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Mi Único Deseo por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Hola, mis terrones de azucar, espero que sigan disfrutando de este fic. 

Espero que lean, disfruten y comenten. 

Nos vemos abajo. 

A la mañana siguiente, consiguieron aquellos pergaminos de ese Gremio, prometiendo que refuerzos de los Atenienses llegarían en dos semanas a más tardar.

Con aquel trato los dos líderes se retiraron de aquellos anfitriones, para dirigirse al gremio propio.

Otro largo recorrido, de casi cinco días, apenas tendría tiempo de hacer algunos preparativos, pero tendrían la suerte de realizarlos.

Pero justamente a su destino, existía una pequeña curiosidad en el corazón del corderito, que estaba añorando el regreso de alguien, a su manera.

Era su costumbre, después de todo se había recuperado perfectamente, puede que la única secuela de no haber tenido una nutrición y desarrollo de manera normal, sería su estatura y aparecían pues podría seguir viéndose como un niño, mas era un joven de quince años.

Ahora que estaba mejor, estando un poco más seguro del lugar, aunque prefería mantenerse a raya con los otros Alfas, aunque la mayoría por lo mismo se alejaba, advertencia de Milo, pues les decía si osaban hablarle a Mu, el segundo líder se enojaría.

Queriendo evitar la parte de que este sentía un afecto especial por el pelilila, si no metería en problemas a Shaka.

También había estado ayudando a Shura con sus tareas, ya que poco a poco Mu recibió algunas para mantenerlo ocupado y quería ser útil. Siendo muy maduro a veces, sabía que nada en la vida era gratis, pero prefería obviamente y mil veces pagara con trabajo, que con otra cosa.

Podría confiar, pero no del todo. Creía que en cualquier momento le podrían ordenar que pagara por todo lo que el gremio había gastado en él.

Se aseguraba de estar seguro en cada momento, los miedos no desaparecen aun estando físicamente bien.

Mas olvidaba aquello a veces, cuando pensaba en esos ojos azules, le estremecía un poco el cuerpo, no de terror, si no que recordaba esa calidez, y lo seguro que se sentía a su lado.

Su mente traía en momentos las dulces palabras que su papá le dedicaba aquellas contadas noches que narraba su historia, pensó en eso durante este lapso en donde Shaka no había estado y podría sentir sensaciones extrañas, jamás experimentadas.

Aquella platica con Afrodita, le había abierto los ojos a lo que sentía, “¿Enamorado?” era lo que tenía, de ese rubio, pero… Creí que sería malo.

¿Los Alfas son malos?

Se lo cuestiono, pero más bien, la pregunta correcta es.

¿Shaka es malo?

Pensaba mucho en eso, que dolía su cabeza, podría ser que sus cuernitos que estaban aún pequeños se habían desarrollado un poco, no sería la cornamenta más grande del mundo, pero se notaba más y se podría notar amenazante al terminar de crecer, mas su rostro de bebe era una combinación exótica.

Había querido hablar con Shura, un fauno que había sentido como una figura paternal. Tal vez por su pérdida abrupta y la necesidad de sentirse apoyado por alguien.

Mas existía algo que se lo impedía, el rostro triste y desolado del peliverde, siempre estaba suspirando, los ojos aprecian que querían derramar lágrimas, pero las contenía, ocultado sus ojos por su flequillo.

Incluso se había vuelto más callado y en todo ese tiempo no vio una sonrisa, y si es extraño que Shura haga ese gesto, pero con el pequeño corderito era algo que ocurría más seguido.

Se había hecho una idea y quería equivocarse, porque le dolía aquello, mas sentía necesitada de preguntarle directamente.

La oportunidad se dio, en una tarde algo fría de aquella época, pronto seria la época del frio eterno como la llamaba en aquella zona.

Las estaciones se comprendían por cuatro, sus nombres siendo la primera la doncella de la resurrección, la segunda doncella de la calidez, la doncella del cambio y la doncella del frio eterno.

Por lo tanto pronto acabaría la tercera y la cuarta comenzaría.

Esto solo ocurría en ciertos lugares, pues en el gremio de Hades, el clima siempre era cálido.

Pero esto era una historia que no cabe en esta.

Se había armado de valor, terminadas de hacer las pequeñas tareas, y encontró a Shura sentado en una jardinera, suspirando cabizbajo, incluso se podría atrever a pensar que lloraba.

-Shura…- Lo llamo, sentándose a su lado, tan cerca que se tocaban.

Salió de sus pensamientos al escuchar esa dulce voz que lo traía a la realidad de golpe, girándose a verlo -¿Qué ocurre Mu?-

Bajo su mirada, jugando con sus deditos, por lo que preguntaría, se podría llevar una mirada de enfado, lo que menos quería, mas debía saber que le ocurría al Omega que consideraba alguien importante.

-Te he notado muy triste últimamente… ¿Te… Te… Pasa algo?- Levanto su mirada, con esos ojos suplicantes y tímidos.

-No es nada, es solo que… Mi celo está por llegar y a veces actuó así...- Desvió la mirada del pequeño, estaba mintiéndole, pero no debía saberlo.

Tal vez conociera el tema del celo, por tantas cosas que vivió y escuchó, pero aún no lo experimentaba, así que a veces le causaba miedo.

-¿Puedo preguntarte algo?- Pedía permiso, porque lo que diría, sería tan extraño.

Acaricio los lacios cabellos lilas, para darle confianza al menor que aún no estaba tan preparado para enfrentar el mundo –Pregunta lo que gustes, Mu-

-Tu… ¿Extrañas… Al señor Aioros… O al señor… Shaka?- Le costó tanto preguntar, pensando que la respuesta le podría dolor en el alma, aun sin comprenderlo del todo.

El de cornamenta de Cabra, abrió sus ojos a todo lo que podía, incluso su boca se abrió de golpe, la pregunta era demasiado para procesarla.

¿Acaso era tan obvio que estaba extrañando a alguien?

Estaba siendo descubierto fácilmente por ese pequeño niño, que había cuidado desde que conoció y no creía que tuviera esa capacidad de observación. Lo dejo atónito esa revelación.

-Mu… ¿De que estas hablando? Yo… No extraño a nadie- Con esto último cerro sus ojos, suspirando, no podría seguir con esta conversación, sin verse descubierto.

-Shura, sé que extrañas a uno de ellos, porque… Está muy triste, suspiras a cada rato… Y te noto que quisieras ver a alguien…- Bajo su mirada, para susurrar algo –Yo también extraño a alguien…-

Pudo escuchar eso con facilidad, aun tratando de ocultarlo, sus oídos de Omega estaban diseñados para escuchar hasta el sonido más débil y el corderito estaba a su lado, no era difícil.

¿A quién extrañas?- Le pregunto bastante serio, estaba sospechando muchas cosas, pero no podían ser ciertas.

Bajo su mirada, apretando sus labios, de nuevo juego con sus manitas, los nervios lo invadían, que incluso recargo su cabeza en el brazo del contrario, necesitaba estar en un refugio seguro.

-Al señor Shaka... Lo extraño… Mucho… No sé por qué exactamente… Pero… Quiero verlo- No podía levantar su cabeza, estaba avergonzado por decir estas palabras y más con lo que estaba pensando, sus mejilla estaban rojas, pero debía seguir –Si, tu… Lo extrañas… Yo… Lo entendería y…-

-Espera…- Levanto aquel delicado rostro para mirar –Mu, yo no extraño al señor Shaka- Había comprendido a que se refería el pequeño, lo que más temía que pasara y lo que ocurría, debió haberle hablado primero de los votos, el significado y graves consecuencias, pero para eso contar su historia era lo que pasaría

-Entonces… ¿Extrañas al señor Aioros?- Su rostro estaba confundido un poco, pero se iluminaba, al saber que el peliverde no consideraba alguien importante de esa forma al rubio.

Estaba atrapado en esa situación, no podía ser que este Omega lo hubiera puesto contra la espada y la pared, pero así sucedía. Además que no podía enfadarse con él, pues sabía que la culpa solo la tenía el mismo.

Además esto le podría ser útil, explicarle una parte de las reglas del gremio, que quiso omitir hasta una edad que el corderito no le causara impacto.

Pero en sí, su vida había sido tan difícil, caótica y tormentosa, que le asombraba la inocencia que poesía, esa forma en que aún le decía existían esperanzas en este mundo podrido.

Suspiro derrotado –Es correcto Mu, extrañó a Aioros- Declarara esto, podría haber sonado tranquilo, pero por dentro era lo más difícil que hacía.

-¿Lo quieres?-

Le impresionó esa forma de hablar, pero tenía el conocimiento de aquellos dulces relatos que Mu gozaba en platicarle, de sus padres, obviamente no tenía todo los detalles, pero si el sentimiento transmitido.

-Si- Contesto tan serio y frio como su costumbre.

-Entonces… ¿Por qué no están juntos? ¿Por qué no se abrazan?- Sonrió con algo de emoción, aquel tema le traía recuerdos de los pocos bonitos, que aún conservaba.

-Simplemente no se puede hacer eso- Su mirada de color Jade, podría ser la marca de la tristeza que reflejaba, existía más de lo que se podía decir.

-Pero… ¿Por qué? El señor Aioros… ¿No lo quiere? ¿No son destinados?- Sus preguntas estaban siendo lanzadas como un bombardeo, no era la intención de molestar, pero estaba bastante curioso.

-Él… Y yo… Jamás estaremos juntos… Y no es por… La falta de sentimientos…- Cada palabra, era demasiada para poder seguir, pero debía sacar fuerza, si no quería que el menor tuviera el mismo cruel destino de dolor.

-Entonces… ¿Qué los detiene? Si los dos se quieren, es lógico estar juntos- Se acercaba con más entusiasmo al Cabrío –Ambos están vivos, y están bastante cerca… Deberían poder quererse, y cuidarse, no entiendo que los separa-

Esos inocentes ojos, que le estaban cuestionado algo que ante cualquiera sería lógico, están vivos, cerca, se corresponden, ¿Por qué no estar juntos?

-Mu, en este gremio existe algo llamado votos de castidad- Miraba fijamente hacia delante, suspiraba bastante tranquilo, aunque por dentro lo destrozaba -¿Sabes lo que es la castidad?-

El fauno menor, parpadeo varias veces, tenía la idea de alguna forma remota –Creo… Que tiene que ver… Con… ¿No ser marcado?- Tenia la idea, no muy lejos de la verdad, pero necesitaba más información.

Suspiro, tener que explicarle este tema, no sería muy cómodo, pero era mejor que supiera más, y no solo por las malas experiencias.

-La castidad, tiene que ver con la virginidad, no llegar a tener intimidad con alguien- Tocaba el tema bastante sutil.

La verde mirada bajo, aquella palabra, la entendía… Relacionándola con malos recuerdos, era lo que aquel hombre Alfa le quiso arrebatar, esa noche que conoció al rubio.

Tal vez aun le aterraba, pero cada que su mente volaba al punto en donde escapo, prefería concentrarse en que conoció a Shaka, le traía alivia a su corazón.

-Entiendo-

-Los dos líderes, hicieron un voto de castidad, así accediendo a mayor poder, para derrotar a los Shadow´s, tienen que sacrificar los “placeres” mundanos de la vida-

-Ellos, ¿Nunca podrán tener crías?- Preguntaba a lo que necesitaba, pero comprendía de a poco cada palabra.

-Así es, y no se les permite tener pareja, ni siquiera enamorarse de nadie- Esto último lo decía con tanto dolor, pues de hecho estaba perdidamente prendado del castaño, y no podían estar juntos.

-Pero… Eso no tiene sentido…- Su voz parecía querer quebrarse –Tienen la suerte de estar vivos, y… Y… Que la persona que quieren está a su alcance y no… Muerta… ¿Por qué desperdician así su vida?- En este punto hablaba, la desesperación de acordarse de las lágrimas de Shion, al no poder estar junto a su padre… Todo le traía un recuerdo latente.

-Mu… Las cosas no son tan fáciles como crees- Le dio un abrazo, posiblemente si, lo necesitaba el menor, pero también él.

-¿Por qué… No… Pueden ser… Fáciles…?- Para este punto, sus mejillas estaban rojizas, al igual que si nariz, el frio no era mucho, pero más las lágrimas eran lo que provocaban ese efecto.

-Es muy complicado… Incluso yo… No lo entiendo…- Sentía una necesidad de querer acunar a ese fauno, pero sería un poco extrañó y ya era algo grande para hacer eso.

-¿Desde… Cuando se quieren?- Quería calmarse, si preguntaba algo diferente, ayudaría.

-Desde hace poco más de dos años, cuando Aioros me salvo- Estaba dispuesto hablar con la verdad.

-¿Te salvo? ¿De qué?- Estaba curioso, aun con sus lágrimas, pues no concia nada del paso del otro, sería su oportunidad.

Cubrió su boca con la mano, suspiro pesadamente, hablaría de un tema que odiaba, pero podía confiar en el pequeño… Le traía paz su sola presencia, llenar ese vacío.

-Es una historia muy similar a la de tu papá…- Aquella voz antes seria, ahora dejaba un poco el malestar que le provocaba.

Mu no hablo, dejaría que hablara.

-Fui criado por mi padre, un fauno Alfa, que logro abrirse paso entre la sociedad, porque decidió deshacerse de una parte de el- En ese momento llevo una de sus manos a la cabeza –Desde muy joven, se le ocurrió una idea, para darse una mejor vida, corto sus cuernos, al grado casi de la piel… Fue algo demasiado doloroso para él, pero le funciono-

Su rostro se contrajo, abrió sus ojos con tanto miedo, nunca había escuchado que alguien cercenara una parte de su cuerpo por gusto.

-Pudo vivir bastante tranquilo, alejándose de ser un fauno en aparecían, tratando de ser lo mejor que pueda, para lograr un puesto importante, uno donde pudo invertir con la personas correctas, no era alguien rico, pero tampoco pasaba miserias- Era de lo poco que recordaba de aquel quien le mostro lo que era una familia. –No supe quien fue mi madre, solo que en una noche en donde bebió mucho, mi padre… El Cid, como era conocido, tuvo algo que ver con una prostituta, y de allí nací yo-

-¿Por qué tu mamá, no te cuido?- Sentía curiosidad, cada palabra le prestaba atención.

-Ella quería seguir en esa vida, le pidió a mi padre una cantidad, por mi…- Sonrió de manera desganada, con esos ojos afilados –Desde pequeño fui tratado como una moneda de cambio, pero mi padre me quería a mí, no le importo gastar tanto, solo para que ella no nos molestara más-

Sus lágrimas se habían ido, sonrió al ver que Shura también tuvo alguien bueno en su vida –Tu padre… Te quería mucho… ¿Qué pasó con él?-

Levanto la cabeza, pidiendo la fuerza que necesita –Viví muy feliz a su lado, pero debíamos ocultar mis facciones de Fauno, para que nadie sospechara y que no se metieran conmigo, de pequeños es fácil pues nuestros cuernos son diminutos y el cabello lo oculta bastante- Estaba recordando más cosas, pero el tiempo no le era suficiente, mejor ir directo –Me había hablado que lo mejor era, cortarlos… Posiblemente pensaba que de raíz sería mejor, tenía seis años y pronto crecerían y no se ocultarían bien- Fue en este punto donde su cara se tensó.

-Una noche… semanas antes de que, tuviera esa cirugía para que los cuernos no se notaran y pudiera pasar por un omega “Humano”, unos hombres entraron a la casa… para robar- Su mirada estaba perdida, y sin aviso unas lágrimas cayeron, mojando al menor, que lo observaba atento.

-Trato de defender la casa, me pidió que me fuera, pero no le hice caso, quería ayudarle, fue mi error… Todo los padres, presienten el peligro y desean que escapemos de él- Se dirigió a Mu –Tu hiciste bien en obedecer a tu papá, si no hubieras corrido un destino horrible… Hirieron a mi padre… Me quede a su lado, pero al notar que yo era un fauno, eso les alegro y me llevaron con ellos…- Apretaba su mandíbula, donde sus manos estaban, apretaban la ropa –Creí que mi vida había acabado justo en ese momento, fui vendido por ellos… No era tan raro como los corderos, pero servía de algo…-

Observar aquellas lagrimas caer de aquel rostro siempre serio y con sus suaves manos, las limpiaba, le dolía verlo llorar, pues lo apreciaba tanto, entendió a qué se refería… Lo había visto antes, por suerte nunca lo vivió.

-Viví así, más de diez años… Soportando… Tantas cosas… Incluso… Varias veces… Yo… quede encinta…- Esta era la parte que del dolor le costaba.

El embarazo de un Omega causaba una sensación de emoción y cuidado por la cría que llevaban dentro, siento algo instintivo –Pero… Al enterarse… Me lastimaban, para que abortara…- Su llanto incremento, cubriéndose el rostro, con una mano, pero por alguna razón, la otra abrazaba al pequeño Omega, el cual también estaba compartiendo su dolor, llorando a su lado, tenían una tristeza diferente, pero la misma razón.

La maldad humana.

Pero seguiría, prefiera terminar con esto y jamás volver a tocar el tema, Mu sería la segunda persona en conocer su historia, para nunca más hablar de ello.

-Aioros, me encontró en un callejón de una ciudad muy lejana de aquí, tenía que complacer a unos tipos, pero ya no podía más, quería huir…- Guardo silencio un instante, recuperando de a poco su compostura -Me topé con él al intentar huir, creí que me dañaría, pero… Al ver que otros me estaban persiguiendo, los encaro, no permitió que se me acercaran, les cuestiono ¿Qué eran lo que querían? Obviamente dijeron que yo era de su pertenencia-

Cada palabra sonaba un poco más relajada, sin duda allí comenzaba sus recuerdos más importantes.

-Aioros reviso rápidamente mi cuello, sé que tenía varias marcas, fui mordido varias veces en esa zona que estaba muy adolorido, pero él sabiendo las reglas, no dudo y ofreció una cantidad de dinero demasiado alta por mí- Sonrió como de burla se tratara –Solo era mercancía, que pensaba que ya no tenía valor, mas aceptaron y pude ser libre- Bajo su mirada, para encontrarse con esas esmeraldas, que solo observaban –Aunque, me llevo con él esa noche y llegamos a este lugar, trato de calmarse tanto, y yo actué de manera tan rebelde, pensando que mi vida sería peor, pero… Solo mejor- Esa sonrisa, era la de alguien que había encontrado la felicidad, pero estaba aún esa tristeza en sus ojos.

-¿Te gusto a primer vista?- Sus preguntas aun sonaba inocentes.

-Sí, puede que sí, pero había vivido tanto dolor… Que… Nunca creí que eso pasara, me cuido demasiado, fue atento conmigo desde el primer segundo, de hecho él fue quien me enseño todo, me cuido en las noches de pesadillas, incluso me dio los supresores, protegió y obviamente la connivencia fue más, no temía en específico a los Alfa, Betas, Faunos o Humanos, todos podían ser crueles, con el poder del dinero, el me mostró que la vida era tan diferente-

Se levantó de su lado, estaba pensando en declarar su punto, para decirle algo importante –Entonces… Si el señor Aioros siente lo mismo por ti ¿Por qué no rompe los votos y ya? Así pueden estar juntos y…-

-Eso nunca será fácil… El castigo que recibiría sería demasiado- Ya era el punto que se debía tocar.

-¿Cuál es el castigo?- Sintió que sudo frio, por la manera que hablo Shura.

Suspiró, pero era necesario que el pequeño lo supiera –El líder que rompa los votos, recibirá latigazos en su espalda, hasta que su piel este abierta y la sangre escurra, dejándolo sumamente herido- Bajaba su mirada, ese era el destino que correría su amado castaño, no lo podía soportar –Para la pareja que lo lleve a romper los votos, recibirá la marca de culpa-

-¿Qué es eso?- Estaba tan impresionado por lo anterior que no entendía esto último.

-Usualmente, si no, es que siempre, los líderes son Alfas, y obviamente quienes lo lleven a romper los votos son Omegas, por lo tanto a estos se les “Maldice”  con una marca en su frente que se absorbe, pero su real motivo es penetrar en la mente, causando un dolor de locura, provocando alucinaciones, complejos, sintiendo culpa por haber seducido al otro- Apretaba sus labios, sentía que podría pagar ese precio por estar con el primer líder, pero esa razón era por al que el otro no se atrevía a acercársele –Parece extraño pero los dejan estar juntos después de esos castigos, más el de mayor rango es destituido y se vuelve solo uno más, puede no parecer gran cosa, pero tan solo lo que torturan… Es suficiente para no querer seguir- Estaba con la mirada baja, sus lágrimas volvían pero eran escasas, había llorado antes ese pesar.

-Pero… El amor, no debería ser tratado así… Al contrario, el amor puede vencer todo Y…- No sabía que decir, su mente voló a pensar que si su sentimiento seguía… Podría ocurrirle algo malo a quien estaba queriendo tanto.

-Es el miedo que sentimos, porque el otro sea castigado, que no nos permitimos seguir…- Recordó la primera vez que sintió el celo de Aioros.

Siendo una noche bastante caliente, se habían encontrado por casualidad, el dominante perdió el control y se atrevió a tocarlo, besándolo, acariciándolo, aquel Fauno disfrutaba esas mano, porque no eran con malicia, lo sentía bien, el amor estaba allí, besaba la piel con tanto cuidado, dominaba sus instintos de ser feroz, pero antes de hacer algo más… Se detuvo, sabía que estaba mal, y que Shura recibiría la peor parte del castigo.

Aioros concia el castigo, porque él fue el producto de una líder destituida y un Omega marcado con es maldición.

-Te digo esto, aunque puedes sentirte aterrado, pero… Lo digo porque si tu estas empezando a sentir algo por el señor Shaka, será mejor que lo olvides, solo sufrirás- Le estaba advirtiendo.

-Pero… Si yo lo quiero… No significa que él me quiera… Puedo estar en silencio queriéndolo, no quiero… olvidarlo…- Su ojitos estaban derramando lágrimas, era demasiado joven para comprender todo lo que significaba, pero no quería alejarse de ese rubio.

Suspiro, no se lo diría, pues era alimentar su ilusión, pero conocía esas miradas que el Alfa le daba al menor, eran de amor y eso solo vendría con la desgracia que ya se le había predicho.

-Quiero dejar de temer… Y solo con el señor Shaka, puedo sentirme seguro, aun me aterra estar cerca de los Alfas, pero… No siento eso a su lado- Limpiaba sus lágrimas, estaba dejando escapara lo que guardaba.

-Mu…- Ya entendería, era lo que pensaba, y decidió mejor darle un abrazo, pronto comprendería… Ahora no lo sentía del todo, pero la vida puede estar llena de sufrimiento por solo amar.

 

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar? Yo estoy super bien, terminando mis tareas de todos los días, jajjajaja y super emocionada por que comeré pozole, bueno hoy no si no hasta mañana. 

Pues hoy en a noche es el grito aquí en México jajajajajaja, obviamente por las circunstancias pues espero que muchos lo den mejor en la seguridad de sus hogares, debemos evitar reuniones masivas, siempre es creído que es mejor prevenir que lamentar. 

En fin es decisión de cada quien, pero tomen sus medidas en todo caso. 

ajajajajja el ascendente de Afrodita sera un pequeño misterio hasta el momento. 

Pregunta ¿Cual es la comida mas típica de su país? 

Yo soy de México y para mi algo bastante típico de acá es el pozole. Así que si otro es de México puede obviamente decir que es el pozole u otro alimento, igual si son de otro país, quiero saber mas sobre su gastronomía.

Espero sus respuestas, comentarios y reclamos. 

Muchas gracias por seguir leyendo, apoyando este hermoso fic, que aunque los haga llorar, esperar, angustiarse y todo, aquí están y eso me da mucha alegra. 

En verdad, gracias. 

Nos vemos mañana, con Munzel. 

Ammu se va. 


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