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Solo un poco confuso #5 KangTeuk por Chulixxx

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KangIn abrió los ojos lentamente y se quedó viendo la cabeza del rubio en su hombro. El cálido cuerpo de Denny estaba pegado a lo largo del suyo, su pierna colgada sobre su muslo.

Todavía estaba dormido. Las pestañas largas revolotearon, pero no se abrieron. Denny sonrió un poquito en su sueño, apretando su brazo alrededor de la cintura de KangIn.

Estaban desnudos. Por supuesto que estaban desnudos: tuvieron sexo. Y esta vez no podría reclamar estar borracho o confundido. Esta vez no había sido un participante pasivo. Lejos de eso.

Apretó la mandíbula. Se había prometido que no viajaría a Rusia para joder la cabeza de Denny de nuevo. No debería haber habido ningún joder involucrado, punto final.

Sin embargo, aquí estaba, desnudo, con su igualmente desnudo mejor amigo sobre él luego de haber sodomisado a dicho mejor amigo. Su mejor amigo que estaba enamorado de él.

Su mejor amigo cuyo corazón no podía romper. Esto no podía volver a pasar... mientras no estuviera seguro de qué demonios quería.

Denny hizo un arrullador ruidito suave, suspiró y se movió en su sueño.

Con el pecho hinchado de afecto, no pudo evitar inclinarse y acariciar el cabello del rubio. Cristo, lo extrañaba: como se sentía, como olía, todo cálido y perfecto, y Denny.

Le besó la frente, preguntándose cómo podía sentir tan cruda adoración ahora, cuando hace unas horas folló a Denny más brusco de lo que había follado a nadie en su vida. Estos deseos y pensamientos conflictivos lo habían estado enloqueciendo por semanas. Por meses. No podía unirlos ni deshacerse de ninguno de ellos.

Se preguntó qué habría pasado si SungMin no hubiera desaparecido. Le gustaría decir que se habría mantenido alejado de Denny pero, en el fondo, se conocía mejor. Por cómo habían ido las cosas, hubiera aguantado un par de semanas más antes de buscar a Denny y volver a adherirlos juntos, al carajo con el sentido común.

- Si frunces el ceño más fuerte, tus cejas se unirán en el medio.

Lo miró y se encontró con sus ojos cerrados.

- ¿Estás despierto?

Denny bostezó y se hundió más a su lado.

- No.

Riéndose, pasó los dedos por el cabello del chico.

- Denny.

- No.

El pie desnudo de Denny se deslizó por la pierna de KangIn.

Se tensó, sus suaves emociones desvaneciéndose mientras que el otro sentimiento se hacía cargo. El cambio fue tan rápido que lo dejó algo desorientado.

Ahora, en vez de los sentimientos cálidos y difusos por abrazar a su mejor amigo, se sentía completamente caliente, muy consciente de toda la piel suave y pálida a disposición. Descubrió a su mano moviéndose por la pierna de Denny, acariciando su muslo ligeramente antes de asentarse en una nalga perfectamente redondeada.

A diferencia de él, Denny era suave por todas partes, su piel suave como la seda.

- Alguien está toquetón.

Denny murmuró, mirándolo por debajo de sus pestañas.

- ¿Te afeitas aquí abajo o algo?

Dijo el mayor, apretándole los glúteos, e intentando distraerse de la necesidad de jalar esas tonificadas piernas largas sobre sus hombros y volver a entrar en él.

Denny se rió, pasando sus dedos por el estómago de KangIn.

- Nop. No tengo.

La mano del rubio se deslizó más abajo y se envolvió en torno a la erección del hombre con familiaridad casual.

Pero no había nada casual en la forma en que Denny la miraba. Se humedeció los labios con la lengua.

- Creo que extrañé más chuparte la polla de lo que te extrañé a ti.

- Creo que estoy ofendido. - dijo tratando de mantener su voz ligera. Se aclaró la garganta. - Amigo, tenemos que hablar.

Amigo. La palabra se sintió extraña en su lengua. Incorrecta. Como si ya no encajara. No lo hacía, KangIn se dio cuenta cuando sintió casi físicamente como algo hacía 'clic' dentro de él.

- ¿Denny?

Dijo con su corazón acelerado.

Denny parpadeó y miró hacia arriba.

La respiración de este quedó atrapada en su garganta. Dios, era... los ojos de Denny parecían casi mágicos con la luz de la mañana, brillando sobre las mejillas sonrojadas por el sueño, sus arqueados labios rosados entreabiertos, y se sentía...

Joder, se sentía capaz de Consumirlo. Quería tenerlo, necesitaba meterse dentro de él, en él, cavar su camino dentro, marcarlo, amarlo, usarlo, cuidarlo, poseerlo, poner todo de sí en Denny.

El menor hizo un ruidito sorprendido cuando el otro rodó encima de él.

- Denny.

Ahora con voz ronca, hundiendo el rostro en el cuello de Denny y articulando en medio de sonidos codiciosos de succión.

- Denny. Dios, te quiero.

Sus manos ya estaban separando los muslos del chico y acariciándolos con impaciencia. Quería, necesitaba, empujarse dentro de él, la urgencia de esa necesidad amenazando con engullirlo.

- Está bien. - dijo Denny, sonando sorprendido y sin aliento, enterrando sus dedos en el pelo contrario. - Está bien. Lo que sea que quieras.

Las palabras lo sacudieron.

Apenas podía recordar preparar a Denny y ponerse un condón.

Cuando por fin se empujó dentro, gruñó estremeciéndose. Mierda. Había algo acerca de estar dentro de Denny que era mucho más satisfactorio que tener su polla en un agujero apretado.

Cerrando los ojos, se deleitó en la sensación por un momento, pero quería moverse. Lo necesitaba.

Besándose, ellos se movían juntos, tratando de establecer un ritmo lento y constante, pero su cuerpo exigía más.

El placer se construyó rápido mientras que el ritmo se hizo más rápido y duro; el fuerte sonido de su piel golpeando junta añadido a los gemidos y chirridos de la cama. Fue rápido y sucio, el cuerpo de KangIn hambriento por ello, más de lo que nunca había estado por nada ni nadie, como si quisiera fundirlos juntos. Él lo quería también.

Pronto, los gemidos de Denny subieron de volumen, convirtiéndose en gemidos necesitados, sin sentido y excitantes como el infierno.

Apoyándose en los codos, se quedó viendo al chico, mirándolo deshacerse sus pálidas mejillas enrojecidas, sus preciosos ojos desenfocados, sus rosados labios entreabiertos mientras que jadeaba entrecortadamente y KangIn quería devorarlo completamente.

Gruñendo, golpeó sus bocas reuniéndolas, besando a Denny desordenadamente mientras que lo follaba con fuerza.

- Te amo, Te amo, Te amo.

Bombeaba en su sangre mientras que embestía y embestía, queriendo enterrarse más y más profundo. Los gemidos de Denny adquirieron un tono doloroso, sus brazos apretando más mientras que se movían juntos, perdiendo por completo el ritmo.

- KangIn.

Graznó con voz ronca contra su boca, arqueándose y agitándose.

- Vamos, Denny. - embistió duro en él. - Vamos, amor...

Denny gritó y se corrió, sus paredes apretando alrededor de la polla de KangIn en la más dulce forma.

Gruñendo, se dejó ir y se corrió también, jadeando contra el hombro de Denny cuando sus brazos se rindieron, oleada tras oleada de placer corriendo a través de él.

Puta Madre.

Cristo. ¿Siempre sería tan intenso con Denny? El pensamiento lo hizo paralizar.

¿Siempre?

- ¿KangIn? ¿Hay algo mal?

No respondió, intentando dar sentido a sus caóticos pensamientos y emociones.

- ¿KangIn?

Dijo con incertidumbre, un dejo de miedo creciendo en su voz. KangIn quería envolverlo en sus brazos y espantar sus temores a besos.

Mierda.

- ¿KangIn?

Levantó la cabeza y miró a Denny.

Denny tenía el ceño fruncido, sus ojos avellana/miel aun suavizados por el resplandor postcoital, pero un poco preocupados. Los enrojecidos e hinchados labios de Denny atrapaban su mirada.

Sí.

Puta Madre.

Se echó a reír, mientras que oleadas de alivio y euforia lo recorrían.

- Finalmente.

- ¿Qué?

La aprehensión del rubio parecía ser mayor.

- No entiendo.

KangIn dudó, sin saber cómo explicar algo que casi no tenía sentido para él mismo. Se rodó fuera de Denny y se sacó el condón. Luego de tirarlo a la basura, se tendió junto a Denny y lo miró.

- Los últimos meses han sido jodidamente confusos para mí. - murmuró, poniendo una mano en el vientre del rubio. No podía dejar de tocarlo. - No podía dejar de pensar en ti como en alguien a quien proteger, mi pseudo hermanito a quien amé casi toda mi vida. Al mismo tiempo, me excitaba follarte la boca, incluso a pesar de que pensaba que estaba mal desearte de esa forma. Me aterraba. No podía darle sentido. Me jodió la cabeza, y terminé por joderte la cabeza también a ti.

- ¿Y ahora?

 


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