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Army Boy por kawai13

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Notas del capitulo:

Mil disculpas por la demora espero y disfruten el cap 

Capítulo 4

 

***Army Boy***

 

Taehyung miraba embobado su celular, el pequeño Hoseok al final se había bajado en un parque diciendo que estaba cerca de casa, y que antes pasaría a comprar algo para su madre. No los dejó acércalo hasta donde el pequeño moraba logrando que el plan de conocer donde vivía se fuera al caño, pero… eso ya no importaba. Al menos no por el momento.

 

El menor le había pedido las fotos a Taehyung, y ¿qué mejor forma que intercambiar números, que esa? El que ahora lo tenga agregado en kakao talk, no era más que una conexión que Taehyung aprovecharía para seguir en contacto con el menor, y debía admitir que la foto de perfil que Hoseok tenía era demasiado tierna.

 

— Eh, mocoso — Le dijo su hyung un poco enojado por estar siendo medio ignorado. — Yo también quiero que me pases esas fotos — dijo Jin, sacando su celular a la espera de que le pasaran las imágenes de ellos y ese pequeño tan tierno y dulce — El nene era una ternura.

 

Tae abultó un poco los labios, no quería compartirlas.

 

— Son mías, hyung — Susurró cual niño enfurruñado. — No se las voy a dar.

 

Y lo que recibió en respuesta fue otro coscorrón en su cabeza.

 

— No seas egoísta y pásamelas Tae, no vas a querer verme enojado. — Alzó uno de sus dedos tocando sorpresivamente la nariz del otro, — Apura, apura.

 

Alzó nuevamente el celular y a Taehyung no le quedó de otra más que pasarle las fotos que se habían tomado con el pequeño army hace solo unos minutos.  Sí, le pasaría esas lindas fotos, pero se guardaría para sí mismo el número del menor.

 

— Hyung — Tae llamó la atención del contrario que ahora revisaba con una gran sonrisa en sus gruesos labios las fotos que su dongsae le acababa de pasar — ¿Antes de ir a la empresa podemos pasar a comer algo? — Se sobó la pansa y volvió a formar un puchero, nada mejor que atacar los instintos de mamá gallina de su hyung para conseguir lo que quería. — Tengo mucha hambre.

 

Jin lo miró por unos cuantos segundos hasta soltar un suspiro y pedirle al chofer que diera la vuelta y se dirigiera a la hamburguesería más cercana posible.  

 

— Solo porque llegando te espera una gran reprimenda de PD-min y no vas a poder comer hasta tarde.

 

Taehyung ya se esperaba ser regañado, así que solo asintió con su enorme sonrisa cuadrada a la promesa de tener una jugosa y caliente hamburguesa en sus manos; Seokjin también empezó a sonreír, su estómago también quería esa comida grasocita antes de que todos los miembros estén casi obligados a empezar una dieta. La gira de conciertos y amanecidas hacía que todos comieran comidas a destiempo o poco alimenticias, y siempre ganaban un par de kilos que tenían que bajar luego.

 

Si, una rica hamburguesa sonaba bien antes de empezar la tortura de lechuga y casi días completos sin comer

 

****Army Boy****

 

Hoseok llegó a su casa un poco antes de que le tocara salir a su madre; su padre ya no se debía de encontrar en casa, pues para llegar a tiempo a su trabajo debió salir hace más veinte minutos y según la hora en su pequeño reloj de muñeca, ya faltaba muy poco para que su tierna progenitora saliera, como siempre, corriendo apurada y tarde. Debía admitir que heredó esa característica de ella.

 

Sin querer quedarse más tiempo sin abrazarla y darle un beso en la mejilla. Tocó la puerta de su vivienda (su padre había votado su última llave por el excusado hace un par de semanas y no había podido sacar otra) y esperó un poco impaciente y con una sonrisa el ser estrujado con amor, los pasos presurosos tras la puerta contraria solo hicieron que su sonrisa aumentara mientas ajustaba una de las correas de su mochila a su hombro.

 

— Am…— Pero cuando se abrió de par en par la entrada principal, solo encontró el rostro de su padre.

 

Ambos supusieron que en la puerta contraría verían a la misma persona, ambos se equivocaron.

 

— Yo… — Hoseok retrocedió un paso, dispuesto a marcharse.

 

— Te dije que no quería ver tu repulsiva cara frente mío — Dijo acercándose al temeroso joven y jalándolo de sus teñidos cabellos y viéndolos con desprecio — ¿El color es nuevo mariquita? — El hombre ya estaba enojado en esa desastrosa mañana y que mejor que desahogarse con el que creía era el centro de sus problemas. — No podías escoger un color menos llamativo? ¿O así te vendes mejor en las noches?

 

El señor Jung se había levantado con el pie izquierdo, su alarma no sonó y cuando al fin abrió los ojos, su esposa ya no se encontraba a su lado. No le habían preparado el desayuno ni alistado su ropa. No le habían servido el almuerzo para que lo llevara al trabajo ni recibido muestras de afecto y mientras el hacía cada una de esas cosas en la mañana, más tarde que nunca para ir al trabajo, no pudo evitar pensar en que todo era culpa de su hijo. Aquel que hasta hace poco era un joven normal, había resultado ser un marica que quería dedicarse a una carrera sin futuro, y lo peor de todo, había puesto en contra a quien creía su compañera de vida.

 

Su humor estaba terrible, y ver a su hijo fue la última gota que colmó el vaso de su paciencia. Por el único motivo por el cual aun no empezaba a gritar a todo pulmón y armar una escena fue para que sus chismosos vecinos no hablaran mal de él.

 

— Yo… lo siento —Hoseok respetaba demasiado a su padre como para defenderse o hacer algo en su contra, por lo que solo contenía su dolor y aguantaba sus reproches

 

— ¿No entiendes que no te quiero ver cerca? — Le dijo en un susurro lleno de ira, acercando al lloroso niño aun jalándole los cabellos. —  Quiero que te largues de mi casa ¡Ya!

 

El adulto le dio un jalón más por sus cabellos y lo tiró lejos de la entrada de su casa.

 

Hoseok perdió el equilibrio y sin poder detenerse antes de los tres escalones del ingreso de la casa, cayó fuertemente hacia el pasto mientras escuchaba la puerta azotarse.

 

Sus manos estaban raspadas, su tobillo punzaba y su cuero cabelludo ardía por los jalones tan agresivos.

 

— Lo siento, abeoji (1) — Susurró mientras silenciosas lágrimas caían de sus ojos, llorando por recuerdos perdidos.

 

****Army Boy****

 

— Hyung, por donde estamos yendo — Dijo Taehyung con la boca aun llena de comida, y con un par de trocitos salpicándole a la mejilla del mayor

 

— Come bien, Tae. — Le resondró mientras se limpiaba y miraba con el ceño fruncido a su dongsae.  Jin miró las calles, por un momento y volvió su vista a su contrario — Hicimos un poquito de alboroto en la hamburguesería, ¿verdad Tae? — Empezó a explicar mientras veía como el menor masticaba y asentía a la vez. — Pues el chofer se ha ido por unas vías alternas para despistar a cualquier fan que quiera seguirnos.

 

Al terminar de hablar él también le dio un gran mordisco a su comida y volvió a ver por la ventana cerca de Taehyung. Sus ojos se agrandaron y se atragantó mientras empezaba a toser y escupirle ahora él al menor la comida medio masticada.

 

— ¡HYUNG! — Gritó Taehyung mientras se limpiaba el rostro y veía como Jin, sin parar de toser pasaba a los sillones de adelante y le golpeaba el hombro suavemente al conductor — ¿Qué pasa hyung? — Pasando de estar medio enojado a empezar a asustarse porque su Pinky hyung se le estaba muriendo — ¿¡Se ahoga!?

 

Cuando Tae estaba por pararse y alcanzar al mayor Jin pudo finalmente tragar lo que tenía en su boca y medio asfixiado le dijo al chofer que detuviera el auto y regresara un par de cuadras.

 

— ¡Hyung! — Tae seguía siendo ignorado por su mayor y un poco asombrado vio como este se ponía una mascarilla y apenas el auto se estacionó fue trotando hasta un pequeño joven que cojeaba.

 

Los ojos del joven Kim se agrandaron al identificar a su hyung con el pequeño Army de hace poco más de una hora. Gracias a dios Jin tenía el cabello negro y no llamaba tanto la atención, pero aun así era un chico guapo y alto, por lo que no debía tentar a su suerte estando tanto tiempo en la calle. Así fue como, sin querer apurar al menor con su tobillo lastimado, tomó la decisión de cargarlo y trotar hasta el carro.

 

Jin debió admitir en ese momento que el pequeño Army era muy ligero.

 

La puerta de la camioneta fue abierta por Tae y el mayor de todos entró con cuidado de no golpear a su pequeña carga.

 

Al estar ambos ya dentro y con la puerta cerrada el chofer arrancó nuevamente el carro, poniéndolo finalmente en marcha hacia la agencia. Hoseok estaba sentado en el regazo de Jin mientras escondía su cara un poco sucia con tierra y rastros de lágrimas en el amplio pecho de su mayor.

 

—¿Hoseokie? — Susurró Taehyung aun un poco anonadado de tenerlo nuevamente con ellos, pero sobre todo, por el estado en el que se encontraba.

 

Hoseok se apretó un poco más al cuerpo del mayor y aunque Tae se sentía un poco celoso de eso, estaba mucho más preocupado por saber que le pasaba al menor. ¿Por qué estaba sucio y lloroso cuando lo dejaron tan feliz y tranquilo?

 

El pequeño no le respondió, por lo que mientras Jin lo abrazaba y acariciaba su espalda con uno de sus brazos, Taehyung había empezado a quitarle toda ramita y hojas que el pequeño tuviera en su cabello o ropas.

 

Los minutos pasaron y Jin volvió a bajar su mirada al no escuchar más quejidos, lo que se encontró fue al pequeño Army dormido sobre su pecho, con uno de sus puños arrugando su camiseta rosa.

 

Ambos cantantes lo miraron con una sonrisa al por fin ver que se había calmado.  Su respiración ligera era un bálsamo para las angustiadas almas de los cantantes.

 

— Hyung — Susurró bajito el de cabellos morados— ¿Qué vamos a hacer? — Con su mano movió sutilmente los rojizos cabellos de la frente del menor, apreciando más su agraciado perfil y sus largas y curveadas pestañas. — PD min, nos espera al llegar a la compañía.

 

SeokJin lo pensó por un momento, no podían llevarlo con el manager, menos para escuchar la reprimenda que se llevaría Tae por su descuido.

 

— Debemos dejar que nos espere en alguna sala o estudio. — Dijo mirando a los ojos de Taehyung mientras inconscientemente seguía frotándole la espalda al dormido Army.

 

— ¡Ya sé! — Dijo un poco más alto. Ganándose un coscorrón de parte de Jin y viendo como este llevaba su índice a sus dedos y hacia ese característico sonido ¨shhh¨ — Lo… lo siento — Se sobaba su cabeza mientras ambos cantantes estaban atentos a los leves movimientos que tenía el menor acomodándose mejor en el regazo de Jin.

 

—¿Qué se te ocurrió Tae? — Preguntó luego de ver como el menor nuevamente suspiraba en el mundo de los sueños.

 

— Llevémoslo a uno de los estudios de los chicos. El de Namjoon hyung o Yoongi hyung. — Empezó a contarle su plan al menor — Supongo que ya todos los chicos están en el departamento descansando. — Jin asintió, después de una reunión en la compañía, se les dio el resto del día para que hicieran sus cosas.

 

— Pero alguien de todas maneras podría entrar a hacer la limpieza o algo. — Analizó Jin.

 

— Entonces llevémoslo al único estudio que tiene clave para entrar.

 

— La de Yoongi* — Jin sonrió con autosuficiencia al entender por completo el plan de Tae. — Una brillante idea Tae tae. — Dijo revolviéndole los purpuras cabellos.

 

Yoongi no le había dado su clave a nadie los primeros meses. Pero luego de saltarse comida tras comida y no dormir correctamente durante días, Jin le dio un ultimátum. O le daba la clave para ver como estaba, o para la próxima derribaba esa linda puerta que tenía. Y cuando Jin está en modo mamá gallina, no hay nadie quien lo pare. Eso todo el grupo lo sabía.

 

Desde ese momento. Jin entraba de vez en cuando a dejarle comida hecha en casa o llevarlo de las orejas al departamento para que durmiera como debía ser.

 

****Army Boy****

 

El pequeño Army se encontraba aun medio adormilado, con una de las hamburguesas vilmente olvidadas de los chicos en sus manos y dando leves mordiscos cuando no estaba bostezando o frotándose los ojos intentando ahuyentar el sueño. La hamburguesa que estaba en sus manos no era de bulgogi, como a él le gustaba, pero aun así estaba rica y su estómago lo agradecía.

 

A su lado estaba Taehyung muriendo silenciosamente de ternura mientras veía los pucheritos y caritas que hacia el menor, y es que no podía evitar compararlo con un gatito recién despertado. Sin pensar mucho en sus acciones, ya se encontraba acariciando los lacios y sedosos cabellos del army adormilado, que solo se dejaba hacer mientras masticaba lentamente la hamburguesa.

 

Cuando el pitido de la puerta finalmente sonó Jin se acercó a ambos y cogiendo al menor por los hombros lo direccionó a dentro del estudio lentamente, aun cojeaba un poco de su tobillo lastimado, lo sentaron en el sofá negro donde el rapero a veces tomaba siestas entre amanecidas y SeokJin finalmente se arrodilló frente a él.

 

—Hoseokie — Llamó el mayor para captar la atención del cansado niño — Tae y yo nos vamos a ir por un ratito, quiero que nos esperes tranquilo aquí, ¿sí? — El menor asintió luego de dar otro bostezo y ver a ambas estrellas.

 

Hoseok estaría más que avergonzado si no fuera porque se convertía en otra persona cuando tenía mucho sueño.

 

— Y espero nos puedas contar que pasó para que te encontráramos así. — Continuó Taehyung sentándose un rato a su costado y ya con la confianza para seguir acariciando la cabellera ajena.

 

El menor miró por un momento a Tae y luego a Jin, ambos esperaban su respuesta. Solo pudo asentir un poco cabizbajo y volvió a darle otra mordida a la hamburguesa en sus lastimadas manos.

 

— Muy bien Hoseokie, no tardaremos mucho. — Dijo Jin levantándose y apurando a Taehyung — Vendremos con un botiquín para tratar tus heridas.

 

— Los espero, hyungs. — Susurró mientras veía como Jin empujaba a un sonriente Tae por la puerta y luego la cerraba, dejándolo solo en ese lugar.

 

Si no hubiera tenido tanto sueño, lo más probable es que el menor hubiera reconocido el lugar en el que estaba en tan solo un par de segundos, pero solo siguió comiendo mientras tenía su mirada medio perdida en sus tenis un poco desgastadas.

 

Habiendo acabado la hamburguesa y botado la envoltura en un tacho que encontró, se dispuso a usar el sillón como una cama provisional, el mueble era grande y se veía cómodo, al menos mucho más cómodo que el suelo del aeropuerto.

 

Cuando estaba ya cerrando sus ojos casi por completo escuchó el sonido de alguien ingresando la clave de la puerta. No quería pararse tan pronto, pero al parecer los chicos ya habían vuelto.

 

Lo que no esperó fue ver al pálido rapero de cabellos azulados ingresando con una bolsa blanca con lo que parecía su futuro almuerzo, ¿o era desayuno?

 

— Pero, ¿quién rayos eres tú? — Dijo Yoongi enojado y con el ceño fruncido.

 

Solo eso bastó para disipar todo el sueño del pequeño ¨intruso¨ y que se pusiera completamente recto en el sofá un poco asombrado… bueno, es un army.

 

La emoción quería salir por cada uno de sus poros.

 

 

Continuará…

Notas finales:

 

Estoy poniendo todo al día mis plataformas, para poder reiniciar con la publicación de los fanfics congelados.

Esto se debe a que voy a iniciar un intento de patreon, que es una página de micro mecenazgo, donde la gente puede apoyar de forma mensual con lo que esté a su alcance. No es obligatorio, esto solo me daría la oportunidad de brindarle mucho más tiempo a la escritura y poder dejar uno de mis tantos trabajos que siempre tengo.

Si pueden, estaré inmensamente agradecida sino, me ayudarían mucho compartiendo y votando por la historia.

Obvio los que apoyen tendrán beneficios, desde publicaciones antes de tiempo, spoilers, sorteos y mucho más.

Para más información click al siguiente link 

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