Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En busca de un amor por Sary

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola mis queridos lectores cómo estan? Bien aquí otro capitulo de esta increíble historia 

Misaki se despertó abrazado al mayor, Usami mantenía su brazo alrededor de la cintura del castaño. Este aun asentía que todo lo que estaba viviendo era un sueño que pronto despertaría pero al pellizcarse su brazo cayó en cuento que todo es real.


Miró embelesado al peliplata, dormía como un angelito, su rostro relajado, su respiración tranquila. Lo ama con todo su ser, agradecía infinitamente haber conocido a su pareja, agradecía una y otra vez haber ido a estudiar con Takano y conocerlo porque desde esa vez en que lo vió su corazón palpitó como nunca lo hizo.


 


Desde ese día, el escritor estuvo detrás suyo tratando de conseguir aunque sea una cita con él. Su rotundo no, no hizo que Usami se resignara al contrario siguió intentando y además le mandaba regalos. Todos los días se levantaba y en su puerta había un ramo de rosas o una canasta con chocolates, o un oso al que llamó Suzuki-san. Tales acciones provocaban en el castaño sonrisas, cada día que se levantaba iba directo a la puerta para ver que obsequio le había traído.


 


Al principio pensaba en regresárselo y cuando quiso hacerlo el escritor solo le respondió “son para ti, Misaki” no le quedo más que aceptar los regalos. Pero aun así se alegraba de recibirlo y los guardaba como su tesoro más preciado, no hay mayor alegría que recibir todas las mañanas obsequios de la persona que te gusta.


 


Así, lentamente Misaki fue encariñándose y aceptó tener una cita. Fue el día más maravilloso, el escritor se comportó de una manera increíble, era caballeroso, amable, divertido y sobre todo cariñoso, en ningún momento de la velada soltó la mano del castaño. Todo fue como en un cuento de hadas, perfecto. Ya para su segunda cita vinieron los abrazos, luego los besos y después  las caricias.


 


Cuando creyó que podían tener algo serio, la familia de Usami se interpuso a su relación. Misaki recibía todos los días cartas anónimas pero él sabía de quienes eran, esos escritos eran dolorosos para leerlos.


 


“Eres una molestia”


 


“Tú no te mereces a Akihiko”


 


Cosas así escritas que le dolía leerlas que, nunca le contó a Usami de la existencia de ellas. Un día se cansó de todo, habló con su primo que vive en Inglaterra, le contó lo que le estaba pasando y decidió irse, dejar a Usami ser feliz.


 


Justo antes de abordar el avión, Usami llegó pero ni sus intentos bastaron para detenerlo, solo le dijo “lo siento” y se fue. Usami quedó devastado, dolido y abandonado, lloró por días enteros añorando el cuerpo de Misaki.


 


Opto por rendirse, pensó que su amor no era tan fuerte para soportar semejante situación, pero sus amigos incondicionales le apoyaron, le hicieron ver que lo que tenía con Misaki era maravilloso, cuando Usami estaba con él era otra persona, sonreía mas, se volvio alguien paciente y perseverante solo por ese pequeño.


Y no hubo que decirle dos veces, Usami fue detrás de Misaki para recuperarlo. Ni bien llego se hospedo en un hotel y lo busco. Por semanas recorrió la ciudad entera sin poder ubicar a Misaki.


 


Y él, se deprimía, se angustiaba saber que no podía encontrarlo; estaba a punto de rendirse y volver a Japón, pero por azares del destino o porque los ángeles se apiadaron de él, lo encontró en un parque sentado mirando una fuente de agua y el sonriendo caminó hasta él para abrazarlo y no dejarlo ir nunca más. Y justo cuando iba a llamarlo apareció un sujeto, su Misaki se levantó y lo abrazó…y el quedo parado viendo a su castaño con otro…se dió la vuelta para volver por donde vino pero…


 


“Usagi-san”


 


La voz de su castaño llamándole, esa voz que ansió escuchar hace tanto tiempo. Misaki llegó corriendo a su lado, con una sonrisa en su rostro con un tuene sonrojo en sus mejillas. Ambos se quedaron así, mirándose, reflejándose en la mirada del otro, pero con esa mirada lo decían todo.


 


“Misaki”


 


No hubo palabra, gesto ni nada, solo supo que Misaki se acercó y lo abrazo fuertemente sin querer soltarlo. Usami al principio se mantuvo reacio ante tal abrazo pero el calor que desprendía y de lo mucho que lo había extrañado, no pudo contenerse y termino accediendo a ese efusivo gesto de cariño.


 


—Misaki—llamó el escritor al verlo tan metido en sus pensamientos


 


—Eh—dijo el castaño al escuchar la voz de su pareja


 


— ¿En qué pensabas mi Misaki?—preguntó el peliplata con una sonrisa cariñosa


 


—En nada— se apresuró a levantarse inmediatamente, unos brazos lo atraparon— U-Usagi, ¡déjame! Debo preparar el desayuno


 


—No quiero—dijo haciendo un berrinche—quédate un poco más a mi lado— apresando más el abrazo alrededor del menudo cuerpo de su pareja


 


— No, ya es tarde—decía tratando de soltarse. Usami reía, aun Misaki no se acostumbraba a esos gestos de cariños y ponía cualquier cosa como excusa


 


—Misaki— dijo y luego tirarlo encima de él sin lastimarlo—te amo— tomó con ambas manos la cabeza del castaño y lo besó con suavidad.


 


—Ngh…usa…mph…— el castaño mantenía sus manos aferradas al cuello del mayor


 


Con solo un beso todo su ser vibraba, se estremecía y su corazón bombeaba con fuerza. Era una sensación increíble que sentía Misaki; todos sus sentidos fallaban y él se dejaba llevar por el embriagador beso de su novio.


 


—Misaki— susurró con un tono sensual— te deseo. —


 


—E-espera, ahora no. — manifestó resistiéndose ante el pedido de su seme


 


— ¿Me dejaras así?— acoto con un falso reproche


 


— ¡Sí!—refutó separándose de Usami, escapándose del pervertido y de sus intenciones


 


—tsk….pero esta noche no se me escapa. —dijo sonriendo lujuriosamente. Tomó el celular y mandó un mensaje a Yokosawa


 


“Está todo listo”


 


***********************


 


Otro día más comenzaba en la vida del pelinegro, tan monótona y aburrida que hasta el mismo se cansaba de hacer siempre lo mismo, que no encontraba sentido a su vida.


 


Se levantó con suma lentitud, se metió al baño y tomó una ducha para relajarse un poco, luego terminó su aseo y se vistió para ir a su trabajo. Caminó hasta la cocina, tomó la cafetera y se sirvió en la taza un poco de café. Se sentó en su sillón, mirando por la ventana, el día era bastante agradable.


 


Se cansaba de estar solo, de añorar el cuerpo de Akira en las noches y cuando se levantaba solo abrazado a una almohada. Su carácter cambió desde que su novio se fue de su lado, antes solía ser más divertido, alegre. Akira había entrado muy profundo en su corazón tan impregnado estaba su recuerdo en el que le costaba mirar hacia adelante y continuar.


 


El día en que lo conoció, su cabello se revolvía por el viento caminaba por el pasillo de la universidad con su mochila colgando de su hombro y su sonrisa que deslumbraba a cualquiera. Lo vio aparecer en su salón y tomar un asiento cerca del suyo. Desde ese día cruzaron miradas y sonrisas, luego de a poco fueron acercándose hasta volverse algo más que amigos.


Se veían en la casa de Takano a la salida de clases compartían la cama, algunos besos y caricias.


Tanos sentimientos, tantas declaraciones de amor y sus corazones latiendo como bomba en sus pechos, ¿Qué fue lo que pasó? Si bien, el tiempo que estuvieron de novios, a sus oídos habían llegado comentarios acerca de los tantos amantes que Akira tenía, pero él no quiso escuchar esos rumores. Completamente convencido de que esos chismes eran falsos, tanto como el amor que Akira le tenía a Takano, cegado de amor creyó en mentiras que disfrazaban la verdad.


 


“Quiero separarme”


 


“¿Por qué?”


 


“Ya no te amo”


 


Sutiles y dulces palabras que salieron de su boca, tan solo cuatro palabras basto para romper su corazón en pedazos. Los ojos violetas no mentían, ya no sentía amor, ya no había ese brillo que le caracterizaba cuando miraba a Takano.


 


El sonido de su teléfono le sacó de sus pensamientos, ni cuenta se dio que estuvo así por una hora.


 


—Hola—contestó


 


[—Masamune, soy Hatori]


 


—oh vaya hasta que al fin apareces. ¿Cómo estás?


 


[—jajaja, lo sé, desaparecí por un tiempo. Pues estoy muy bien]


 


—Me alegro saberlo, ¿A qué debo tu llamada?


[—bueno es que hace tiempo que nos vimos por última vez. ¿Que te parece si almorzamos juntos?]


 


—Claro, solo dime el lugar. —


 


[—el restorán que está en la esquina de tu trabajo ¿te parece?]


 


—Perfecto. Nos vemos allí entonces. —


 


[—Claro, adiós]


 


—Adiós


 


Cortó la llamada, realmente fue una sorpresa que Hatori haya llamado. Hace ya casi un año que no sabía nada de él. Miró el reloj de su muñeca percatándose de lo tarde que era, tomó las llaves y se fue para su local.


 


*******************************


 


Un rubio se preparaba para sus clases, Shinobu decidió  estudiar literatura para estar más cerca de Miyagi. Ya dentro de poco se cumplirían un año desde que empezaron a salir en ese lapso de tiempo, Shinobu aun no le había dicho a sus padres sobre su relación con Miyagi. El mayor se mostraba reacio ante el tema sabiendo de ante mano que el padre de su novio es su jefe y sostenía que el hombre lo mataría.


 


A todo esto, Shinobu está más que harto; si cuando él se propuso a conquistar el corazón del mayor era terco ahora era aun peor. Sus constantes peleas eran justamente debido a ello. Shinobu tenía un carácter determinante, cuando se proponía en lograr algo lo hacía, ponía todo su esfuerzo y empeño. Shinobu ahora sentía que Miyagi solo lo ama por obligación. Así es, pues el rubio lo acosaba, lo perseguía donde sea, puesto que él era el único que tomaba la iniciativa y hasta ahora lo sigue haciendo.


 


Miyagi siempre espera que el menor lo llame, si deciden salir es Shinobu quien planifica todo, siempre es Shinobu y no Miyagi, y eso cansa mucho a la persona que se preocupa por la relación.


 


—Miyagi que haría yo sin ti. — dijo dando un suspiro, luego salió de su departamento para asistir a clases.


 


Ya en la universidad, vió a su amigo Misaki bajarse del auto de su pareja, aceleró el paso para llegar a su lado.


 


—Misaki. —dijo acercándose a su lado


 


—Shinobu. — saludó el castaño.


 


— ¿Cómo te sientes Misaki?—preguntó el rubio inspeccionado el semblante del castaño.


 


—muy bien. —contestó con emoción es su voz.


 


—Pero tus mejillas están rojas. — indicó el rubio apuntando con su dedo la cara de Misaki


 


—Ah! Pues es que…emm….me bañe con agua muy caliente. — manifestó con cara de inocente


 


—Misaki siempre dije que eres malo mintiendo, si vas a decir una mentira por lo menos que sea creíble.— se rió en la cara de su amigo luego de escuchar sus palabras, a veces el castaño podía ser algo inocente. Para algunas cosas.


 


— ¡Pero es verdad!— refutó con sus mejillas aún más sonrojadas


 


—Si lo que digas Misaki. — agregaba el rubio haciendo caso omiso a las justificaciones del castaño


 


—Está bien. — suspiró derrotado al ver que el rubio muy poco creyó sus palabras


 


—Vámonos la primera clase ya está por empezar. —


 


—Si—


 


*****************************


 


Takano llegó a su local como siempre saludó a todos y se encerró en su despacho, Yuki que desde que entró a trabajar allí, sintió una atracción muy fuerte por Takano. Su jefe le gustaba muchísimo y ahora que este no se encontraba en ninguna relación podría ella ser algo más que su simple empleada.


 


—Takano-san aquí tiene los números de ventas del mes y estos permisos debe firmarlos para su nueva mercancía. —dijo extendiendo los papeles a Takano


 


—Gracias Yuki. —tomó los papeles y le hecho una hojeadas— ¿algo más Yuki?


 


—Eh…bueno…yo…—pronunció nerviosa, la mirada penetrante de Takano hacía que sus piernas les temblaran— ¿usted querría ir conmigo a un concierto? Tengo dos entradas que me regalaron. —


 


Takano parpadeo varias veces, Yuki era una mujer muy hermosa pero a él no le movía el piso, no le provocaba nada solo un sentimiento de amistad y nada más.


 


—Yuki-san me encantaría ir contigo pero tengo cosas que hacer. — rechazó de forma amable. Observó la cara de tristeza que puso ella.


 


—No se preocupe, yo entiendo. — le dedicó una linda sonrisa y salió de aquel lugar. Takano suspiro con cansancio, el notó como Yuki lo miraba pero prefirió no llegar más allá no quería lastimarla.


 


Tomó los papeles que Yuki había traído y comenzó a estudiarlos. Revisó los balances, las compras que se hacían en el exterior, sus niveles de compra. Ningún detalle se le escapaba. Tan prendido estaba que su celular vibró con la llegada de un mensaje.


 


“¿vendrás?”


 


El mensaje de Hatori era contundente haciéndolo recordar su cita con su amigo inmediatamente le respondió. Dejó ordenado todo y metió su móvil en su bolsillo de su saco, con pasos apresurados salió para encontrarse con su amigo.


Al llegar vió a su amigo sentado cerca de la ventana del restauran, sonrió de medio lado y abrió la puerta adentrándose al lugar. Hatori lo vió entrar, se levantó de la silla abrazando a su amigo luego de años de no verlo.


 


—Masamune. —saludó el castaño con una sonrisa


 


—Yoshi-kun. — Era el apodo de Hatori, Takano lo colocó de cariño— ¿Cómo has estado?


 


—Muy bien—respondió mientras se sentaba nuevamente—He estado trabajando mucho en EE.UU—


 


—Aún no entiendo la razón por la cual te fuiste— anunció el pelinegro al sentarse en la silla  


 


—Me ofrecieron un trabajo y no pude rechazarlo. — explicó Hatori mientras se acomoda en la silla


 


En eso se acerca  un mesero y le entrega el menú. Hatori, lo mira más de la cuenta, el chico está exactamente igual a como lo vió por última vez antes de marcharse al extranjero.


 


— ¿Por qué no le hablas?— dijo Masamune dándose cuenta de cómo su amigo miraba al chico


 


— ¿Qué cosas dices?— avergonzado abrió el menú mirando que podía pedir, evadiendo el tema por completo. Takano rió por el comportamiento de su amigo


 


—Oh vamos no me digas que no te gusta. Has venido aquí para ver al chico de cabello castaño. Desde que lo conociste vienes aquí y nunca le hablaste. — continuó dándole ánimos a su amigo


 


— ¿Y qué le voy a decir?— pregunto ojeando el menú—No puedo llegar y decirle que me gusta. —


 


—Serás idiota Yoshi—bromeó un poco Takano— Invítale a salir, a dar un paseo, cosas así, usa tu cerebro que tienes. —


 


—Oye no me hables así. —


 


—Lo que digas. ¿Qué pediremos?-


 


— ¿Qué te parece spaguettis?—


 


—Me parece bien. Me encanta la pasta—comentó Hatori dejando a un lado la carta.


 


El mesero tomó su orden y volvio a retirarse. A Hatori le gusta él, Yoshino Chiaki un mesero que trabaja allí. Cuando estaba en la secundaria, había entrado a ese restaurante al azar para juntarse con sus amigos, Yoshino se acerco a él con esa cara de inocente, con sus grandes ojos azulados y su vos de terciopelo. Con tan solo oírlo todo su ser se estremeció y nunca lo pudo sacar de su cabeza.


 


Yoshino Chiaki, es dibujante innato, era un chico inocente, despistado y algo lento para algunas cosas. Soñaba con ser mangaka algún día, pero por ahora debía trabajar ya que provenía de una familia humilde y no podía pagarse sus estudios.


 


Las horas pasaron, Hatori y Takano después de una amigable charla se despidieron, dejando una invitación para reunirse todos juntos como en la secundaria.


 


Takano volvió a su departamento, se sacó el saco dejando colgado en el perchero, se descalzó y aflojó su corbata. Tomó el control remoto y encendió la televisión, dejando el canal de noticias. Se dejó caer en el sillón, hecho su cabeza hacia atrás cerrando sus ojos.


Escucho el timbre sonar sacándole de su ensueño. Se levantó perezoso arrastrando los pies y abrió la puerta.


 


—Masamune—hablo Kirishima entusiasmado mientras se adentraba al departamento sin ningún permiso


—Zen y Akihiko. ¿Que hacen aquí?—indagó extrañado el azabache cerrando la puerta


 


—Tenemos algo que decirte. —comento el peliplata sentándose en el sillón de color marrón cruzándose se piernas y colocar sobre la pequeña mesa su laptop.


 


—Así es amigo, esto te alegrará y dejarás esa cara de amargado— agregó el rubio en broma tomando asiento junto al escritor


 


—Viniendo de ustedes dos no creo que sea algo bueno. —dijo el pelinegro suspirando derrotado ante las ocurrencias de sus amigos pero mejor sería escuchar que fue lo que hicieron y sin más, se sentó en el sillón individual y prestó toda su atención.


 


—Ya Takano— suavizó el ambiente el peliplata— queremos decirte que te anotamos en un sitio web para conseguirte una pareja. —


 


— ¿Qué hicieron que?— grito el pelinegro. Sus amigos eran un caso perdido si algo se les metía en la cabeza era imposible quitárselos


 


—Veo que te gustó nuestra idea—dijo Kirishima aguantándose la risa al ver la simple expresión de horror tatuada en el rostro de Takano


 


—Masamune desde que rompiste con Akira no has tenido algo serio y bueno entre todos decidimos hacer esto y mira que tuviste muchos pretendientes. —expreso Akihiko mirando en la pantalla de su laptop la solicitudes.


 


— Ustedes dos ¡los mato!— tronó con enojo Takano, en sí no era mala idea lo que no le gustaba es que lo hayan hecho sin su permiso y además, dudaba mucho que allí encuentre a alguien que haga olvidar el recuerdo de Akira.


 


—Takano no te enojes—exclamó con burla Zen— solo tienes que escoger a unos de las solicitudes acordar en un lugar y listo.—


 


—Lo dices como si fuera fácil—protestó el ojiavellana cruzándose de brazos y matando con la mirada al rubio que muy a su pesar, riéndose en su interior por su situación


 


—Vamos Takano. — pronunció Usami suplicándole con la mirada, Takano bufó cansado realmente no podía ganarle a su mejor amigo.


 


—tsk, está bien pero si nadie llama mi atención borraran mi perfil de ese sitio.—propuso Takano, Usami y Zen se miraron un momento y luego afirmaron.


 


Entre los tres revisaron los perfiles que mandaron a Takano; el pelinegro iba desechando a algunos que según él no les llamaba la atención o no eran de sus tipos. De las cincuentas solicitudes quedaron diez a criterio de Takano, esos perfiles sobresalían más que los otros.


 


—Bien— suspiró Takano—con este chico tendré mi primera cita, su nombre Takeshi Motto. —


 


—Bien, el chico es muy lindo.-—opinó Zen mirando la fotografía del muchacho


 


—Además tiene un carácter extrovertido de seguro te llevaras bien con él. —agrego Usami


 


—No puedo creer que esté haciendo esto. —negaba con la cabeza Takano


 


—Anímate Takano. —expresó con entusiasmo Usami. Ellos querían ayudar a su amigo a conocer otras personas y no se quede con ese amor frustrado que tiene. Akira ya no formaba parte de la vida de Takano y era hora que este se abra a nuevas oportunidades.


 


—Lo haré por ustedes pares de entrometidos—sonriendo a ambos. Takano apreciaba a sus amigos, a pesar de lo mal que le había tratado y todo por defender a Akira.


—No Takano, no lo hagas por nosotros hazlo por ti.—hablo Zen. Si el también tenía la plena certeza que Takano encontraría a alguien.


 


—Bien debo irme, Misaki debe estar esperándome en la universidad. —dijo tomando sus cosas, se despidió de su amigo y se fue a buscar a su adoración.


 


—Está completamente enamorado de Misaki.—rió Zen viendo al peliplata salir con prisas


 


—Y más ahora que Misaki está embarazado. —agregó el pelinegro con cierto pesar porque todo aquello le hacía recordar los planes que había tenido con Akira. La idea de formar una familia, en una enorme casa y un gran jardín adornado de las más hermosas flores y ahora allí estaba…completamente solo.


 


—Serán unos excelentes padres. —dijo al final con cierto pesar.


 


Los dos quedaron hablando un rato mas hasta que Zen también decidió irse, Takano quedo solo. Miro varias veces la foto del chico con quien tendría una cita, por un lado sentía que debía olvidarse de Akira y por el otro le asustaba abrir nuevamente su corazon. Pero debía ser valiente y arriesgarse, ya era un hombre maduro.


Cerró su laptop y fue a dormir, pensando en ese chico. Quizás sea lo que estaba buscando.


 

Notas finales:

Espero que les haya gustado y nos veremos  pronto 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).