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Parte de él... por Shima_Suzuki

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Pasaron unos cuantos días para que el Rey se presentara con la bruja del mar, Fumiko no tuvo ningún problema en pasar esos días cómodamente con su hijo, ayudándolo a mejorar en su magia, enseñándole nuevos hechizos y perfeccionando unos viejos, controlando su magia entre otras cosas, pasaban tiempo de calidad como madre e hijo.

Pero justo la siguiente mañana fue que tocaron a su puerta.

—Buenos días Yuu…—dijo el rey al ver que fue el pelinegro quien le abrió la puerta.

—Buenos días su majestad—se hizo a un lado para dejarlo pasar, claro que no solo paso el, también pasaron 2 guardias.

—Buenos días Fumiko.

—Buenos días hermanito—sonrió—al fin te dignaste a venir y hablar. —para ella no pasaron desapercibidos los guardias que su hermano traía consigo.

—Sí, vamos a hablar ahora.

—Te escucho.

—Te agradezco los servicios que me brindaste, pero dado a que lo más probable es que mi hijo ya esté muerto no es más requerida tu magia.

— ¿Qué estas tratando de decir?

—No voy a regresarte a la bóveda, ya que el trato era que pudieras estar con tu hijo a cambio de que me ayudaras a buscar al mío.

— ¿Entonces que harás?

—Te confinare con tu hijo a la prisión de coral debido a que aún tienes que pagar por tus crímenes pasados, así podrás estar con tu hijo, pero se te quitaran todos tus objetos mágicos.

—Oh, con que así va a ser…

—Guardias, escolten a la bruja del mar y a su hijo a la prisión de coral, sus servicios ya no son requeridos…

Más, sin embargo, ninguno de los dos guardias se movió.

— ¿Guardias? —estaba confundido ¿Por qué no obedecían? Pronto escucho la risa de Fumiko.

— ¿De verdad fuiste tan ingenuo como para pensar que dejaría que ocuparas mis poderes y después me tiraras como basura a una prisión? —sonrió.

— ¡Guardias!

—No te harán caso por mucho que lo intentes…Guardias, sométanlo.

Y al instante ambos guardias tomaron al rey de los brazos y lo dejaron contra el piso.

— ¿¡Que mierda!?

—Uy, ese lenguaje hermanito—se burló.

— ¿Qué has hecho? ¡¿Qué demonios has hecho?!

— ¿Nunca te esperaste que tratara de tomar el control de nuevo? Eres más ingenuo de lo que creí entonces…

—No has cambiado en nada…—dijo con rencor.

— ¡Por supuesto que no! ¡Soy la gran bruja del mar! La maldad corre por mis venas ¿pensaste que había cambiado solo por estar encerrada? ¿Acaso eres tonto? —se rio.

—Al parecer si es tonto—dijo Yuu, es que enserio ¿Quién no se tomaría las precauciones si está tratando con una ex criminal?

— ¡Responde! ¡¿Qué le has hecho a mi gente?! —el rey forcejeaba, pero obviamente la guardia eran tritones capacitados para esas situaciones y les era fácil someter.

—Digamos que durante todo el tiempo que estuve buscando a tu hijo esparcí por el agua una poción para controlar mentes—sonrió con maldad—Tu guardia, tu pueblo y hasta tus propias hijas están bajo mi poder.

— ¿Y cómo es que yo soy el único que no ha sido afectado?

—Oh hermanito, a ti te deje para el final—sonrió y se agacho a su altura—tu sufrirás lo mismo que me hiciste… te dejare encerrado con el conocimiento de que toda tu gente está a mi merced, así como tú me encerraste teniendo a mi pobre hijo a tu voluntad—en la mirada que le dirigía se podía distinguir el odio y rencor.

—No… no puede ser.

—Sí, sí puede ser—se levantó— ¿No es emocionante? Todas las cosas que podría hacer sin que tu estés ahí para impedirlo~ Ah…—se abrazó a si misma—Estoy emocionada…podría soltar tinta ahora mismo de tantas emociones que llegan a mí de solo imaginar lo que podría hacer…

— ¡Estás loca! ¡Suéltenme! ¡No puedes hacer esto!

—Oh, pero si ya lo hice—sonrió—Cariño.

— ¿Si madre?

—Como primogénita de la familia real, y al ser tú mi hijo, tienes absoluto poder de tomar el tridente… ¿o no hermanito? ¿Todo familiar de sangre puede hacerlo no?

— ¡No! ¡No se te ocurra! ¡Maldición suéltenme! —seguía forcejeando, pero era inútil.

—Ve por el querido.

—Si madre…—el pelinegro salió de la habitación.

—Guardias.

— ¿Si señora?

—Levanten al prisionero y escóltenlo a la bóveda—sonrió. —tienen total permiso de usar la violencia si trata de resistirse.

—Si señora—lo levantaron, pero antes de que se fueran la bruja del mar los detuvo.

—Ah…casi lo olvido. —Se acercó lo suficiente para mirarlo cara a cara.

—No te atrevas—dijo el rey al ver las claras intenciones que tenía.

—Si me atrevo—sonrió y tomo la corona de la cabeza del rey para colocársela ella misma.

— ¿Cómo has podido? —La miro frustrado y dolido.

—Nací antes que tú, esto y eso…—dijo al ver como Yuu volvía con el tridente—Es mío por derecho.

—N-No… ¡No lo hagas! ¡No te atrevas a tomarlo!

—Muy tarde~

—Aquí tienes madre…

—Gracias tesoro—dijo contenta, estiro su mano y tomo el tridente, el cual brillo con intensidad, la risa de Fumiko fue lo único que se escuchó de fondo, la luz era segadora. El agua que había permanecido fría desde hace un tiempo comenzó a entibiarse debido al nuevo carácter acoplado al gobernante. El clima en la superficie mejoro de manera súbita, el cielo dejo de estar nublado y las olas se calmaron.

Todo acoplado al muy buen humor de la reina.

—Llévenselo.

—Si señora.

Y entre protestas y forcejeo se lo llevaron.

— ¿Cómo se siente? —pregunto Yuu al ver a su madre con el tridente en las manos y la satisfacción en la cara.

—Se siente tan bien…—suspiro—es tan…poderoso, puedo sentir la magia correr por mis venas, desde mi cabeza hasta la última de mis ventosas…

—Me alegra que estés feliz madre—sonrió.

—Todo gracias a ti mi pequeño—acaricio su rostro.

— ¿A mí?

—Tú fuiste pieza clave de esto amor mío—continuo sus caricias—Sin ti, no hubiera podido hacer esto, eres lo que más me importa en este mundo.

Yuu solo sonrió, estaba feliz de estar con su madre…

— ¿Qué haremos ahora madre?

—Anunciar al pueblo entero el cambio de administración—dijo feliz.

—Bien…

La ahora reina esta de muy buen humor, y esto ya se había reflejado en el exterior.

Akira podía ver desde la ventana de su oficina como el cielo ya estaba despejado, con un radiante sol a la vista y las olas tan suaves como siempre, sonrió, eso solo significaba una cosa.

Tanaka entro a la oficina rápidamente.

—Joven príncipe.

—Lo sé—dijo girándose para verlo. —Diles a los capitanes de nuestros barcos y a los pescadores que es momento de zarpar.

—Sí mi señor—sonrió y se retiró.

El príncipe también salió de la oficina para ir a su recamara, el desayuno había sido hace poco y había dejado que Kouyou volviera a subir a dormir, toda la semana se la había pasado bastante deprimido a pesar de mostrarse bien cuando a demostrar amor se trataba.

Subió las escaleras y camino por el pasillo hasta llegar a su habitación, se encontró con Kouyou levantado, ya vestido y pegado a la ventana, mirando el mar, sonrió, sabia en parte que la depresión de su pareja se debía al estado del mar, supuso que ver el mar bien le alentaría a estar mejor.

— ¿Cariño? —se acercó a él.

— ¿Sí? —su voz se escuchaba suave, tranquila hasta cierto punto.

— ¿Cómo te sientes? —lo abrazo por detrás, dejando un besito en su hombro.

Para Kouyou era difícil responder esa pregunta, el clima había mejorado en poco más de semana y media ¿tan poco tiempo le tomo a su padre superar su partida? Vale, se sentía traicionado, supuso que al ser el rey no podía amargarle la existencia al pueblo entero debido a que la temperatura del agua dependía enteramente de sus emociones y por eso lo supero rápido, pero, aun así, dolía un poco…

—Estoy bien…

— ¿Seguro?

— ¿Por qué no lo estaría? —se giró un poco para poder verlo.

Akira le hizo dar la vuelta completa para poder darle un beso, Kouyou correspondió de inmediato, acariciando el rostro del pelinegro.

—Quería saber si estabas de humor…—se le veía algo nervioso al decirlo

— ¿Para qué? — ¿tan temprano y ya quería sexo? No es que le molestara, de hecho, le encantaba hacerlo con Akira, pero ahora no se sentía con el humor de hacerlo.

—El sastre viene hoy para confeccionar los trajes y bueno, va a tomar tus medias para el vestido entonces…

—Ah… para eso—sonrió levemente. —No te preocupes ¿solo tomara mis medidas no?

—Sí, solo eso—sonrió.

—Vamos entonces…

—Pero ¿seguro estas bien? Te noto un poco desanimado.

—Estoy bien amor, no pasa nada…

Akira sonrió, le encantaba que Kouyou lo llamara de esas formas tan melosas, tomo su mano y lo llevo consigo hacia el salón principal, se sentaron y bebieron un poco de té mientras esperaban a que el sastre llegara. Kouyou se mantenía apoyado en uno de los hombros del pelinegro mientras este lo tenía abrazado, las tazas de té estaban medio vacías en una mesita cercana.

— ¿Amor? —pregunto el príncipe.

— ¿Dime?

— ¿De verdad te encuentras bien? Me preocupa que lleves tanto tiempo desanimado—el príncipe comenzó a acariciar si cabello.

Kouyou suspiro, debía de verse en un estado deplorable como para que Akira insistiera tanto en eso…

—Solo estoy cansado…

—Pero te he dejado dormir más de la cuenta toda esta semana cariño—sonrió.

Kouyou iba a contestar, pero llamaron a la puerta, una de las sirvientas llego rápido para atender, el sastre entro.

—Ah, hola Yutaka—Akira se levantó para saludarlo.

—Buenas tardes príncipe.

—Cariño, ven aquí. —Kouyou se levantó y fue con Akira—Empieza primero con sus medidas, él es el que llevara “el encargo” ¿bien? Luego podrás tomar las mías.

—Por supuesto su majestad—sonrió—hola, soy Tanabe Yutaka, el sastre del pueblo y de plena confianza para la familia real, tendrás completa discreción de mi parte.

—Te lo agradezco—sonrió.

—Bien, vamos a medirte entonces—tomo su mano y lo llevo de nuevo a la sala de estar—por favor, párate derecho y extiende tus brazos hacia los lados.

Kouyou hizo lo pedido, Akira se quedó mirando, pero luego llego una de las sirvientas recordándole que tenía cosas que hacer, así que después de dejaron un beso en la mejilla del castaño se fue.

—Se ve que lo tienes completamente enamorado—dijo Yutaka mientras estiraba una cinta para medir su torso.

—Lo sé—rio un poco—y yo estoy igual de enamorado que el—suspiro con una sonrisa—de lo contrario no estaría haciendo esta locura de vestirme de mujer para casarme con él.

—Eso es verdad—sonrió y continúo midiendo y anotando—Me alegra que el príncipe por fin encontrara a alguien que lo hace completamente feliz.

—Yo también me alegro de haberlo encontrado…

 

 

 

Fin del capítulo 21.

Notas finales:

Aviso que nada mas quedan 5 capitulos :u


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