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60. Las Lecciones de Mark (06) por dayanstyle

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Jongin entró en el despacho del Jaehyo, furioso. —Me dijiste que estabas enviando a los de tu mayor confianza. ¿Cómo infiernos puedes explicar que los vampiros atacaran a mis vecinos? Tres, Jaehyo, tres personas fueron atacadas.

—No puedo predecir cuando alguno de mis vampiros se vuelvan rebeldes. Como no puedes predecir cuándo un shifter cede a su lado oscuro. Fue un evento desafortunado. Pero la situación fue manejada.

Jongin cerró los dedos en su tensa mandíbula. Él sabía que lo que Jaehyo estaba diciendo era verdad, pero no evitaba que la ira hirviera en su interior. Los residentes de la Villa Kim eran su responsabilidad.

Jongin sentía que los había defraudado, y no se sentía bien con eso. Lo único bueno que había venido de los ataques fue que Sang Min estaba ahora recibiendo el asesoramiento que necesitaba. Jongin lo había enviado a la manada del Valle Pride. Había un residente acoplado allí llamado Kiseok que podría ayudar a Sang Min.

El padre de Sang Min, finalmente había aceptado después de horas de discusión con Jongin. Entendía la reserva del padre sobre enviar a su hijo con extraños. Jongin había dado su palabra al padre que Sang Min estaría a salvo.

Si alguien hacía que Jongin rompiera su promesa, iba a causarles un dolor indecible.

—Ahora bien, si hemos terminado de gritar —dijo Jaehyo—, podemos empezar nuestro encuentro.

 

 

 

 

Jackson estaba de pie en medio de la tienda, con las manos en las caderas, sonriendo mientras le entregaban la madera que había ordenado. Sus dedos estaban ansiosos por comenzar con su primera orden. Luhan le había pedido a Jackson que construyera un armario con todo lujo de detalles para poder regalárselo a su hija, Nana.

Por ahora la entrada principal estaba vacía, pero Jackson tenía previsto llenarla con su trabajo artesanal en madera. Además de la madera, el resto de su equipo se suponía que iba a ser entregado esta tarde. Un gran sentido de orgullo llenó a Jackson, sabiendo que ahora era un orgulloso comerciante.

La depresión melancólica que lo había inundado desde el momento que llegó a la Villa Kim había desaparecido, reemplazada por la esperanza de una vida mejor, no sólo para él sino también para su pareja. Mark había mejorado mucho cambiando y aprendía a diferenciar los olores.

Pero su pareja seguía teniendo problemas para mantener a raya a su leopardo cuando estaba altamente emocional, sobre todo durante el sexo. Jackson podría vivir con eso.

—Se ve bien, hermano —dijo Hong Gi entrando en la parte trasera de la tienda—. Parece que el inventario está finalmente llegando.

Jackson le sonrió a su hermano mayor mientras asentía. — Todo llega junto. —Jackson se refería a algo más que la tienda. Su vida finalmente también estaba unida. Tenía una pareja increíble, una casa maravillosa con un montón de espacio para correr, y él y Mark tenían un buen grupo de amigos, aunque Jackson no estaba demasiado seguro de Luhan.

Había algo acerca de ese tipo que hacía que Jackson se sintiera como si estuviera dando vueltas con Satanás. En realidad no estaba tan mal, pero el hombre sin duda tenía un brillo malicioso en sus ojos amatista.

Por lo que pudo ver Jackson, Key estaba haciéndolo bien. Siempre que Jackson visitaba la cabaña, Key estaba riendo y charlando con Mark. Él no era un experto, ni mucho menos. Pero parecía que Key estaba bien. El chico incluso era amistoso con Jackson y les había pedido a Jackson y Mark que salieran a pasar el rato con él y Jonghyun.

No tenía ningún problema con eso. Se alegró cuando Key le dijo que Heechul estaba haciéndolo bien. En realidad no había tenido la intención de que los hermanos lo descubrieran. Jackson no se arrepentía del desliz contra Mark. El secreto se había abierto y parecía que los hermanos iban a estar bien.

—Quiero saber si necesitas alguna ayuda —dijo Hong Gi—. No soy tan malo tallando.

—Hombre, he visto tu trabajo. Tallas casi tan bien como yo conduzco. —Jackson se rio.

Los ojos de Hong Gi se suavizaron. —Es bueno verte reír de nuevo, Jackson. También es bueno tenerte en casa. —Su hermano se frotó la parte posterior de su cuello, como si decirle a Jackson lo que sentía fuera como sacarle los dientes a un león—. Estoy orgulloso de ti —dijo su hermano.

Hong Gi no tenía idea de lo mucho que significa para Jackson el cumplido. Siempre había admirado a su hermano mayor y la opinión de Hong Gi siempre le importaba. La ira y el resentimiento que se había enconado en el interior de Jackson durante tantos años sobre la injusticia que casi lo había destruido, era inexistente.

 

Había oído que el amigo que lo había acusado de establecer la violación había fallecido hace unos años.

Jackson no se encontró deseando llorar la pérdida. Ahora tenía una vida que ahora esperaba, así que no iba a detenerse en su pasado. Tenía un futuro brillante y una pareja atractiva, y eso era todo en lo que Jackson se centraba. Mark le había enseñado una valiosa lección sobre la vida, el amor, y el perdón. Él siempre estaría agradecido con su sexy pequeño leopardo.

Dirigió a los repartidores sobre dónde colocar el suministro de madera, sintiéndose a gusto y feliz por primera vez en su vida.

 

 

 

Kiseop regresó al rancho después de su reunión con el Ultionem. Su espalda le estaba matando y lo único que deseaba era acostarse. Hoon estaba de pie en la sala viendo a Kiseop aparecer.

El maldito oso últimamente siempre lo estaba observaba, como si Kiseop fuera a dejar caer su carga en cualquier momento.

—¿Cómo te fue en la reunión? —Hoon preguntó mientras pasaba sus manos sobre el hinchado vientre de Kiseop. Bueno, la verdad es que Kiseop disfrutaba de la atención. Le encantaba cuando su oso le frotaba el vientre. Durante su embarazo, había descubierto que ese acto le excitaba. El doctor dijo que era natural, normal, ya que sus niveles hormonales eran más altos.

Kiseop pensó que era extraño como el infierno.

—Aburrido, mi rayito de sol psicótico, pero aun así tenía que asistir.

Hoon gruñó. —Se supone que no puedes aparecer. El doctor dice que puede aumentar el estrés.

Kiseop gimió interiormente. Él y Hoon habían tenido esta discusión muchas veces. Con su espalda doliéndole de la manera que le dolía no estaba de humor para repetir los puntos válidos que le había dado. —Estoy bien.

Hoon tomó el rostro de Kiseop, sus ojos grises revisándolo. — No te ves bien. Te ves pálido y sudoroso.

Kiseop apartó su cabeza molesto. —Estoy pálido por la naturaleza si no te has dado cuenta. —Abrió la boca para decirle a Hoon que se jodiera, cuando un ruido extraño salió de sus labios. El dolor más agudo que jamás hubiera sentido en su vida recorría su abdomen y se intensificó a la derecha de su ombligo.

La frente de Hoon se arrugó. —¿Qué fue eso?

La mano de Kiseop voló a su abdomen mirando fijo a Hoon a los ojos. —Creo que tienes que llamar al médico.

Hoon pareció momentáneamente confundido, inclinando la cabeza hacia un lado.

—¿Para qué voy a llamar-Oh... ¡oh sí! ¡Oh, mierda! Ahora ¡Bien, ahora!

 

Kiseop quería reír y golpear a Hoon al mismo tiempo. Él se dobló, gritando mientras el dolor se hizo peor. —¡Sí, ahora!

Hoon corrió hacia la cocina, giró sobre sus talones y echó a correr hacia Kiseop. —¿Qué puedo hacer? ¿Necesitas algo?

—¡Un maldito médico sería bueno ahora mismo! —Kiseop se agarró del respaldo del sofá, jadeando de dolor. Su pareja salió corriendo de la habitación y Kiseop intentó moverse del sofá para sentarse, pero el dolor era demasiado.

 

Oyó pisadas fuertes bajando las escaleras y luego Lee Joon apareció. —¿Qué infiernos estás haciendo? ¿Por qué estás arrastrándote por el suelo? Hoon va a molestarse si te ve así.

—Estoy en trabajo de parto, maldito idiota. —Kiseop estaba agradecido por el pequeño respiro cuando el dolor se alivió, finalmente le dio oportunidad de respirar.

—¡Hoon! —Lee Joon gritó con todas sus fuerzas, con los ojos llenos de pánico. El gran oso comenzó a retroceder rápidamente—. Y-yo-voy a... uh... hervir un poco de agua.

Kiseop ignoró al loco oso cuando el dolor comenzó a construirse de nuevo alrededor de su abdomen, centrándose en la espalda, y luego rodando por su columna vertebral. Gritó, curvando sus manos en puños mientras se preparaba.

—Estoy aquí, cálmate. El médico está en camino. —Hoon levantó a Kiseop del piso y corrió escaleras arriba. Le dio una patada a la puerta de su dormitorio abriéndola y rápidamente colocó a Kiseop en la cama—. Dime lo que necesitas que haga.

Kiseop rodó de lado, respirando con dificultad. —Dado que este es nuestro primer hijo, la primera vez que he estado embarazado, ¿cómo infiernos voy a saberlo? —Kiseop no quería ser un cretino, pero nunca había tenido tanto dolor—. Lo juro por Dios, si alguna vez me embarazas de nuevo, voy a dispararte entre los ojos. —Kiseop le dio la amenaza con los dientes apretados.

—Uh, sí... está bien. —Hoon comenzó a bajar los pantalones del cuerpo de Kiseop y luego los arrojó a un lado. Tomó una pequeña manta del extremo de la cama y cubrió la ingle de Kiseop—. El doctor dice que estés listo.

—Estoy listo. Estoy listo. —Kiseop casi gritó las palabras mientras sentía como si un agujero se abriese a lo largo de su abdomen—. ¿Qué me está sucediendo?

 

Los ojos de Hoon se agrandaron mientras veía el vientre de Kiseop. —Creo que tu cuerpo está creando una forma para que nuestro hijo nazca. —Su pareja subió a la cama, situándose entre las piernas de Kiseop—. No creo que él o ella vaya a esperar al médico.

—¿Necesitas ayuda? —Pa preguntó mientras entraba en la habitación—. Santa madre de gracia —dijo mientras miraba a Kiseop—. Hijo, ¿qué le sucede a su abdomen?

Kiseop estaba cansando de que todo el mundo viera su vientre como si un alíen estuviera a punto de salir de él. Lo único que quería ahora era alivio del dolor. En este momento, no le importaba una mierda si le brotaban dos cabezas. Sólo quería terminar con esto. —No lo sé.

—Está bien, cálmate. Vamos a salir de esta. —Pa se acercó, apartando el sudado cabello de la cara de Kiseop—. Trata de enfocar.

«¿Enfocarme en qué? ¿El dolor?» Kiseop arqueó su espalda, su cuerpo rígido mientras sentía su abdomen como si estuviera siendo desgarrado.

—Se está abriendo —dijo Hoon con fuerza—. El bebé está en camino.

—Voy a buscar unas mantas. —Pa salió corriendo de la habitación. Para ser grandes y letales osos, eran un montón de gallinas cuando se trataba de que un hombre diera a luz. Kiseop estaba listo para cerrarle la puerta a todo el mundo y hacerse cargo de esto por su cuenta.

Pero él no quería que Hoon se fuera. —Estoy asustado.

 

—No voy a dejar que te pase nada, Kiseop. Podemos hacer esto. —Las valientes palabras eran desmentidas por el miedo en los ojos de su pareja. Hoon estaba muy asustado. Kiseop agradeció a los dioses cuando Tao apareció con el doctor Kim.

—¡Quiero drogas! —Kiseop gritó como un demonio.

 

El doctor Kim Jeajoong se movió rápidamente hacia la   cama.

—Oh —dijo, mientras examinaba a Kiseop—. ¿Esto es lo común entre tu raza?

Kiseop sabía que el doctor estaba hablando de la  abertura.

—Infiernos, no. Nunca me he encontrado en esta mierda antes.

—Supongo que todo lo que tienes que hacer es pujar.

—Supones —Kiseop dijo con incredulidad cuando el dolor se intensificó, amenazando con dejarlo inconsciente—. ¿Estás suponiendo?

—No eres el único que está en esto por primera vez —dijo el doctor—. Así que deja de morderme y puja.

Kiseop agarró las manos de Hoon y la sostuvo por su vida mientras pujaba. Su oso se acomodó detrás de él y acunó a Kiseop en su regazo.

—Vamos, gota de arco iris. ¡Puedes hacer esto!

Kiseop pujó con todas sus fuerzas mientras Hoon lo sostenía. Él jadeó, pujo, jadeó y luego pujó de nuevo. —¡No está funcionando!

—Sí funciona —dijo el doctor Kim—. Puja una vez más fuerte.

—Te amo —Hoon le susurró al oído mientras Kiseop estrangulaba los dedos de su pareja con los suyos y pujaba. De repente Kiseop sintió que la presión se aliviaba. El inmenso dolor se había ido.

—Es una niña —anunció el doctor Kim.

 

Hoon envolvió con sus brazos a Kiseop, colocando pequeños besos en todo un lado de su cara. —Tenemos una hija, Kiseop.

Kiseop sintió un proteccionismo tan feroz, tan abrumador que sabía que iba a matar a todo el que le hiciera daño o la hiciera llorar.

—¿Han elegido un nombre? —Pa preguntó desde la puerta, con un montón de mantas en sus brazos y una amplia sonrisa en su rostro.

— Moon Suzy —Hoon anunció con orgullo—. A Kiseop le encanta ese nombre.

—Es un nombre muy bonito —dijo Pa—. Como corresponde a una chica tan hermosa.

Kiseop vio cómo el doctor Kim examinaba a Suzy y luego se la entregaba a Pa. —Ahora vamos a examinarte —le dijo a Kiseop—. Voy a… maldición… —El doctor Kim se veía atónito—. Tu abdomen se cura por sí mismo.

Cansado hasta el punto del agotamiento, a Kiseop no podría importarle menos. Pero no estaba demasiado cansado cuando Pa colocó a Suzy  al lado de él. Su suegro estaba en lo cierto. Ella era simplemente una preciosidad. Tenía el cabello blanco de Kiseop, ya largo, y sus orejas eran tan puntiagudas como la suyas.

Pero tenía los ojos de color gris claro de Hoon. Parecía un ángel etéreo.

Los grandes dedos de Hoon trazaron su pequeña cara. — Hola, Suzy  Moon. —La voz de su pareja era tierna y suave, y feliz.

Kiseop tocó la nariz de su hija, comprometiéndose a protegerla y amarla siempre... tal como había prometido proteger y amar a su pareja por siempre.

 

 

 FIn

 

Notas finales:

a continuación....

 

61. Kim Jun.K (07) serie Villa Kim


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