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ASESINO por juda

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Se despertó cuando el mundo giró de golpe y se puso de cabezas.

Aspiró fuerte para no vomitar y pegó un alarido, se agarró a lo primero que tuvo al alcance: una espalda. Apoyó el rostro a lo que más cerca tenía de él para no caerse del mundo: el comienzo de un culo, es más, podía ver la linea divisoria de ambos cachetes.

-Tranquilo -le dijeron y le palmearon su propio culo.

Alguien lo llevaba como un costal.

-Suel.. sueltame.. sueltame -jadeó tratando de retener lo que tenía en el estómago.

-Ok -le respondió el muchacho y todo el mundo pasó ante sus ojos con una velocidad asombrosa. Rebotó en una cama y cuando por fin el mundo se quedó quieto, se llevó la mano al pecho. -Descansa un poco, tanto ajetreo te pegó duro, te desmayaste. Voy a darte algo dulce para que suba tu nivel de azúcar en sangre. -siguió comentando el muchacho semidesnudo mientras salía de la habitación.

Miró alrededor, estaba en el cuarto de invitados de Marcos, conocía ese lugar, en realidad conocía la mayoría de los habitáculos de esa vivienda. Había cogido en casi todos ellos con el dueño de la casa. Se sentó despacio, aspiró aire y cerró los ojos cuando los mareos regresaron con fuerza. Se sacó los zapatos y cruzó las piernas, enderezó la espalda, necesitaba relajarse. 

La posición del loto lo ayudaba, pero alguien se sentó a lo bruto a su lado, el colchón hizo de resorte y casi se cae de la cama.

Abrió los ojos asustado y el muchacho semidesnudo lo miró sonriente. Al sonreír arrugaba la nariz y mostraba unos dientes frontales un poco más grandes que los demás.

-Te traje coca cola -le dijo y Ariel la tomó.

Le miró el pecho empapado con la sangre de Ivan y se miró a si mismo... los dos estaban en las mismas condiciones.

-Necesito un baño -susurró intentado abrir la botellita con las manos temblando.

El chico se la arrancó, la abrió y se la volvió a dar.

-Necesitas azúcar, tómala, ésta habitación tiene un baño propio. Hasta que te compongas me ducharé primero, yo también lo necesito -respondió y se sacó el pantalón deportivo que llevaba puesto.

Ariel abrió grande los ojos y quedó con la botellita apoyada en los labios, la coca entraba en la boca y le caía por las comisuras.

Lo siguió con la mirada hasta que ingresó al baño... desnudo.

Cuando tuvo empapada la camisa de sangre y gaseosa, se dio cuenta del detalle y trató de tomar la poca bebida que le quedaba.

Se levantó despacio y cuando estuvo parado se dio cuenta que los mareos habían desaparecido en gran medida, escuchaba al pendejo cantar en la ducha.

Salió hacia la puerta, miró al corredor en ambas direcciones y como no escuchó nada más, ingresó y cerró... con llave.

Giró y el muchacho lo miraba desde la puerta abierta del baño, tenía una sonrisa de costado y se pasaba la mano llena de espuma por el pecho desnudo y por la pija semierecta.

Ariel seguía con la boca abierta, a falta de bebida, le chorreaba baba.

-Ven, ahorremos agua, cuidemos el planeta -dijo el hombre desnudo y Ariel no terminaba de entender quien mierda era el tipo, pero estaba dejando de pensar con el cerebro y la pija estaba tomando el mando de todo el cuerpo. Ya ni siquiera se acordaba que Ivan tal vez agonizaba en el quirófano.

Ariel seguía quieto.

Fernando sonrió y se acercó dejando un rastro de agua rojiza y espuma en el piso.

-A ver, seguramente todavía tienes la presión sanguínea bajita, te ayudaré a sacarte la ropa.

El muchacho se acercó con esa desnudez que le hacía olvidar que un rato antes estuvo a punto de morir del estrés y lentamente comenzó a desprenderle la camisa, se había acercado demasiado, cuando terminó con el último botón, comenzó con el pantalón. Ariel ya no babeaba, había logrado cerrar la boca y ahora tragaba saliva.

-Te vi esta mañana en el edificio de Marcos -le contó muy junto a sus labios.

-Si? -preguntó estúpidamente Ariel.

-Nos chocamos en el ascensor.

si! había golpeado a alguien pero no recordaba a quien, tenía puesto ese traje estúpido que le apretaba un poco en el bulto y los zapatos le quedaban demasiado grandes, iba renegando porque tenía que vestirse como pingüino y no se fijó quien lo había golpeado.

-Oh si. Disculpa -contestó y se dio cuenta que se estaba disculpando por algo que había pasado durante la mañana de un día de locos. Ok, el hombre desnudo seguramente iba a pensar que era medio estúpido.

-Vamos -susurró Farnando cuando tuvo desnudo al hombre que lo miraba como si fuese gregorio samsa convertido en bicho. Le dio la mano y caminó. Ariel bajó los ojos y le miró los cachetes del culo que se movían armoniosamente cada vez que daba un paso y no se resistió, le puso una mano en un cachete y se lo apretujó. Fernando giró sonriente.

-Veo que por fin reaccionas -dijo, lo tomó por los hombros, lo metió en la ducha de un empujón y lo atacó.

Ariel rebotó contra la pared, aspiró aire con fuerza y parte del agua de la ducha se le fue por la traquea y por las fosas nasales, quiso toser pero el hombre desnudo se le prendió de la boca, le metió la lengua hasta la garganta y no pudo hacer otra cosa que blanquear los ojos y tratar de estar a la altura de las circunstancias. Se aferró a su pelo y le mordió los labios con fuerza, bajó la mano y le apretó la pija durísima, Fernando jadeó fuerte sobre su boca, lo abrazó con fuerza y le agarró con ganas el culo, lo estrujó varias veces mientras le lamía el cuello y comenzó a jugar con su agujero, a masajearlo. Ariel gimió con ganas cuando un dedo del hombre desnudo se le metió entero, levantó una pierna y la enroscó en la cadera del extraño.

Fernando le chupó con brutalidad el cuello y Ariel se mordió las labios.

El extraño metió otro dedo más y Ariel no solo arqueó la espalda sino que pegó un grito ronco, el hombre le puso los labios encima y lo calló.

-Shhhhhh!!!

Ariel tenía toda la sangre en las bolas y ya no le quedaba ni siquiera oxígeno en el cerebro, cuando el muchacho lo hizo callar, intentó, intentó con todas las fuerzas pensar. La pija baboseaba entre la ducha y sobre la panza del otro que lo apretaba fuerte.

Un leve chispaso se produjo en la cabeza de Ariel y el cerebro se conectó por un segundo.

-¿Quien mierda eres? -preguntó con la semi consciencia que le daban los sesos a medio andar.

-Ufff! justo ahora quieres que nos presentemos? -cuestionó lamiendo desde la clavícula hasta la oreja.

Ariel no podía hablar, tenía los ojos en blanco y se babeaba, pero al menos pudo asentir.

-Soy Fernando, Deroy Fernando -dijo y lo volteó para ponerlo de cara a la pared.

"Deroy"

Ariel parpadeó una vez, el cerebro intentó conectarse. Fernando le metió un dedo en su agujero y lo movió de derecha a izquierda, le rozó la próstata y Ariel se estremeció bajo el agua.

"Dereoy"

El pelinegro nuevamente hizo todo el esfuerzo del mundo para pensar.

-Deroy?

-Si -respondió agitado, aproximándose a su espalda mientras se agarraba la pija y la dirigía a su culo -soy el unigénito de los Deroy.

La pija entró delicadamente en Ariel y Ariel puso de nuevo los ojos en blanco.

"el unigénito"

Fernando bombeó suavemente mientras le besaba el cuello y Ariel hizo un esfuerzo sobrehumano, le salían chispas a los sesos intentando que la sangre llegara hasta la cabeza y pudiera pensar.

"el unigénito"

Si era el unigénito significaba que era el hijo único de la familia Deroy, y Marcos estaba por casarse con el hijo del viejo... 1+1=2

Por eso lo había encontrado semidesnudo saliendo de la habitación principal, es decir, el que le estaba bombeando el culo en ese momento con tanto ahínco era el prometido de uno de los hombres más poderosos del momento y más peligrosos también. 

El cerebro terminó por conectarse y se puso en rojo.

DANGER, DANGER, DANGER le gritaban las neuronas mientras los electrolitos corrían de un lado al otro pegando alaridos.

Tiró la cadera hacia adelante, la pija del castaño resbaló hacia afuera. Fernando intentó agarrarlo por la cintura para volverlo a su lugar pero Ariel fue más ligero y  escapó por un costado. Se paró en la puerta del baño y lo señaló:

-¿Eres el novio de Marcos?

-Si, por eso no tenemos que hacer ruido -le contestó en un susurro con una sonrisa de costado mientras se masturbaba lentamente y le ofrecía la mano para que regresara a ese lugar, bajo el agua, de cara a la pared, colgado de su pija!

Ariel tragó grueso.

Ok.

Después del altercado violento que había tenido con Marcos ahora se sumaba que su novio lo estaba cogiendo. Si la relación había quedado tirante con su ex amante, ahora podía ponerse drásticamente violenta: Marcos odiaba compartir.

-Dios mío! -jadeó y cerró la puerta del baño, miró en todas direcciones, encontró una silla y corrió para poder trabar el picaporte con el espaldar de la misma.

Fernando intentó salir.

-OYE! -gritó, y Ariel se pegó a la puerta:

-SHHHHHHH! Dame dos minutos que me visto y te suelto.

Se puso el pantalón ensangrentado y la camisa en las mismas condiciones, la pija se le había muerto en el instante en que su cerebro se conectó. Agarró el calzado, se lo puso a los tirones. Sacó la silla para que el extraño de apellido Deroy saliera y abandonó corriendo la habitación.

Pasó de largo el quirófano, recordó a su amigo y regresó con culpa, abrió despacio y descubrió a varias mujeres limpiando el piso ensangrentado. Se le encogió el estómago.

-Mi amigo? -murmuró

Ellas lo miraron y subieron los hombros.

-Está descansando en una de las habitaciones del segundo piso -le informó una voz desde un costado del habitáculo. Era el médico, lavaba y acomodaba su instrumental quirúrgico -Está bien, ya le puse la sangre que necesitaba y seguramente dormirá hasta mañana. Te aconsejo que lo dejes aquí y no intentes sacarlo. Marcos dijo que te esperaba en su oficina.

Tragó duro.

-¿A qué hora dijo eso?

-Antes que te desmayaras -le contestó sonriente y Ariel asintió. Fue directo a la oficina, antes de entrar se llevó la mano al cinturón y sintió la ausencia. 

Mierda!!!

El arma debió quedar en la habitación donde estaba el psicótico desnudo.

Golpeó dos veces.

-Pase.

Ariel ingresó con su rostro serie y el ceño fruncido (el culo también pero eso no se le notaba).

Marcos lo inspeccionó desde su escritorio.

El pelinegro tomó asiento en un sofá, lejos del mandamás, cerca de la puerta. No tenía arma pero podría salir corriendo.

-El médico me dijo que Iván estará bien. Estás más tranquilo?

Asintió.

-¿Dónde estabas?

-NO ME ESTABA BAÑANDO!

Marcos elevó las cejas y le miró el pelo mojado, una gota le cayó en el ojo y se lo acomodó hacia atrás.

-Me estaba duchando, pero solo!!

Marcos arrugó las cejas sin comprender.

-Estaba solo, lo juro.

-Mandé a Fernando con ropa... ¿no te la dio? te veo con lo que tenías cuando llegaste!

Ariel tragó duro.

-No sé quien es Fernando!

-Yo soy Fernando! -vociferó el psicótico desnudo que ahora estaba vestido mientras entraba con ropa limpia -te deje ésto sobre la cama pero evidentemente no la viste!! -y se la tiró en el regazo.

Fernando caminó hacia su novio y se sentó sobre el escritorio de cara a Ariel.

Marcos comenzó a hacer anotaciones en unos libros.

-Cambiate Ariel, terminemos con nuestro trato -dijo el patrón mientras se levantaba y se dirigía a la caja fuerte.

-Ok -susurró el pelinegro intentado no mirar al psicótico que no le sacaba los ojos de encima, estaba por salir cuando Marcos lo paró.

-Ariel desde cuando eres tímido??!! Cambiate aquí!!! -gritó de espaldas, contando el dinero y Ariel giró asustado, miró a Fernando y Fernando le sonrió de costado mientras se masajeaba el bulto.


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