– Xixi
Susurró casi inaudible, pero pude escucharlo claramente dado la cercanía que mantenemos, lo tenía frente a mí, mirándome fijamente, no podía sostenerle la mirada debido al creciente bochorno que tenía. No dije nada, no podía decir nada o no sabía que decir, no lo sé, nunca fui bueno con este tipo de cosas, a veces quisiera ser como él, sin importar que, siempre da a conocer sus sentimientos, yo no puedo hacerlo, o no puedo expresarlo con palabras. Mostró una de esas sonrisas que realmente reflejan tristeza, como anticipando mi respuesta a su reciente declaración.
– Sabes que no te obligaré nada que no quieras hacer, solo, quería que supieras como realmente me siento, como realmente me he sentido todos estos años, quiero ser honesto contigo y conmigo, la verdad es que se ha vuelto insoportable para mí, lo hago por mí, perdón, pero eso no significa que debas corresponderme, al contrario, quisiera una respuesta completamente honesta de tu parte así sea tu rechazo, puedo soportarlo, pero...solo quisiera pedirte una cosa, no me alejes de ti por favor...eso no, no podré soportarlo.
Los ojos se le cristalizaron, bajo la mirada para que no pudiera ver esas crecientes lágrimas luchando por no salir: fue hace años que estuvimos en la misma situación, en la que no hubo una respuesta o simplemente la dejamos pasar, pero es que en ese entonces aún no tenía en claro mis sentimientos por el miedo que me causaba la situación, me sentía confundido y con miedo, quise disipar esa sensación ignorándola de momento, supuse que con el tiempo, nuestros sentimientos cambiarían y todo volvería a ser como antes, que solo era una confusión momentánea de amistad a amor, al parecer me equivoqué y no hice nada para cambiarlo ¿Cuánto es que ha sufrido por mi culpa?
Su cuerpo empezó a temblar, las lágrimas no pudieron retenerse más y salieron rebeldes de sus ojos, entonces sentí como el corazón se me estrujaba queriendo llorar también, no podía ¿Por qué me cuesta tanto? ¿¡Por qué!?
–Sabía que era una estupidez...lo siento Xixi...lo siento. – me estrujo entre sus brazos en un abrazo – lo siento, olvida lo que dije, por favor no te alejes de mi Xixi. – enterró su rostro en mi hombro, llorando desconsoladamente. Tanto tiempo ocultando sus sentimientos por temor a que me alejara de él, que ahora que lo hiso, quiere negarlo en un vago intento por no perder la amistad que hasta ahora es lo único que tenemos; cuanto dolor, no me imagino lo que has sufrido, lo siento, lo siento tanto.
Lo estrujé de la misma forma y con la misma intensidad, paso un tiempo en donde estuvimos en la misma posición hasta que se tranquilizara. Dejo de llorar y se separó de mí, aún con la cabeza hacia abajo, intentando no verme, susurró un débil lo siento y quiso alejarse completamente, pero no lo deje, sostuve sus brazos con la suficiente fuerza para retenerlo, ya era suficiente, no lo haría sufrir más, iba a pasar lo mismo que hace unos años ¡y no estaba bien! esto tenía que acabar ahora, por el bien de él, y por el mío.
–¿Por qué lloras? ¿Por qué presupones mi respuesta si aún no he dicho nada? Aún no he dicho nada ¿¡Y ya quieres huir con una disculpa para irte a llorar a otra parte!? ¿¡Cuán culpable más quieres que me sienta!? – no pude soportarlo más, las lágrimas salieron de mis ojos, pero no agache la mirada, iba a ser sincero con él y conmigo después de tanto tiempo.
–Xixi...
–¡Cállate! Ahora hablaré yo, diré lo que siento por primera vez en mi vida – tome aire para que las palabras no se me trabasen – de niño nunca pude ser sincero, porque creía que si decía lo que sentía solo sería una molestia, había problemas y callé para que las cosas no empeoraran, siempre quise ser fuerte ante ellos, quise que no se preocuparan por mí, quise que supieran que tenían mi apoyo y lo entendía, quise que no se sintieran mal, que todo estaba bien ¡pero realmente nada estaba bien!quería...quería tantas cosas, pero nunca tuve el valor de decirlas, por miedo ¡por esta maldita inseguridad que siento cada vez al querer expresarme! Ahora...ahora, tu estas sufriendo por mi culpa y eso me hace sentir miserable.
–N-no Xi...
–¿Lo vas negar? No hagas eso ¡qué solo te haces más daño, idiota! – agaché la cabeza, las lágrimas bañaban mi rostro cayendo al suelo sin poder pararlas – ¿Cómo es que dices amarme? ¿Cómo puedes amar a quien tanto daño te provoca? – el aire se me fue, quedándome en silencio por un momento, no lo entendía; quiso abrazarme de nuevo, pero no lo dejé, lo retuve extendiendo mis brazos tomando los suyos, aún con la cabeza hacia abajo, continué. – voy acabar con esto ahora, para que ninguno de los dos sufra más, voy a ser sincero contigo y conmigo esta vez, sin miedos e inseguridades. – alcé la cabeza mirándolo directamente, él conservaba una mirada de sorpresa y miedo, lo jalé de los brazos hacia mí, lo tomé de la nuca y en un torpe choque de labios fue que exprese todo eso que nunca pude materializar en palabras. Él me tomo de la cintura, atrayéndome más hacia sí, sentí entre mis dedos como unas cuantas lágrimas caían de su rostro.
–Gracias – susurró al separarnos.
– No agradezcas por algo así, idiota.
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Aquella tarde ambos iniciamos algo que tal vez ya había comenzado antes de darnos cuenta, fue exactamente antes de pasar a secundaria, los últimos años: lucias tan feliz, con una mirada que solo veía cuando te invitaba a pasar la tarde en mi casa o te pedía que simplemente te quedaras conmigo. Desde esa vez estuviste pegado a mí, incluso más que antes, pero ya no llegaba a incomodarme, de echo me sentía feliz a tu lado, tanto que, ahora no sé qué hacer.
Te fuiste de repente, sin decir nada, sin despedirte ¿Sabes cuántas veces fui al metro esperando ver tu estúpida cabeza en la multitud? ¿O las veces que esperé en la entrada del colegio, con la esperanza de volverte a ver? ¿O las veces que fui a tu casa esperando encontrarte? ¿Sabes cuántas noches esperé un mensaje o una maldita llamada tuya? ¿Cuántas noches lloré y enloquecí de impotencia y desesperación? No, no lo sabes. Y no es tu culpa, quiero creer que no lo es.
Esos años fueron un martirio para mí, incluso ahora que acabo el colegio dando inicio a la universidad, todos tomaron su propio camino: He Tian fue el segundo en irse, a medio año de acabar la secundaria, no dijo a dónde, solo un "pronto sabrán de mi" lo que daba a entender que iba a regresar, el pelirrojo se apartó una vez que él se fue, me lo topaba un par de veces, intentando tal vez, sacarme de mi soledad y la suya un rato, pero digamos que mi nivel de socializar en ese entonces se redujo a cero, estaba más pendiente a tu regreso. Quería verte, o siquiera saber si estabas bien, pero los días pasaron, volviéndose meses, terminando en años. La desesperación e impotencia era tanta, que llegué a enfermarme tan fuerte, debido a la falta de comida y descanso, y es que hasta me quitaron las ganas de vivir, tan hundido y solo me sentía, nada parecía tener sentido para mí, si tu no estabas conmigo como lo habíamos planeado. Mi familia se vio afectada al verme así, eso fue suficiente para hacerme reaccionar, no quería que sufrieran, volví a comer e intentar llevar una vida más sana, me aferré a ellos, son lo único que me quedaba y fue así que pude salir del hoyo en el que me encontraba, costo mucho, bastante, aún me cuesta, pero pude mantenerme estable todos estos años. Y ahora estoy aquí escribiendo esto para ti.
No quiero que pienses que te olvidé, y es que por más que quisiera no logro hacerlo, olvidar cada momento que pasamos juntos; cuando niños, cuando apenas unos estúpidos adolescentes, los recuerdos tan preciados y hermosos, es increible que se hayan vuelto tan dolorosos para mí, cada noche aún lloro al releer nuestras conversaciones, reprendiéndome el no haber dicho más, el no haber hecho más...te extraño, pero se acabo.
Recuerdo haberte dicho que no te perdonaría si alguna vez te volvías a ir, fue la primera vez que lo hiciste; no lo niego, llegue a odiarte, a culparte por mi sufrimiento, quise aferrarme a ese sentimiento para borrarte de mis memorias y librarme del dolor, pero fue inútil, no podía hacerlo, nunca pude enojarme contigo, así hicieras lo peor, lo sabes. Fue entonces cuando comprendí, el como podías amarme si tanto pesar te hacia sentir, porque a pesar de todo el dolor que siento, aún te amo, aún espero tu regreso, por ello quiero perdonarte y a mí también, ahora, en este momento, nos perdono a ambos.
En donde sea que estés; espero estés bien, espero volver a verte, pero es ahora que pongo un punto final a esta historia, me diste tantos momentos felices, que espero algún día vuelva a recordarlos sin tener que llorar desconsoladamente, sino con una sonrisa: gracias, y aunque seas incapaz de leer esto, realmente es la única forma que se me ocurrió para dejarte ir de una vez y empezar de nuevo, aquí, en donde te traje en tu cumpleaños, aquella y esta noche serán las que siempre recordaré. Y si algún día decides volver, estaré aquí para ti, para tal vez, comenzar una nueva historia juntos.
Hasta entonces Jian Yi.
~Xixi.
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Dobló el pedazo de papel donde escribió su sentir para ese alguien que ya no estaba, más si sus recuerdos latentes aún, para después encender un fosforó y hacerlo cenizas, fue una delicada brisa quien se llevó los restos de aquella carta jamás enviada y leída, el fuego lentamente consumía el papel y no fue cuando éste estaba por consumirlo todo que lo soltó, vio como las cenizas se esparcían en el aire yéndose hacia arriba, al inmenso cielo nocturno estrellado, fue entonces que sintió paz, después de tanto tiempo.
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