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Parte de él... por Shima_Suzuki

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Y por fin, después de tanto tiempo de espera, todo estaba listo, las flores, la decoración-que consistía en conchas, caracolas y perlas reales y ficticias-los trajes, los anillos las coronas, todo.

El pueblo entero estaba emocionado de que el príncipe ya cumpliría 22 años y podría dejar ese título para convertirse en rey, pero lo que más les alegraba es que el príncipe ya tenía una mujer a su lado, había encontrado a una princesa con la cual casarse ya que vieron como el sastre llevaba ambos trajes hacia el castillo, los dos espectaculares, pero aún más el vestido que llevaría la novia.

Era un vestido blanco de manda larga con escote que dejaba ver sus hombros, la caída de la falda era en “A” teniendo un mono medianamente grande en la parte de la espalda baja, el velo también se veía largo, pero no demasiado, era un bello trabajo.

Akira se encontraba viendo los últimos detalles, la boda seria a puertas abiertas en el salón principal del castillo, la comida ya se estaba sirviendo, pequeños bocadillos, los músicos ya habían llegado ya hora estaban practicando, estaba de un lado a otro junto con Tanaka terminando de ver todo, no quería errores en su coronación, mucho menos en su boda.

—Akira-sama, los trajes ya llegaron, vaya a darse un baño y cámbiese por favor, usted no tendría por qué estar aquí abajo.

—Sí, ya, ya voy—dijo sonriendo y subió rápido a su habitación, abrió la puerta y se encontró con Kouyou recién salido de la ducha, estaba sentado en el banquito frente al tocador, cepillando su cabello y tarareando una canción, se quedó embobado por un momento, a sus ojos Kouyou era hermoso, pero no era eso lo que lo tenía atrapado, era la melodía, estaba seguro de que ya la había escuchado antes.

Camino a paso lento, no quería interrumpirlo, cuando estuvo cerca dejo un beso en su cabeza lo cual hizo que Kouyou abriera los ojos y dejara de tararear.

—Hola amor—dijo el castaño sonriendo.

— ¿Por qué eres tan hermoso? —Kouyou sonrojo. —Iré a ducharme, una sirvienta vendrá pronto con los trajes.

—Está bien—sonrió y continúo cepillando su cabello. Akira entro al baño.

Un par de minutos después 3 sirvientas llegaron con el traje de Akira y el vestido de Kouyou.

—Akira-sama se cambiará aquí, y según las tradiciones no pueden verse así que, Kouyou-sama tendrá que acompañarnos a otro cuarto.

—Eh… okey—se levantó y como la puerta—cariño, iré a cambiarme.

—Okey~

Kouyou salió de la habitación seguido de las 3 chicas, lo pasaron al cuarto que inicialmente era suyo pero que dejo de ocupar debido a que ahora dormía con Akira.

—Bueno…empecemos de una vez—dijo quitándose la bata.

Las chicas se aproximaron a él para poder ayudarle con todo, primero le dieron ropa interior femenina y medias Kouyou se sintió apenado así que se cambió en el baño, cuando salió las chicas se sonrojaron, él estaba peor que rojo, con eso puesto la forma tan definida de sus piernas resaltaba muchísimo, llegando a tener un toque sensual a pesar de ser “formal”.

Entre las 3 ayudaron a montar el vestido, primero la base que era el vestido en sí, luego el corsé, el moño que iba a e la parte de atrás, le colocaron las zapatillas y lo sentaron en el banco del tocador para comenzar a maquillarlo y arreglar su cabello, el velo y la tiara serian al final.

Cuando terminaron de montar todo, las 3 se quedaron sorprendías, era Kouyou, pero se veía auténticamente como una chica.

— ¿Y bien?

—Se ve como una verdadera chica Takashima-sama.

—Esa es la idea ¿no? —sonrió.

—Recuerde que Suzuki-sama no puede verlo hasta que empiece la ceremonia ¿okey?

—Si—suspiro un poco desanimado.

—Le traeremos el almuerzo en un rato, a partir de ahora no puede salir.

—Está bien.

 Y sin más las 3 se retiraron de ahí, cerraron con seguro por precaución, Akira podía llegar y tratar de espiar y eso no sería correcto.

Kouyou se levantó y se miró en el espejo de cuerpo completo que había en la habitación, de verdad que parecía una chica, de hecho, se parecía a su madre…

El pensamiento lo hizo deprimirse un poco, se acercó a la ventana que había en el cuarto y suspiro.

—Mamá... —dijo con voz suave mientras miraba el mar, sabía que las sirenas no tenían alma, así que no había un “cielo” al que se fueran al morir como las creencias humanas dictaminaban. —Te extraño—le hablaba al mar, su padre muchas veces le había dicho que las sirenas al morir se fusionaban con el mar. Así que su madre estaba con el siendo parte del agua, de la flora y la fauna…

Quería llorar, pero no quería arruinar el maquillaje así que dejo de ver por su ventana, ver tanto azul le hacía sentirse peor, se iba a casar en un par de horas y nadie de su familia estaría presente.

Se sentó en la cama y suspiro, pasó un largo rato solo mirando a la nada, perdido en sus pensamientos unos más depresivos que otros. Se sobresaltó cuando un ruido lo distrajo, escucho como tocaban su puerta, al no abrirse supo que no eran las sirvientas.

Se levantó de la cama y se acercó a la puerta.

— ¿Quién es?

—Hola amor.

La voz de Akira le sorprendió, se pegó a la puerta y sonrió.

—Hola…

—Veo que se tomaron muy enserio eso de que no puedo verte, te tienen encerrado con llave.

—Todos en el castillo conocen lo necio que eres, es obvio que sabían que vendrías a buscarme aun cuando te dijeron que no lo hicieran.

—Lo sé —se rio—las chicas me dijeron que quedaste precioso, ya quiero verte para confirmarlo con mis propios ojos.

—No comas ansias, me veras en un rato más.

— ¡Príncipe! ¡¿Que está haciendo ahí?! ¡No tiene permitido ver al joven Kouyou todavía!

Y esa había sido la voz de Tanaka. Kouyou se burló al escuchar el berrinche que el pelinegro comenzó a armarle al mayor, pero al final, el señor Tanaka fue el que gano y a regañadientes Akira tuvo que irse de ahí.

La puerta se abrió dándole paso al hombre con una charola con una comida ligera.

—En la boda comerá más pesado, así que debe de alimentarse ligero por ahora.

—Está bien—Kouyou tomo la bandeja y se sentó en la cama, tomo la fruta picada y la fue acompañando con el té, después se comería la pequeña tarta que venía.

— ¿Necesita algo más joven Kouyou?

—Agua por favor… tengo la garganta seca por los nervios…

—En seguida se la traigo—sonrió y se fue.

Kouyou termino su comida con bastante rapidez, de nuevo comenzó a caminar por la habitación, estaba nervioso, no iba a negarlo, Tanaka regreso de nuevo con su agua y él la bebió casi con desespero, el hombre se rio, pero lo comprendía.

Comenzó a explicarle que él no diría nada, se acostumbraba a decir los votos en presencia de todos, pero en este caso debido a las “circunstancias” ese paso se saltaría, si Kouyou hablaba adiós a la fachada de que era chica.

—Entonces ¿Después de la boda ya me puedo ir?

—No, aun no Takashima-sama, después de eso es la coronación.

— ¿Frente a todos? —pregunto con un hilo de voz, la sola idea de estar ahí frente a todos con la corona puesta… tembló de solo imaginarlo.

—Si, pero será rápido no se preocupe, el joven príncipe tendrá que quedarse para atender a los invitados, pero a usted lo retiraremos rápido, nadie se le acercara ¿bien?

—E-Esta bien…—dijo no muy seguro.

—Este al pendiente, dentro de poco vendrán por usted Takashima-sama—sonrió—Trate de mantenerse tranquilo.

—Tratare…

Y sin más Tanaka se fue dejándolo solo y de nuevo bajo llave para evitar que Akira regresara, Kouyou suspiro y se quedó sentado en la cama sin ser consciente de la gaviota en su ventana, esta se fue al mismo tiempo que Kouyou se levantaba para caminar y tratar de no sentirse tan nervioso.

Yuu dejo a la gaviota libre y soltó un suspiro muy fuerte, su madre también lo vio todo y podía ver la agonía de su hijo, como su dolor oscurecía poco a poco su corazón…y eso inevitablemente le favorecía a ella.

Su hijo era demasiado noble para ser un Cecaelia...

Tenía que forjarle un carácter o todos sus planes se irían a la basura.

— ¿Quieres verlo con tus ojos? —hablo de la nada.

— ¿Qué? —se giró sin entender.

—Podemos ir a esa boda…y verlo con nuestros ojos y no con los de una gaviota.

— ¿Qué tratas de hacer madre? —pregunto sin entender.

—No quiero que al principito se le ocurra volver, al menos no ahora, habrá muchas personas… podemos ir y ver, incluso podrías hablar con él…

— ¿Qué planeas madre? —insistió, la mirada que le dio no le dio buena espina.

—Revisar la zona un poco—sonrió—pero quiero que lo veas con tus propios ojos, no a través de los de un animal…

— ¿Ver qué?

—A él, quieres verlo ¿no es así?

—Si, pero…

—Entonces vamos—sonrió con “inocencia”.

Yuu supo entonces que la sonrisa de su madre no era para nada inocente.

~

Kouyou estaba temblando, estaban a pocos minutos de anunciar su salida y sentía que le sudaban demasiado las manos, su cuerpo se sentía tenso e incluso tenía ganas de llorar.

Trato de relajarse, no podía arruinar todo, no ahora.

El pueblo entero estaba escuchando el discurso de Akira y él ni siquiera podía concentrarse en eso porque estaba demasiado nervioso.

—Estoy muy agradecido con todos de que me acompañen en este día tan especial, no solo es el día de mi coronación, también es el día de mi boda. —dijo el príncipe muy feliz, todos podían verlo. —Ella es muy tímida, les pido por favor que no la presionen, solo yo diré mis votos, espero lo entiendan, se siente intimidada. —dijo riendo un poco y el pueblo también lo hizo, pero lo comprendieron.

La música comenzó a sonar y Kouyou se paralizo, las sirvientas dieron los retoques finales al vestido, al ramo y colocaron bien su velo.

—No se preocupe Takashima-sama, todo va a estar bien, no tiene por qué preocuparse.

—Okey…—dijo casi en un sollozo, los nervios lo estaban matando, no solo porque estaba a punto de casarse, sino porque sería frente a todo el pueblo y vestido de mujer...el aire le empezó a faltar.

—Todo está bien, todo va a estar bien—trataron de calmarlo al ver que estaba hiperventilando.

—No respiro…—su voz se escuchaba ahogada, una de las sirvientas le quito el ramo y lo tomo de las manos.

—Joven Takashima escúcheme, solo míreme a los ojos y respire ¿sí? Lento—inhalo profundo y Kouyou la imito—Asi… uno, dos, tres—repitieron la acción unas cuatro veces hasta que se calmó, la gente afuera ya estaba hablando de porque la princesa no llegaba y Akira estaba cada vez más nervioso. —Ahora… va a salir ¿okey?

—Está bien—dijo aun con la voz casi en un hilo, pero ya no temblaba.

Volvieron a arreglarlo un poco y después lo dejaron ir, las puertas de madera se abrieron y camino firme hasta el príncipe que respiro aliviado al verlo, el pueblo entero se sintió emocionado al ver por fin a la princesa que se convertiría en su reina, ya querían verle la cara, de seguro era muy hermosa.

La caminata hacia Akira se sintió más larga de lo que era, la respiración se le cortaba de nuevo, incluso veía borroso, se sentía mareado, su vista estaba fija en Akira, eso era lo único que importaba, nada más.

Su figura era delicada y aunque era un poquito más alta que el príncipe se le notaba muy tímida, Akira tomo sus manos luego de que le entregara el ramo a una de las sirvientas y le sonrió, tratando de transmitirle fuerzas, Kouyou lo miro atento, con los ojos rojos y los labios aun temblándole por las ganas de llorar, los nervios eran una cosa dentro, pero ahora que estaba afuera, a la vista de todos, se sentía mil veces peor…

Se colocaron frente a la tarima donde el sacerdote del pueblo ya estaba dando el sermón.

—Todo va a estar bien—susurro cerca de su rostro. Kouyou solo asintió, apretando más sus manos, la voz del sacerdote desapareció para él, todo desapareció para él, solo estaba Akira, con su mirada llena de amor solo para él y de cierta forma, tranquilizándolo.

Sonrió cuando la palabra paso a ser de Akira, que diría sus votos en ese momento frente a todos y que gracias al cielo el solo tenía que escuchar:

“A veces me pregunto, si no te hubiera conocido ¿Qué clase de persona seria? Probablemente solo sería un tonto amargado con mucho trabajo. Sabes que te amo, asi que, por favor, quedate conmigo, cuida de mi porque todavía soy torpe en el amor, lo sé, pero contigo todo cambia, contigo las cosas son mejores, mientras te veo, mis sentimientos solo crecen más, mi corazón se acelera mucho y el mundo se vuelve más hermoso solo porque estás tú, por eso estamos haciendo esto ahora, por eso decidí casarme contigo, porque mi amor por ti es sincero y puro, y no hay ni un solo día que no quiera pasar teniéndote a ti a mi lado.”

Un sirviente se acercó con los anillos en una pequeña almohadilla roja, ambos muy hermosos y ostentosos, Akira tomo el anillo que le perteneció a su madre y lo coloco en el dedo anular de Kouyou, encajando a la perfección, Kouyou hizo lo mismo con Akira, ambos anillos calzaban perfectos y eso solo emociono al pueblo, que solo estaba cada vez más ansioso por ver a la nueva reina.

Akira levanto el velo revelando el hermoso rostro de “la reina” y beso sus labios con cuidado, Kouyou correspondió encantado mientras todo el pueblo gritaba de alegría…

Bajo la atenta mirada de un par de ojos amarillos.

 

Fin del capítulo 23.

Notas finales:

agarrence porque ahora si viene lo feo :u


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