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ASESINO por juda

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Fer llegó apurado al salón delantero de la casa, su padre hablaba con Ariel.

-Estás bien, pequeño? -preguntó, y el niño se apresuró hacia su padre y lo abrazó. -Vine con el abogado, mandé a otros a la academia en busca de pruebas. Todo ésto me lo tendrías que haber dicho antes. No te irás de la casa porque él podría denunciarte por "Abandono de hogar". Ya tengo a varias personas tramitando el divorcio. Apenas hablemos con él, regresarás a nuestra casa.

Fernando miró a Ariel desesperado y el padre se puso en su campo de visión, haciendo un paso hacia el costado.

-A NUESTRA CASA, FERNANDO! Cuando todo ésto se calme y yo crea que estás fuera de peligro, recién podrás hacer lo que se te cruce por la cabeza -y volteó hacia el pelinegro -Por favor, sé que usted es un hombre de palabra, conozco su fama. Necesito que me prometa que no irá a buscar a mi hijo hasta que ésto termine.

Y Ariel afirmó con el rostro.

Ariel estaba decidido a obedecer... Fer no tanto.

-Nos estaremos viendo pronto. -dijo Ariel, haciéndole una media inclinación del torso en señal de saludo y se fue. SE FUE!!! A Fer le querían salir los ojos. Entraron otros 4 hombres de  traje y corbata cargando maletines con papeles y más papeles. 

-Hijo, tenemos que armar el caso -lo llamó el padre pero Fernando había corrido hacia la puerta de entrada y veía como Ariel abrazaba a Isabel para consolarla y subían al auto juntos. Cuando arrancó y se fue, el niño quedó en el umbral de la casa, con la boca abierta... QUÉ MIERDA HABÍA PASADO ALLÍ? CÓMO ES QUE ISABEL HABÍA PASADO DE SER SU AMIGA SALVADORA A LA MINA DE MIERDA QUE VIVIRÍA BAJO EL MISMO TECHO CON SU ARIEL??? ÉL DEBERÍA ESTAR CON ÉL, NO ELLA!

Escuchaba que su padre lo llamaba pero aun seguía sin poder creer todo lo que estaba pasando, hacía una hora estaba llorando porque no podía estar con su Ariel y ahora viviría con sus padres e Isabel con el asesino. Aspiró aire fuerte cuando recordó que Ariel vivía solo, que Iván ya no estaba en esa casa!!!

-FERNANDO -gritó su padre molesto y Fer giró aun con la boca abierta -Mis abogados ya se comunicaron con Andrada. Viene en camino con sus abogados. Tenemos cartas a nuestro favor: tu esposo le paga a la policía local para que no interfiera en sus negocios por lo tanto la academia no fue tocada. Mi gente ya encontró los restos de un explosivo que no se activó. Ésto será sencillo.

Fernando sonrió.

-¿Será sencillo?

El viejo afirmó y la madre le acarició el rostro mientras lo abrazaba.

-Hoy ya podré irme con ustedes?

-No habrá necesidad de que te quedes en esta casa -le dijo ella besándole la carita y Fernando sonrió mostrando sus dientecitos, arrugando la nariz.

-PERO IRÁS A NUESTRA CASA, FERNANDO.

-Si papá!!! -vociferó el niño.

***

La reunión fue más bien una pelea a los gritos entre abogados. El padre de Fer junto a su hijo se mantuvieron sentados en un extremo de la mesa larga y Marcos se paseó por el lado contrario con el ceño fruncido y una media sonrisa, fumando constantemente.

Fer le tuvo miedo. Marcos tramaba algo, pero había hecho mal las cosas y su juego de terror se caía.

Los abogados del mandamás le recomendaron que dejara partir al crío y que aceptara lo que el padre de Fernando ofrecía: que el contrato pre nupcial quedara anulado y las empresas fueran devueltas a sus dueños originales caso contrario, podrían denunciarlo por la explosión de la academia, el intento de homicidio del muchachito y la muerte de la mujer de la limpieza.

Marcos se mantuvo calmado y aceptó. 

Permaneció sonriente hasta cuando el niño abandonó el hogar.

***

La mujer entró al cuarto de su pequeño hijo y lo arropó, Fer se removió contento bajo las frazadas y dejó que su madre le apartara el pelito de la frente y le besara toda la cara.

-Tu padre me dijo que el tercero es ese sicario. Que por él le fuiste infiel a Marcos Andrada ¿Es cierto, bebé?

Fernando elevó un hombro y puso la carita ahí.

-Mamá, ya no soy un niño.

-Bebé, ese hombre es peligroso. No entiendo cómo pudiste caer en las garras de un hombre así. ¿Él te buscó?

Fer dudó un segundo y afirmó con la cabecita, haciendo un leve pucherito.

-Pero igual a mi él me gusta, mamá! Al principio le tenía miedo, pero él me buscó tanto y fue tan lindo conmigo que terminé enamorándome de él.

-Bebé. Hasta que todo esto se calme, no dejaré que ese hombre se acerque a la casa. Necesito que tu mente esté tranquila. Tal vez no estás enamorado y solo confundido.

-Tal vez, mamá!

-¿Entonces serás mi niño pequeño como siempre y te portarás bien?

-Siempre me porto bien, mamá!

La mujer le acarició el rostro y lo besó una, dos, tres veces. Fer reía satisfecho ante los mimos. La mujer se levantó y se dirigió a la salida de la habitación.

-No cierres con llave!!

-No me pidas eso, mamá. Sabes que no puedo dormir si la puerta está abierta. Siento miedo.

-Bebé!!

-No podré dormir, mamá!

Y ella le sonrió, aceptando.

Se fue.

Fernando corrió hasta la puerta, cerró con llave y saltó por sobre su cama. Abrió la ventana de su cuarto en el segundo piso, se paró en el borde, hizo un envión fuerte, saltó al árbol añoso que estaba acostumbrado a las escapadas del muchacho, bajó brincando de rama en rama y 5 minutos después conducía su bicicleta a toda velocidad.

***

-¿Crees que todo se solucione? ¿Que Marcos deje libre a Fer?

-No le quedará otra, el padre de Fernando me dijo que encontraron un artefacto sin explotar en la academia. Los Deroy tienen más antigüedad en el negocio, son más inteligentes! Andrada sabe que no debe meterse con ellos o saldrá perdiendo.

Los dos estaban en la cocina, Ariel preparaba sopas instantáneas y ella lo miraba desde la puerta.

Se quedaron en silencio un momento.

-Fernando me contó que te gustaba la fotografía.

El asesino giró y la miró sonriente.

-Qué más te dijo, Fer, de mi?

-Que no eres lo que dicen. Que eres un hombre muy cálido.

Ariel volteó nuevamente y la miró sonriente, esta vez la sonrisa fue más abierta, formando una amplitud que la tentó un poco.

-Tienes fotografías de tu autoría que pueda ver?

Ariel se acercó con una taza con sopa y se la ofreció.

-Tengo un libro con fotografía erótica. ¿Quieres verlo?

Y ella sintió un leve cosquilleo en la parte baja del abdomen. Asintió.

-Espérame en el salón -propuso él y la mujer se fue hasta ahí. Un poco ansiosa, un poco ida.

Él apareció con un cuaderno con tapa de cuero, se lo alcanzó y se sentó a su lado, en el sofá.

Isabel admiró la primera fotografía, la segunda, la tercera, y volteó hacia él, intentado que no se notara que estaba excitada.

-¿Quien los pinta?

-Yo.

-¿Eres fotógrafo o pintor?

Y él la miró sin saber qué responder.

-No sé si ésto es una fotografía de tu arte o pintas los cuerpos para crear un efecto de mayor dramatismo en la foto. ¿Eres un fotógrafo o pintor?

-Creo que soy las dos cosas, aun estoy evolucionando.

Silencio.

La respiración un tanto agitada de Isabel.

-¿Qué requisitos debe poseer una persona para ser tu modelo?

-Me debe atraer!

La mujer bajó el rostro y siguió hojeando, ahora le temblaban levemente los dedos.

Él tomaba tranquilo su sopa, ella tenía el estómago cerrado.

-¿Qué haré? ¿como me enfrentaré a Marcos? tengo que volver a trabajar mañana. ¿Qué le diré? -preguntó llevando el libro al pecho. Una vez relajada el miedo le revolvió las tripas.

-No irás más. Hablaré con Fernando para que redacten tu carta de renuncia y yo mismo la presentaré. Marcos no es estúpido, si su caso sale a la luz en la prensa, la policía dejará de darle ayuda. Los hombres como los Andrada y los Deroy se manejan en la oscuridad. No quieren líos. Si decides irte, no te lo impedirá. Hasta que todo mejore podrás trabajar conmigo en el negocio. Mañana te presentaré a mi socio, te llevarás bien con él.

Ariel tenía el poder de tranquilizar y ella se relajó aun más.

-Gracias -le susurró acercándose despacito, él se mantuvo en su lugar, curioso.

Isabel apoyó la espalda en su pecho y siguió hojeando.

-Apenas abran los bancos mañana, sacaré el dinero de mi cuenta y buscaré un nuevo lugar para vivir. Rescindiré el contrato anterior, me sentiré segura viviendo en otro lado.

-No tengo ningún problema en que te quedes el tiempo que necesites. Vivo solo.

-A Fer no le agradará.

-Fer vivirá un buen tiempo con sus padres. A parte es el unigénito de los Deroy, no sé si el padre le proponga un nuevo matrimonio con otro poderoso. Ellos se manejan así y aunque amo a ese niño, sé que se casaría de nuevo.

Ella volteó y lo miró a los ojos.

-Lo amas?

Ariel elevó los hombros y las manos.

-Ojalá pudiera controlar lo que siento, pero no puedo. Si, lo amo. Y si decide casarse con otra persona, lo aceptaré, y si decide seguir viéndome mientras esté casado con otro, también lo aceptaré.

Ella lo estudió un momento.

-Creo que entiendo porqué Fer se enamoró de ti. No eres lo que tu título propone.

-No, niña! no te confundas... si lo soy!

Eso la excitó aun más, estaba siendo protegida por un Asesino!

Regresó los ojos al libro y preguntó, casi como en un susurro.

-¿Crees que yo dé con el target para ser tu modelo?

-Por supuesto!!

Ella regresó la mirada. Lo tenía tan cerca!!!

-Si te beso... me besarías?

-Si.

-¿Crees que Fer me mataría si se entera?

-Se lo contarás?

Ella negó agitada. Se puso de rodillas en el sofá, lo tomó por el rostro y le lamió los labios antes de besarlo.

Se separó de él temblando y él la miró profundamente.

-¿Quieres que hagamos las fotos ya?

La mujer asintió, mordiéndose la boca. Ariel se acercó y la besó de nuevo.

-Puedo fotografiarte desde el cuello para abajo si te sientes más tranquila.

Lo pensó.

-Si, desde el cuello para abajo. No quiero que aparezca mi rostro.

-Pinto con las manos.

Ella tembló de ansiedad ante la advertencia, afirmó con la cabeza rápidamente.

-Ve a tu cuarto y desnúdate, prepararé las pinturas.

Isabel se levantó obediente y corrió hacia la habitación que le supo pertenecer a Iván.

***

Ariel sacaba los pomos de pinturas de la heladera, eligiendo los colores que resaltaran con el color de piel de la muchacha cuando una voz grave le habló desde la espalda.

-¿Qué haces bebé? Dime que estás acomodando las pinturas y no que estás por pintar a alguien.

Ariel Trabor se asustó y tiró todo. Retrocedió llevando la mano hacia la parte trasera del cinto.

Fer avanzó hacia él, con el ceño fruncido.

-Soy yo. No saques el arma.

-FERNANDO CÓMO MIERDA ENTRAS??? -era la segunda vez que se metía en la casa e ignoraba cómo lo hacía.

-Soy un Deroy. ¿¿A quien estás por pintar??

-A a a a nadie -tartamudeó y ese fue el error más grueso que cometió. -Tu padre te dijo que debías permanecer en su casa. ¿Por qué estás aquí? ¿pasó algo?

Fer mostró los dientes y Ariel elevó una mano para defenderse por si el niño se le tiraba encima para atacarlo.

Giró decidido y con paso seguro se dirigió al ex cuarto de Iván.

-FERNANDO -gritó Ariel, más para preparar a Isabel que por detenerlo.

Fer se dio cuenta y se apuró. Entró corriendo a la habitación y la encontró oscura. Prendió la luz y ella parecía dormir profundamente. Ariel llegó corriendo por detrás.

-No la despiertes, todavía estaba asustada por todo lo que pasó!

El muchachito giró confundido, arrugó el entrecejo.

-¿Para que mierda eran las pinturas? ¿Por qué las sacabas? ¿Estás esperando a alguien?

-No, Fer!!

-La próxima vez que decidas hacer esas fotografías, yo deberé estar presente. Ya no habrá sexo con tus modelos, nunca más -siseó acercándosele peligrosamente. Ariel retrocedió un paso y casi se encogió sobre si mismo. -Si me entero que pintaste a alguien más sin que yo esté aquí, buscaré al modelo, le cortaré los huevos y luego haré lo mismo con los tuyos.

-Fernando... no puedes asfixiarme de esa manera!!! -jadeó el asesino, excitado.

-No puedo? pues te demostraré como Sí que puedo!! Ve a la cama y desnúdate -ordenó señalando la habitación y Ariel tragó duro antes de obedecer.

Fernando entró al cuarto con la pija afuera, se la venía masturbando y se la escupía mientras lo miraba.

Ariel babeaba excitado.

-Fernando -jadeó, intentado pararlo. Pero Fer fue inmisericorde. Se le tiró encima, mordió toda la piel que encontró libre, lo dejó marcado por todos lados. Nadie. NADIE DEBÍA TOCAR A ESE HOMBRE. ESE HOMBRE LE PERTENECÍA! Cada vez que lo mordió, Ariel gritó y eso lo excitó aun más. Lo dilató torpemente mientras le metía la lengua con violencia en la boca. Ariel intentó detenerlo, intentó que las cosas se desarrollaran con dulzura, pero Fer estaba enloquecido por los celos y esa noche no habría piedad. Lo giró bruscamente y Ariel quiso pasar la mano por debajo de su cadera para masturbarse pero Fernando entró de una sola estocada y fue directo a su próstata. Ariel gritó y se babeó en la almohada con los ojos en blanco.

No le tuvo piedad, lo hizo gritar durante unos diez minutos hasta que el pelinegro eyaculó profusamente y Fer también lo hizo en su interior.

Fernando necesitaba que Isabel se enterara que ese hombre era absolutamente suyo.

Aun desconfiaba de ella. Aun le quedaban las dudas.

Cuando se fue, dejó a Ariel tirado en la cama, intentado volver en sí. 

Sin que su pelinegro hermoso se enterara se llevó las pinturas y la cámara fotográfica.

***

A Isabel todavía le latía el corazón en los tímpanos cuando escuchaba jadear fuerte a Ariel en la otra habitación. Si Fernando hubiese hecho a un lado las mantas, la habría encontrado desnuda!

***

Marcos no descansaba. Había mandado a un hombre para que le trajera a una persona en particular. Fernando no se burlaría de él de esa manera. También mandó a comprar unos boletos para abandonar el país. En cuanto le enseñara al niño que nunca debió ponerlo en ridículo, se iría.


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