Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Glicinas eternas | Kimetsu no Yaiba | por Shinjimasu

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

-¡Yo soy el Rey bajo la montaña!- exclamó Sabito sobre la resbaladilla, blandiendo una rama como si fuera su espada -¡Defenderé mi reino sobre todas las cosas!-

-¿Sí? ¡Pues yo dominaré tu montaña y seré la reina suprema de todo este lugar!- lo imitó Makomo desde el tobogán -¡No podrás detenerme!-

-¡Jamás podrás vencernos! ¡Vamos, Giyū!- gritó resbalando, pero cuando notó que su compañero seguía en las escaleras se detuvo -¡Giyū!-

-¿Ah? Sí, ya voy-

-¿Qué pasa? ¿Estás bien?-

-Sí, sigamos jugando-

-Parece que Giyū está cansado- dijo Makomo alcanzándolos -¿No dormiste bien?-

-De verdad estoy bien-

-Sigues preocupado por esos chicos ¿no?- preguntó Sabito –Y eso que ya pasaron tres días-

-¿Cuáles chicos?-

-Cuando fuimos a dejarte las libretas a tu casa cuando te enfermaste nos encontramos con dos chicos que llamaron la atención de Giyū… bueno, al menos uno de ellos. Giyū cree haberlo visto antes, pero no sabe dónde-

-¿No era alguien de la escuela?-

-No, eran chicos de secundaria-

-¿De secundaria? No creo que deban hablar con alguien a quien no conocen, tampoco en chicos más grandes-

-Fue lo que le dije ¡Además estoy seguro de que eran delincuentes!- se quejó Sabito –La policía los estaba persiguiendo ¡No había duda de eso!-

-Bueno, a mí no me importa si lo eran o no, solamente no vuelvan a hacerlo- respondió Makomo –Giyū, si no te sientes bien podemos irnos a casa. La verdad ya estaba cansada de jugar-

-Sí, también yo- respondió Sabito –Volvamos, todavía tengo que hacer mi tarea-

Giyū asintió. No le agradó que por su culpa sus amigos decidieran parar su diversión, pero ya después se los compensaría. Por ahora solamente quería quedarse en casa. Al llegar entró directamente a la florería, el negocio de su familia.  Ahí, su hermana terminaba un pequeño arreglo en una caja blanca de madera.

-Llegaste temprano, Giyū- le sonrió al verlo -¿Tienes hambre? Hoy podemos comer fuera-

-No tengo hambre- contestó con desanimo.

-¿Todo bien? ¿Pasó algo en el parque?-

-No-

-¿Seguro?-

-Sí-

Bastaron ese par de respuestas secas para que Tsutako se diera cuenta de que su pequeño hermano le mentía., pero de preguntarle directamente, lo más seguro era que su duda sería negada de nuevo.

-Bueno, entonces hazme un favor- le sonrió dándole dinero de la caja -¿Puedes ir a comprarme un pan dulce? Puedes elegir el que tú quieras, también… incluso una dona-

La expresión de Giyū cambió en un instante. Tomó el dinero y salió casi corriendo a la panadería. Tsutako lo conocía tan bien como para saber que ese dulce postre bastaría para levantarle el ánimo. Una vez de vuelta y con los labios llenos de chocolate, su pregunta constate tuvo una respuesta.

-¿Ya me dirás qué es lo que te preocupa?- le preguntó sentada junto a él en los escalones de la tienda.

El pequeño no quiso hablar al principio, pero pensó que si alguien podría ayudarlo sin dudar de sus palabras, era ella -Hermana ¿Conocemos a alguien de apellido “Kamado”?-

-¿“Kamado”? No me suena ¿No será de alguno de tus amigos de la escuela? Quizá de un profesor…-

-No, no lo es-

-¿Por qué lo preguntas? ¿Dónde lo escuchaste?-

Giyū guardó silencio un momento -Hermana… ¿tú crees que los sueños son reales?-

-¿Los sueños? Bueno, sí, creo que pueden hacerse realidad-

-No, eso no… yo me refiero a que si los sueños en realidad pasaron ¿Puedo soñar con cosas que son verdad?-

-Mmm… sí, también. Puedes soñar con un buen día en el parque, con el recreo jugando con tus amigos o con una pijamada en casa de Sabito- le sonrió –Después de todo son tus recuerdos, Giyū. Yo también he soñado muchas veces con cosas que ya hice-

-Pero ¿y si mis sueños son de hace mucho tiempo?-

-También puede ser, muchas personas dicen que recuerdan cosas de cuando eran incluso más chicos que tú. Creo que es una capacidad muy bonita que tienen los demás-

-¿Pero y si de verdad son de hace mucho tiempo?-

-¿A qué te refieres con eso?- pregunto cuando se le escapó una débil risa por la insistencia del pequeño.

-Ese apellido… he soñado con la persona a la que le pertenece, pero no recuerdo su rostro- dijo con la mirada baja –Quiero saber quién es porque creo que es importante para mí-

-Giyū, pero si lo soñaste, entonces es normal que no lo conozcas. A veces no todo lo que está en los sueños también tiene que estar en la realidad-

-¿Y si ya conocí a alguien?-

-¿Cómo que a alguien?-

-La otra vez que estaba con Sabito conocí a un niño con ese apellido. Su cara… conocía su cara, pero estoy seguro que no era la persona que estaba en mis sueños ¡pero sí se parecía!-

-¿Y no es posible que sea ese niño, solo que no lo recuerdas?-

-No, porque no se llamaban igual-

Tsutako se quedó en silencio. No podía pensar más allá de una simple confusión en los recuerdos de su pequeño hermano, pero al ver esa expresión tan desconocida en su rostro podía notar que en verdad le preocupaba. Pensó y repitió el nombre en su cabeza una y otra vez, habría sido por una curiosa conversación, pero ahora a ella también le resultaba conocido ¿de dónde…?

-¡Ya lo recuerdo! ¡Giyū, mira!- le sonrió su hermana mientras entraba a la tienda y buscaba en una libreta junto a la caja registradora. No buscó demasiado hasta que lo encontró –Esta es la tarjeta, aquí está el apellido que me dijiste. Era “Kamado” ¿Verdad?-

-Sí, ese es- respondió alcanzándola.

-Seguramente lo escuchaste de aquí, por eso no podías recordar de dónde había sido: fue un cliente-

-Hermana ¿puedes llamar a esa persona?- preguntó mirando la tarjeta con curiosidad -¿Puedes? Por favor… es importante-

-Giyū, no puedo simplemente hablarle a esta persona ¿qué le dirás? Ni siquiera sabes quién es-

-Alguien de nombre “Tanjiro”-

-¿“Tanjiro”? Giyū ¿de dónde sacas todos esos nombres? Si quieres hacerme una broma, no está siendo gracioso. No puedes molestar a otras personas-

-¡Por favor!-

Si el niño no estuviera actuando de forma tan inusual y Tsutako no hubiera notado ese deseo tan grande que tenía por conocer y descubrir un poco de sí mismo, jamás hubiera accedido… pero ya estaba tomando el teléfono.

No había vuelta atrás.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).