaron las manos. 

No le diría que se iba con Iván para esperar su reacción... le rogaría que abandonara a Marcos y que se escapara con él. Iván se negaría a estar con Fer, pero él sabía que su platinado no estaría enojado toda la vida y él comprendería que Fernando era ahora SU vida.

Cerró los ojos y pensó en su amor pequeño de cabello castaño.

Cada vez que terminaban un trabajo de matanza, iván y él se desconectaban de noticieros para poder hacer una limpieza mental, si hubiese entrado a cualquier portal de noticias se habría enterado que una pérdida de gas en la academia de danzas Deroy, había dejado el lugar, parcialmente destruido.


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