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El primer amor por Sora Hatake

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Naruto estaba echado en el sillón mientras hablaba por teléfono. —Pero es que Sasuke, te digo que no soñé nada, mi sueño fue en blanco.

—¿Y eso qué tiene de raro? —cuestionó Sasuke al otro lado de la línea. —Yo nunca sueño nada.

—Pero yo sí, digo, el otro día soñé que estaba en un apocalipsis zombie, ayer que cazaba demonios, y hoy nada de nada. Pensé…que tal vez podía soñar con algo de lo que Jiraiya-san me mostro.

—No fuerces a tu cabecita a recordar ahora, mejor espera a pasar más tiempo con Jiraiya, así que relájate un poco.

—Está bien, me relajo —Naruto respiro hondo. —¿En serio nunca sueñas nada?

—No, nunca —respondió Sasuke. —Bueno, una vez, hace tiempo si tuve un sueño revelador.

—¿Qué soñaste? —preguntó interesado Naruto cambiando de posición.

—Es un poco vergonzoso.

—No importa, tú dime. No importa que tan vergonzoso sea, prometo no reírme —insistió Naruto.

—Bueno, soñé que… tú y yo estábamos en la playa, pero éramos adultos.

—¿Adultos? ¿Y qué hacíamos en la playa? —cuestionó extrañado el rubio. —¿Estábamos desnudos y por eso te da pena decirme?

—¡No! Si teníamos ropa, pero…yo estaba a punto de decirte algo importante —. Naruto no podía verlo, pero aun así Sasuke estaba con las mejillas rojas, avergonzado por aquel sueño.

—¿Y qué era eso?

—Pues…—Sasuke inflo su pecho buscando soltar su sueño.

—Naruto, ¿ya terminaste la tarea? —preguntó Iruka acercándose al rubio.

—Ya solo me falta una, pero dame un momento papá, estoy hablando con Sasuke.

—Hablas diario con Sasuke, la tarea primero.

—Bien, te veo mañana en la escuela porque hay algo más que quiero hablar contigo. Nos vemos —se despidió Naruto.

—Hasta mañana —contestó Sasuke para colgar y ver su celular un instante. El fondo de pantalla era una foto suya con Naruto, quien, a pesar de conocerlo de años, le daba vergüenza contarle que tuvo un sueño donde le pedía matrimonio.

—Sasuke, ¿qué tanto haces? Tengo un rato hablándote y no contestas —la voz de su padre en la entrada de su habitación provoco que se sobresaltará.

—Nada…solo, hablaba con Shikamaru de tarea —dijo Sasuke intentando recobrar su postura.

—Mmm entiendo —soltó Fugaku viéndolo incrédulo, el menor no era bueno mintiendo y él lo sabía mejor que nadie. —Vamos, necesito que me ayudes con unas cosas.

—Ya voy padre. —Sasuke dejo su celular a un lado para ir a la salida de su habitación.

—¿Me ayudas con mi tarea, viejo? Es inglés, y no entiendo bien —preguntó Naruto abriendo su libro.

—Si es de inglés tal vez debas decirle a Mizuki, él es bueno con ese idioma —sugirió Iruka.

—No creo que sea buena idea —contestó Naruto para negar con la cabeza.

—Si lo es. ¡Mizuki! —lo llamó Iruka. — Naruto tiene tarea de inglés, ¿le puedes ayudar?

—Claro —el hombre entro a la sala para ir hacia el rubio quien no pudo evitar poner un gesto de disgusto. —No desconfíes, tal vez no lo parezca, pero soy mitad americano.

—Lo ves Naruto, quedas en buenas manos. Yo debo hacer unas cosas, cuando estes listo para ir a casa me dices —dijo Iruka.

—Creo que ya lo estoy —respondió Naruto.

—No seas así, déjame ayudarte, ¿con qué tienes problema? —preguntó Mizuki para sentarse a su lado.

—Es…el verbo To Be

—¿En serio? —Mizuki no pudo evitar soltar una risa. —No hay nada más fácil que el verbo To Be.

—Tal vez papá no te lo dijo, pero yo tengo un poco de problemas para-

—Lo que necesitas es poner atención en clases —indicó Mizuki.

—Si, ya lo sé…pero es porque a mí se me dificulta-

—El verbo To Be es muy fácil, si pusieras atención no se te dificultaría algo así —lo interrumpió de nuevo.

Naruto rodo los ojos y cerro su libro. —Eso haré, gracias por la ayuda.

—De nada —contestó Mizuki con una sonrisa.

.

.

.

—Kakashi-san, ¿está bien? Apenas si ha tocado su comida —señaló Sai.

—No tengo hambre —contestó Kakashi.

—¿Te sientes mal senpai? —esta vez preguntó Yamato. —¿Quieres que vayamos al doctor?

—No es nada, solo me duele la cabeza.

—Tal vez debería ir a dormir, es lo que hago cuando me siento así —sugirió Sai.

—¿No les importa que los deje comiendo solos? —preguntó Kakashi viéndolos a ambos.

—Para nada senpai, tú ve a descansar. Sai se va a en un rato, yo todavía tengo trabajo que hacer, pero cuando lo termine te hago compañía en la cama —dijo Yamato.

—Bueno, entonces voy a dormir —Kakashi se levantó de su asiento cuando su celular sonó así que lo saco para revisarlo. —O tal vez lo haga después de ir a recoger a Naruto.

—¿Le paso algo? —preguntó Yamato.

—No, solo dice que ya quiere venir. Tendré que pedir un taxi.

—Tú ve a dormir y yo voy a recogerlo, solo dame la dirección. —Habló el castaño para levantarse.

—No Tenzō, tú sigue comiendo, esto ya sería aprovecharme de tu amabilidad.

—Para nada senpai, tú te sientes mal, ve a dormir y yo voy por él —Yamato le daba leves empujones hacia su habitación.

—Espera, ¿me vas a dejar solo? —preguntó Kakashi para girarse a verlo.

—No, Sai estará aquí —señaló Yamato.

—Y no haré nada de ruido para que pueda dormir —habló Sai.

—Ya lo oíste, así que ve a dormir. Trabajaste mucho esta semana y lo hiciste estresado, te mereces descansar mucho —insistió Yamato, quien al ver la mirada aun insegura de Kakashi le sonrió para terminar de convencerlo.

—Tú ganas —cedió finalmente el Hatake.

Yamato caminaba rumbo a la dirección que le dio Kakashi; El Hatake le había insistido que tomará un taxi, pero no lo vio necesario, no se le hacia una distancia tan lejana, recorría más cuando hacia ejercicio.

Mientras avanzaba se puso a pensar en algunas inseguridades que había notado en su senpai. Recordaba a Kakashi como alguien que no dudaba, completamente seguro de sí mismo y de sus acciones, y aunque claro, con el pasar de los años era obvio que cambiaria, creía qué si de relaciones o familia se trataba, Kakashi no dudaría en nada. Pero algo lo había cambiado, y aunque no le gustaba señalar a nadie, sabía que alguien debió generar aquellas inseguridades en él.

Llego al lugar y toco la puerta para ser atendido por un rostro desconocido para él.

—¿Buscabas a alguien? —preguntó Mizuki.

—Si, vengo a recoger a Naruto —contestó Yamato.

—Qué bueno, no sé si podría soportar dos horas más escuchándolo gritar por toda la casa —bromeó el albino provocando que Yamato frunciera el ceño por el comentario. —Deja llamarlo.

Yamato espero un momento, aquel debía ser la pareja de Iruka. ¿Ellos ya vivían juntos? Y si era así, ¿qué estaba haciendo el mal como para no estar de esa forma con Kakashi?

—¡Yamato-san! —gritó Naruto quien sonrió apenas lo vio. —¿Y papá?

—Se sintió un poco mal así que se quedó en casa a descansar —respondió el castaño para devolverle la sonrisa.

—Entiendo, ya vámonos entonces, no hay que dejarlo solo mucho tiempo.

—¿Seguro de que ya llevas todo? —preguntó Iruka acercándose tras Naruto.

—Creo que si —el rubio reviso sus cosas. —O tal vez no, ya vuelvo, no tardo Yamato-san —dijo para regresar a la casa.

El castaño se quedó en silencio esperando, un poco incomodo al sentir la mirada de Iruka sobre él. —¿Ocurre algo? —preguntó finalmente.

Iruka negó con la cabeza. —Nada, solo…te vi y no pude evitar pensar en mí y los primeros años que estuve con Kakashi. Me preguntó, ¿Cuánto tiempo duraras tú a su lado?

—Toda la vida, espero —contestó sonriendo nervioso, buscando esconder los nervios por la pregunta.

—Eso mismo decía yo —soltó Iruka para ver a otro lado. —Estoy seguro de que estas en esa etapa donde todo es lindo con Kakashi. Te prepara el desayuno, tu comida favorita, salen a citas, se pega a ti como un cachorro, y todo es color de rosa; Se lo que paso entre tú y Kakashi antes, “Tenzō”, pero Kakashi ha cambiado en este tiempo, espero que no te decepcione.

—No, no lo hace —contestó Yamato ahora serio. —Yo también he notado que senpai ha cambiado. Él se ha vuelto alguien un poco inseguro, no es el senpai que me mostraba su mundo sin miedo, ahora parece haber algo que le impide hacer eso, y quizá eso se pudo haber provocado tras su relación.

—Por supuesto, por eso nos separamos. Ya verás como poco a poco va cambiando contigo y deja todas esas actitudes lindas para mostrar su verdadero rostro despreocupado e indiferente, donde se oculta en su trabajo para no afrontar los problemas; Y tú te iras cansando, tendrán discusiones por cosas insignificantes que se acumularan, Kakashi te mostrará su lado más molestó y todo explotará. Se que tal vez seas un inexperto en las relaciones, pero te lo digo yo que ya pasé por eso. Kakashi lo va a arruinar otra vez —soltó completamente seguro Iruka.

—Te equivocas. Yo no soy tú, y quizá no tenga tanta experiencia como ustedes, pero también cambie y madure, así me tomes por un idiota creyendo que tendrá una relación perfecta; Se que en algún momento vamos a pelear, incluso por cosas insignificantes, pero también sé que senpai y yo podremos solucionar todas nuestras diferencias, juntos, porque si algo sucede no lo culparé a él ya que somos una pareja y los errores serán de ambos —replicó Yamato. —Mejor preocúpese por su relación Iruka-san, para que no vaya dañando a otras personas como lo hizo con Kakashi-senpai.

—¿Y tú qué sabes de lo que ocurrió entre Kakashi y yo? —reprochó molestó Iruka.

—Tal vez no sepa mucho ya que solo estoy viendo los estragos de lo que su relación provoco en senpai, pero tampoco me interesa saber más de alguien que solo culpa a la otra parte y se lava las manos.

—Ya estoy listo, había olvidado mi tarea, ya podemos irnos Yamato-san —dijo Naruto acercándose. —Nos vemos luego papá, te contaré como me va con el abuelo Jiraiya.

—Vamos Naruto —le indicó Yamato poniendo su mano sobre el hombro del rubio.

—A ti más te vale tratar bien a mi hijo —amenazó Iruka.

—Ya le dije que por mí no se preocupe—El castaño giró su cabeza para ver sobre su hombre. — Mejor pon atención a quien tienes en casa.

—¿Me perdí de algo? Mi papá se veía molesto —dijo Naruto al escuchar como la puerta se cerró de un azotón.

—Nada importante —contestó Yamato de forma tranquila, para luego pensar, ¿Qué acababa de hacer? Había discutido con la ex pareja de Kakashi, para defenderlo, pero aun así tal vez no debió portarse de esa forma con Iruka. —Espero no haber metió en problemas a senpai —pensó preocupado.

—Entonces, ¿papá está enfermo? ¿Qué tiene? —preguntó Naruto.

—No quiso comer y dijo que le dolía la cabeza, de seguro por estrés.

—¿Estrés? No es por mi culpa ¿verdad? ¿O si lo es? Por todo el tema del abuelo Jiraiya y eso. Si debe ser por eso, tal vez deba cancelarle al abuelo Jiraiya —decía Naruto hablando rápido.

—No, no, no, nada de eso, no es tu culpa —dijo Yamato intentando calmarlo.

—¿Entonces?

—Pues…—el castaño pensaba lo más rápido que podía en una excusa. —Por su auto, al parecer tardará más tiempo en el taller.

El rubio negó con la cabeza. —Papá y sus preocupaciones tontas.

—Si, ya sabes como es que no le gusta caminar, así que no pienses en que es tu culpa, mejor disfruta esa semana que pasarás con tu abuelo.

—Eso haré, hay mucho de lo que quiero contarle a Jiraiya-sama, aunque, ¿crees que prefiera que le diga Jiraiya-sama o abuelo? ¿Se molestará si le digo viejo? Porque si esta viejo, pero yo uso el viejo más de cariño —Naruto hablaba rápido  de nuevo rápido por la emoción.

—Sería mejor si le preguntas a él como prefiere que lo llames —contestó Yamato.

—¡Si! Eso es lo mejor, y… ¿crees que le molesté que hablé mucho? —los ánimos del rubio fueron de bajada con aquella pregunta. —¿A ti no te parece molesto, Yamato-san?

—Para nada, me agrada lo expresivo que eres —respondió Yamato girándose a verlo. —¿Por qué la pregunta?

—Bueno… —Naruto se puso a jugar con sus dedos. —Creo que a la nueva pareja de papá no le agrado; le estaba contando algo y me dijo que mejor jugáramos a ver quién aguantaba más tiempo callado. Me hizo recordar a cuando en el orfanato me decían que me estuviera callado y quieto si una pareja quería entrevista conmigo porque a los niños gritones nadie los quería.

—Ay, Naruto —el castaño rodeo su hombro y lo apego a él. —Esos tipos debieron quedar como idiotas, ¿no crees? Porque hay mucha gente que te quiere, incluyéndome.

— ¿Entonces la nueva pareja de papá también es un idiota?

—Si no sabe apreciar el increíble chico que eres, si, lo es. —Yamato asintió con la cabeza haciendo que Naruto soltará una risita. —Pero no le digas que dije eso, ni le digas a Kakashi-senpai que hice molestar a Iruka-san.

—Yo no digo nada siempre y cuando usted cuide a papá esta semana que no estaré con él.

—¿Te preocupa dejarlo solo?

—Si, papá es como una mascota virtual, si lo dejas mucho tiempo solo se deprime.

—Que curiosa comparación, pero no te preocupes, yo me asegurare de cuidarlo bien.

—Es un trato entonces —dijo Naruto para sonreír. Al llegar a su hogar el rubio abrió la puerta de golpe. — ¡Estoy en casa!

—Más bajo, Kakashi-san está durmiendo —indicó Sai.

—Oh, cierto, lo lamento —se disculpó el rubio cubriendo su boca. — ¿Qué haces Sai? —peguntó acercándose a su amigo.

—Termino la tarea —contestó el chico que estaba sentado en la sala.

— ¿Ya hiciste lo de inglés? Es lo único que me falta a mí —Naruto comenzó a sacar sus cosas.

—Sí, lo termine hace rato.

—Yo aún no logro dar con la respuesta correcta —se quejó el rubio haciendo un puchero. 

—Deberías decirle a Yamato-nii, él habla bien inglés.

— ¿En serio Yamato-san? —preguntó Naruto buscándolo con la mirada.

—Pues sí, algo así, ¿en qué tienes problema? —preguntó Yamato acercándose a los chicos.

—Es algo tonto —dijo Naruto pegando su libro a su pecho para que no lo viera.

—Si no lo puedes resolver, no creo que sea tonto —contestó Yamato.

—Es…el tonto verbo To Be —Naruto poco a poco fue mostrándole su tarea avergonzado. —A todos parece serles muy fácil menos a mí.

—A mí también se me hizo un poco complicado al inicio, el inglés en general se me hizo difícil, pero tuve que aprender a hablarlo si o si.

—¿Para no tener bajas calificaciones? —preguntó Naruto con interés.

—Aparte de eso, solicite un intercambio a una universidad de Londres, así que debía llevar cierto grado de inglés para que me lo pudieran dar. Y como te digo, al inicio se me complicaban los idiomas, ahora puedo hablar 3.

—Vaya, eres increíble Yamato-san, papá es muy suertudo, puedes decirle te amo en 3 idiomas distintos —comentó el rubio.

—Oh, no había pensado en eso —dijo el castaño rascando su mejilla.

—Yo haría eso con Sasuke. Aunque, ahora que hablamos de materias que se nos complican, ¿sabes si papá era malo en alguna? Creo que nunca me ha contado.

—Veamos —Yamato se quedó pensativo un momento. —Creo que una vez me dijo que saco malas notas en química.

—¿Malas notas? ¿Reprobó? —esta vez cuestionó Sai que también estaba interesado en la respuesta.

—Bueno…saco 90 en un examen.

—Eso no es una mala nota, es buena, muy buena —reclamó Naruto

—Él me dijo que fue su nota más baja en evaluaciones —dijo Yamato para encogerse en hombros. —Ahora hagamos tu tarea para después cenar pizza, aprovechando que senpai esta dormido.

—¡Si! Eres el mejor Yamato-san, te extrañare mientras este con el abuelo —soltó Naruto provocando un leve sonrojo en el mayor.

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.

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Kakashi caminaba por los pasillos de la universidad, su clase había terminado y ahora buscaba a Yamato para ir juntos a casa. Al no encontrarlo decidió llamarlo.

—Tenzō, ¿Dónde estás? Llevo rato buscándote.

—Me llamaron por algo de trabajo y tuve que salir rápido. Es increíble senpai, me van a pagar muy bien.

—Ah, entiendo, me alegro mucho por ti. Te veo en casa más tarde para que me cuentes todo.

—Si, intentaré no tardar para llegar pronto —contestó el castaño. —Hasta entonces.

El Hatake se dirigió a la salida del edificio. Yamato llegaría tarde, Jiraiya pasaría a recoger a Naruto a la escuela ese día y sinceramente no quería ir a despedirse, si lo hacía sabía bien que le costaría dejar ir a su retoñito; Asuma le dijo que esa semana no tendrían horas extras. Tal vez lo mejor era ir a casa a dormir al no tener nada más que hacer, o eso tenia en mente cuando su celular comenzó a sonar.

—Habla Kakashi, ¿quién llama? —dijo al responder.

—Soy Obito, y espero que no tengas planes hoy porque necesito que me hagas un favor.

—¿Obito? ¿Dónde estás? —cuestionó extrañado.

—Frente a tu trabajo —contestó el azabache para tocar el auto de su claxon. Kakashi levanto la mirada para ver el auto parado a unos metros de donde se encontraba así que fue hacia él.

—¿Qué haces aquí? ¿Qué no tienes trabajo? —preguntó Kakashi subiendo al auto.

—Me tome unos días porque estoy viendo los preparativos de mi boda. Hice una reservación en una tienda, necesito que alguien me acompañe y te elegí a ti.

—¿Por qué? —Kakashi lo vio confundido.

—Porque voy a comprar el traje que usaré y eres el único con buen sentido de la moda que conozco.

—¿Buen sentido de la moda?

—Ya hiciste muchas preguntas, ahora vamos —Obito arranco emocionado.

—¿No deberías haber venido con Deidara? —preguntó Kakashi mientras esperaba sentado a que terminaran de acomodarle el traje a Obito, el decimo tercero que se probaba.

—No, no, el novio no debe ver al otro novio antes de la boda, es de mala suerte —contestó Obito.

—Estoy seguro de que no funciona así —replicó Kakashi.

—Este me gusta mucho, ¿qué dices? —Obito se giró hacia su amigo para modelar el traje. —¿Se me ve bien?

—Si, se ajusta bien a tu cuerpo, supongo.

—¿Se me ve bien el trasero? —el Uchiha se dio la vuelta.

—No voy a ver tu trasero, Obito —reprochó Kakashi desviando la mirada.

—Vamos, necesito tu opinión —insistió el azabache.

—¿Por qué es importante eso?

—Porque a Deidara le gusta mi trasero, así que mi traje debe lucirlo, solo échale una miradita.

Kakashi soltó un suspiro y se giro a verlo. —Si, se ve bien.

—Entonces será este —dijo Obito decidido. —Fue más rápido de lo que pensé.

—Llevamos dos horas aquí —replicó Kakashi cruzándose de brazos.

—Yo pensaba tardar cinco, pero bueno, vamos a comer y me cuentas que te tiene tan gruñón hoy.

—No estoy gruñón.

—Si lo estás, deja voy a cambiarme y nos vamos —. Obito se vio en el espejo una ultima vez —No se como puedes estar gruñón después de ver mi trasero, si que se ve bien con este traje.

—¿Deidara no te está esperando o algo así? —preguntó Kakashi una vez que ambos estaban en un restaurante.

—No, él fue a hacer unas cosas también. Por nuestros trabajos nos la vivimos en la ciudad, pero su familia es de aquí así que fue a verla, en la noche voy por él para irnos —contestó el Uchiha mientras leía el menú. —Ahora sí, ¿estas preocupado por ese problema de Naruto que me contaste?

—No, de eso estoy seguro de lo que hice, confío totalmente en que Naruto va a elegir seguir con nosotros —habló con seguridad Kakashi.

—¿Entonces qué es? —cuestionó Obito bajando el menú para verlo.

—Pues… hace un rato que me tiene preocupado algo sobre Yamato —respondió Kakashi. —Yo, no quiero ir muy rápido con nuestra relación para no cometer errores, pero me puse a pensar que tal vez yendo lento tampoco le agrade, ni siquiera lo veía como un problema hasta que Iruka me lo dijo.

—¿Y que piensa Yamato?

—No lo he hablado con él.

—Pues te estas tardando en hacerlo —dijo Obito viendo fijo a Kakashi que agacho la mirada. —¿Por qué te sientes inseguro de hacerlo? Es raro en ti.

—Es que, ahora que finalmente estamos en una relación de nuevo, no quiero cometer errores con él, quiero que todo salga bien.

—Cometer errores es lo normal Kakashi —indicó Obito. —Debes charlas con Yamao, en una relación todas las charlas son importantes, en especial las que son incomodas pero que aclaran dudas, esas fortalecen las relaciones. ¿O crees que Yamato no reaccionara bien?

—No, él…de hecho es muy comprensivo —respondió recordando como incluso cuando se confesó, Tenzō le dio un tiempo para pensarlo y le dijo que no era necesario que le correspondiera.

—¿Entonces?

—No sé —el Hatake despeino su cabello. —Recuerdo que cuando tenía esas charlas incomodas con Iruka, muchas veces terminábamos discutiendo y no quiero discutir con Tenzō.

—No tienes por qué hacerlo, él no es Iruka, creo que podrías comenzar por dejar de compararlos —sugirió el Uchiha.

—Eso intento, pero es difícil no hacerlo.

—Comienza teniendo esa charla —indicó Obito. —Así verás que Yamato no reaccionara igual a tu ex y poco a poco te quitarás esas ideas. Además, las parejas son distintas, cada una avanza a su tiempo. Tú ya te casaste y hasta te divorciaste, mientras que yo apenas me voy a casar; Pero para llegar a esto, Deidara y yo tuvimos muchas de esas charlas incomodas, y al final todo salió bien.

—Tienes razón, debo hablar con Yamato. Es algo tan obvio que no se porque me estreso tanto —dijo Kakashi para suspirar.

—Muchas veces las cosas obvias son las más difíciles de ver y necesitamos que alguien más nos las señale —comentó Obito.

—¿Cuándo te hiciste tan listo?  —preguntó de forma sarcástica Kakashi.

—Vamos Kakashi, no me iba a quedar como el adolescente tonto que conociste, en algún momento tenía que madurar…creo —respondió Obito. —Y esta persona madura estará ahí siempre que lo necesites para señalarte lo obvio.

El Hatake sonrió de lado. —Gracias Obito, lo aprecio mucho.

—Cualquier cosa por la persona que me ayudo a descubrir quien soy realmente —dijo Obito. —Y mi primer ex.

—Dios, no me recuerdes nuestro noviazgo que me da pena ajena solo pensarlo —Kakashi negó con la cabeza haciendo reír a Obito.

—Te lo recordaré más ahora que sé que te molesta.

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Sai toco una puerta para entrar—¿Puedo pasar? Bueno, ya entre de todas formas.

—Sai, tardaste un poco hoy —contestó Ino que estaba sentada en la camilla.

—Naruto va a pasar la semana con su abuelo y se puso un poco sentimental al despedirse, a pesar de que lo vere diario en la escuela —contó Sai para sentarse al lado. —¿Qué quieres hacer hoy?

—Nada, no me siento de ánimos para hacer algo hoy —dijo Ino.

—Genial, hagamos nada juntos —habló Sai a lo que Ino solo asintió con la cabeza agachada. —¿Por qué no te maquillaste hoy?

—¿Eh? —Ino se giró a verlo.

—Bueno, tú siempre te delineas bonito y te pones brillo, hoy no tienes nada puesto.

—No me sentí con ganas de arreglarme. Debo parecerte horrible ahora que me ves natural, ¿no?

Sai negó con la cabeza. —Te ves igual de linda, solo me pareció curioso. Tienes mucho talento para maquillarte y que no te arregles se me hace extraño.

—Vamos Sai, no es para tanto, solo es un delineado y ya, en realidad no soy buena para nada —dijo Ino para dejarse caer en la cama.

—No opino lo mismo. —habló Sai negando de nuevo. —Para maquillarte mezclas colores, eso no es fácil, a mí a veces me cuesta hacerlo en mis dibujos y siempre que te veo y estas maquillada te queda bien, para mí, eso también es arte.

La chica se giró a verlo para sonreír. —Me estas halagando más que de costumbre hoy.

—Porque te ves desanimada, y…no me gusta verte así —Sai recostó su cabeza en la cama. —¿Me quieres decir que te pasa?

—Es algo muy tonto realmente…—dijo Ino.

—No me importa, igual lo quiero saber —insistió Sai.

—Mi cumpleaños esta cerca, y papá dice que por ordenes de mi médico, no puedo salir del hospital ese día. Ni siquiera se porque me deprime, no es como que tenga alguien con quien festejarlo.

—¿Qué hay de tus amigos?

Ino soltó un suspiro. —Sai, aparte de ti no tengo amigos.

—Oh…lo siento.

—Solo quisiera tener un cumpleaños como cualquier otra chica que invita a sus amigos y la pasa bien, pero… es algo muy tonto, ni siquiera se porque me pone triste —dijo Ino viendo a Sai fijamente.

El chico mantuvo su mirada en ella, no entendía porque a pesar de que Ino tuviera unos ojos brillantes, desprendían una enorme tristeza, incluso sentía que comenzaba a contagiarse de ella. Se acercó otro poco a rostro de Ino, quería adentrarse más en ese azul para saber que la provocaba.

—¡Hermanita! ¡Mira quien esta aquí! —exclamó un rubio abriendo la puerta de golpe para ver aquella escena; El rostro de Sai a escasos centímetros del rostro de Ino. —¿Eh? ¡¿Quién eres tú y qué le haces a mi hermanita?! —exclamó acercándose para apartar a Sai de golpe jalándolo de su ropa.

—Ay, soy Sai, y estábamos haciendo nada juntos, señor artista—respondió un poco incomodo por el fuerte agarre del que el rubio lo tenía.

—¿Señor artista? ¡Ah, ya te recuerdo! Eres ese niño pálido que llevaba el amigo de Obito.

—¿Se conocen? —preguntó Ino viendo la escena.

—Una vez fui a una de sus exposiciones por tarea de la escuela, y resulto ser pareja del amigo del papá de Naruto —explicó Sai. —¿Ya me suelta?

—Tú no fuiste el mocoso que dijo estar aburrido, ¿cierto? —cuestionó Deidara frunciendo el ceño.

—No, ese fue Sasuke —contestó el chico.

—Menos mal —Deidara lo soltó con cuidado. —Entonces, tú eres el amigo del que Ino tanto habla.

—No le digas eso, tonto —reclamó Ino sonrojada.

—¿Le has contado sobre mí? —preguntó Sai viendo a la rubia.

—Pues…eres mi mejor amigo, claro que le iba a contar a mí familia de ti —contestó Ino apenada.

—Como sea, te tengo una sorpresa —dijo Deidara para salir y regresar con múltiples bolsas. —¡Regalos! Por mi exposición estuve en distintos lugares y vi muchas cosas lindas que de seguro te gustaran, Obito también te envió algunas.

—Vamos hermano, no tenías porque —habló la rubia.

—Claro que sí, todo para que mi hermanita se sienta mejor en su estadía aquí. Papá me ha dicho que has mejorado mucho así que tómalo como recompensa por eso. Escucha mocoso —dijo girándose hacia Sai. —Ino es la princesa de la familia, será mejor que tú también la trates como una si esperas que sea tu novia, porque ella no merece menos.

—¡No le digas esas cosas! —exclamó Ino sonrojada.

—¿Qué tiene? Es la verdad.

—Eso ya lo sé, Ino es muy agradable y linda, merece todo —soltó Sai sonriendo.

—Vamos Sai, no es cierto…yo no—Ino apretó sus puños. —Yo no merezco nada por eso.

—No digas eso, si lo mereces —dijo Deidara dejando las cosas a un lado para acariciar la cabeza de Ino quien infló las mejillas. Sai ladeo la cabeza por no entender la negativa de Ino, recordó que ese día simplemente parecía no tener buenos ánimos.

La rubia revisaba los múltiples regalos con la misma expresión vacía que tenía desde un inicio. Su emoción había sido fugaz, la había abandonado ya, y no importaban cuantas cosas lindas sacará de las bolsas, ninguna la hacia tan siquiera sonreír.

Sai la noto frustrada, como si le molestará no poder ser feliz por aquellos detalles.

—Quiero un juego, ¿tú quieres algo de la maquina expendedora? —preguntó Deidara.

—No, estoy bien —contestó Ino.

—Te traeré algo de todas formas, vamos Sai, acompáñame —lo llamó Deidara yendo hacia la salida.

—Claro señor artista, vuelvo en un momento Ino —dijo para ir tras el rubio.

—Tú también ya lo notaste, ¿no? —habló Deidara una vez que se habían alejado de la habitación.

—¿El qué? —cuestionó Sai.

—Su humor hoy. Triste, frustrada, decaída. Mi padre me dijo que había tenido un buen avance estos últimos días gracias a tus visitas, pero la terapeuta ya nos había advertido que este tipo de retrocesos podían pasar —explicaba Deidara.

—Espera, creo que me estoy perdiendo de algo —lo detuvo el chico.

—¿Ino aun no te lo ha dicho? Le dije que debía hablar contigo y contártelo.

—¿Contarme qué?

—Sai, ¿sabes por qué esta aquí?

—Pues tiene una pierna rota, creo que es un poco obvio —señaló el chico.

—Si fuera solo eso, ya estaría en casa recuperándose, pero hay algo más, Ino debe estar bajo vigilancia. Por una parte entiendo que no te haya querido decir, pero aun así ya debió haberlo hecho.

—Me estoy preocupando, ¿qué le paso a Ino? ¿Por qué debe estar vigilada? —interrogo Sai frunciendo el ceño.

—Esto es algo delicado y te lo cuento porque eres su único amigo ahora. Ino esta aquí porque saltó de una ventana.

—¿Salto de una ventana? Acaso ella… —Sai ni siquiera quería terminar la frase, pero Deidara asintió confirmando su deducción. Ahora aquellas sonrisas falsas tenían sentido.

Notas finales:

Un capítulo largo para compensar que he tardado en actualizar.

Gracias por sus lecturas y comentarios, los aprecio mucho <3

Nos vemos en un próximo capitulo :)


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