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Mi Único Deseo por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Por favor lean, disfruten y comenten.

 

Y nos vemos abajo

Lanza aquel grito con todas sus fuerzas, preocupándose por ser escuchada de verdad por quién desea proteger.

De inmediato esto alerto al peliaguamarino, dejando de lado lo que está haciendo, pensando en ir con la joven Beta, pero al escuchar otras voces se quedó incluso estático, sin saber cómo reaccionar.

Reconocía esa voz, ya la había escuchado antes, cuando trabajaba para Saga en esa horrible mansión, un tipo siempre se le insinuaba, logro escapar varias veces por la regla que el peli azul mantenía, que ciertos sirvientes no podían ser tocados aun.

Proporcionando solo daño al peliverde, gozaba siempre hacer sufrir al pobre Fauno.

Pero ahora esta solo… Sin que nadie lo pueda ayudar… En pleno celo, sin suficientes fuerzas para enfrentarse en una lucha, además sintiendo que debía ir de a ayudar a Helena pero… Sus piernas están temblado.

-¡¡¡MALDITA!!!- Apretando la hoja del arma contra la mejilla de ella, provocándole una profunda cortada.

-No dejare que lo lastimen- Como pudo, sin importarle la cortada que lleva en su mejilla, se enfrenta aunque sea con la mirada, sujetando la mano con la que aprisionan sus ropas.

Aun estando en la parte trasera de la tienda, en donde se considera una pequeña bodega para ingresar a la casa que ambos comparten.

-He…Le…- Se cubrió de inmediato la boca por estar hablando podrían escucharlo, debía escapar rápido para encontrar ayuda, pero si se iba estaría abandonándola a su suerte y no podía soportar hacerlo… Sería tan cobarde de su parte, pero no es capaz de hacer nada.

Caminando lentamente, sin apartar la vista de la puerta, que es lo único que separa la tienda de la bodega, con miedo a que ellos logren entrar.

Más por no fijarse por el miedo, choca contra unos estantes, haciendo que unos costales de tierra para plantas caigan, obviamente ocasionando un potente ruido.

Asustándolo, por la tontería que acaba de cometer.

Tan solo al escucha ese ruido, ambos sujetos sonríen, pues han encontrado su objetivo sin siquiera verlo.

-Así que esta allá atrás- Uno de cabellos rojos cortos, sonríe de forma lasciva, mirando para aquella zona.

-¡¡¡NO!!! ¡¡¡CAMUS SOLO VETE…!!!- La castaña intentando proteger a su amigo, es de inmediato callada.

El otro sujeto de unos cabellos castaños claros, con una mirada algo fría sin mucho interés por los demás, solo cumplir con lo que le han ordenado.

Para que ella no interfiriera, le dedico un fuerte golpe en el rostro, para que caiga desmayada.

Lo cual logro, desde luego no tiene interés en la joven Beta, no es su objetivó y usualmente son más atractivos los Omegas para los Alfas, así que no sería más herida que eso.

Aunque no se puede decir lo mismo de Camus.

Piensa que puede huir, pero no lo logra a tiempo.

Los costales de tierra cayeron muy cerca de él, y obviamente el humo de este material se intensifico en el lugar, provocando que no pudiera reaccionar rápidamente teniendo los ojos algo irritados.

Un tiempo que no podrá recuperar nunca.

Ya que solo unos segundos fueron de diferencia, ambos sujetos entran a esa bodega, observando a un Omega intentando escapar por la puerta trasera pero…

-Camus, que bueno que te encontramos- El pelirrojo sonriente al ver quien siempre ha deseado.

La sangre se le helo, su corazón latiendo sumamente rápido por el miedo que esa voz le trae, sus piernas temblorosos, no quería girar su vista, no desea encontrarse con esa cruda realidad.

-¿Entonces este es el Omega que busca el señor Saga?- El otro solo mira de arriba abajo a el peliaguamarino sin mucho interés.

-Solo lo busca por que debe tener información del verdadero Omega que nuestro jefe desea- No le interesa ir despacio en esto, va directo a lo que quiere, acercándose más al contrario.

Camus reaccionó con el recuerdo de ese maldito nombre, respirando muy angustiado y más al saber que de él solo buscan información de Mu.

No le daría tiempo de huir, lo tiene para su disfruté total, además… Cada paso con el que se acerca puede sentir ese aroma distintivo de los Omegas, que indica esa época especial donde buscan solo una cosa.

-Camus… Sigues luciendo muy lindo- Sin previo aviso toma la mano del peliaguamarino, obligándolo a mirarlo a la cara –Vaya, parece que estas en celo ¿Verdad?-

Las mejillas sonrojadas de Camus, pero no porque esté sujeto provoque algún sentimiento cálido, sino todo lo contrario, su propio cuerpo reacciona por el celo, algo que siempre odio por su condición Omega, su fuerza se ha ido, puede sentir como los efectos de los inhibidores están desapareciendo, lo cual solo le amerita un solo destino.

-¿Qué… Quieres…?- Aunque su cuerpo está en su propia cuenta, su rostro se mantiene frio, desafiándolo como puede, intentando hacer fuerza en ese agarre.

-Ja- Acerca su rostro al cuello del Omega, para comenzar a molestarlo, aprovechándose del calor como aumenta en ese cuerpo –Solo queremos saber… ¿Dónde está el Omega que está buscando el jefe Saga?- Besos descarados en una piel que siempre deseo.

-No… Se… De que… Hablas- Sus manos intentan empujarlo, para que deje de tocarlo, pero su fuerza es inútil, no logra hacer nada.

-¿Acaso piensas aparearte en este lugar con él?- El otro solo observa, sin duda las feromonas del Omega le llegan, pero parecer ser de esos Alfas que no le interesan los de esa condición siendo hombres.

-¿Por qué no?- Sonriendo –Camus no puedes hacer nada, además nadie vendrá a salvarte- De nuevo mira esos ojos violetas algo aterrados, sujetando el mentón –Solo dinos el paradero de quien busca Saga y puede que sea gentil contigo-

Nunca será capaz de revelar ese secreto, ni mucho menos faltar a la promesa que le hizo a alguien que ya no se encuentra en este mundo, si tiene que soportar este daño, primero intentará luchar, aunque sabe que tiene las de perder.

Sin dejar de verlo, sus ojos lamentablemente dejan escapar lágrimas por la desesperación –Te repito… No se… De quien hablas…-

Le molesta no avanzar en su investigación, pero no le importa mucho, primero gozara de ese cuerpo que ha imaginado y se lo impedían tener, para después llevarlo con Saga y que este lo obligue hablar hasta que su terquedad lo conduzca al mismo destino que Shion.

-Veremos si sigues con esa actitud después de divertirnos- Con fuerza tomándolo del cabello, para derribarlo, no será amable, esas feromonas lo están invitando a tomar al Omega.

Para muchos Alfas ese es su pensar, que apenas los Omegas entren en celo, ya es una luz verde en la que pueden hacer lo que desean con ellos, sin importarles las consecuencias que lleguen a cometer.

Después de todo, las crías solo son responsabilidad de quien las engendra.

Una idea bastante tonta y absurda, pero aún es muy creída por aquellos que solo se dejan llevar por sus más bajos instintos.

Lo mira desafiante, recordando las veces que en la misión de ese peli azul, deseo tomarlo, y siempre lograba escapar, ahora parece estar mucho más sumiso que antes, le agrada esta idea, pero le excita también esos ojos violetas aunque lloroso, lo retan.

-¿No piensa rogar, para que no te viole?- Su burla continua, aun teniendo total dominio de él, tomándole las manos para que no pueda huir.

-¿Servirá de algo?- Contesta con la voz quebrada, le duele tener que llegar a este punto, tantos años cuidándose a sí mismo, evitando que otros lo toquen por miedo a solo sea utilizado y al final acabar siendo violado por este sujeto tan asqueroso.

-De hecho no- Esa sonrisa sínica, para acto seguido rasgarle sus ropas.

Camus desea luchar con todas sus fuerzas, pero no logra ni siquiera liberarse de las manos de ese maldito hombre.

Para el otro presente esta situación le asquea mucho, pero no hará nada para detener a su compañero.

-Haz lo que quieras con ese Omega, iré a buscar algún indicio que nos guie a quien buscamos- Pasando de largo ante la terrible escena.

Si no hay nada que los ayude en la florería o bodega, podrá haber algo en la casa de ambos jóvenes.

-Gracias por dejarnos solos- Como si lo que está haciendo fuera lo más divertido del mundo, sigue sonriendo, porque el terror en los ojos de Camus eso lo enciende más –Te lograste escapar tantas veces de mi…- Este Alfa solo quiere una cosa y parece que la lograra por fin.

Aprieta su mandíbula con fuerza, no dejara escapar ningún sonido para satisfacción de ese maldito, ni una petición de ayuda, ni un reclamo, nada… Solo se quedara como si fuera una estatua, desean en ese momento serlo para no sentir nada.

Solo el asco y miedo es lo que siguen recorriéndolo.

Cada toque en su cuerpo, le resulta repulsivo, esas repugnantes lamidas, las mordidas que está dejando en su piel, solo teme que sea capaz de marcarlo en esa zona que debería pertenecer a quien ama.

El llanto no puede evitarse, temblando, deseando que esto ya acabe cuando apenas ha iniciado y el pelirrojo está decidido a disfrutarlo a placer.

Camus sabe que aunque le hubiera dicho la localización de Mu, nada de esto cambiaria, así que prefiere guardarse esa información, aunque pierda él su libertad, tal vez así logre ganar tiempo para que Helena pueda huir.

Cerrando sus ojos, imaginándose estar en otro lugar.

Sus pensamientos rogando que alguien llegue, pero solo un rostro se le viene a la cabeza.

Esa sonrisa tonta, esos cabellos peli cerúleos, la voz tan gentil que siempre le dedica, las tonterías que hace solo para sacarle una sonrisa.

Si pudiera desearlo, solo quiere que Milo venga a ayudarlo, que aleje a este maldito hombre de nombre Surf…

Estar a salvo en sus brazos, sabiendo que ese fauno escorpión lo protegería de todo, bueno eso es lo que le gustaría pensar.

---(Pensamientos de Camus)---

-Por favor… Milo… Ven… Te lo ruego…- Apretando sus puños, que están aprisionados, solo desea tener su fuerza de siempre para quitárselo de encima.

-Sé que me comporto como un idiota… Pero… No merezco esto… No quiero ser marcado por Surt…- Las lágrimas brotan, un débil intento de resistir, moviendo su cuerpo para que no tenga lugar donde tocar.

-Si pudiera elegir… Prefiriera ser marcado por Milo…-

-¿Porque pienso tonterías así… En un momento como este…?- Sin comprender como es que sus pensamientos solo vuelan al peli cerúleo.

Tal vez si lo sabe y lo ha intentado negar todo el tiempo posible, por temor, sus miedos de que todos los Alfas sean iguales.

Nunca tuvo anteriormente malas experiencias que no sean solo acoso, pero ha podido ver los sufrimientos de los demás, algo que jamás ha deseado para sí mismo.

Por eso siempre se ha cuidado tanto, tomando los inhibidores apenas cumpliendo la edad en que posiblemente su celo comenzara, esto provocando que se retrasará considerablemente.

Desde que conoció a Milo… Ha sentido mayor seguridad, alegría por tenerlo cercar, esperar a verlo atravesar la puerta de la tienda con esa sonrisa, invitándolo a salir.

Podrían ser consideradas citas las veces que han ido de paseo por la ciudadela.

Sin embargo con el mismo final, Camus poniendo su barrerá de hielo simbólica, para que Milo no se haga ilusiones.

Muy tarde, pues ese fauno ya se imagina en un futuro con Camus a su lado, teniendo pequeños escorpioncitos o niños humanos completos.

No le interesaba que sean, con tal de que sean sanos y llenos de amor.

-Milo… Solo te quiero a ti…- No lo dirá en voz alta, menos poner en evidencia el nombre de ese Alfa al cual puede ser el único que su corazón le pertenezca.

Aunque ahora con la atrocidad que cometerán contra él, puede ser que ese Fauno lo desprecie.

No sabe si podrá sobrellevar este cruel destino…

---Vuelta a la realidad---

Habiendo roto sus prendas, incluso los pantalones del peliaguamarino, es solo cuestión de minutos para cometer ese acto tan atroz.

Dejando en claro que ese cuerpo lo está reclamando como suyo a la fuerza.

Molesto por que Camus, no deje escapar ningún sonido que no sea de llanto o absorber su nariz, siendo los únicos que se permite, no le dará el gusto jamás, aunque su cuerpo sea tomado.

-¿Seguirás de esta forma?- Hablándole con un tono tosco, apretando con fuerza la mandíbula del Omega, intentando que haga algún sonido de dolor.

Preferiría enmudecer, para no pronunciar jamás palabra alguna.

Sus ojos violetas se afilan, con la poca fuerza que puede tener en su cuerpo, lo reta aun.

-Como quieras… Camus, nadie vendrá a salvarte- De nuevo la sonrisa lasciva, demostrando que puede tener razón.

Continuando en esa terrible acción, tocando descaradamente zonas que nadie más debería de ese modo.

Mentalmente Camus sigue rogando, pero está perdiendo toda esperanza.

Aunque… Puede que no todo este perdido aun.

---Ciudadela---

Aquel fauno Escorpión, se encuentra caminando muy alegre por las calles de ese lugar, dirigiendo sus pasos a la florería en efecto, pues no podía esperar para compartirle la nueva buena que tiene.

Aun sabiendo que debía ser discreto, entiende que esta noticia podría alegrarle un poco a su amado Camus, aunque provocaría que otro esté formado en la fila para golpear al segundo líder, pero da igual.

-Mi Camus no dirá nada, sé que se quedara callado solo por proteger al pequeño Mu- Canturrea esas palabras, mientras cada paso le acerca más a su destino.

-Sé que es algo tarde pero… No puedo esperar más- Suspira algo melancólico, hasta triste –Me pediste no venir en una semana, pero…- Lanza un carraspeo algo dolido -¿Me puedes culpar?, solo quiero verte, tu sonrisa, aunque tardo en contemplarla, la necesito para vivir-

Las declaraciones tan dulces y sinceras de parte de ese miembro del gremio.

Tal vez es cierto algo.

Aquellos que pertenecen a un gremio, tienden a ser más cultos, controlados en sus ambiciones y deseos.

Pero no por eso significa que aquellos que vivan en ciudadelas, pueblos y demás tengan el derecho de violar a un Omega o a cualquiera.

Mínimo se sabe que la ciudadela cerca al gremio Ateniense tiene las creencias más cercanas y sensatas, pero otras no son así lamentablemente.

-¿Podría invitarte a cenar?- Sus pensamientos van solo a cumplir cualquier deseo de su anhelado destinado –Bueno si no quieres salir yo puedo preparar algo delicioso- Pensativo se detuvo a unos cuantos metros de la florería -¿Debería ir a comprar los ingredientes de una vez?-

Esto tomando su atención por completó, pensando que sería mejor hacer eso.

Y de hecho estaba a punto de alejarse de nueva cuenta para dar esa sorpresa, pero algo capto su atención de inmediato.

Olfateando un poco el aire, sintiendo en su ser un estremecimiento… Como si le advirtiera con ese débil aroma que apenas puede percibir que algo está mal.

Una sensación muy fuerte en su aguijón, algo que los faunos de su especie comparten para detectar amenazas.

-Algo… Está pasando- Su tono cambió de estar alegre a uno serio, hasta ronco.

Apenas si mira la florería con cierto interés, su corazón se comenzó acelerar, el aroma que percibe es sangre.

-Ca… ¡¡¡CAMUS!!!- Le dio igual gritarlo en plena calle, solo salió corriendo en dirección a esa tienda.

Preocupado por su amado destinado según él.

Si algo malo le ocurre, Milo no sabría qué hacer con quién lo haya lastimado, sin importarle las leyes del gremio, sería capaz de acabarlo en ese momento.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están el día de hoy?

Yo me encentro super bien, jajajaja de hecho... Tengo buenas noticias... Tengo trabajo o sea conseguí uno formal, aunque es por temporada, jajajaja y eso es bueno... Jajajajaja así que... Les diré una cosa...

Puede que no actualizare con tanta frecuencia, aunque en esta semana si, pero... Debo decirles esto. 

Durante la temporada que este en este trabajo, pues obviamente actualizare solo un fic por semana... El cual sera "Mi Único Deseo", ya que es el que tiene un poco mas de tiempo. 

Ademas que hacer One Shot y actualizar solo por cumpleaños de personajes y de los terrones de azúcar. 

Por mientras esta semana se viene normal. 

Mas cualquier cambio yo les aviso de ante mano. 

Por el momento disfrutemos de este capitulo...

Aunque realmente estamos muy angustiados... Milo estas cerca, se da cuenta que algo esta pasando algo muy malo en la floreria y va entrar sin duda, pero...

¿Llegara antes de que lo marquen? 

¿Camus sufrirá el destino que siempre deseo evitar?

¿Surt... Lograra hacerlo?

Pues... Esas preguntas tendrán respuesta mas adelante. 

Muchas gracias por apoyare siempre, leer mis locuras y divertirse mucho. 

Nunca podre terminar de agradecerles todo lo que me han dad de oportunidades para hacerlos felices y que se diviertan tanto con todo lo que se curre. 

En fin me despido mis terrones de azúcar, cuídense mucho y hagan caso a las medidas de higiene. 

Los quiero mucho. 

Ammu se va. 


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