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Mi Único Deseo por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Por favor lean, disfruten y comenten. 

No pudo pensarlo más de dos segundos, uno de sus más cercanos amigos se encuentra en malas condiciones, y sabe que es cuestión de tiempo, para salvar su vida o no.

-¡¡¡¿QUÉ FUE LO QUE OCURRIÓ?!!!- Podría estar sumamente impresionado por el horrible espectáculo delante de sus ojos, pero no suelta la mano de Camus, si el peliverde se encuentra mal herido, significa que el culpable debe estar cerca.

La sangre aún está fresca, escurriendo de su hombro izquierdo muy cerca del corazón, la respiración parece no notarse, temiéndose lo peor.

El rostro del cabrío lleva algunos golpes, pero sus nudillos están rojos, moretones y marcas de que estuvo sosteniendo una pelea.

Incluso algunas marcas en el cuello, pero esas no sangran, no conllevan un peligro latente.

-Esto…- Las palabras del peliaguamarino se sienten perderse, no podía expresar todo con certeza, el miedo lo sigue invadiendo de golpe, todo por lo ocurrido la noche anterior, esta temeroso, pero sabe quién fue, no tiene dudas.

-¡¡¡SHURA!!! ¡¡¡DESPIERTA!!!- Milo no sabe qué hacer, su rostro preocupado, su mano libre temblorosa, intentando tocar al Omega herido, pero temiendo ocasionar algo peor, está molesto, nadie toca a sus amigos y se sale con la suya.

-Esto... Debe ser obra de Saga…- Obviamente asustado, su respiración se agita, todo parecía juntársele en un solo momento, el terror de anoche, las memorias horribles que vienen a su mente, su condición por el celo, el miedo… Y esto… No podría ser nada bueno.

-¡¡¡ESE MALDITO, LOCO BASTADO!!!- No va a ser para nada educado, por la causa de ese sujeto, su amado cubito sufrió algo terrible que pudo evitar, ahora Shura está en un estado crítico, que puede no llegar a salvarse, pensaba a mil por hora, podría ser bromista, algo distraído, pero cuando se necesita es capaz de hacer todo lo posible para proteger a los que quiere.

Más en ese momento, una voz algo débil se escucha, apenas si llega a los oídos de ambos, obviamente sacándolos de sus pensamientos, asustándoles y darles algo de esperanzas.

-Mu… Ese… Se… Lo… Ay…- No alcanza a hablar como es debido, el dolor aumenta, pero el miedo de que ese inocente corderito esté en manos de ese loco, lo impulsa a continuar.

-Shura ¿De quién hablas?- Intenta ayudarlo, apoyando la cabeza del fauno derecha para que alcance a respirar –Tranquiló…-

-Saga… Nos atacó con unos imbéciles… Mu… Argggg…- Debe ser por la pelea que debió sostener contra esos sujetos, y la herida abierta que le incrementa el dolor en su cuerpo, pero… No desiste.

-¿Dónde… Esta Mu?- Los ojos violetas del Omega de pie, se abrieron de par en par, contrayéndose la pupila por solo imaginar lo que debió pasar, esto se volvía peor cada vez.

-Le dije… Que corriera…- Baja la mirada cansado, siente que las fuerzas se le acaban, es un sentimiento que hace mucho deseaba sentir, el dulce abrazo de la muerte, pero ahora no… En este momento no quería que eso sucediera, lucharía un poco más si es necesario –Milo… Búscalo…-

Aprieta sus dientes con fuerza, mirando al peli cerúleo con los ojos cristalizados, demostrando una genuina culpa en su ser, después de todo… Mu estaba con él y si algo malo le ocurre a ese pequeño, en su mente seria completamente su causa, no podía… No podría permitir que suceda eso.

-Lo hare, pero… Tu…- Sabia que no existiría otra opción… Deseaba con todas sus fuerzas ir a buscar al pequeño Mu, después de todo, aquellos que lo han conocido reconocen que es un fauno que necesita ser protegido.

Y Milo, no es la excepción, también mataría a cualquiera que lo hiriera, no lo hará solo por amenazas del rubio, sino porque lo aprecia mucho, sin embargo dejar a su Camus y al mal herido de Shura, tampoco es opción.

-¡¡¡YO NO IMPORTO!!!- Encara al fauno Escorpión, aprieta sus puños, sin importarle que se lastime peor -¡¡¡VE Y BUSCA A MU!!! ¡¡¡ESE IDIOTA DEBE…!!!- Cierra sus ojos dejando escapar lágrimas de impotencia, de solo imaginar lo que le esté ocurriéndole, no podría perdonárselo jamás.

-¡¡¡MILO!!! ¡¡¡TU LLÉVATE A SHURA, YO…!!!- Aun con los nervios de punta, temblando de solo pensar que le esté pasando a Mu, sin darle importancia lo que le ocurriera, toma valor de donde sea que pueda, sería capaz de sacrificarse para proteger al pequeño, por esa promesa a un moribundo -¡¡¡IRÉ POR MU!!!- Intentando zafarse del agarre del Fauno, es el único que sabe con certeza donde se encuentra esa mansión, podría ir, pero eso no significa que triunfe.

Pero de inmediato Milo lo sostiene con fuerza, para mirarlo con desesperación y cierto enojo, no porque lo este de verdad, si no de solo pesar en perderlo, que alguien lo hiriera, su mente y corazón no lo podría resistir.

-¡¡¡NO IRAS A NINGÚN LADO!!!- Tomándolo por ambos brazos, infringiendo algo de fuerza, no debió medir la preocupación, el temor, el odio, todo se le acumula con el suceso de ahora -¡¡¡NO DEJARE QUE TE ENFRENTES A ESE IDIOTA TU SOLO!!!- Los ojos azulados van contra los violetas con toda la decisión del mundo.

-¡¡¡¿ENTONCES QUE PRETENDES QUE HAGA?!!!- Camus, demuestra que está realmente angustiado por Mu, que lo intentara proteger, salvar, no lo pueden dejar en las manos de ese miserable de Saga, solo lo dañara -¡¡¡NO LO DEJARE SOLO!!!-

-Camus…- Sabe que el peliaguamarino es muy terco, es solo una de las razones por lo que lo ama, pero en esta ocasión es la vida de su destinado en juego.

Sonara demasiado egoísta y cruel de su parte, pero no puede permitirse perder al Omega que ama, aunque eso signifique perder más tiempo en encontrar al pelilila.

-¡¡¡MILO!!! ¡¡¡POR FAVOR… YO IRÉ POR MU, TÚ DEBES SALVAR A SHURA!!!- Preocupado por el corderito y el cabrío, se da cuenta que en cierta forma de los tres Omegas que han tenido pasados difíciles, él se encuentra en una mejor situación que los otros dos.

-¡¡¡QUE TU VAYAS SOLO, ES SIMPLEMENTE IMPENSABLE!!!- Sujeta con fuerza el brazo del Omega que ama, desesperado porque se guie solo por sus sentimientos –¡¡¡CAMUS NO QUIERO PERDERTE!!!-

-¡¡¡MIENTRAS MÁS TIEMPO PASE, MU ESTARÁ EN MAYOR PELIGRO!!! ¡¡¡SI VOY AHORA…!!!-

-Sin ofender… Pero, no creo que puedas tu solo…- El cabrío herido, hace evidente lo obvio.

-Tú tampoco hiciste mucho- Mas el peliaguamarino no se dejará ofender por alguien que permitió el secuestro del menor.

-Lo sé- Aprieta sus puños con la poca fuerza que el queda –Por eso te pido a ti Milo que vayas, eres el único capaz de hacerle cara ahora que…- El dolor va aumentando, la piel de este se vuelve cada vez más pálida, cerrando sus ojos lentamente por el cansancio –No están…-

-¡¡¡OYE!!!- El fauno escorpión, llamando desesperado al peliverde que cada segundo que pasa parecer perder la conciencia.

-Si seguimos aquí…- Camus se da cuenta perfectamente que la situación solo empeorar para todos si siguen parados allí, sin llevar al mal herido al gremio, pero el Alfa obviamente no lo dejara ir solo, además que si se intenta escapar, la velocidad de Milo es superior –Esta bien… Vamos al gremio y en cuanto Shura este a salvo, vamos por Mu- Se acerca apresurado el cabrío para intentar hacer un vendaje con su propia ropa para detener algo la hemorragia.

Sin duda, algo que debieron hacer desde el inicio, pero el peliverde no les dejaba por la noticia y el fuerte impacto recibido por ella.

Con esto Milo se da cuenta perfectamente que su Omega lo está escuchando, aunque sea de mala gana.

Ahora lo principal es mantener al Omega herido a salvo, que se recupere, el llevar a Camus también allí es lo que quiere desde un inicio, estará en completa seguridad, nada malo le ocurrirá.

Sin más, y con sumo cuidado carga a Shura, para llevarlo lo más rápido posible al gremio Ateniense, sin duda allí Afrodita podría tratar sus heridas lo antes posible, se necesita saber si estará bien, si será capaz de sobrevivir.

Tantas cosas que han pasado en menos de veinticuatro horas, y sabe perfectamente que los lideres no llegaran hasta casi una semana después.

La situación se va empeorando en cada instante.

Sus pensamientos giran en torno a lo que debe hacer, para mantener a todos a salvo.

Proteger a Camus es una de sus prioridades.

Además en estos momentos de regreso, el Omega le ayuda un poco, no puede sujetar con toda sus fuerzas a Shura, llevándolo en su espalda es la única opción factible, mientras el peliaguamarino hace de apoyo para que no caiga.

Bien podría poner al peliverde en otra posición, pero se las ingenió para necesitar la ayuda de su amado y así evitar que se fuera a salvar a Mu, en completa soledad.

Debe tener todo previsto.

Por primera vez, el camino se hizo descomunalmente largo, hasta que estaban delante de la gran puerta de madera, que protege la totalidad de los recintos internos.

Los guardias se desconcertaron al ver a uno de los suyos gravemente herido, cuando hace unas horas atrás había salido perfectamente bien.

No exista más tiempo que perder.

Apenas se abrieron las puertas, la dirección que toma Milo es hacia el invernadero, en donde sabe perfectamente que Afrodita estaría y teniendo cerca la ala médica.

Por más que trataran, las gruesas gotas de sangre caen al suelo, dejando un rastro bastante visible.

Llamando la atención de varios miembros del gremio ya despiertos haciendo sus actividades cotidianas.

¿Quién era capaz de herir a Shura?

Aquel Omega que había salido por completo de los estándares, a luchar y enfrentarse a lo que sea, sin duda alguien muy fuerte.

No había tiempo de explicaciones, la desesperación de llegar al destino incrementa con cada pérdida de fuerza del peliverde, las esperanzas se están perdiendo.

Un destino demasiado cruel, para alguien que había sufrido toda su vida, creía que tendría una vida feliz al final de la última batalla contra los Shadow’s, pero… Se la están arrebatando de a poco, la muerte podría ser el único camino por su estado.

Obviamente para este punto, tanto Dohko como el pequeño Aioria, están deambulando por el gremio, preguntándose uno por su pequeña cría que no alcanzaba a detectar donde se encuentra, causándole una preocupación que solo aumenta con el pasar de los minutos.

Igualmente el pequeño leoncito, se siente casi igual, con respecto a la falta de Shura, sabía que iría a la ciudadela temprano, pero… Sentía que ya se había tardado mucho, además que le dijo que deseaba acompañarlo, pero se negó rotundamente, porque no le gusta cuidar niños hiperactivos al comprar.

-¿Dónde estará Mu?- Es la pregunta que el Tigre se hace, intentando buscar su olor, sin mucho éxito –Tanto ese Alfa y yo le dijimos que no se aleje del gremio… Mas en su estado…- Preocupado pues es como un instinto que le indica que algo no va bien.

Lo había notado al despertar abruptamente en la maña, solo de golpe… Como si le hubieran clavado algo en su corazón, se sentía enjaulado sin saber razones de su cría, estaba a nada de armar un alboroto si no encontraba a Mu.

Gracias… Posiblemente por la voluntad de su amado borreguito, fue que encontró al pequeño que ambos engrandaron, perderla ahora es simplemente imposible.

-Señor Dohko, lo más seguro es que este con Shura- Hace un ligero puchero, sintiéndose de nuevo desplazado por el pelilila.

No ha sido nada fácil para Aioria todo este cambio, un hermano humano, estar en el gremio solo hasta que vuelva este, que al final se descubra que el Alfa que te crio desde que tienes uso de razón, tiene un hijo biológico, obviamente te desplazará… Y cuando por fin… Cree tener a un Fauno del que se puede aferrar, tenerle confianza, de nuevo siente que Mu se lo quita.

Se podrían llamar celos, lo que siente en su pequeño corazón la cría de león.

Es completamente valido, su mundo ha cambiado drásticamente, nada podría seguir igual ahora y eso es lo que más le atormenta.

Pero al parecer de nuevo podría algo cambiar y no de una manera buena, mucho más desfavorable para el pequeño, y todos.

Al haber vivido de manera salvaje, su olfato esta obviamente bien desarrollado, y al tener más cerca al peliverde, puede reconocer su olor casi de inmediato.

Su nariz comienza a moverse, pues capta un aroma muy peculiar, provocando que su rostro se contraiga al darse cuenta de quién se trata.

-Es…- Apenas si puede decir estas palabras, con cierto miedo, los ojos se abren como platos, negando rápidamente con la cabeza –La sangre de Shura…-

-¿Aioria?- Por estar pensando y haciendo caso a sus temores internos, combinada con la desesperación, no capto de inmediato ese olor que la sangre produce.

Si es verdad lo que el pequeño Leoncito ha dicho, que Mu estaba con Shura, que ambos salieron y ahora sienten el olor a la sangre del peliverde y sin la compañía del pelilila, solo podría ser una muy mala señal.

Nada se debía pensar, ni analizar, debían ir de inmediato, uno preocupado por lo que le está ocurriendo al cabrío, mientras Dohko ya en un estado de desesperación abrumadora, por ver a su pequeño, no podía perderlo de nuevo, no lo podía permitirlo.

Si algo malo ocurrió, en esta ocasión si matara a quien sea… No fallara…

---Invernadero---

-Creo que esta lista esta nueva medicina- Sonríe triunfante, al despertar tan temprano, ha aprovechado el tiempo, quería hacer sentir orgulloso a su maestro al volver, que ha completado varias recetas y perfeccionado para mantener muy bien abastecido el gremio.

Estira sus extremidades un poco, se siente algo cansado, con hambre pues no había querido ir aun a almorzar, hasta que logrará terminar.

-Bien, hoy almorzare una ensalada, y…- No pudo a completar su plan para el almuerzo, cuando sintió que pasos apresurados se acercan al invernadero, y por cómo se escuchan, no indican nada bueno.

Pero su sorpresa creció, cuando ve entrar a Milo, y alcanza a ver los cabellos verdes oscuros de Shura en su hombro, obviamente cargado a la espalda del Alfa y la sangre manchando el suelo.

Son sus amigos, algo malo debió ocurrir, las explicaciones quedaron atrás, el tiempo se congelo en ese instante.

¿Qué se podría hacer ahora?

---En algún lugar bajo tierra---

Un lugar tan oscuro como la misma noche, apenas si iluminado por algunas pequeñas lámparas de aceite.

No hay ventanas, parece todo ser hecho con piedra, solo una puerta es la que puede conducir hacia el exterior de esa prisión.

Es como debe ser llamada, pues... Su único propositivo es mantener en cautiverio a un Omega inconsciente, que yace en el frio suelo, atado por las muñecas.

Su rostro expresa miedo, angustia, desesperación, incluso en sus sueños parece estar teniendo una pesadilla, que al despertar no será aliviada.

Las lágrimas caen por sus mejillas, está asustado… Aun no se ha enterado de donde esta.

Es un lugar muy similar, de donde paso gran parte de su vida.

Lo han capturado, por un enfermo deseo de un Alfa loco, que no puede dejar que sea feliz, arrebatándole todo lo que ha amado en su corta vida.

¿Qué tan mala suerte debe poseer el pequeño corderito para estar en este lugar?

Una asquerosa mano, se intenta acercar a su dormido rostro, para intentar tocar esa tersa piel, mas apenas está a escasos centímetros, una luz dorada se hace presente, para cegar y detener a quien quiera tocarlo.

-¡¡¡MALDITA SEA!!!- Su enfado se incrementa, cerrando su puño, y alejándose un poco del inocente corderito -¡¡¡¿QUIÉN LE DIO ESTO?!!!- Sus ojos Viridian fijos en el rosario que se denota entre las ropas del pelilila.

Sabe que ese artefacto le impedirá hacer lo que desea, intento quitárselo, pero apenas si se acerca, o alguno de sus lacayos, este simplemente arde como fuego vivo para quemarlos.

Su enfado no se ira tan fácilmente, tanto tiempo busco a Mu, no se dará por vencido por algo así, encontrará la forma de retenerlo a la fuerza.

Para poder marcarlo, hacerlo de su propiedad, tiene tantos planes para hacerlo sufrir, y los desea cumplir.

Una sorpresa se llevara por el secreto que encierra el inocente Omega.

-No te preocupes Mu…- Le habla con suavidad, como si pudiera escucharlo –Pronto serás mío y jamás te apartaran de mi lado-

En su retorcida mente, cree que ese Omega de verdad desea ser suyo, cuando es todo lo contrario, solo ha deseado escapar desde que ha tenido uso de razón.

Lo había logrado, pero de nuevo lo han vuelto a capturar, pero ahora existe una pequeña diferencia…

Muchos lo estarán buscando, Mu tiene a donde volver, y con una pequeña cría para darle el valor necesario, contando el fuerte amor que tiene de su Alfa, existen posibilidades de que un milagro ocurra… Por ahora… Tiene algo que lo protegerá, que nadie se lo puede arrebatar, al menos… Que él mismo se lo quite.

Si eso llegara a pasar… Nada podrá detener a Saga.

Notas finales:

Buenas días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Mis terrones, lo siento, no puedo decir mucho, solo que los quiero con todo mi corazón, son los mejores y que siempre estaré con ustedes...

A partir del domingo y el lunes, tal vez no sepan nada de mi... Pero el martes volvemos con todo. 

Solo responderé los mensajes rápido de verdad... Ya estoy muy cansada tenia todo y se borro lo siento. 

La respuesta de mi terrón de azúcar en ingles, como lo escribo para ir lo traduciendo con el diccionario, jajajjaa si... Trato de no utilizar el traductor, si no hacerlo yo misma. 

Muchas gracias mis terrones de azúcar por su apoyo y leerme, la verdad les diré que cada que me dejan sus comentarios me hacen mega feliz, por que así se que les gusta, la verdad soy afortunada por tenerlos conmigo. 

Espero que sigan disfrutando mis locuras.

Sin mas me despido.

Cuídense mucho hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan. 

Los quiero mucho. 

Ammu se va. 


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