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60. Las Lecciones de Mark (06) por dayanstyle

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Key se quedó afuera del Trébol de la suerte, tomando un muy necesario aire fresco. El lugar estaba lleno y el aire acondicionado no podía mantenerse al día con todos los cuerpos sudorosos retorciéndose en la pista de baile, y alguien allí necesitaba aprender a utilizar desodorante.

Sonrió cuando vio a Jonghyun casualmente sentado en las escaleras de la tienda de ropa que aún no abría. Debería haber sabido que su pareja mantendría un ojo sobre él. Luhan estaba loco si creía que podría escabullirse sin que Jongin lo supiera.

El Alfa era espeluznantemente aterrador cuando se trataba de las cosas que sabía. Nada se le pasaba al lobo Timber. Pero Key fingió no ver a su pareja mientras se apoyaba en el edificio, viendo cómo algunas personas caminaban junto a él. Dejó que Jonghyun creyera que no fue descubierto espiándolo. Quizás se convertiría en un divertido juego sexual del que Key podría cosechar las recompensas más tarde esta noche.

Sacó su teléfono y comenzó a enviarle un texto a Heechul, para que su hermano supiera que su niñera estaba cerca, cuando el vello de su nuca comenzó a erizarse, Key no estaba seguro de por qué de repente se sentía plenamente consciente de su entorno, tal vez viviendo con shifters todos estos años había perfeccionado sus habilidades para detectar cosas malas, pero al mirar alrededor, vio que Jonghyun se movía rápidamente en la calle.

—¿Qué sucede? —le preguntó a su pareja mientras sus ojos recorrían las calles—. ¿Por qué me siento como que no hubiera felicidad  en  el  mundo?  —Se  sentía  como  si  algo  estuviera absorbiendo  la  alegría  de  su  cuerpo  y  dejándolo que se revolcara en la miseria.

—Perros del infierno —Jonghyun declaró rotundamente—. Ve a buscar a tu hermano y a Luhan. Tenemos que irnos de aquí.

—¿Qué sucederá con todos los demás en el club? —Key no podía dejar que los torturaran. Él sabía de los perros del infierno. Ellos eran asquerosas y viles criaturas que se alimentaban de personas inocentes. Un mordisco de sus letales dientes y un humano moriría.

—Llamaré a Nam Joon, pero hasta entonces, mueve tu culo.

—Jonghyun giró a Key y lo empujó hacia la entrada del club.

 

Key sabía que hablaba en serio cuando su pareja dijo que llamaría al líder de las bestias aladas. Las bestias aladas no eran una broma. Vinieron de otro reino, un reino místico llamado Zanthar. Había doce de ellos que vivían en su región y era su trabajo perseguir y matar a tantos perros del infierno como pudieran encontrar. No estaba seguro de por qué una de esas criaturas estaba aquí en la Villa Kim, pero lo quería fuera.

 

 

 

Jackson regresó al edificio la siguiente mañana para firmar los papeles de arrendamiento. Después de revisar el lugar anoche con Mark, sabía que era el escenario perfecto para sus necesidades. Había pensado eso anoche, pero ahora que se dirigía a reunirse con Siwon, Jackson no estaba tan seguro.

Él no estaba tan lleno de dudas esta mañana, pero mientras se acercaba a su destino, los pensamientos negativos comenzaron a invadirlo.

 

¿A quién quería engañar? No debería tener un negocio propio. Jackson no tenía ese derecho después de lo que había hecho. Nunca deberían de haberlo dejado salir —¡Fuera de mi cabeza! —Jackson se agarró las sienes, sabiendas que esos pensamientos no eran suyos. Él no se merecía seguir encerrado.

—¿Con quién estás hablando? —Siwon preguntó acercándose a Jackson—. ¿Te sientes bien?

Jackson no iba a contarle al Beta que una voz susurrante estaba dentro de su cabeza, dándole de comer un montón de mierda. Quería atacar, hacer que alguien pagara por las garras de tristeza incrustadas profundamente en su mente. —Estoy bien—bufó.

 

Siwon no se movió, no dijo una palabra, pero Jackson podía ver la furia en los ojos azules del hombre. Sabía que acababa de cruzar una línea. Hablarle al Beta de la manada de lobos Timber de una manera que era menos que respetuosa, no se toleraba.

—No quise faltarte el respeto —Jackson dijo mientras se frotaba el lado de la cabeza—. Sólo tengo un enorme dolor de cabeza. —No iba a decirle a Siwon sobre la influencia negativa en su mente. Sólo había algunas cosas que un hombre no revelaba a nadie. Las disfunciones sexuales nunca eran comentadas, afortunadamente Jackson no las sufría, tampoco se comentaban temas emocionales ni la locura.

—Sigamos. —Siwon entró, cuidando la carpeta de manila que Jackson no había visto en la mano del hombre hasta ahora. Tenía que contener el contrato de arrendamiento. La voz una vez más le dijo que se estaba engañando, pero Jackson empujó violentamente esos pensamientos. Desde que se había ido a vivir con Hong Gi, Jackson se había sentido perdido y deprimido. El pensamiento de que quizás la Villa Kim no era el lugar para establecerse resurgió de nuevo. Lo único que le impidió irse era Mark. Sabía que su pareja amaba vivir aquí y Jackson no se atrevía a arrancar al hombre de este lugar.

—Se trata de un contrato de arrendamiento de un año — Siwon dijo mientras sostenía la carpeta—. Es renovable con tal de que ninguno de los términos sean violados. Soy el propietario de este edificio, así que soy bastante flexible. Léelo otra vez, y si estás de acuerdo, firma.

Jackson tomó la carpeta y empezó a leer el contrato de arrendamiento. Cuando sus ojos se deslizaron por el papel, se dio cuenta de que no entendía ni la mitad de los términos técnicos que se utilizaban. Los leyó una vez más y aún seguía confundido.

—¿Está bien?

 

Quería pedirle a Siwon que le explicara los términos legales del contrato de arrendamiento, pero asintió y firmó en la línea punteada. Era estúpido firmar algo que no entendía, pero Jackson rezó para que se pudiera confiar en Siwon.

Siwon le tendió la mano y se la estrechó a Jackson. —Ahora eres el orgulloso arrendatario del edificio, mi amigo. El préstamo ha sido depositado en tu cuenta bancaria. El contador de Jongin se va a reunir contigo mañana para ayudarte con la parte financiera de esto.

Todo esto era muy abrumador.

 

Siwon se sentó en una de las sillas que habían sido abandonadas por el inquilino anterior. Se sentó casualmente en la silla, con un brazo sobre el respaldo, con las piernas estiradas y cruzadas en los tobillos. El hombre se veía como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo, como si nada le molestara.

Jackson solía ser tan confiado. Infiernos, lo había sido hace unos días cuando entró en este pueblo. —Estoy bien —Jackson respondió con  un indiferente   encogimiento   de  hombros, preguntándose si alguna vez sería el mismo hombre que solía ser antes de esa trágica noche.

La puerta se abrió y Mark entró corriendo con aspecto sonrojado. —¿Firmaste?

Jackson y Siwon se miraron antes de que Jackson hiciera un rápido gesto. Él no esperaba a Mark hoy aquí. Fue una grata sorpresa.

—¡Celebremos! —Mark era tan efervescente que Jackson estaba esperando ver si el hombre le extraía la emoción—. Key está atendiendo la cabaña hoy, así que soy todo tuyo.

Siwon se puso de pie, con una sonrisa en su rostro. —Será mejor que vaya a ver a mi cuñado.

Mark vio al Beta irse antes de girarse y que su rostro se iluminara. —Vamos, Jackson, ¿a dónde quieres ir o qué es lo que quieres hacer?

Dios, amaba cuando su pareja decía su nombre. El acento que se deslizaba era sexy como el infierno. Le recordó lo que Mark había hecho por él anoche y Jackson estaba poniéndose duro sólo al recordarlo. Seguía teniendo dudas sobre reclamar a Mark. El médico le había dicho que el vampiro que había atacado a su pareja efectivamente estaba infectado.

¿Qué si sólo era por el jalón del apareamiento por lo que Mark estaba de acuerdo? ¿Y si no era lo que realmente quería? Esos pensamientos lo mantuvieron despierto por la noche. Jackson no quería quitarle la posibilidad de elección al hombre.

—Un filete grasoso me parece muy bueno —dijo Jackson, sabiendo que Mark arrugaría la nariz ante la idea.

—¿Y si te doy más de mis brebajes hasta que rodes los ojos?

—Mark amenazo en broma a Jackson. Éste no estaba realmente de humor para bistec, pero realmente no sabía qué hacer.

 

—¿Qué hay que hacer por aquí? —Había pasado tanto tiempo desde que Jackson había estado en el pueblo, y había cambiado mucho que no estaba seguro de qué  nuevos negocios estaban funcionando. Había visto algunos, pero estaba bastante seguro de que había mucho más.

—Hay un festival de arte en el centro de recreación. Los niños están vendiendo sus pinturas. También habrá juegos, comida y concursos. ¿Quieres ir a ver a los famosos pequeños artistas?

Jackson nunca había asistido a muestras de arte infantil. No estaba seguro de lo que le estaba haciendo Mark, pero el hombre le estaba mostrando un lado más suave de la vida. A Jackson le gustaba. Quería ver más de eso.

Suavidad le hacía mucha falta a su vida. —Suena bien. Mark se carcajeó. —Amigo, no me mires de esa manera, no te llevo a tu ejecución. Será divertido, lo prometo. —Jackson sólo podía ver con asombro cómo Mark pasaba la mano por su rubio cabello hasta los hombros. Era tan... Le llegó la imagen de su pareja asistiendo a la universidad, saliendo con sus amigos, y disfrutando la vida al máximo.

—¿Por qué no fuiste a la universidad? —No estaba seguro de dónde venía esa línea de pensamiento, pero el chico parecía que debería estar en una tabla de surf en alguna parte.

—¿Qué? —Mark preguntó mientras inclinaba la cabeza hacia un lado, sus ojos de zafiro brillando con la luz del sol.

—La universidad, ¿por qué no continuaste tu educación en lugar de establecerte y crear una empresa?

Mark le dio una suave risa, a la que Jackson se estaba volviendo adicto. —Eso no era para mí. Doce años de escuela es tiempo suficiente. Quería empezar a vivir mi vida, no ir a otra escuela. No creo haberlo hecho mal tomando en cuenta que soy un empresario exitoso de veintitrés años.

«Jesucristo». Jackson no tenía ni idea de que fuera tan joven. Al saber la edad de su pareja le hizo sentirse viejo como el infierno. Los leopardos de las nieves envejecen más lento que los humanos. Cuando Jackson había terminado la preparatoria —en años leopardo— y veinticinco años, aún era joven para alguien de su raza de shifter, pero joder... Mark era... Jackson se pasó la mano por la cara y se giró. Incluso si fuera en años humanos, él   tenía treinta y tres años, diez años más viejo que el otro hombre.

¿Por qué estaba tan preocupado por la edad? Jackson sentía que estaba perdiendo su maldita cabeza. No estaba actuando como él mismo y tampoco pensaba así.

¿De dónde venían todos estos sentimientos depresivos?

 

—He oído que hay pastel en el festival de arte. Vamos, estoy bastante seguro de que deben tener uno sin azúcar. — Mark agarró del brazo a Jackson y lo jaló. Lo único que podía hacer era seguirlo.

—He visitado el Centro unas cuantas veces. Me gusta ayudar ahí —Mark decía mientras caminaba al lado de Jackson—. Seung Ri es impresionante con los niños. Su novio Dae Sung es genial con los adolescentes mayores. Me dicen que hay competencias de baloncesto, nada importante, sólo los niños de la localidad.

El hombre sorprendía a Jackson a cada paso. ¿Mark trabajaba como voluntario en el Centro de recreación local? Jackson empezó a caminar más despacio cuando notó a un hombre dándoles demasiada atención. Conocía el mal cuando lo veía. Había estado inmerso con maldad por más de un década. Los verdaderamente malvados siempre tenían cierta expresión de astucia o una sonrisa engañosa.

 

—¿Qué sucede? —Mark preguntó cuando Jackson movió a su pareja al otro lado de él, poniéndolo fuera del peligro.

Jackson le dio a Mark una tensa sonrisa. —Nada, ¿qué decías sobre el arte?

Su pareja le dio una traviesa mirada y luego comenzó a hablar.

Jackson no estaba escuchando. Podía oír la voz dentro de su cabeza, la voz que le decía que no era lo suficientemente bueno para Mark, que era un fracaso, un perdedor, un bufón. Jackson nunca había sido del tipo de golpearse a sí mismo. Simplemente no era su estilo. Así que, qué infiernos… Jackson vio al extraño de nuevo, ahora estaba en el otro lado de la calle, su largo mechón de cabello negro no ocultaba el frío invernal de sus ojos negros como el carbón. El cabello cubría sólo la mitad de su cara, su sonrisa aún con intención malvada.

Sabía que en el momento en que ese hombre le veía, estaba susurrando las palabras despectivas. Era el extraño el que estaba haciendo que Jackson dudara de sí mismo, de Mark y de su negocio. El hombre estaba haciendo que Jackson se arrepintiera de regresar a casa.

Si podía hacer eso, entonces no era humano. Los sentidos de Jackson estaban en estado de alerta mientras conducía a Mark a la librería.

—¿Por qué nos detenemos aquí? —Mark preguntó mientras entraba, la mano de Jackson en su espalda, animando a su pareja a ir más adentro.

—Porque tenemos un gran problema —dijo mientras sacaba su teléfono.

 

 

Mark con incredulidad escuchaba a Jackson decirle a alguien sobre un extraño tras ellos y que le metía malos pensamientos en la cabeza. Bueno, esas no fueron sus palabras literales, pero esa fue la esencia de la conversación. ¿Quién infiernos podría empujar pensamientos en la mente de otra persona?

Por otra parte, Mark había aprendido algunas cosas asombrosas en la última semana. No estaba seguro de por qué enterarse de que el mal realmente existía le sorprendía. ¿No había asesinatos, violadores y abusadores en el mundo? Él nunca pensó que el mal fuera una entidad viva.

—Estoy en la librería —dijo Jackson en el teléfono—. Él estaba justo al cruzar la calle.

Mark vio a Jackson caminar hacia la ventana y mirar hacia afuera. Quería correr y ver de quién estaba hablando Jackson, pero era un cobarde y temía que si el mal lo veía se dirigiera a él.

—Es un infierno… ¿qué? —Jackson dijo un poco demasiado fuerte—. ¡Tienes que estar burlándote de mí!

Curioso, Mark se acercó un poco más, hasta que estuvo de pie justo detrás de Jackson, como si el hombre pudiera protegerlo y entonces miró por la ventana.

Oh, ¿por qué hizo eso? Mark debería haber mantenido su culo en donde estaba. Había un hombre en la calle, vestido completamente de negro, incluso tenía su maldito cabello negro y miraba directamente a Mark. El hombre apretó el dedo índice en la frente y luego inclinó un poco la cabeza, como si saludara a Mark. Tenía una cínica sonrisa en su rostro, pero sus ojos, Dios, estaban tan sin vida. Le recordó a Mark alguien muy dentro de lo Goth. Tenía las uñas y los labios del mismo color que el cabello, de color negro como la tinta. También tenía cadenas que salían de los ojales de sus pantalones, en todas direcciones.

«Es espeluznante».

 

Se alejó de la ventana, aterrorizado. Mark no estaba seguro de lo que el desconocido quería, pero sabía que no era nada bueno. Se giró cuando oyó a Jackson aclararse la garganta. El hombre finalmente apagó el teléfono. —¿Estamos en serios problemas?

La expresión de Jackson no era prometedora. Su pareja se pasó la mano por el corto cabello, sus ojos verde-azulado parpadeando en el rostro de Mark. —Y algo más.

 

 

continuará.... 

 

 

 


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