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Parte de él... por Shima_Suzuki

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Notas del capitulo:

wenas uwu <3

segundo capi y disculpen la tardanza, a la universidad se le ocurrio la brillante idea de las lases en liena y he estado ocupada con eso peor hoy por fin termine todo y les traigo un capi mas uwu disfruten <3

una disculpa si llegan a encontrar algun error xd segun yo no hay ninguno pero un dedazo siempre se puede ir XD

Para Kouyou el tiempo paso lento, los pocos días que faltaban para poder ir a explorar el exterior se le hicieron eternos…

Pero por fin, después de lo que para él fue una tortura, llego el primero de enero, el día en que su padre lo dejaría salir.

Kouyou y su padre nadaron hasta casi la superficie.

— ¿Cómo funcionara esto entonces padre? —pregunto, no tenía idea de cómo le haría una vez estando fuera del agua ¿le dolería la aparición de sus piernas?

—Solo nada a la orilla pequeño, lo demás pasara solo—le dio una pequeña bolsa con monedas de oro dentro. —Usa esto para comprar lo que necesites, aquí arriba se necesita pagar por las cosas, no es como en casa, aquí serás un humano común, no un príncipe.

—Entiendo…—abrazo a su padre, se estaba despidiendo.

—Cuídate pequeño. Recuerda, nadie debe de saber de dónde eres, eres muy inteligente, inventa cualquier cosa. —acaricio su cabeza.

—Está bien papá…—sonrió y se separó poco después comenzó a nadar hacia la orilla, poco a poco se notaba, la arena iba viéndose de cerca.

Cuando la falta de profundidad ya no le permitió seguir nadando, comenzó a arrastrarse por la arena, las olas golpeaban sus aletas y cola, se arrastró lo mejor que pudo hasta llegar a unas rocas que estaban ahí, era tan raro estar completamente fuera de agua.

Miro hacia el mar, pero su padre ya no estaba ahí, suspiro y miro la bolsa de monedas, por su peso calculaba que habría unas 100 monedas de oro, suficiente para vivir por una semana entera en el mundo humano.

Se quedó quieto, se apoyó en las rocas sin entender ¿Qué pasaría ahora? ¿Dónde estaban sus piernas? Su cola comenzó a secarse, pues el agua ya no lo alcanzaba, se quedó mirando un poco el alrededor sin darse cuenta de que su cola comenzaba a humear, solo cuando noto el humo fue que se dio cuenta de que provenía de su cola, la cual ahora eran ya casi dos piernas, sus aletas terminaron de encogerse a pies.

Por un momento no respiro, se quedó quieto tratando de procesar todo lo que estaba pasando, okey si, ya tenía piernas, pero ¿cómo se caminaba?

No trato de pararse de una, sabía que no podría, miro hacia los lados en busca de gente, la playa estaba sola por lo que pudo despreocuparse de que alguien lo viera desnudo, empezó primero por tratar de mover los dedos de los pies, sería fácil, era como mover las aletas de su cola, o al menos eso pensaba.

Paso un rato hasta que pudo mover completamente los diez dedos, siguió entonces con el pie completo, hacia delante y hacia atrás para después de derecha a izquierda y así, miro hacia arriba, aún era temprano, tenía tiempo.

Cuando lo tuvo dominado comenzó por flexionar y abrir las piernas, tratando de tener el mejor control posible, no era lo mismo que tener una cola, donde los nervios están juntos y solo tienes que mover de arriba abajo toda tu cola, era como tener dos colas, y tratar de mover una después de la otra era difícil.

Se llevó un buen rato en eso, no comprendía como es que los humanos caminaban tan fácilmente, a él le estaba costando muchísimo tratar de mover de manera coordinada sus piernas.

“Ellos nacieron así Kouyou a ti te transformaron”

Cuando más o menos tuvo el control trato de levantarse, realmente le estaban temblando las piernas, pesaba estar de pie ¿y cómo no? si en el agua no hay mucha gravedad y puedes moverte libremente sin ningún problema, se apoyó en las rocas para levantarse.

Después cayó en cuenta de que estaba desnudo, la cara se le coloreo de rojo, pero no podía hacer nada más, comenzó a caminar utilizando las rocas como apoyo, aun le costaba un poco de trabajo, llego hasta unas escaleras de piedra que llevaban hacia arriba, lo que supo que sería el pueblo, no podía subir por ahí desnudo.

Busco con la mirada por ahí cerca, vio un campamento puesto en la arena y a varias personas jugando en el mar, se acercó con sigilo, dado a que sería muy raro acercarse de la nada y ofrecer dinero por la ropa, opto por la opción fácil, simplemente tomarla mientras los chicos no lo notaban.

Ya con unos zapatos, pantalones y playera, se vistió rápidamente y se alejó a las escaleras, le costó algo correr, apenas y podía caminar medio bien, pero aun así, una vez en la escaleras de piedra, guardo el dinero en el bolsillo del pantalón y comenzó a subirlas, la ropa que llevaba no era precisamente la más bonita y mucho menos la más cómoda, si llegaba al pueblo lo primero que compraría seria ropa, ya había leído de eso en los libros que a veces encontraba en los barcos hundidos, necesitaba algo más “elegante” él era un príncipe después de todo.

Sus ojos se maravillaron al ver el pueblo, todo era muy pintoresco y alegre, la gente caminaba comprando lo que necesitaban para su día a día o simplemente paseando ya que al parecer seguían los festivales.

Camino a paso lento, tenía muchas ganas de curiosear todo, pero lo primordial era comprar una mejor ropa y algo de comer, de la emoción no había desayunado mucho y ahora su estómago le pasaba factura.

Miro los letreros del pueblo para poder orientarse un poco, camino por un buen rato, mirando, preguntando y saciando su curiosidad por todo, al final primero comió, compro varias cosas, entre ellas, fruta, pan, queso y un jugo.

Cuando termino su comida fue a la tienda de ropa, entro y observo todo, había muchas telas y accesorios, también había sombreros y joyería, se pasó al mostrador, pero no había nadie.

— ¿Hola? —se animó a hablar ya que no había nadie y no escuchaba ruido más que el de una rueca para hilar.

Pronto el ruido se detuvo, escucho pasos acercarse, salió por una puerta detrás del mostrador un chico, alto, piel ligeramente morena, cabello castaño, ojos chocolate y una bella sonrisa.

—Hola ¿en qué te puedo ayudar?

—Este…estaba buscando algo de ropa nueva. La que tengo puesta no es muy cómoda.

El sastre observo al castaño con detenimiento, a sus ojos era un chico bastante guapo, sus rasgos delicados y finos lo hacían ver algo fuera de lo común, de hecho, nunca lo había visto, probablemente solo estuviera de paso.

—Creo que tengo algo perfecto para ti—sonrió, dejando ver un precioso hoyuelo en su mejilla izquierda.

—Estoy en tus manos entonces—le sonrió de igual manera.

..

.

Una vez Kouyou con ropa nueva y más cómoda, y por supuesto mucho más elegante que la ropa que había abandonado en la tienda luego de cambiarse, continúo con su paseo por el pueblo.

Hasta ahora aun no encontraba ninguna biblioteca, así que continúo mirando todos los puestos de comida y objetos varios que encontraba, las cosas que más le gustaban, las compraba, procurando reservar el dinero suficiente para hospedarse en una posada, ya había mirado algunas y cotizado algunos precios, todas, o al menos su mayoría, estaban por la misma cantidad.

Cuando se cansó de caminar, se relajó en una banquita que encontró en la plaza central, saco algo más de su bolsa, la cual también compro, y comenzó a comer de nuevo, la fruta sabia deliciosa, y no entendía porque le sabia tan diferente, en el mar también existían frutas, pero no como esas y realmente sabían muchísimo mejor.

Técnicamente todo en el pueblo sabia mejor que la comida del mar, podría decirse que las sirenas y tritones se consideraban “vegetarianos” dado a que toda la flora marina para ellos era comestible, aunque había escuchado cientos de historias de sirenas de “otras aguas” que se comían a los seres humanos…

Perturbador, lo sé.

Miro el cielo, tan azul, igual que el mar, en cierto modo eso lo hacía sentir en casa, soltó un suspiro y cerró los ojos, después los volvió a abrir, había perdido por completo la noción de tiempo, se fijó en el sol entonces, ya estaba atardeciendo y el aun no encontraba una biblioteca.

Decidió entonces volver a retomar su camino, se levantó de la banca y continúo caminando, aun no recorría todo el pueblo, de hecho, el pueblo era bastante grande, pero no se rindió, siguió caminando.

Luego de caminar alrededor de unos quince o veinte minutos por fin la vio, en la esquina de la calle por la que estaba caminando, la biblioteca, sin mucho tiempo más que perder casi corrió hasta llegar, entro con cautela haciendo que un suave tintineo resonara por el lugar, pronto un hombre le saludo cordialmente y lo invito a pasar, Kouyou sonrió y paso ya sin más temor, hablo un momento con el hombre sobre que secciones había en la biblioteca, después de mencionarse las pidió que le indicara donde estaba la sección de “hechos históricos” le dijo que era el último pasillo, la biblioteca era grande así que camino hasta el último pasillo y entro en este.

La mayoría de sus hechos históricos eran sobre sus viajes marinos, así que se dispuso a leer para ver que similitudes podía encontrar con todos los corajes que su padre habría hecho en la historia para que el mar se agitara mucho.

Se perdió en su lectura por un buen rato, un libro tras otro, leía bastante rápido, al menos unas 700 palabras por minuto si no es que más.

Tan absorto estaba en su lectura que no noto el tintineo de la campanita que había en la puerta, ni mucho menos las palabras que intercambiaron el bibliotecario y la persona que entró. Pero lo que si noto fueron los pasos que se acercaban, alzo la vista solo por un momento y noto a un joven y al bibliotecario hablar.

Después perdió el interés y siguió en lo suyo, el bibliotecario aun no le decía que se fuera por lo tanto aun había tiempo para seguir leyendo a pesar de que ya se podía distinguir un cielo estrellado por la ventana.

—Las cartas de navegación las tengo en la estantería de arriba, permítame solo un momento Suzuki-sama y se las traeré para que puedan salir mañana en la mañana. —dijo de manera muy cordial el bibliotecario ¿y cómo no? si era el mismísimo príncipe quien había ido personalmente por las cartas para su viaje de mañana.

—Está bien, yo esperare aquí si no le molesta—le sonrió amablemente el muchacho, de piel clara, ojos castaños y negro cabello algo alborotado debido a que corrió para llegar antes a la biblioteca.

—Póngase cómodo, alteza, no tardo... —dijo el bibliotecario subiendo a su paso las escaleras.

El bibliotecario se fue, dejando al príncipe en el mostrador, claro que este no se quedó ahí, comenzó a caminar por las secciones, todas obscuras, todas menos una, la última, se extrañó bastante, por lo general no mucha gente se metía al pasillo de los hechos históricos, de hecho, no creía que alguien -además de el- se metiera a esa zona.

Sin perder tiempo, camino rápido hasta llegar, asomo su cabeza con cautela y entonces lo vio, un chico no mucho más grande que él, sentado cómodamente al lado de la lámpara de aceite, con una pila de libros en la mesita donde estaba la lámpara y uno en sus manos, leyéndolo tranquilamente sin notar su presencia.

No le pudo quitar la vista de encima, a sus ojos era una persona muy hermosa, ¿y cómo no? si era una sirena-o bueno, tritón-, claro que eso el príncipe no lo sabe, para él es una persona demasiado hermosa de la cual no sabe nada porque nunca lo había visto.

Sin pensárselo dos veces se sentó en el sillón junto al suyo y se apoyó en el brazo de este, mirándolo fijamente con una suave sonrisa.

Kouyou noto el movimiento a su alrededor, pero no le prestó atención, claro que después tuvo que voltear al sentir la mirada de una persona clavada en él. Dejo su lectura y miro con seriedad a la persona a su lado.

— ¿Se te ofrece algo? —le incomodaba bastante que lo miraran fijamente, en especial ahora que el bien sabía que no era de ese mundo, que cualquier persona podría sospechar de él, aunque era imposible que se dieran cuenta, la magia de su padre era muy buena.

—Tú no eres de por aquí—dijo simplemente sonriendo.

Kouyou se tensó, obviamente él no era de ahí, él era del mar, pero este tipo ¿Cómo lo sabía? La sonrisa que tenía, aunque gentil, le daba miedo.

— ¿Cómo lo sabes? —trato de no mostrarse nervioso.

—Soy el futuro heredero de esta tierra, debo de conocer a todas las personas de mi pueblo y a ti nunca te había visto, por lo tanto, no eres de aquí.

— ¿Y cómo sabes que no me has visto? Vive mucha gente en este pueblo como para que memorices todas las caras.

—Me paseo todos los días por todo el pueblo—se acercó un poco más a el— además—sonrió—nunca olvidaría un rostro tan lindo como el tuyo si lo hubiera visto antes. —se atrevió a acariciar su mejilla, lo cual solo hizo que Kouyou se tensara más.

—Entonces—aparto la mano del pelinegro con delicadeza— ¿Estoy tratando con un príncipe?

—En efecto—sonrió—Y futuro rey, no lo olvides—le guiño el ojo.

—Oh, disculpe usted majestad—sonrió levemente, el al ser de la realeza sabía cómo tratarlo. No sería muy diferente a la realeza marina ¿o sí?

—Disculpa aceptada con una condición—sonrió.

—Usted dirá—también sonrió.

—Dime tu nombre.

—Solo si me dice el suyo.

—Eres bueno en esto de la negociación—se rio—Akira Suzuki, futuro Rey.

—Kouyou Takashima, simple pasajero.

—Bueno Kouyou Takashima simple pasajero contéstame una cosa ¿Tienes ya donde quedarte?

—En una posada cercana.

— ¿De cuánto será tu estancia aquí?

—Solo unos días—sonrió.

— ¿Y cuentas con el capital suficiente para ello?

—Si claro.

— ¿Y si mejor te invito a que te quedes conmigo en el palacio? —sonrió.

Kouyou se lo pensó un momento,  sabía lo que estaba haciendo, en el mar pasaba mucho cuando llegaban visitantes lejanos a sus mares, se les ofrecía hospedaje en el palacio para demostrar su hospitalidad, supuso que aquí en el mundo humano sería igual, además, seria hospedaje gratis, más dinero para sus gastos personales –véase, lo que más le gustase de las cosas humanas- le sonrió al príncipe el cual le devolvió la sonrisa.

— ¿Me tomo esa sonrisa como un sí?

—Sera un honor quedarme en el palacio con usted su alteza—dijo haciendo una leve reverencia con la cabeza.

—Solo dime Akira ¿bien? —se levantó ya que el bibliotecario había llegado con las cartas de navegación, le dio el dinero correspondiente mientras Kouyou acomodaba los libros donde los había tomado, cuando termino, noto que el príncipe le tendía la mano, sonrió y la tomo, después este se lo llevo con el rumbo al palacio…

 

Fin del capítulo 2.

Notas finales:

Recuerden no salir de casa, usar cubrebocas en caso necesario de salir y estarse lavando constantemente las manos

las amomo <3


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