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Piyo-tama. por Luka Crosszeria

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—Está bien, tómate el tiempo necesario... — Akashi Seijuro dijo con suave voz, mantenía una gentil sonrisa en sus labios, exclusiva para el pequeño polluelo, mirando a su Piyo-tama, era una cosita demasiado pequeña y adorable, tratando de ponerse de pie y sostenerse con esas patitas débiles, sin embargo, el polluelo no se rindió.

Se levantó cada vez, decidido.

Inmediatamente Seijuro supo que esa era su alma gemela, no había duda alguna.

"Pío, pío, pío..." Su Piyo-tama parecía estar festejando su pequeño gran logro, Seijuro se río de todas esas acciones demasiado lindas. 

Mañana orgullosamente le dirá a Midorima que su Piyo-tama logró caminar dos horas después de haber roto el cascarón, eso fue una hora menos que TakaPiyo. Midorima alardeo de ello durante meses y Seijuro tuvo que escucharlo cada vez, no diría que TakaPiyo no era un polluelo verdaderamente hermoso con esas plumas negro ébano y esa férrea mirada grisácea, además de su singular personalidad, TakaPiyo era el Piyo-tama más escandaloso e inquieto que había conocido en su corta vida, siempre se burló ante este hecho porque Midorima podía ser descrito de muchas maneras, excepto como escandaloso e inquieto.

El alma gemela de Midorima seguramente será alguien interesante, más aún la relación de ambos.

Seijuro se sintió un poco envidioso cuando, algunos días después del cumpleaños de su mejor amigo, Midorima apareció en su reunión para jugar Shogi con un singular individuo en su hombro derecho; ese fue, por supuesto, su Piyo-tama. El audaz TakaPiyo.

Ese pequeño polluelo fue el único individuo que lo dejó ver a un Midorima alardeando orgulloso de lo genial que su Piyo-tama era y avergonzado cuando TakaPiyo picoteo gentilmente los labios del niño en un beso demasiado adorable, dijo una de sus sirvientas que por casualidad llegó para servir el té.

Seijuro no lo expresó, pero ciertamente compartía la opinión de su empleada.

Sin embargo, él ya no tenía nada que envidiar a otras personas, porque finalmente su Piyo-tama estaba aquí, batiendo sus alitas por primera vez, observando todo con curiosidad; Seijuro acarició gentilmente el pequeño pico del polluelo, una suave risa nació cuando su Piyo-tama busco el calor de su toque, cerrando sus ojos y disfrutando de lo bien que se sentía su lazo. 

Fue como estar en casa luego de un largo viaje, por primera vez desde que su madre murió, se sintió bien.

Seijuro entonces se preguntó, ¿Cómo sería su alma gemela? ¿Qué clase de persona era? Aunque en realidad no le importaba, mirando a su Piyo-tama, Seijuro no necesitaba a alguien "digno" como su padre dijo, él no necesitaba que fuera alguien importante en la política o de una familia poderosa, solo necesitaba a su alma gemela, solo eso.

Su alma gemela que lo complementa en todos los sentidos, así como TakaPiyo es quien hace de Midorima un niño más animado, más abierto a los cambios, sin su usual seriedad e impasible personalidad; Seijuro pudo verlo y verdaderamente se alegró por su amigo, TakaPiyo era de hecho lo que siempre necesito. Era su complemento.

Eso lo hizo pensar en la clase de cosas que él necesitaba, fue criado bajo fuertes ideales que dictaban que los Akashi eran absolutos, entonces, no importa que, un Akashi no necesita de otro bajo ninguna circunstancia.

Excepto que si lo hacen. Por lo menos él lo hace.

Seijuro necesita a su alma gemela que lo hace sentir en casa. Su alma gemela que lo aceptara aun si no es absoluto y el perfecto heredero como todos esperan de él y eso es reconfortante para su pequeño ser.

"Pío, pío, pío, pío"

—¿Qué sucede? — preguntó inmediatamente después de escucharlo llorar, su Piyo-tama no parecía estar herido, la toalla que colocó sobre su escritorio estaba limpia y suave, él personalmente pidió que le llevaran la más suave y de la mejor calidad.

Con un poco de dificultad, el polluelo se puso de pie y sacudió ligeramente sus plumas, que parecían ser una nube esponjosa de chocolate, Seijuro las había tocado un poco cuando lo limpio, así que sabía lo suaves que eran.

Su Piyo-tama se tambaleó mientras intentaba caminar.

Seijuro estaba realmente orgulloso de él y podía entender a Midorima ahora.

—¡Cuidado! — El pelirrojo se apresuró a atrapar en sus manos al polluelo antes de que cayera, fue un acto reflejo, incluso si no había peligro para su Piyo-tama, Seijuro simplemente lo tomó entre sus manos y lo acercó a su pecho protectoramente.

Su Piyo-tama entonces comenzó a temblar y el corazón de Seijuro casi se rompió, había elevado su voz cuando estaba asustado y eso al mismo tiempo asustó a su Piyo-tama, tal vez creyendo que había hecho algo mal.

Seijuro abrió su boca e intentó decir algo, pero las palabras murieron antes de ser dichas porque el polluelo se acurruco en sus manos y coloco su cabeza en el lugar donde el corazón de Seijuro latía fuertemente.

Había dejado de temblar y rápidamente se durmió al sentirse seguro.

Esa noche, fue la primera noche desde que su madre murió que Seijuro durmió sintiendo el pequeño calor de alguien muy especial.

No lo cambiaría por nada en el mundo.

 

 


 

 

Todos conocían a Akashi Seijuro, era el heredero de Masori CO, un excelente estudiante, un sobresaliente presidente del comité escolar y un insuperable miembro del equipo de basquetbol de la escuela secundaria Teiko.

Así que es natural para todos pensar en la clase de ser perfectamente superior en todos los sentidos, podría ser el alma gemela de una persona como Akashi Seijuro, el recién nombrado capitán del equipo de basquetbol, al que muchos ya llaman la generación de los milagros.

Ser capaz de liderar a talentos monstruosos, lo convierte, quizás en el más monstruoso de todos ellos.

También era llamado un príncipe por las niñas y algunos niños, que más que nada eran admiradores de su persona como una ilusión del perfecto chico.

Solo bastaba ver su hermosa cara, su sonrisa brillante, su elegante manera de hablar, o la forma en que siempre fue amable con sus compañeros de clase, pero, sobre todo, la forma en que todo lo que hacía, lo haría perfecta e impecablemente.

Akashi Seijuro no aceptaba el fracaso.

—Está bien, no importa... —Akashi acarició gentilmente las plumas de su Piyo-tama, esa no fue la primera vez que Kuroko lo vio hacerlo, era una vista regular para los miembros del equipo — Podrás hacerlo la próxima vez, estoy seguro.

Esa era una escena que ocurría por lo menos una vez a la semana. Y era realmente esperada por el equipo, con una sonrisa en sus labios al ver al pequeño y adorable FuriPiyo triste mientras seguía a Akashi por todas partes intentando no llorar porque había perdido de nuevo contra TakaPiyo y luego Akashi detendría la práctica única y exclusivamente para consolar a su Piyo-tama.

A veces, tomaría toda una hora para que el Piyo-tama de Akashi volviera a subirse a su hombro aleteando sus alas felizmente, con una energía renovada, pero a Akashi no parecía importarle en absoluto hablarle por tanto tiempo, convencerlo de que no importa cuánto pierda, lo importante es volver a intentarlo, porque... ¿qué tanto son creíbles esas palabras de alguien que gana en todo?

Especialmente para FuriPiyo que ha estado perdiendo cada vez.

¡Pero eso es porque TakaPiyo hace trampa!

Tal vez...

¡No importa, porque Seijuro siempre estará allí para él! ¡FuriPiyo ya ha ganado a la mejor alma gemela, entonces es natural que toda su suerte y buena fortuna se ha agotado!

Akashi se ríe de la forma en que FuriPiyo infla su pecho lleno de suaves plumas y parece orgulloso y feliz, eso es todo lo que necesita para sentirse de la misma manera, está orgulloso de su Piyo-tama y feliz porque FuriPiyo es feliz.

Eso es todo.

Un pequeño picotazo y varios "pío, pío, pío" llamó su atención, un par de ojos rubíes y otro color chocolate miraron hacia abajo.

TakaPiyo fue el osado en picotear los tenis del capitán, detrás de él KagaPiyo, KasaPiyo, HimuPiyo y finalmente el pequeño y aún más tembloroso SakuPiyo.

FuriPiyo picotea gentilmente la mejilla de Akashi para darle un beso antes de lanzarse hacia el piso y, como si hasta hace un momento el pequeño Piyo-tama no hubiera estada molesto con TakaPiyo, FuriPiyo se reúne con todos los Piyo-tamas para seguir jugando. Él es especialmente apegado a TakaPiyo (por eso no puede molestarse seriamente con el Piyo-tama) porque fue el primer Piyo-tama que vio después de nacer, y fue el Piyo-tama del mejor amigo de su alma gemela. Se reunieron muchas veces después de la primera vez, cuando Midorima acudía a la casa de Akashi para jugar Shogi o simplemente para que sus Piyo-tamas jugarán.

Naturalmente su amistad se forjó desde allí.

Akashi vio a su pequeño FuriPiyo ser rodeado por los Piyo-tama, su tímido FuriPiyo ya no se escondía tras TakaPiyo o intentaba seguirlo a él a todos lados para no quedarse solo con los demás, a él no le importaba cuando sucedió la segunda opción, sin embargo, tampoco podía decir que no estaba feliz viendo a FuriPiyo saltando y correteando por todo el lugar.

—Ehhh, los Piyo-tamas de Akachin y Minechin parecen dos caramelos de chocolate~~~

—¡No puedes comértelos, Murasakibaracchi!

—¡Pero lucen deliciosos y tan dulces~~~!

—¡Deja a SakuPiyo lejos de tus fantasías de comida! — Aomine inmediatamente tomó al tembloroso Piyo-tama.

FuriPiyo corrió hacia él y se lanzó a sus brazos, Akashi naturalmente lo acepto con los brazos abiertos.

Esos eran días que pensó no terminarían nunca.

 

—Pero esos días terminaron. — Kuroko no pensó que tendría que contar esta historia antes de tiempo, pero suponía que Furihata lo merecía. — Luego de que Murasakibara-kun lo retara y de que casi perdiera, Akashi-kun cambio. No solo el color de su ojo izquierdo, toda su personalidad fue diferente. — El de cabellos azul celeste miró la taza de té que Kagami le había ofrecido, completamente intacta igual que la de Furihata y AkaPiyo.

No podían verlo, pero sabía que estaba escuchando desde el hombro del castaño, quedándose a su lado en todo momento para evitar que su alma gemela se desmoronará.

—¿Qué sucedió con su Piyo-tama? — Kagami preguntó y Kuroko pudo observar a Furihata tensarse y cerrar sus puños con la suficiente fuerza para lastimarse.

Kuroko negó lentamente, en su mirada rastros de dolor.

KagaPiyo había estado inusualmente callado, porque después de TakaPiyo el más apegado a FuriPiyo fue él.

Es por eso que cuando conocieron a Furihata, KagaPiyo sintió cierta predilección por el castaño, porque era el alma original de FuriPiyo, aunque ni Kuroko ni KagaPiyo pudieron darse cuenta, después de todo, solo las almas gemelas tienen ese fuerte lazo. Solo las almas gemelas se reconocen entre sí.

Kuroko elevo su mirada, Furihata, Kagami, KuroPiyo (quien estaba en la cabeza de Kagami, anidando cómodamente) y AkaPiyo escuchaban atentos.

—Un día, simplemente su Piyo-tama ya no estaba.

 

 

 


 

 

 

 

 

Ver a ese niño hoy no estuvo en sus planes y eso, no es algo que el disfrute, que sus planes no sigan el rumbo que él trazó cuidadosamente.

Pero sin duda alguna es su alma gemela.

Ese Piyo-tama junto al castaño es parte de su alma, puede sentirlo.

Seijuro se dirige al escritorio de su habitación en el hotel, ahí descansa una pequeña caja de madera, bajo llave. El aroma de la madera de Sakura es dulce*, él mismo la eligió pensando en la dulzura de aquella alma. 

La llave de la cerradura siempre se mantiene con él. Igual que la caja.

Aunque todos en Rakuzan sospechan lo que hay dentro, muy pocos en realidad se han atrevido a preguntar si sus teorías son ciertas o no, ni siquiera Reo lo ha hecho. Ellos aprecian sus vidas, después de todo.

Seijuro no se siente culpable.

Al menos no él.

La llave encaja perfectamente y Seijuro abre la caja cuidadosamente, el interior está lleno de suave tela, esponjosa y cálida, intentando mantener caliente el huevo, sin embargo, en sus manos se siente ligeramente más frío que la última vez que lo toco.

"Los Akashi eran absolutos, entonces, no importa que, un Akashi no necesita de otro bajo ninguna circunstancia."

Un Akashi no necesita de otro bajo ninguna circunstancia, porque antes de eso, un Akashi lo destruirá.

FuriPiyo es la prueba.

Sellado en su huevo desde que él nació.

"—No te necesito, no necesito a nadie."

Recordando la mirada del niño castaño... por primera vez desde que nació, se pregunta si eso es verdad. 


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