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La casa de los milagros por Majo Walles

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Capítulo 6

 

 

-Daiki, tenemos que hablar -dijo la madre del muchacho cuando este se quiso levantar de la mesa luego de tener un almuerzo en familia, en medio del silencio sepulcral y las fuertes feromonas de Soun y Kamui, peleando contra las de Taiga-. Les pediré, muchachos, que me dejen a solas con Daiki un momento.

-Madre…

-He hablado, Soun, recuerda que, por mucho que sean un hombre independiente, este es mi hogar, eres mi hijo y estás bajo mi techo.

-Lo lamento, madre -dijo el alpha poniéndose de pie, al ver la seriedad con la que hablaba ahora su madre-, vamos, Kamui, acompáñame por algunas cosas a la plaza.

-Bien -dijo poniéndose de pie, arreglándose la chaqueta del traje que portaba, dando una dura mirada a Taiga que ni se inmutó.

-Taiga-chan, puedes ir a la habitación de Daiki a descasar un momento, mientras hablo con mi hijo -le dijo sonriendo al alpha que al parecer había llamado la atención de su hijo. El único, cabe recalcar.

-Bien -dijo Taiga y se alejó, no sin antes giñarle un ojo al más joven para darle ánimos.

-Mamá…

-No, Daiki, espera -dijo volteándose para quedar mirando a su hijo de frente y sostener las manos del chico, en el segundo que lo hizo Daiki dejó salir la primera lagrima-. Oh, mi bebé -dijo atrayéndolo en un abrazo-. Lo lamento tanto, hijo.

-No, mamá, tú nunca tuviste la culpa de nada -dijo abrazándola de vuelta-. Siempre estuviste al pendiente de mí, de lo que me pasaba y de lo que me hiciera falta.

-Pero a pesar de todo, el que tus hermanos se alejaran te lastimo.

-Por que son mis hermanos, por que los veía como héroes -dijo limpiándose las lágrimas y sentándose más derecho, sin soltar las manos de su madre-, pero cuando se fueron… bien, me sentí abandonado… cuando entendí que ser omega me dejaba atrás.

-Pero no es así, hijo.

-Claro que lo es… no como antes, pero aún ahora es algo raro que un omega como yo destaque tanto entre prodigios como para alcanzar a temprana edad la fama que sé que voy a tener.

-Y no sabes cómo estoy orgullosa de ti, pero siento que te deje de lado sin quererlo.

-No es así -dijo sonriendo de lado-. No puedo decirte que perdonaré ahora mismo a mis hermanos, porque me hicieron mucho daño, pero si lo haré en un futuro -dijo negando con la cabeza- aun recuerdo como Kamui me regalaba dulces a escondidas o cuando Soun me llevaba en sus hombros cuando íbamos a los juegos de la plaza. Recuerdo cuando me consentían, son esos recuerdos los que me duelen.

-Ellos te aman mucho.

-Lo sé… yo igual -dijo recibiendo el abrazo de su madre.

-Entonces… ¿Qué está pasando con este alpha tan mayor que tú?

-Punto uno… no es tan mayor. Taiga es uno de los nuevos prodigios de la casa de los milagros.

-Oh… alguien que te de pelea -dijo sonriendo. Ella sabía muy bien cuanto disfrutaba su hijo los retos como este.

-Sí… además tienes que verlo… es atractivo.

-No te puedo negar eso -dijo riendo por las mejillas rojas de su hijo-. Si él te hace feliz…

-Oh, a mi omega lo hace muy feliz.

La madre de Daiki lo miró entrecerrando los ojos. Conocía a su hijo, lo conocía muy bien. Nunca le había visto interesado en un alpha, pero este parecía un buen flechazo.

-Como te digo, sólo espero que te diviertas… y te cuides.

-Sí, mami -dijo rodando los ojos.

Taiga veía la pantalla de su celular casi con miedo. No quería contestar a sus padres, no después de que se hubiera casi escapado de casa. Pero bien… que daño le podrían hacer a través de la línea telefónica.

-Habla Taiga…

-//¡¿Qué clase de hijo no llama a su madre ni siquiera para decirle feliz navidad?!//

-Hola a ti también, madre -dijo rodando los ojos, luego de acercar nuevamente el aparato a su oído, por el ensordecedor grito de su santísima madre.

-//Hola, hijo// -contestó más tranquila- //Oh, Taiga, te hecho tanto de menos//

-Madre, casi no pasábamos tiempo juntos, no es como si fuéramos inseparables.

-//Pero antes te tenía a mi lado, por lo menos//

-Bien, lo lamento.

-//Tengo tanto que contarte, hijo// -bien, su madre se escuchaba emocionada-//Ni te imaginas quien llego ayer a casa… y espera por verte//

-¿Quién madre?

-//Danna… tu prometida//

-Oh, madre… aun siguen con eso -dijo cansado, justo en ese momento Daiki venía entrando en la habitación y le hizo señas de que esperaría a que terminara su conversación, pero Taiga podía ver muy bien en las intenciones del felino, por lo que no se le hizo raro que este se acercara con movimientos felinos hasta ubicarse en su regazo… mimoso.

Taiga sentía que en cualquier momento dejaría caer el celular, así que lo puso en alto parlante y lo dejó sobre la cama, para poner ambas manos en la cintura de Daiki.

-//Por supuesto que sí, hijo, es importante que sigas con el linaje de los tigres//

-Ya te dije, madre… no me casaré con Danna.

Eso había parecido llamar la atención de Daiki que quiso alejarse, pero Taiga lo atrajo por el cuello para besarlo.

-//¡Pero Taiga… quiero nietos//

-Sí quieres nietos, justo ahora, tendrías que colgar el teléfono -dijo apretando las caderas del moreno que sonrió de lado- y si quieres comprar mi anillo de compromiso, no me molesta que lleve una D grabada en el mío…  pero créeme que no será para Danna.

-//No te entiendo//

-Mami, feliz navidad. Dale mis saludos a papá -dijo antes de cortar y volver su atención a Daiki.

-¿Así que prometida? -dijo Daiki pasando los brazos por su cuello.

-Por supuesto que sí, pero prometido… con D y con ganas de llenar su vientre de mis crías.

-Oh… que lanzado te pusiste por las fechas -dijo Daiki riéndose y besándolo. Él no era ese tipo de celosos que no veía las cosas claras. Taiga no quería esa prometida llamada Danna y además, estaban a cientos de kilómetros de distancia y el alpha, ahora mismo, estaba en su cama.

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.

Continuará...


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