Ash Linx, 21 años, un asesino a sangre fría. Esa fue mi descripción toda mi vida, la que acepte, ya que desde pequeño tuve que ganarme la vida debido a que mis padres fallecieron, lo que me hizo terminar en un orfanato y posteriormente junto a mi mejor amigo.
-¿estás seguro de que ese hombre es de fiar?- preguntaba mi mano derecha Shorter quien era la persona en la que más confiaba. Nos habíamos criado juntos en el mismo lugar.
-no lo se. Me envió una carta solicitando mis servicios- conteste revisando la dirección nuevamente . Eramos sicarios, matábamos a gente que no merecía vivir, pero a pesar de ello siempre habían sido gente de mierda. jamas matamos a un inocente.
- estoy harto de hacer esto. Quisiera escapar y tener una vida feliz. Una vida con alguien que me ame- se escuchaba tan lejana aquella realidad, sin embargo de los dos Shorter era el mas iluso.
- sabes que eso es imposible. Nuestra vida ya esta condenada, ademas el amor es para débiles- amar te volvía blando, pequeño.
- el día que tu te enamores yo estaré allí para burlarme de ti. Es una promesa- sin mas luego de intercambiar otras palabras llegamos a aquella residencia en donde uno de los hombres mas ricos del país nos esperaba.
-sean bienvenidos. Escuche muchos rumores de su trabajo y es justamente lo que necesito.- Max Lobo era un empresario muy destacado de Inglaterra. El deseaba manejar todos los comercios de Europa.
- ya ve al grano. ¿ a quien quieres desaparecer?- me molestaba la falsa cortesía. Solamente quería realizar mi trabajo y volver al bar en donde todas las noches Shorter y yo jugábamos al poker ganábamos algo de dinero extra para comer.
-necesito que me acompañen en la embarcación del Titanic. Allí es donde mataran a aquella lacra- ¿estaba hablando enserio? ¿el Titanic? ¿aquel barco con el que solo soñaban los pobres? Debía ser un jodido chiste
- ya , hable enserio , ¿qué desea?- Shorter fue el primero en hablar ya que tampoco creía que este sujeto nos llevara con el por un simple asesinato.
-no estoy bromeando. En su residencia el chico estará seguro pero aquí en esta embarcación estará mas expuesto. Necesito que sea rápido y que parezca natural- íbamos a ir al Titanic, seriamos parte de la historia, estaríamos en el barco mas grande jamas construido
-de acuerdo, ¿a quien tenemos que matar?- sin mas el mayor nos mostró una foto de un chico rico, que tenia todo en su vida, junto a su padre y a su prometido. Era la foto del diario matutino en donde se anunciaba su compromiso y su casi luna de miel en el crucero.
-el es Eiji Okumura. Hijo de mi rival Dino Golzine. Esa boda me perjudica ya que la unión de aquellas dos familias me dejarían en la ruina. Debo hacer que ese chico desaparezca- el no parecía malo, parecía alguien inocente.
- no lo se. Solo matamos a gente que se lo merece, el no parece una mala persona- Shorter y yo nos mirábamos con duda.
-si lo hacen, les pagare tanto dinero que podrán mejorar sus vidas. Ademas les daré una vivienda en New York. Piénsenlo- quizás no era mala opción, quizás era nuestro escape de las calles, un nuevo comienzo
-esta bien- los dos merecíamos una nueva vida lejos de aquí, en un país distinto.
-muy bien. Mañana los espero en el puerto- sin mas luego de darnos las manos una sensación amarga me recorría el estomago. No podía dejar de pensar en aquel rostro.
-Ash no lo puedo creer. Viajaremos en el barco mas grande del mundo. Estaremos en todos los periódicos. Seremos historia- Shorter parecía mas emocionado por el viaje que por cualquier otra cosa.
-tienes razón. Seremos como unos reyes. Ademas siempre oí historias de New York y parece un lugar genial para empezar de nuevo- mi amigo me miraba con ilusión mientras llegábamos a nuestra guarida, un rincón de un viejo callejón en donde nos ocultábamos de la fría noche.
- desde mañana seremos reyes. Cuando llegue aquel país quiero tener un trabajo decente y tal vez una linda familia- el ansiaba aquello, yo quería dedicarme a pintar y a construir mi vida desde cero.
Al siguiente día ambos estábamos muy entusiasmados: el Titanic era gigante, había demasiado gente rica y nosotros dos no dejábamos de sonreír.
-aquí están sus pasajes de tercera clase. Jamás le deben decir a nadie que me conocen ni que hablaron conmigo. – luego de decirnos aquello el señor Max nos extendió los boletos y posteriormente desapareció.
Cuando le dimos los boletos al guardia y este nos dejo subir corrimos por toda la cubierta chocando gente hasta llegar a la punta de aquel barco en donde sin mas remedio nos pusimos a gritar.
-SOY EL REY DEL MUNDO- me sentía feliz, me sentía vivo, por un momento había olvidado mi principal objetivo allí.
-SOMOS RICOS- grito Shorter mientras se unía a mi y ambos reíamos sin parar. La gente nos observaba de manera extraña pero jamas nos había importado.
Cuando cayó la noche ambos estábamos en nuestros camarines los cuales eran muy pequeños y los cuales también compartíamos con gente igual a nosotros.
-yo creo que iré a dormir. tengo sueño- susurro mi aliado mientras se quedaba dormido. Yo no tenia sueño, yo debía investigar donde se encontraba Eiji Golzine por lo que salí de allí y fui a la cubierta a fumar un cigarro antes de iniciar mi búsqueda. El cielo estaba hermoso y las estrellas lo adornaban perfectamente.
Sin darme cuenta termine tirado en un banco admirando el hermoso paisaje hasta que sentí como alguien pasaba corriendo por al lado mio e iba al borde de aquel barco, dispuesto a suicidarse.
Por instinto me acerque apreciando a aquel joven que me daba la espalda dudando sobre si arrojarse o no.
-no lo haga- mi voz salió sola, revelando aquel pensamiento que tenía guardado.
-no camine. No se acerque más- su voz se escuchaba llorosa
-por favor solo dame tu mano. Te ayudare a subir- generalmente no era amable con las personas, sin embargo evitaría a toda costa que este chico acabara con su vida.
-¡NO! Quédese en donde esta, o me suelto, lo haré, no dudare- claro que dudaba, dudaba como yo lo hice las veces que quise acabar con mi vida.
-no lo hará- solo podía contradecirlo mientras lentamente me acercaba a el. Su cabello era oscuro como la noche y parecía ser de una familia millonaria, sin embargo aun no veía su rostro ya que me daba la espalda.
-¿Qué quiere decir con eso? No presuma de saber lo que haré y lo que no haré. No me conoce-quizás no lo conocía, pero eso no quitaba que tenía razón.
-bueno...si de verdad quisieras hacerlo ya hubieses saltado-cuando llegue a su lado su rostro se volteo revelando a quien yo buscaba : a Eiji.
-me esta distrayendo. Ya váyase- sin pensarlo tomé su mano
-No. Si tu saltas yo saltare detrás de ti- no podía dejar que lo hiciera. Mas ahora que se que el es mi objetivo.
-¿Qué es lo que quieres? Ya déjame. Mi vida es horrible, no quiero volver a ella- mi teoría era correcta: el sufría, su rostro reflejaba el mismo dolor que en la foto.
-pues si me permites intentare que sea mas alegre. Solo no saltes por favor- aquellas palabras salieron solas. Quería borrar esa tristeza, quería protegerlo, quería evitar que saltara.
-de acuerdo...- en un movimiento rápido lo envolví con mis brazos y lo abrace. Que bien se sentía...se sentía cálido, acogedor. Sin embargo no podía olvidar que el era la persona que debía asesinar.