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ASESINO por juda

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Ariel giró violentamente y golpeó el rostro del que estaba detrás, el extraño se fue hacia el muro por la fuerza del impacto y se estrelló. El pelinegro no lo dejó actuar, saltó sobre él, elevó el brazo en L para golpear con el codo en la columna vertebral cuando escuchó su voz en un aullido.

-YO, YO, SOY YO!

Lo agarró por los hombros y lo giró, asustado.

Fernando se agarraba con ambas manos de la nariz y por entre los dedos le corría sangre.

-ME GOLPEASTE -chilló llorando a los gritos y Ariel quiso morir.

Lo llevó hasta el baño y le enjuagó la cara, le tocó el hueso del tabique y respiró más tranquilo.

-No estás quebrado -le informó y Fernando le pegó con el puño en el hombro mientras seguía llorando.

-No estoy quebrado pero casi me matas, imbécil! Me quedará un morado horrible, es mi cara! mi cara!!!

Ariel le había levantado el rostro, sujetaba fuertemente el comienzo de la nariz, cerca del entrecejo para que la hemorragia cesara y le daba besitos en el mentón.

-Sostén fuerte aquí -dijo poniendo la mano de Fernando en el lugar correcto y corrió por hielo. -No te vi. ¿Cómo entraste?

-Entré por detrás tuyo, dejaste la puerta sin llave, infeliz! -chilló el castaño y Ariel le secaba las lágrimas con las manos y seguía en su labor de darle besos por todo el rostro.

El llanto de Fernando poco a poco cedió.

Ariel cambió el hielo por una crema desinflamante.

-Estás mejor? -preguntó despacito, besándolo suavemente en el pucherito que hacía el muchacho.

-Voy a quedar como monstruo.

-Tendrás un morado pero no creo que sea fuerte. Me tomaste por sorpresa, nunca aparezcas así!!! Perdón bebé.

Fernando jugó con los deditos y lo abrazó para apoyar el rostro en su hombro.

-¿Qué hacías aquí? -jadeó el asesino, acariciándole la cabeza.

-Busqué el negocio. Quería decirte que no vayas detrás de Carlos, es peligroso.

Ariel sonrió y le acomodó el cabello.

-Viniste solo para eso?

Fernando lo abrazó más fuerte y hundió aun más la cara en su cuello, tenía toda la nariz anestesiada por el golpe y ya sentía que le inflamación comenzaba a esparcirse.

-No es que me preocupe por ti! Lo que pasa es que el negocio de Marcos es también el mío y no me conviene quedarme sin sicario.

Ariel largó una carcajada y Fernando abandonó su cuello para mirarlo embobado por su risa.

El pelinegro notó que el morado había comenzado a emerger, estaba en el tabique nasal y se extendía hasta debajo de los ojos. Se puso serio y lo besó de nuevo.

-Perdón, bebé! -volvió a decir con culpa y recordó que tenía unas pastillas antiinflamatorias y le dio una a su niño mientras le ponía nuevamente el hielo en la carita.

-Irás esta noche? -preguntó con voz nasal, la bolsa de hielo fija en el rostro.

-No, no iré. ¿Te quedarás más tranquilo si sabes que no perderás al sicario de tu empresa?

Fernando asintió más tranquilo, sonriente. Estaba sentado en el mesón del lavatorio del baño y movía los piernas, jugando.

Ariel le acarició la espalda y Fernando lo miró a los ojos.

-¿Ya te tienes que ir? -preguntó en un susurro el pelinegro, la boca muy junto a la de él.

Fernando negó rápido con la cabeza.

El pelinegro respiraba agitado y ese detalle estaba poniendo a mil al castaño.

Ariel se prendió a lamer el cuello de Fernando, y lo hizo bajar del mesón. Los dos tenían prácticamente la misma altura, Ariel era tal vez más alto por uno dos centímetros. Le bajó el pantalón hasta debajo de la cadera, hizo lo mismo con el suyo, tomó con una mano ambas pollas y comenzó a masturbarlas juntas.

Fernando tragó duro e intentó besarlo cuando la puerta del baño se abrió de golpe y entró Iván.

Los dos giraron horrorizados, Iván vio culos y pijas paradas y casi se muere de la vergüenza, se puso la mano en los ojos y pidió disculpas a los gritos, antes de salir, abrió un poco los dedos, espió y cerró la puerta.

¿qué había visto?

A un muchachito con los ojos inmensos y la nariz morada, mirándolo asustado... ¿dónde había visto esos ojos? Lo conocía... ¿pero de donde?

Hizo dos pasos en dirección a la salida del negocio, se reía por haber pescado a su amigo con los pantalones abajo hasta que recordó el rostro del extraño y de pronto el muchachito de ojos inmensos tuvo nombre y apellido.

Aspiró aire horrorizado, se sacó el cinturón del pantalón e ingresó nuevamente.

-ARIEL! -gritó cuando vio que su amigo, lejos de dejar en paz al niño después de que los encontrara en plena faena, había regresado al ataque. -ARIEL! -gritó de nuevo y le pegó un cintazo en el culo.

Ariel pegó un alarido grave y se llevó la mano al cachete blanco que había quedado surcado por una roncha roja. Iván levantó el cinto y un siseo se escuchó en el aire cuando volvió a pegar en el culo.

-IVÁN! -chilló Ariel mientras se levantaba los pantalones y salía corriendo del baño.

Iván giró el rostro hacia el muchachito que tenía los ojos a punto de salirse de las órbitas e intentaba acomodarse el pantalón lo más rápido posible.

-¿Tu no eres el novio de Marcos? -preguntó y cuando el muchachito asintió, se fue con el cinto en alto para seguir buscando a su amigo. -Te estás cogiendo al pinche novio del puto dueño de la ciudad, HIJO DE PUTA! ¿¿Estás buscando que nos maten?? ¿Éste era el jardinero? VEN AQUÍ! NO CORRAS, ARIEL!

Lo encontró escondido detrás de un estante de zapatillas, Ariel tenía las manos en alto pero no pudo evitar el nuevo cintazo.

No entendía cómo lo hacía pero Iván nunca le erraba al culo, ahora debía tener un entretejido de ronchas coloradas.

-Fue una sola vez!! y él me buscó -gritó, y Fernando abrió grande los ojos cuando escuchó que le echaba toda la culpa.

Iván volteó a verlo y Fernando automáticamente se llevó las manos al culo.

-Niño! si andas con calenturas, ve y busca pija por otro lado, nosotros amamos la vida.

-No estábamos haciendo nada!

-LOS ENCONTRÉ EN BOLAS, PENDEJO!

-Marcos no se enterará!

Iván achinó los ojos y lo miró de arriba hacia abajo.

-Cuantos años tienes?

-20! -mintió agregándose uno más.

-Mira niño, mi compañero es un irresponsable, suelo ser yo la cabeza de esta relación. Hablo por él cuando digo que no queremos tener problemas... ¿y qué te pasó en la cara?

-Ariel me golpeó.

Iván giró lentamente y miró a su amigo que seguía con una mano en alto y la otra en el culo para evitar nuevos cintazos.

-¿Cómo que lo golpeaste?

-Apareció de repente. Fue sin querer! no lo vi.

-Vine para advertirle que Carlos es peligroso, que no debe ir solo.

-Él no irá. Hoy tuvo una reunión con tu novio y le dijo que no haría nada sin mí. -le comunicó Iván bajando el arma.

Fernando miró a Ariel y Ariel movió negativamente el rostro para que no hablará más.

-Ariel aceptó ir. Lo hará esta noche. Es más, le dijo que si lo mataban, que te dieran el dinero y que no te llamaran nunca más para otro trabajo.

Iván abrió grande los ojos, la boca y giró lentamente para mirar a Ariel.

Ariel frunció más el culo mirando el cinto.

-No iba a hacer nada -jadeó Ariel, e Iván salió con paso decidido hacia el cuarto del fondo, llegó y encontró el arma en una mesa con las balas, junto a la caja fuerte abierta.

Se quedó mirando todo, con una vena palpitando en el cuello.

-Carlos es hermano de Rodriguez -le dijo Fernando desde atrás e Iván volteó a verlo. -Prometió vengarse de Ariel, matándote.

Fernando le vio el rostro a Iván, vio la preocupación e intuyó que no se preocupaba por su vida, sino por la de su amigo.

-De todas maneras, no te preocupes, Ariel ya me prometió que no hará nada.

-Ariel te mentirá -le contestó llevándose las manos al cabello. Salió del cuarto y miró en dirección a donde lo habían dejado, desde ahí lo veía acomodar cosas en el salón. -Ariel no es mentiroso, pero cuando se le pone algo en la cabeza, lo hará, y si debe mentir para que no lo obstaculices... mentirá. ¿Cuando pensaba ir? -preguntó

Fernando estaba horrorizado, ¿sería posible que le hubiese mentido con tanta tranquilidad?

-Ésta noche!

-No me separaré de él.

-Y si decide ir?

-Iré con él. Ya puedo moverme.

-Tuviste una cirugía hace casi dos semanas!

-He estado en peores condiciones, gracias por venir a advertírmelo. Hablaré con él. Iremos los dos.

-No vayan. Carlos lo matará -jadeó el muchachito e Iván lo observó.

-Pendejo! estás de novio con Marcos, por favor, regresa a tu casa y preocúpate por tu novio, que si se da cuenta que estás engañándolo, Ariel no se salvará.

-No te preocupes por mi novio. Nadie le hará daño a mi Ariel -le contestó y salió.

Iván arrugó el entrecejo... el pendejo se había dado cuenta que usó el adjetivo posesivo para referirse a su amigo? Dios! todo se estaba poniendo peor.

Iván salió por detrás de Feranando y se agarró de la frente cuando vio al muchachito abrazado a Ariel besándolo en la boca y a Ariel acariciándole la espalda.

-Dame tu número de celular -le dijo sobre los labios.

-Fer, Iván tiene razón, no podemos seguir viéndonos. Es peligroso

Fernando suspiró, sacó un papel del mostrador y anotó su número.

-Llámame, escríbeme, me gusta coger contigo -le susurró. Giró para mirar a Iván -se me nota mucho el morado en la cara?

-Casi ni se te nota -le contestó, tenía prácticamente morada la mitad de la cara, parecía un mapache. -¿Qué excusa pondrás?

-Tengo una academia de baile, haciendo pasos jugados puedo golpearme, no sería la primera vez que aparezco con hematomas. Cuida a mi Ariel -le rogó y se fue.

Cuando el muchachito desapareció, Iván volteó y miró a Ariel, Ariel tragó grueso y observó el cinto.

-Más te vale que te alejes de esa pija.

-Prometo no acercarme más.

-Y no irás esta noche.

-Ok -jadeó su pelinegro bebé y no se habló más del tema.

Ariel tiró el número del celular que Fernando le había dado en un cesto de basura, pero Iván lo levantó cuando no lo vio y lo guardó, por si algún día necesitaba pedirle ayuda al novio del mandamás.

***

Fernando le contó a todos los que quisieran escuchar cómo había tropezado con la alfombra que había en los vestidores y se había ido contra un casillero que justo tenía la puerta abierta. Una de las profesoras le consultó si no sería mejor sacarla para evitar accidentes y el castaño le contestó que a él le había pasado por ir escuchando música y bailando como pendejo. Todos rieron, hasta su novio, cuando se lo contó.

Se sentía tranquilo.

Se arrepentía de haberle dado su número al asesino porque ahora no hacía otra cosa que mirar su celular esperando algún mensaje de él invitándolo a coger. Quería que lo tocara de nuevo y tocarlo... FUCK! QUERÍA TOCARLO. Quería que lo acariciara como si fuese de cristal, que lo tratara con la dulzura casi melosa que tenía el asesino.

Marcos le escribió para decirle que pasara la noche en su casa y Fernando declinó la oferta.

"Me duele la cabeza" le respondió con rapidez mientras se preparaba una sopa instantánea en su hogar y se tiraba en la cama para ver televisión.

"te debe doler mucho como para que te niegues a venir por un poco de sexo" le contestó el otro y eso lo dejó pensando. A Fernando le gustaba el sexo y Marcos era bueno en la cama, pero por primera vez no tenía ganas de esas manos ni de esa pija. Se preocupó.

No era bueno metejonearse con un tipo tan peligroso como ese asesino. ¿Era por él que no tenía ganas de coger con su novio?

"Naaaaaa!" se respondió riendo, lo que pasaba es que había sido un día largo, estaba agotado, tenía hambre, afuera hacía frío, quería meterse en su cama calentita y tomar su sopita mientras veía alguna serie.

Si, era solo eso. El asesino no tenía nada que ver.

Se desnudó, entró a la cama, se tapó hasta el cuello y comenzó a tomar su sopita, estirando la boquita y soplando la infusión caliente cuando su celular sonó.

Número desconocido.

Sonrió.

Sonrió en grande con la boca, la nariz, los ojos y tenía la sensación que hasta el culo le sonreía.

Número desconocido... seguro era él que también lo extrañaba!

"Hola?"

Silencio.

"Hola?"

"Fernando?" preguntó una voz gangosa, arrastrando las consonantes, parecía un borracho y no era la voz grave de su hermoso asesino.

"Quien habla?"

"Me drogó"

"Qué? Quien habla?"

"No logro pararme" respiración agitada "Se está cambiando. Está por salir. Me drogó Fernando. No me hace caso. Va por detrás de Carlos"

Y Fernando tembló.

Era Iván quien le estaba hablando y lo escuchaba llorar en medio de su sopor.


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